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02

—Siento traerte a esta vida YeonJun. Se que quisieras irte de esto... Pero, es lo único que me queda después de la muerte de mi padre. —Dijo el alfa sin apartar su vista del camino, el cual era un bosque totalmente oscuro.

YeonJun mordió su labio y trató de hacer sentir bien al alfa poniendo una mano sobre su pierna. —Lo siento mucho Soobin. Yo estaré bien si es contigo.—Dijo confiado sonriendo un poquito siendo visto esta vez mediante el espejo retrovisor.









Soobin dio órdenes a sus hombres los cuales rápidamente salieron de ahí y cubrieron toda la entrada. A diferencia de Jungkook, la casa de Soobin o mejor dicho mansion era dos veces más grande y estaba muy, pero muy alejada de la ciudad.

YeonJun miraba hacia todos lados viendo la fachada por dentro de la casa, era linda y pulcra. Diamantes sobre el candelabro y oro puro en las escaleras.

Y el olor, al bosque, pino mezclado con la lluvia.

Soobin se acerco hacia YeonJun lentamente poniéndose justo detrás de él y tomando sus caderas, rozando levemente sus labios con su cuello. —Vamos a la habitación.



No tuvo ni siquiera tiempo de visualizar la habitación cuando ya se encontraba entre sábanas siendo devorado por Soobin. Él alfa penetraba suavemente contra su punto y el elástico del condon hacia que se desplegará aún más en su entrada lubricada naturalmente.

—A-ah, ¡M-más por favor!. —Gimió llevando sus manos y rasguñando con sus uñas la espalda del mayor.

Soobin dio unas cuantas estocadas más y su nudo se hincho sobre el punto del omega, dando fin al extasis, pero comenzando con el primer orgasmo en la vida de YeonJun el cual se corrió en sus pechos.

Sus respiraciones fue lo último que se escucho antes de que el nudo se desinchara y dejara salir semen, obviamente a causa del condon este no salió absolutamente nada. Salió de la entrada del omega y quito el condon tirándole hacia un cesto de basura junto a la cama.

—Eres hermoso Yeonnie.—Él pelinegro subio sus manos hacia la cara del omega tocando sus mejillas con su palma y sintiendo su suave textura. —Eres un ángel. El más hermoso que he visto.

YeonJun por primera vez se sintió amado. Jungkook le hacía sentir como una basura, cuando tenían sexo este solo le recordaba que era un juguete y una puta más. Le hablaba obsenamente y siempre le recordaba aquello.

Suspiro y sus ojitos brillaron con la misma luz de la luna haciendo que Soobin se recargue contra su cuello y respire su dulce aroma.

—Eres libre de hacer lo que quieras YeonJun. Bienvenido a casa.




La mañana fue tranquila, había despertado sin Soobin a su lado, pero este no le había dejado con la duda pues una nota se encontraba contra la mesa de dormir. “Buenos días amor. Espero y hayas descansado, tuve que salir este día por asuntos de trabajo. Pero volveré más tarde, por favor desayuna y cuidate. Te amo.”

YeonJun sonrió y llevo la carta hacia su pecho abrazándola con amor y sintiéndose feliz. Se levantó y dobló las cobijas de la cama. Era un buen día, un día nuevo donde no tendría que ser regañado por las mañanas ni siquiera obligado a quedarse en su cuarto con el pretexto de que llegarían socios. Su vida se había reiniciado.

Camino hacia el armario abriéndole y encontrándose con mucha pero mucha ropa. Obviamente no era de Soobin, se suponía que el alfa, por lo que lleva de conocerlo, sólo vestía trajes negros y lucros de su propio trabajo. Esa ropa era más llamativa, de todos los colores y accesorios de todos los tonos. Suspiro como un tonto enamorado, luego le agradeceria a Soobin por aquello.

Tomó varias mudas de ropa y fue hacia el baño tomando una ducha de media hora y después saliendo con un overol mezclilla que le llevagaba hacia las pantorillas y un sueter debajo color amarillo con una pequeña boina de tonos pasteles sobre su cabeza.

Se miró en el espejo sintiendo seguro de sí mismo, la ropa hablaba mucho por lo que sentía. Tal vez nunca lo notaban, pero era muy incómodo tener ropas color negro, pequeñas que dejaban ver más allá y lencería, la cual por ordenes de Jungkook tenía que utilizar.

Una pequeña lagrima rodó por su mejilla, pero aún así levantó su cabeza mentalizadose de que ya no era Jungkook. Ahora era Soobin, y, a diferencia del contrario, este le amaba.

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