★⌒ヽFinal alternativo
—¿Estás listo, Innie? —preguntó Chan mientras terminaba de acomodar su traje, girándose para ver a su novio.
—Sí, qué bueno que Boyoung noona me dijo que podía caminar, bailaré contigo al menos —rió Jeongin, acercándose al mayor para dejar un besito en sus labios—. Bueno, no puedo llegar a tarde al baile de graduación, Channie. Debo dar el discurso, tardé mucho en planear esto.
—Bien, vamos, In. ¿Cómo se encuentra Joshua hoy? —ambos salieron de la habitación que compartían, pues la habían remodelado para que Jeongin pudiera tener todo allí y podía salir del hospital. Con cuidado bajaron de las escaleras, encontrándose con el señor y la señora Yang.
—Hoy pateó mucho, creo que será energético —respondió Jeongin antes de ser abrazado por su madre.
—Mi pequeño niño, qué lindo te ves yendo a tu baile de graduación, estás tan grande —la mujer agarró las mejillas de su hijo, acariciándolas.
—Eres realmente mi orgullo, Jeongin —el señor Yang se acercó a su hijo, abrazándolo por primera vez en diez años—. Suerte y no bebas nada de alcohol, espero que disfrutes tu noche.
Luego de una última despedida, la pareja salió de su hogar para subirse al auto del alfa, quien de inmediato empezó a conducir hacia el hotel donde sería el baile de último año del menor.
—Estoy nervioso, ¿sabes? Pero son de esos nervios buenos, no de esos nervios malos —el menor rió por su mala explicación y se giró para ver a su novio conducir—. ¿Ya te dije que te ves muy sexy cuando conduces?
—Sí, In, me lo has dicho muchas veces —rió Chan agarrando la mano del menor, sin despegar su vista de la carretera—. Espero que Joshua no te moleste mucho mientras estamos allí. ¿Qué me dijiste que servirían de comida? —preguntó el alfa, desviando su mirada por unos segundos.
—Algo de pollo, carne de vaca, como menú vegetariano tendrán tortilla de papas, de bebida habrá distintas marcas y de alcohol habrá únicamente algo de cerveza y tequila. No nos dejaron poner más —respondió el omega con una sonrisa mientras llevaba su mano libre a su vientre, donde las pataditas de su bebé se sentían—. Es hora de dormir, Josh, tus papis estarán ocupados durante la noche.
—Así es, Joshua, así que mejor duerme así la molesta música no te molesta.
Ambos se sonrieron una vez más y el resto del camino se basó en bromas y juegos entre ambos. Alrededor de veinte minutos después habían llegado finalmente al hotel donde sería aquella fiesta, la mayoría de alumnos de quinto año allí ya se encontraban, por suerte tenía capacidad para los 240 alumnos que había entre el turno mañana y turno tarde.
—¿Listo para entrar, Innie? —preguntó Chan quitándose el cinturón de seguridad, sonriendo levemente—. ¿Cómo es que es la entrada?
—No me gusta la forma de entrada —Jeongin hizo un puchero, acomodándose el traje—. Las milis querían que cada pareja tuviera su presentación especial y al entrar dicen tu nombre y apellido junto al de tu pareja, es feo, no me gusta —Jeongin mantuvo su puchero mientras bajaba del auto de su novio—. ¿Vamos?
—No lo veo tan feo, me gusta el detalle, cariño. Anda vamos —Chan agarró la mano de su novio y caminaron juntos hacia la entrada.
Luego de que les tomaran sus nombres y ser presentados, todos los ojos se posaron en ellos, en realidad era de esperarse siendo Jeongin el omega declarado el más lindo de la institución y Chan siendo un alfa que imponía autoridad con su presencia, además de ser bastante mayor que ellos. Los primeros en acercarse fueron Félix, que estaba junto a un bastante fastidiado Changbin.
—¡In! Wow, ¿cómo está el bebé? —preguntó Félix abrazando al que era menor por un día, no se veían desde el día del juicio que había pasado ya hace una semana.
—¡Él está genial! Joshua es demasiado energético y patea todo el tiempo que está despierto —respondió Jeongin con una sonrisa para luego acercarse a Seo y abrazarlo, ambos habían quedado como buenos amigos luego de lo sucedido—. Changbin, con Chan lo hablamos y dejaremos que decidas el nombre coreano del bebé, pero tendrá el apellido de Chan —Jeongin sonrió, alejándose de él para quedarse junto a Chan.
—¿Hablas en serio? —preguntó Changbin sonriendo levemente, la pareja asintió y Seo celebró un poco.
