extra 1: el baile
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Después de semanas de silencio y soledad, el teléfono de Jungkook finalmente suena. Con el corazón latiendo desbocado, lo toma y escucha la dulce voz de Jimin al otro lado de la línea.
—Acepto vernos... —Se limita a decir.
Las palabras de Jimin, aunque cortas, llenan el corazón de Jungkook de esperanza y alegría. A pesar de sus errores y de haber dejado de lado su relación, Jimin todavía está dispuesto a darle una oportunidad. O al menos de escucharlo. La emoción y la felicidad se apoderan de él, y no puede evitar sonreír ampliamente.
—Jimin, lo siento tanto por haberte abandonado, por no darme cuenta de lo que realmente importaba —responde Jungkook con voz entrecortada—. Pero te prometo, desde lo más profundo de mi corazón, que nunca más te dejaré de lado, sé ahora que el trabajo es importante, pero no más que tú y lo nuestro. Créeme que ya lo entendí, amor.
El silencio se cierne entre los dos, cargado de emociones y palabras no dichas.
—¿En dónde quieres que nos veamos? —Finalmente, Jimin lo rompe, y aunque no es la mejor respuesta a sus palabras, Jeon sonríe porque siente que la vida una vez más le está sonriendo.
Cuando se encuentran cara a cara, los ojos de Jimin brillan con una mezcla de felicidad y nerviosismo, en tanto que los de Jungkook reflejan el arrepentimiento y el deseo de enmendar sus errores. La conversación fluye entre ellos, y Jungkook no para en cada instante que tiene en decirle lo mucho que lo ha echado de menos, y Jimin no puede evitar regañarlo por la pésima conducta que supo por sus amigos que estaba teniendo con el alcohol.
Aunque había cortado comunicación con él y el querer tomarse un tiempo a solas para pensar, Jimin no pudo evitar no estar preocupado por la condición de su expareja y aún, legalmente, esposo.
En medio de la platica, una ola de náuseas repentina golpea a Jimin y corre al baño. Jungkook, preocupado, lo sigue de cerca, pero se ve regresando a la mesa cuando el contrarío le dice que todo está bien y que lo deje solo por unos momentos.
—¿Te cayó mal la comida? ¿Quieres que pida algo más? —cuestiona en cuanto lo vio llegar con él de nuevo. Jimin nada más niega.
—No es la comida en sí, es que, bueno... estoy embarazado, Jungkook —musita, bebiendo un poco de agua, tratando de bajar el nudo en su garganta—. Tengo exactamente 3 meses.
Las lágrimas de felicidad inundan los ojos de Jeon, quien no hace más que cubrirlos. No sabía exactamente qué decir. Todo parecía irreal.
—¿Un hijo...? ¿Nuestro primer hijo? —inquiere, aún sin poder creerlo, recibiendo un asentimiento por parte del menor, al que no pudo evitar contagiarse y derramar algunas lágrimas.
Rápidamente, Jungkook se pone de pie y hace que lo imitara para envolverlo en un fuerte abrazo, olvidándose del resto de comensales y la banda sonora que toca.
—Si me das una nueva oportunidad, te prometo que nunca más te fallaré. —Sosteniendo su rostro, Jungkook corre de este, algunos de sus mechones castaños y limpia sus mejillas mojadas—. Te prometo que los cuidaré y amaré a ambos. Seré un buen esposo de ahora en adelante, amor.
Subiendo las manos por el torso de Jungkook, Jimin lo abraza del cuello, lo atrae hacia sí, y lo besa, diciéndole por medio de sus labios que aceptaba el intentar a recuperar su matrimonio.
La música lenta comienza a sonar en el fondo, dado que una nueva canción daba inicio. Jungkook toma la mano de Jimin y la lleva al centro del salón, donde comienzan a bailar juntos. El mundo a su alrededor desaparece a la vez que se mecen al ritmo de la melodía, sintiendo el amor y la alegría llenar cada rincón de su ser.
La sonrisa en el rostro de Jungkook es radiante, su tristeza ha sido reemplazada por la felicidad que solo Jimin, su amor verdadero, puede traer. Con él, entre sus brazos, ya no hay lugar para la soledad y la oscuridad en su vida, solo queda espacio para el amor y la esperanza.
En ese momento, Jungkook se da cuenta de que a veces, incluso en medio de la tristeza más profunda, el destino puede traer sorpresas maravillosas.
Mientras bailan en medio de la pista, el resto de las personas en el restaurante se vuelven un mero telón de fondo. Solamente existe el amor que comparten, la promesa de un futuro brillante y la felicidad que llena sus corazones. Los ojos de Jungkook brillan con una mezcla de alivio y gratitud, sabiendo que finalmente ha encontrado su lugar en el mundo, junto a Jimin.
La música lenta envuelve a la pareja en su dulce melodía, y al tiempo se abrazan con ternura. Cada movimiento está lleno de amor, cada mirada transmite la promesa de un futuro lleno de momentos inolvidables. En ese instante, Jungkook se da cuenta de que nunca más volverá a estar solo, que Jimin y el bebé que lleva en su vientre son su mayor tesoro.
Con cada giro y cada paso, el baile se convierte en una forma de expresión de su amor profundo y sincero.
Las lágrimas de felicidad recorren el rostro de Jungkook una vez más, simultáneamente, sus pies se mueven al ritmo de la música y su corazón palpita con alegría. Ya no hay espacio para la tristeza en su vida, nada más existe la dicha de tener a Jimin a su lado y la emoción de convertirse en padre.
La noche está llegando a su fin, y Jungkook se encuentra bailando feliz con la persona que ama. Ya no hay tristeza en su corazón, únicamente hay gratitud y felicidad por haber encontrado el amor verdadero.
El baile es un símbolo de superación y renacimiento, en una manera de celebrar el amor que ha sobrevivido a la adversidad.
Cuando la música se desvanece y los aplausos llenan el aire, Jungkook y Jimin se miran el uno al otro, con una complicidad que solo ellos entienden.
Se abrazan con fuerza, prometiéndose ser mejores. Y en tanto continúan bailando, Jungkook le susurra al oído de Jimin:
—Esta noche, mi amor, ya no estoy triste. Estoy eufórico bailando contigo, junto con el ser más valioso que llevas dentro.
╭ 🎀 ╮
había que dejar al kookmin feliz, cierto? gsjshsjd bueno, acá está, espero haya sido de su agrado ♡
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