10.- Mocoso & Anciano.
Dia 10/Confesión estando borracho
º º º
Peter se asoma por la ventana del auto dejando que el viento roce su rostro, sus mechones de cabello volando y la sonrisa pintada en él. Se siente en calma por el viaje. Tony lo invito de vacaciones a unas de sus mansiones a las costas de una playa que era de las más hermosas, según palabras del mayor.
—¿Todo bien, chico? —le pregunta Tony mientras conduce.
Peter aun no entiende por qué esta vez Happy no es quien los transporta.
—Sí, Señor. Aun no llegamos y el paisaje es muy hermoso.
—¿Trajiste tu cámara? —Tony sigue con su vista fija en el camino—. Seguro que habrá mucho que querrás fotografiar.
El castaño quita su mirada de la ventana y la vuelve hacia Tony.
—No, se la preste a MJ, apenas tuve tiempo de despedirme de ella y olvide pedírsela.
El mayor gira levemente y lo mira frunciendo el ceño.
—Bueno, creo que podremos conseguir una al llegar, ¿todo va bien con la chica?
—¿Disculpe? —Peter pregunta confuso.
—Sé que te gusta —afirma.
—No me gus... —Peter parece pensarlo—. Bueno, quizá un poco, pero solo somos amigos.
Tony asiente, toma con fuerza el volante y siguen su recorrido en silencio.
Al llegar Tony se estaciona y abre el portaequipaje, ve a Peter sacar sus maletas y lo detiene.
—Oh no, deja eso. Puedes ir a escoger la habitación que te guste, yo llevo tus maletas.
Tony mismo no puede creer que se ofrezca a hacerlo.
—Eh, no se preocupe, Sr. Stark, puedo hacerlo —le responde Peter confuso por la amabilidad del mayor—. Super fuerza, ¿recuerda?
Tony quiere decir algo, pero termina asintiendo y ambos se adentran juntos. El teléfono del mayor comienza a sonar y deja sus maletas en el suelo.
—Hey, Pep. —Peter se sorprende al escucharlo así de animado.
Está al tanto de la ruptura años atrás con ella, no tenía una idea muy clara de que tan cercanos siguieran siendo después de tanto, la ha visto en algunas ocasiones pero solo con temas relacionados a la empresa o eso creé él.
—Sí, estoy aquí —Peter siente la mirada de Tony sobre el—. Si, por supuesto, no lo olvido. No. Si. Si gustas puedes venir cuando todo haya terminado...
Peter mantiene un rostro inexpresivo. El mayor le da una mirada preguntándole si está de acuerdo, y pese a no estarlo, el asiente forzando una sonrisa.
—Ok, te esperamos.
Tony cuelga y vuelve a tomar las maletas.
—Pepper vendrá en un par de días —explica Tony—. Ahora, subamos las maletas y vayamos a dar una vuelta.
—En realidad me gustaría dormir un poco —le corta Peter—. Me siento algo cansado.
El mayor lo mira buscando la forma de persuadirlo a salir, pero prefiere dejarlo.
—Está bien.
A la mañana siguiente Tony es el primero en despertar, abre la ventana dejando que el aire recorra la habitación. Baja a la sala y al notar el silencio supone que Peter aún no ha bajado, así que decide subir, al llegar a la puerta —que se encuentra vecina a la suya— toca, pero no recibe respuesta.
—¿Peter?
Escucha unos golpes provenientes de adentro y cuando se dispone abrir la puerta se abre dejando ver los mechones húmedos de Peter.
—Lo siento, Sr. Stark. Hace mucho calor y quise darme una ducha. —explica Peter.
Tony lo mira y no puede evitar perderse en el torso desnudo del chico. Al darse cuenta de la mirada del mayor se apena un poco y corre a la cama por su playera para taparse.
—Acomoda todo que saldremos a explorar un poco, algunos pendientes que debo arreglar y más tarde la pasaremos en la playa.
Peter asiente.
La mañana y tarde se la pasan fuera, Peter acompaña a Tony a atender unos pequeños negocios en el área aprovechando la visita, almuerzan juntos, consiguen una cámara y tienen una plática que resulto incomoda a percepción de ambos.
