Su primer día en la gran cuidad humana, habían pasado dos días desde que inició la mudanza llevando se todo lo que ocuparía diariamente, y ese día por fin estaba en su nueva casa.

Una cocina grande, un comedor y sala repartido, un baño con tina y una excelente habitación con vista a la inmensidad citadina. Aún que debía aceptar que la pintura que tenía no era del todo su estilo decidió no cambiarla simplemente por qué daba un toque más familiar.

Con cansancio se recostó en el suelo sin poder aún creer que había aceptado estar ahí, en todo ese tiempo, en cada vez que volvía a entrar para dejar una caja llena con sus cosas, pensaba en su podía retractarse pero simplemente se dejó llevar por la ilusión de Ivy.

Cerro sus ojos mientras ponía atención a los sonidos de sus latidos y su respiración, solo quería olvidarse un poco del desastre que era su vida que ni siquiera se dió cuenta que la puerta fue abierta.

—¿Estás bien?

Abrió sus ojos y levantó un poco su cabeza solo para ver a Chloe parada frente a él.

—Lamento haber entrado pero llame a la puerta y no contestabas...y la contraseña es la misma así que...me tomé el atrevimiento de entrar.

—Esta bien, lo entiendo y respondiendo a tu pregunta anterior...¿Puedo ser sincero contigo?—ella asintió —No lo se...me siento perdido, no sé quién soy...

Chloe se le quedó viendo intensamente y después de unos segundos se acercó solo para sentarse en el piso frente a él.

—Mmmh...no soy consciente de lo que sucedió en tu vida, ni por lo que tuviste que pasar pero...si estás aquí es por qué no quieres rendirte contigo mismo, es difícil encontrar las respuestas de todo en un solo día pero se que mientras lo intentes todo será más sencillo y ahora...me tienes a mi y a Ivy como parte de tus amigos, sin importar el día o la hora no dudes que puedes contar con nosotras...de mi parte aún que suene extraño no te dejare solo así como tu no abandonaste a su suerte a Ivy, así que amigo mío levántate que hoy terminaremos con este desorden, necesitas vivir en una casa ordenada para ser feliz.

Poco sabía él que desde ese momento Chloe se volvería parte de su día a día y también de sus pensamientos.