Dia 12/Anillos de Promesa 

Aclaraciones:

—Continuación del día 9

º º º

Los mesen han transcurrido con el paso de las estaciones, el frío y calor rozándolos cada día, y las aventuras llenando sus corazones. Ambos se encaminaron a nuevas rutinas, para poder conocer más de cada uno, descubrir nuevas cosas y divertirse en el proceso.

Peter pudo ir eliminando cada inseguridad sobre su cuerpo gracias a cada acción de Tony, porque en lugar de sentirse intimidado por su pasado, el mayor se esmeró en hacerle saber que en todos sus años, no había conocido a nadie tan completo y brillante como lo era Peter.

Tony se encargó de mostrarle su mundo, sus componentes, sus tropiezos y pese a sentir miedo porque algo asustase al castaño, le demostró sin arrepentimiento y sin obligación cada rincón oscuro de su alma.

Los cuales ahora lucían iluminados al ser tocados por la exuberante luz de Peter.

Tony yace sentado sobre el sofá bebiendo una taza de café, dando un viaje de memorias recientes y latentes sobre su pecho.

º º º

—¿Estás seguro de esto? —le pregunto Peter cuando ambos estaban a punto de lanzarse desde los aires.

Tony con su nueva mark y Peter con su Iron-Spider.

—No llegamos hasta aquí en vano.

—Yo creo que siempre existe la opción de -¡Ay! —el castaño grito cuando sintió a Tony soltarlo.

El aire corría fuertemente golpeando su cuerpo, pese al traje sentia el aire rozarlo ligeramente, veía los tonos azules del cielo disminuir y las inconsistente pero hermosas nubes mientras descendía.

—¡Tony!

Tony ríe mientras sigue a su chico de cerca.

—Tranquilo, chico, te escucho y te sigo de cerca —respondió a través del intercomunicador que compartían.

—¡Esto es asombrosooo!

Ambos caían, Peter disfrutaba la sensación de la adrenalina correr por su cuerpo y Tony sentía diversión al compartir esos momentos con el chico, jamás creyó hacer algo así con alguna pareja y con Peter podía tenerlo y de una forma que nunca soñó.

Al acercarse a Tierra, Tony no permitió abrir el paracaídas y prefirió tomarlo en brazos.

—¡Tenemos que repetirlo!

—En otra ocasión, cariño.

º º º

Tony se puso de pie y camino hasta su habitación, miro su reloj y noto que faltaban alrededor de 20 minutos para que Peter llegase.

Por lo cual permitió aventurarse al pasado un poco más.

º º º

—No fue buena idea que me hayas traído —dijo Tony preocupado.

—Tranquilo, May no vendrá hasta la noche.

Peter estaba muy ocupado elaborando sus proyectos finales de semestre, por lo cual ir a la torre no fue una opción porque podría distraerse. Motivo que llevo a que Tony viniese al departamento de Peter a hacerle compañía después de no haberlo visto por una semana entera.

—Te extrañe bastante.

—¿Mucho?

Tony se acerca tomándolo del cuello, juntando sus labios y enlazando su lengua con la del menor, finalizando con un beso pequeño.

—Bastante.

—Vamos a mi habitación. —Peter se monta sobre el regazo del mayor.

—Creí que tenías mucho que hacer.

—No creo que me atrase tanto... —su voz se entre cortaba.

Tony tomo a Peter con fuerza y sintió como era rodeado por sus piernas.

El mayor abre la habitación del chico, lo recuesta sobre la cama, y comienza a besarlo por el cuello, los jadeos de Peter mandaban corrientes hasta su entre pierna, sus mano comenzó a desabotonar la camisa y paso a jalarle la playera a Peter, desciende dando besos por su pecho y abdomen dejando pequeñas marcas que serían muestras de lo sucedido.

Cuando el mayor está a punto de bajar los pantalones del castaño, el ruido de la puerta principal abriéndose los exalta poniéndolos de pie.

Peter siente su alma desvanecerse y usando toda su capacidad mental del momento, toma a Tony del brazo y lo jala hasta su armario donde ambos se meten encerrándose y quedando apretados.

Sus respiraciones son agitadas y deben que tranquilizarlas.

—¿Por qué te metiste tú? —susurra Tony lo más bajo posible.

Escuchan ruidos por fuera pero ninguno que alertara la llegada de May a la habitación.