—Bien, Lixie, vamos a la mesa, sé que nos tocó juntos.
Jeongin se separó de su alfa y agarró la mano de Félix, caminando ambos hacia la mesa que les había tocado y dejando a los alfas detrás.
—¿Estás en cinta? —preguntó en medio del camino, haciendo a Félix ponerse nervioso.
—No le digas a Bin, será una sorpresa. Joshua tendrá con quien jugar.
Ambos rieron y siguieron hablando mientras los dos mayores solamente hablaban sobre el trabajo, a veces hablaban entre los cuatro.
—Bien, es hora de ver quiénes son los reyes alfa y omega, y las reinas alfa y omega del baile, ¿están listos? —habló Choi Jisoo, conocida como Lia, mientras miraba a todos sus compañeros, ella era la delegada de quinto octava, turno tarde—. Bueno, la reina omega del baile es... ¡Shin Yuna! —habló fuerte por el micrófono mientras la mencionada saltaba algo feliz y subía al pequeño escenario que habían armado—. Como reina alfa tenemos a... ¡Shin Ryujin! —la mencionada únicamente sonrió de lado y fue a pararse junto a su pareja, Yuna, que estaba bastante feliz de que ellas fueran las elegidas.
—Hey, hey, aún faltan dos personas más —Jeongin habló por el micrófono mientras agarraba dos sobres, él debía anunciar a los otros dos ganadores—. Bien, el rey alfa es... ¡Son Youngjae! —dijo feliz el omega mientras veía a su amigo subir al pequeño escenario—. Y, por último, nuestro último suertudo es... ¡Yang Jeongin! ¿Espera qué? —el castaño frunció su ceño al leer su propio nombre, pero cuando se dio cuenta ya tenía una pequeña corona puesta, buscó entre las personas a su novio que aplaudía feliz hacía él, cosa que le hizo sonreír a él también.
—Con permiso, chicos, es momento del baile final —declaró Lia mientras música lenta empezaba a sonar, Jeongin se acercó a Eric y rió.
—Ve con tu alfa, In, yo veré si me armo de valor para invitar a Juyeon a bailar —Eric rió acariciando los cabellos de su amigo, quien asintió y fue corriendo hacia donde Chan se encontraba.
—Disculpe, señor Bang —Jeongin se acercó al mayor, hablando cortés—. ¿Podría usted permitirme esta pieza de baile? —preguntó intentando no reír, cosa que falló al ver a su novio contestarle.
—Claro que acepto bailar con usted, joven Yang.
Ambos rieron y se acercaron un poco, Chan llevó sus manos a la cintura del menor mientras que Jeongin llevaba las suyas a los hombros del alfa. Así juntos, empezaron a bailar al ritmo de la música, lento, tranquilo, mirándose a los ojos y mostrándose amor por sus miradas que parecían brillar. Segundos después, juntaron sus frentes, sonriéndose mutuamente.
—Te amo, Yang Jeongin —declaró Chan aun bailando.
—También te amo, Bang Chan —Jeongin dijo antes de unir sus labios con los del mayor, en un beso que no demostraba más que amor.
—Fue una linda noche —dijo Jeongin mientras subía al auto junto a Chan.
—Jamás pensé que asistir al baile de graduación fuera tan divertido —Chan rió poniéndose el cinturón de seguridad para luego encender el auto y empezar a conducir.
Hacía quince minutos había terminado el famoso baile de graduación y ellos habían decidido ser los últimos en irse, para no tener que aguantarse todo el tráfico que habría con los autos de 240 adolescentes.
—¿Ustedes no tuvieron uno? —preguntó curioso Jeongin, mientras se acomodaba en el asiento, teniendo una mano en su vientre, él normalmente no se ponía el cinturón de seguridad, pues le apretaba bastante el vientre.
—Oh, claro que tuve un baile de graduación, pero no asistí porque no tenía ganas, es todo —Chan rió mientras desviaba su mirada de la carretera unos segundos, mala decisión.
—Ya veo, tonto alf- ¡Chan maldición mira por dónde conduces! —gritó Jeongin viendo el auto ir hacia ellos.
Para cuando el alfa reaccionó, ya era tarde,habían chocado contra una camioneta
Chan abrió sus ojos y miró la bolsa de aire que había frenado un poco su golpe, miró hacia un costado para ver cómo estaba su novio, pero el miedo le inundó al ver el lugar vacío y el parabrisas roto, sin importarle la poca sangre que en su cabeza había salió del auto, encontrando a su novio tendido sobre el capo de este mientras sangre salía de su cabeza. Empezando a temblar agarró su celular para poder llamar una ambulancia y cuando esto estuvo hecho se acercó a su novio, tenía conocimientos gracias a que estudiaba para ser cirujano, pero, aun así, su mente en ese momento no procesaba bien la información. Al reaccionar, con cuidado volteó el cuerpo de su novio manteniendo su cuello firme y examinó las heridas que tenía, brazo, cabeza y piernas sangrantes, sintió miedo al verlo así, inconsciente.
Pasaron unos cuantos minutos antes de que la ambulancia llegara y primero se llevaron a su pareja. Sin importarle la advertencia de los médicos sobre que debían evaluar sus heridas, se subió a la ambulancia junto a su castaño novio, pasaron quince minutos antes de que llegaran al hospital y siguiendo a los paramédicos, bajó del vehículo, se encontró con Boyoung allí esperando para revisar al menor y rápidamente empezó a explicarle lo que había pasado mientras seguía a dónde sea que llevaran a la camilla del menor.
Lo detuvieron justo cuando entraron a una pequeña sala de revisión y, por la pequeña ventana que había afuera. Vio a todos trabajar, pero su vista se concentró en el monitor y la línea recta que esté mostraba. Vio a Boyoung empezar con el RCP, la vio hacer todo lo posible para salvar a su novio. Sin embargo, su mundo se rompió en pedazos cuando Boyoung salió del pequeño cuarto hablando.
—Hora de la muerte, 04:32 a.m.
La beta iba a seguir caminando cuando recordó algo y volvió hacia la habitación, iniciando con el RCP de nuevo, administrando medicamentos, Chan sabía lo que estaban haciendo. Hacían que la sangre siguiera circulando para que llegara al bebé y poder salvarlo, pero en ese momento nada le importaba, solamente sentía sus lágrimas bajar por sus mejillas y su lobo aullar de tristeza, habían perdido al amor de su vida.
Chan sacudió su cabeza ante los recuerdos de, en su opinión, los mejores meses de su vida, extrañaba a su castaño y si no fuera por el pequeño torbellino andante que tenía como hijo, ya se habría ido hace mucho tiempo.
Bang Joshua, ese era el nombre de su pequeño que tenía una gran similitud con Jeongin, era un pequeño cambia formas realmente energético, pero a la vez tímido. Hacía ya ocho años que había sucedido la muerte de su pareja y el nacimiento de Joshua, habían sido años muy buenos y aunque al principio le había costado bastante el hecho de asimilar que ya no tenía a su pareja destinada, su hijo se encargaba de llenarle de felicidad cada día que pasaba.
—Papá —su pequeño llegó hasta él, sentándose a su lado en aquel amplio sofá—, uhm... ¿Por qué yo no tengo mamá o papá como los otros niños de mí escuela? —preguntó el pequeño niño con un puchero en su rostro, Chan frunció su ceño ante esta pregunta y pasó su brazo por los hombros de su hijo, sintiéndole levemente.
—¿Quieres escuchar una historia, Josh? —preguntó Chan mirando a su hijo asentir bastante emocionado—. Hace algunos años había un hermoso omega, Yang Jeongin era el nombre de este chico, él fue comprometido con un alfa de nombre Bang Chan que de casualidad era su pareja destinada, ambos se enamoraron perdidamente el uno del otro, se amaban con todas sus fuerzas al igual que sus lobos —contó con una sonrisa, acariciando el cabello de su hijo—. Este bello omega estaba a la espera de un pequeño bebé, para la pareja había únicamente felicidad hasta que aquella noche llegó. Ambos volvían de una pequeña fiesta de egresados que el omega tenía cuando, por una distracción del Tonto Alfa, chocaron con otro automóvil. El Alfa estaba bien, pero el omega había sufrido bastante daño, él sobrevivió hasta que su pequeño nació y luego finalmente se fue, convirtiéndose en un Ángel. ¿Sabes cómo se llamaba ese niño? —preguntó Chan, viendo a su hijo esta vez negar—. Bang Joshua es el nombre de ese niño. Mi pequeño, tú claro que tienes un papi como tus compañeritos, pero él se convirtió en un Ángel para protegerte desde el cielo, siempre está cuidando que nada te pase y está a tu lado.
—Entonces, papá... —empezó el pequeño, mirando a su papá con sus ojitos cristalizados—. ¿Tú eras ese Tonto Alfa?
—Sí, pequeño, yo era ese Tonto Alfa.
Inspirado en el accidente de Callie y Arizona.
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