4. take care
Steve nos regaló una última sonrisa, Natasha asintió entusiasmada, Thor me guiñó el ojo mientras que todos los demás se miraban expectantes por el próximo viaje. Miré el techo mientras sentía que la máscara cubría mi rostro y nos encogiamos de pronto, entramos a un túnel dónde todos se dividieron para llegar a sus respectivas líneas de tiempo. Tony y yo caímos junto a Rhodey y Nebula, intercambiamos un par de palabras antes de abrazarnos señalando que nos veríamos en un instante.
— ¿Qué crees que estará haciendo Morgan? —preguntó Tony mientras ajustaba los últimos detalles del viaje. Miré su rostro encontrando ciertas señales de preocupación.
—Debe estar jugando y comiendo. Happy y Peps la cuidan, cariño. Todo estará bien.
—Es sólo qué... Estoy preocupado, digo, me hubiera sentido más tranquilo si tú te hubieras quedado junto a ella y de alguna manera ambas estarían protegidas —me acerqué al asiento de Tony, me posé entre sus piernas mientras que él tomaba mis caderas mirando mi rostro. Acaricié su cansado rostro, él se relajó ante el toque —. No quería exponerte otra vez, cariño.
—Estoy bien Tony. Me conociste siendo una Vengadora, y no dejaré de luchar hasta que el mundo de Morgan sea lo suficientemente seguro para ella. Empezamos salvando a la gente del mundo y míranos ahora, tratando de salvar al universo entero —besé sus labios —. Y lo haremos juntos, por nuestra hija.
Tony sonrió y eso me hizo sonreír a mí.
Ambos miramos la gran montaña, desvíe mi atención al paisaje que nos envolvía, era demasiado hermoso como para no prestarle atención. Tony tomó mi mano y ambos comenzamos a caminar por el largo sendero. Ambos estábamos cansados pero nuestro miedo fue mayor al ver a un hombre frente a nosotros.
—Tony Stark, hijo de Howard. Helena Stark, hija de Erick.
Tony alzó su mano dejando que su traje lanzará una luz lista para atacar al extraño, alcé una pistola mientras que tenía una navaja lista en mi otra mano. El hombre se acercó revelando su extraño rostro, Tony y yo nos miramos.
—Mira cara de escroto, sólo estamos buscando la gema —dije luego de un silencio.
—No es necesario herir a nadie —siguió Tony —. La traeremos al instante.
—Me temo que es imposible —respondió el extraño —. Tomar la gema conlleva una gran responsabilidad, y para obtenerla hay que ofrecer un sacrificio, sólo así podrán poseer la gema.
Ambos nos quedamos en silencio procesando las palabra que acababan de salir de la boca del extraño hombre, no me atrevía a mirarlo pero podía sentir la mirada de Tony sobre mí, esperando que dijera algo, qué tal vez todo había sido una locura y volviéramos por donde habíamos llegado pero no había sido asi.
—Podemos buscar otra solución —dijo Tony luego de ver como el extraño miraba el borde del precipicio. Se volteó para tomar mi rostro entre sus manos —. No podemos hacerlo, Morgan... Ella nos necesita amor. Hel, no, no podemos hacerlo —dijo con desesperación. Miré su rostro y mi corazón se apretó —. Los muchachos lo entenderán, podemos hacer otro viaje y recoger la gema de otra manera. ¿No? —se alejó dispuesto a devolvernos pero tomé su mano.
—Cueste lo que cueste —dije convencida. No quería volver con las manos vacías y tampoco quería volver sin Tony. No quería perder a Morgan, ella era muy pequeña aún pero también quería un mundo mejor para ella, Tony y Peter. Miré el rostro de Tony y besé sus labios. Me separé y dejé que el dolor embargara el cuerpo de Tony. Él cayó al suelo cuando el electroshock hizo efecto en su cuerpo —. Lo siento —dije antes de correr. Cerré los ojos antes de saltar, la cálida brisa hizo que el cabello que Nat se había encargado de peinar se soltara. Sentí la sensación de caer al vacío pero se detuvo al instante, un fuerte agarre en mi mano evitó que siguiera cayendo. Levanté la mirada viendo la cara de pánico de Tony.
