Día 27/Conocer a los padres

º º º

Tony Stark

Camino tomado de la mano de Peter, siento más presión sobre ella cada que nos acercamos más, sé que está preocupado por mí, pero quiero hacerlo. Me volteo para mirarlo y le sonrió, indicándole que estoy seguro.

El asiente y camina conmigo.

Esquivamos las tumbas vecinas, algunas llenas de flores, otras grises y sucias —señal de haber sido abandonadas—, ni siquiera sé dónde están ellos, no lo recuerdo, pero es Peter quien la encuentra y me detiene.

—Es aquí.

Leo la escritura: "Howard Stark" y "Marie Stark".

Peter quien carga un ramo de flores, me suelta, para que así yo pueda tomarlas.

—Sé que mi madre me quería, y aunque solía estar ausente en mi vida, yo la quise bastante, me es difícil decir lo mismo hacia mi padre, porque fueron años donde creí que nunca le importe, supongo que yo mismo llegue a sentir que no fui lo que él hubiera querido como hijo. —Peter se acerca al notar mi tono de voz decayendo, producto de las memorias y cicatrices del pasado—. Pero también lo quise.

»Ellos fueron mi única familia, hasta que llegaste tú, Peter. Y aunque ahora es imposible que puedas conocerlos, te he traído hasta acá. Yo jamás vine después del entierro, no sentí la fuerza necesaria para pararme aquí, y hoy la tengo, porque tú estas aquí. Mi madre te amaría, y estoy seguro que a mi padre le hubieras agradado, le gustaban las personas con mentes brillantes y con aspiraciones... puedo decir que tú eres todo lo que ellos hubiesen querido para mí.

—Tony... —susurra.

Sé que esto es especial para él, abrirle esta parte de mí, es derrumbar el último muro de mi frente a él.

—Gracias a ti logre perdonarme por mis errores, y logre perdonar a mi padre, ahora sé que cuando cargas con tanto, es difícil mostrar la vulnerabilidad, ahora puedo ver más allá, y después de todo creo que sí estuvo orgulloso de mi, o tal vez ahora lo este.

—Sé que lo está. Eres un gran hombre, Anthony.

—Por ti. —Lo veo quitar las fueras de mis manos y ponerlas sobre la tumba.

—Por nosotros. —corrijo—. Te amo, y gracias a ti hoy estoy liberando esta carga de mi pecho.

—Mi mayor placer es el que me ames de la misma manera en que yo te amo.

Siento mis ojos cristalizándose, y el parece notarlo cuando me toma el cuello y me abraza. Y es por sus abrazos que yo me permití abrazar mi pasado, con la esperanza de tener un cálido futuro.