—No razone lo suficiente.

Ambos están tan cerca que sienten sus pechos bajar y subir, sus respiraciones golpeándolos, y por debajo sus erecciones rozándose.

—Shh... —susurra Tony antes de agacharse y terminar lo que minutos atrás haría.

º º º

Tony mira su rostro reflejándose en el espejo, no reconoce al hombre en que se está convirtiendo, no existen más las ojeras adornando los entornos de sus ojos, los moretones ya no son parte de él, el brillo y suavidad de su piel y cabello es visible gracias a lo sana que su rutina se ha vuelto, y no podía ignorar el brillo en sus ojos.

Es feliz.

Después de décadas, se mira y ve a un hombre conociendo la felicidad y el amor.

Sonríe y camina hasta su bóveda escondida en uno de los rincones de la habitación. Lo único en ella era una pequeña caja, la toma y visualiza lo que probablemente comenzaría a enlazar su vida con la del castaño.

Camina y mete la cajita en el pequeño mueble al lado de la cama.

—¿Tony? —escucha la voz de Peter acercarse.

—Aquí estoy. —Tony da pasos hasta encontrarse a mitad de la habitación.

—Creí que nos veríamos hasta mañana, recibí tu mensaje, ¿sucede algo?

—Sí, que te extraño.

El mayor ve al castaño sonreír, sujeta su mano, la acaricia con sus pulgares y la alza hasta llevarla a sus labios.

—También te extraño, no te he visto en días, creí que querías un tiempo a solas.

—Tuve bastantes asuntos que arreglar, pero al fin soy tuyo.

Peter abre sus brazos enredándolo en un fuerte abrazo. Al romper el abrazo el castaño une sus labios a los del mayor y baja las manos quitando el saco de su pareja, quien sigue los besos necesitados de Peter.

Las manos aprendices comienzan a desnudar el torso de su mentor, desabotona el pantalón, y deja que el mayor se deshaga de su ropa. Al cabo de unos segundos Peter yace a arcadas sobre Tony en la cama.

—Creí que querías hablar —susurra Peter nublado por las sensaciones.

—Puede esperar —responde Tony.

Sus cuerpos se rozan, sus labios recorren sus cuerpos, Tony admira cada parte de su chico, acaricia cada centímetro de su piel y se permite susurrarle su amor a Peter, quien gustoso devuelve cada gesto.

La luz comienza a ausentarse en la habitación debido al caer de la noche y ambos disfrutan lo que tienen para darse.

Cuando sus respiraciones se tranquilizan Tony se sienta sobre la cama, acaricia el cabello de Peter y piensa en las palabras a continuación.

—Peter...

—Tony

—Hace mucho tiempo atrás, cuando te reclute para pelear en Alemania, sinceramente no pensé mucho en el lugar que ocuparías tú en mi vida. Me aterraba la idea de ser una persona a seguir. —Tony hace una pausa y suelta un suspiro. Peter siente el tono diferente en su voz y toma asiento a su lado—. Y siendo tan terco como yo, buscaste la manera de formar parte de mí día a día, y no evite tomarte aprecio. Cuando menos lo espere, un día me di cuenta de lo que comenzaba a sentir por ti.

—¿Tony que pasa..? — pregunta Peter preocupado.

—Cruzamos una línea, nos unimos en una relación, pasamos a hablar sobre las inseguridades en ella, y desde entonces, he querido que sientas de la misma manera en que yo lo siento, lo mucho que me gusta estar a tu lado. Soy un hombre nuevo gracias a ti, conozco la felicidad y el amor porque nuestros caminos se enlazaron.

Tony estira su mano abriendo el cajón y saca la pequeña caja.

—Es por esto, que quiero prometerte, que mi corazón será tuyo desde este momento.

Abre la caja mostrando dos anillos de oro blanco, ambos delgados y no tan detallistas, lo único tallado que se visualiza es la fecha del día en que comenzaron a salir.

—Tony...

—Es mi promesa de que quiero un futuro a tu lado. ¿Aceptas?

Las mejillas de Peter se tiñen y sus ojos se cristalizan suavemente.

—Acepto, Tony.

El mayor toma uno de los anillos y lo coloca sobre el dedo índice de Peter, quien repite el acto con el mayor.

—No sé qué podría darte para merecer esto, Tony...

—Eres tú a quien quiero.