—¿Y... piensas declararte a la chica? —había preguntado Tony.
—Tal vez —respondió Peter dándole una mordida a sus waffles—. ¿Piensa volver con Pepper?
Tony mirándolo fijamente y con el café quemando en su garganta no dice nada. Previo a eso ambos intentaron rescatar una plática pero ninguno de los dos quería saber más allá de eso.
Ahora volviendo a su estado normal de convivencia y amistad, volvían a bromear entre ambos.
—¿Qué tanto trajo en la hielera? —cuestiona Peter curioso.
—Algunas cosas para romper la tensión y relajarnos. —Tony duda un momento—. Ya eres mayor de edad, ¿cierto?
—Lo soy, ¿Por qué?
—Lo veras más tarde.
Ambos terminan de dejar a las costas los camastros con sombrilla extendiendo una manta en medio de ambos, y por detrás dejan la hielera y una bocina. Cuando todo está listo, Peter es quien se encarga de poner la música.
Peter toma algunas fotos a la playa, a la mansión desde el punto donde esta y de todo lo que ve alrededor, para finalizar le pide al mayor una foto quien acepta gustoso.
Al termino de unos minutos ambos se adentran al agua, ambos se permiten observar los cuerpos contrarios de la forma más discreta posible. Peter nada y Tony cuida que no le suceda nada, aunque resulta al revés, cuando es Peter quien tiene que ir en su ayuda al notar como su mentor comenzaba a tragar agua.
—Ya veo porque prefiere volar —molesta Peter a Tony quien se trata de recomponer.
—No te pases de listo, chico.
Peter ríe.
—Mejor recostémonos.
Ambos se centran en disfrutar de la calidez, el aire fresco golpeando sus cuerpos, el sonido de las olas y el mar junto a la música que los acompaña, ambos hablan entre tiempos, Tony pregunta por sus sueños, aquello que desea y anhela lograr, Peter es sincero con sus respuestas y Tony se siente orgulloso del chico que conoció años atrás y llevo consigo a Alemania.
De pelear en Alemania a descansar en la playa, ¿ha mejorado como mentor no es así?
El mayor le tiende sus deseos de que espera sea Peter quien algún día logre seguir con su legado y haga crecer todo, el castaño se sorprende considerablemente pero no da una respuesta.
—¿Quieres beber algo? —pregunta Tony poniéndose de pie directo a la hielera.
—Tengo jugo —Peter le muestra su cajita.
El mayor se ríe y niega moviendo su cabeza.
—Me refería a una cerveza —Tony le muestra las cervezas en su mano—. Aunque, no sé si bebas en realidad.
—Si lo hago, aunque le advierto que se necesita más que esa hielera para causar un efecto en mí.
—Tú y tus malditas habilidades arácnidas. —Le tiende una cerveza al chico—. Si necesitas algo más potente tengo esto.
Tony levanta un recipiente que Peter desconoce.
—¿Qué es eso?
—Un regalito de Thor.
Ambos sonríen y comienzan a beber. Siguen su plática, ambos se meten profundamente cuando llega el tema de un proyecto a realizar, ambos comparten sus hipótesis, teorías y posibles fallas.
—Está bien, he aparentado no estar interesado pero creo que quiero probar el regalo de Thor.
El genio sonríe y accede.
—Lo hare contigo.
Tony sirve en dos copas un poco de licor asgardiano.
—Toma. —Le entiende a Peter su copa—. Uno... dos... tres.
Ambos se lo toman y aunque en un principio no sienten algo, saben que no tardara en hacer efecto.
—Esta potente —dice Peter tosiendo.
—Lo sé, una ve-
Un sonido entrante entra al teléfono de Tony y este lo toma para responder.
—¿Si?, ¿Pepper? —Peter lo mira atento—. ¿Mañana estas aquí? Oh no, no tengo ningún problema... Eh sí. Está bien.
Tony corta y voltea a ver a Peter quien mira al cielo que comienza a oscurecer.
—¿Chico? —Se pone de pie pero al sentir el efecto del licor tomar fuerza vuelve a tomar asiento.