—No haremos esto —negó llorando y con la voz rota —. No dejaremos a Morgan sola, Hel. No somos nuestros padres.
—Quiero un mundo mejor para ella y para ti. Quiero a nuestros amigos de vuelta, quiero que el mundo de antes vuelva, Tony.
— ¡Pero no sacrificandote!
—Todo estará bien, lo prometo —respondí.
—No, Hel. ¡No lo hagas!
Miré sus ojos.
—Los amo. Cuídala, por favor. Prométeme que lo harás.
—Lo prometo.
Solté su mano. Cerré los ojos antes de caer al vacío, el gritó de Tony partió mi corazón. Ella estaría bien, él la cuidaría. Ambos se cuidarían mutuamente.
[. . . .]
— ¿Tony? —Natasha se sentó a su lado preocupada. Miró a Steve buscando una respuesta pero él tampoco lo sabía —. ¿Dónde está Hel?
Tony miró a su amiga y lloró. Natasha lo entendió.
—Un alma por la gema —murmuró sin cansancio. Thor cayó al suelo mientras que los demás se miraban. Habían conseguido las gemas, pero, ¿A qué costo? Tony había perdido al amor de su vida y Morgan a su madre, eso no era justo.
[. . . .]
...Diez años después
—Hoy es un día bastante lindo ¿No es así? —preguntó Tony mientras besaba el cabello de Morgan. La morena río ante el gesto de su padre. Natasha los esperaba un poco más allá junto a Thor, Sam, los Guardianes, Rhodey, un adulto Peter, Wanda y Bucky con su pequeña hija. Los dos Stark saludaron a sus compañeros antes de sentarse frente a la gran estatua que adornaba la ciudad de Nueva York. En ella se veía a Steve junto a Helena con la leyenda: "Héroes del universo". Era el aniversario de la batalla como también el aniversario de muerte de ambos héroes. Morgan, como cada año de aniversario dejó unas flores del jardín del lago que su madre se había encargado de plantar sobre la estatua, dijo unas palabras que nadie había alcanzado a oír y se acercó para escabullirse en los brazos de su padre.
Tony se sentó frente a la estatua luego de comer, Bucky se sentó junto a él. Miraron la estatua sin decir alguna palabra, sólo admirando los rostros de las personas que habían perdido. Tony sabía que Helena había luchado junto a Bucky en Wakanda, ella se había encargado de decírselo años atrás y luego de decir que ojiazul había salvado su trasero más de tres veces, Tony lo había disculpado. No más rencores, había dicho luego de haber terminado la batalla diez años atrás. Bucky sólo lo había abrazado. Había perdido un amigo pero había ganado otro.
—Lena está gigante —dijo Tony luego de un silencio. La hija de ambos Vengadores era preciosa y Tony no dejaba de agradecer que hubieran puesto el nombre de su difunta esposa a la pequeña. Sin ella no estaríamos aquí, habían dicho ambos.
—Presenta las alteraciones de Wanda —respondió Barnes —. Ella no parece muy contenta con eso.
—Wanda siempre tendrá miedo de perderla. La entiendo, me da pánico sólo pensar perder a Morgan.
Bucky lo miró. Él también lo entendía, no sabía cómo Tony había seguido adelante luego de la pérdida de Helena. Él no sabría cómo seguir si algún día perdía a Wanda.
—Morgan es una chica inteligente. Además, ellos la protegen —señaló la estatuas. El corazón de Tony se apretujo.
—Si, ellos lo hacen —murmuró con una suave sonrisa. Bucky apretó su hombro.
Él la había cuidado, tal y como lo había prometido en Vormir.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro