Día31/Tú haces mejor persona

Tony miraba a Peter desde el umbral de la sala, lo veía reírse y pelearse con sus amigos: Ned y MJ. No entendía sobre que discutían, y no planeaba ser arrastrado a la pelea, solo quería presenciarlo.

Disfrutaba verlo pelear.

Tony miraba a Peter concentrarse en su proyecto final, lo miraba desde atrás, lo veía desechar hojas que contenían anotaciones, lo veía jugar con el lápiz, morderlo, golpearse y aventarlo, le divertía como fruncía su entre cejo cuando pensaba y también cuando reía victorioso por haber acertado en algo.

Disfrutaba verlo pensar.

Tony miraba a Peter cocinar, el ayudaba, solo un poco, pero corría en busca de pomada para cuando se quemaba, o se burlaba cuando la cara de Peter terminaba llena de condimentos, le pasaba los ingredientes y se divertía cuando lo regañaba por pasarle algo erróneo. Sin embargo, el castaño lo sabía arreglar.

Disfrutaba cocinar a su lado.

Tony miraba a Peter meter mano en sus proyectos, lo veía sugerir ideas, mejoras, incluso desechaba ideas que el mismo Tony ya había puesto en marcha, la forma en que no ya no temía de decir lo que pensaba.

Disfrutaba ver su seguridad.

Tony miraba a Peter entrenar, golpear los sacos, alzar las pesas y mancuernas, hacer ejercicio tras ejercicio, la forma en que sus músculos se tensaban, y el sudor empapaba su camisa.

Disfrutaba lo sexi que era sin querer serlo.

Tony miraba a Peter dormir, su rostro sereno, sus rasgos descansando, su pecho subiendo y bajando, las sonrisas entre sueños, y la paz inundándolo, provocando que el también pudiese dormir.

Disfrutaba su compañía.

Tony miraba a Peter todo el tiempo, lo miro desde el primer día al investigarlo, desde que se convirtió en su pupilo, desde que comenzó a retarlo, a bromear con él, desde que se enamoró, desde que se besaron por primera vez, cada momento Tony lo vivió de la mejor forma.

Y no evito mirarse a sí mismo, al ver como paso de noches de insomnio, llenas de pesadillas y fantasma pasados, a dormir en calma. De días sin comer nada a comer jugando con la comida. De encerrarse en su taller y soledad a vivir las ocurrencias de su pequeño.

Tony ladeo su cabeza, para poder mirar a Peter, quien veía la TV a su lado. Alzo su mano tomándolo de la barbilla, para que lo mirase.

—Spidey...

—¿Si?

—Amo lo que has provocado en mí.

Peter fruncido la frente confuso, pero sonriente.

—¿Qué provoque?

—Tú me haces mejor persona.

—Tú ya eras una buena persona.

—Ahora soy mejor, por ti, Peter.

Y Tony lo disfrutaba, disfrutaba ser mejor por y para Peter.