Tony vuelve a hablar después de pasar varios minutos en silencio. —Peter...
—Ehh
—¿Piensas andar con la chica esa? —pregunta con su mirada fija en el cielo que comienza a ser colorido en tonos anaranjados y amarillos.
—¿Por qué? ¿Acaso te importa? —Tony se exalta por dos motivos. El primero, nunca le había respondido así, el segundo, nunca lo había tuteado.
—¿Te sucede algo...? —cuestiona volteando su mirada hacia él.
Peter se esfuerza por no responder mal, la bebida vaya que está golpeándolo, sus pensamientos comienzan a ser borrosos y sin sentido.
—No.
—Peter... —Llama el mayor, quien se encuentra probablemente en una situación peor que el castaño—. ¿Sabes por qué te traje aquí?
—¿Para restregarme que vovlvdsras —las palabras se le enredan— con pepper?
—Para decirte que me gustas.
Peter se sienta repentina sobre la silla y se arrepiente de hacerlo porque se cae de ella. . ¿Escucho bien?
—¿Chico, estas bien? —pregunta Tony al verlo tirado.
—¿Qué dijiste?
—Que si estás bien.
—No, antes de eso.
Tony lo mira desde arriba, abre la boca y vuelve a cerrarla.
—Supongo que escuche mal.
—No lo hiciste.
—...
—No te preocupes —Tony se vuelve acomodar con su mirada fija en el cielo, su entorno se mueve tanto que no sabe bien si las palabras salen en el orden correcto—. No interferiré en tu relación con la chica.
—¡Por un demonio! —grita Peter molesto—. Lleva todo el tiempo insinuando eso, ¡MJ y yo solo somos amigos! Y si así fuera, ¡A usdgt que rayos le importa!
Tony guarda silencio tratando de entender lo que dice Peter.
—Solo le dije que si me gustaba para que dejase el tema en paz. Además, usted piensa volver con Pepper y hasta la invito a venir. —escupe Peter.
Se esfuerza por ponerse de pie para irse pero no lo logra, en su lugar se acomoda en medio de la manta tendida.
—Pepper vendrá porque le firmare unos papeles y solo somos amigos. Ella sabe lo que siento. Por ese motivo Happy no vino.
—Mentiroso.
Tony comienza a enojarse.
—No soy un mentiroso, mocoso.
—No me diga mocoso, anciano.
—Nunca más volverás a beber, te vuelves un mocoso irreverente.
—...
—En verdad me gustas —vuelve a aclarar.
—Y usted a mí —le sigue—. Desde hace tantos años en realidad.
—¿Qué?
—Aja.
—...
—¿Otra vez guardara silencio? ¿Por qué nunca me dijo nada? Pudo salvarme de tantas citas fallidas que tuve para sacarlo de mi mente.
—Porque temí que me vieras como un anciano depravado y no fuese mutuo —le explica—. Aunque bueno ya note que si me vez como un anciano.
Ambos ríen y Peter se permite bajar sus defensas.
—Es mutuo.
—¿Por qué no tratas de subir aquí? —Le pregunta Tony dejando un hueco a su lado sobre su camastro.
Peter gatea hasta estar más cerca y cuando llega se recarga sobre el camastro poniéndose de pie y recostándose al lado de Tony.
—¿No tienes frio, Peter? —pregunta Tony buscando algo con lo cual taparse, pero no encuentra nada.
—Espere... —Peter baja su mano tomando la sabana y jalándola hacia ellos.
Tony extiende su brazo detrás de Peter y el rostro de este cae recostado sobre el pecho de su mentor.
—Nunca creí estar así con usted.
—Vuelve a tutearme, me calienta más que esta manta.
Peter se ríe y se acurruca más a su lado, sonríe cuando siente un beso sobre su cabeza proveniente del mayor.
—Está bien, Tony.
Ambos disfrutan de su cercanía y de la libertad que les ocasiono sus confesiones, ahora solo esperan la caída del sol y la ausencia del licor sobre sus cuerpos para aclarar totalmente sus corazones.
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