★⌒ヽ 19
—Lo cuidarás bien, ¿no? No quiero que algo malo le pase a Joshua mientras está en tus manos —Chan dijo mientras le pasaba el bebé a Changbin, quien asintió con una sonrisa de ver y poder cuidar a su hijo—. Bien, debe tomar la leche a las una de la tarde, luego a las cuatro, a las siete y a las doce de la noche, cambio de pañal cada dos horas y baño todos los días, espero que te diviertas con tu hijo.
—Lo haré, Chan, tú tranquilo, yo nervioso —Changbin soltó un risita viendo al bebé que lo veía curioso, habían pasado dos meses desde su nacimiento y con Jeongin habían arreglado que se quedaría con él una semana cada dos meses—. Bang Joshua estará bien con el tío Changbin y el tío Félix.
—Bien, nos vemos, Changbin —Chan se acercó un poco más al bebé, dejando un beso en su frente—. Nos vemos, pequeñito, en una semana vendré por ti.
Chan rió y luego de ver que Changbin ya había entrado a su hogar, se subió a su auto nuevamente, había despertado antes que Jeongin y había ido a dejar a Joshua en casa de Changbin como habían acordado. Empezó a conducir hacia su hogar nuevamente y paró unos minutos en una heladería, tenía planeado una linda semana junto a Jeongin, películas, tener alguna cita y muchos dulces, sabía que al menor le gustaba la idea.
Sin embargo, nunca esperó que al llegar y entrar a su hogar el aroma de su novio inundara sus fosas nasales, este estaba claramente más dulce, con lentitud Chan subió las escaleras y abrió la puerta de su habitación, encontrándose con su novio rodando en la cama de un lado para el otro mientras gimoteaba. Tragó al verlo de esa manera y lentamente se acercó, su momento de brillar había llegado.
Con cuidado se acercó a él, el omega al darse cuenta de la presencia de su novio había parado de rodar por la cama, quedando justo en medio de esta. Chan se colocó encima del menor sin aplastarlo por completo, una de sus piernas se metió entre la del menor, haciendo presión allí mientras que con su mano libre agarraba las muñecas del menor, colocándolas encima de la cabeza de este.
—¿Entraste en celo, bebé? —Chan preguntó, dirigiendo sus labios hacia el cuello del menor, besando este con lentitud. Apretó un poco las muñecas del menor al no recibir respuesta.
—¿N-no es demasiado obvio? —murmuró Jeongin, haciendo a Chan reír, le encantaba que su actitud no cambiara en ningún momento.
—¿Debería hacer algo? —sonrió el mayor mientras su pierna se movía un poco, sacándole un jadeo al menor—. ¿O simplemente debería ir a otro lado y dejar que manejes tu celo tú solito?
—¿Podrías ser un buen novio y ayudarme? —Jeongin gruñó mientras intentaba liberar su agarré en las muñecas.
—Dios, ¿ya había dicho que te amo?
Chan rió suavemente, antes de unir sus labios con los del menor en un beso bastante desesperado por parte de ambos. Sus lenguas se encontraron inmediatamente, iniciando una lucha entre estas mientras que la pierna del alfa seguía moviéndose de vez en cuando, sacándole jadeos al menor que eran callados en los labios del otro.
Se separaron segundos después y el omega llevó sus manos a los botones de la camisa del contrario para empezar a desprenderlos mientras que el mayor volvía a su trabajo de besar todo el cuello del menor.
Una vez que Jeongin terminó de desprender la camisa del mayor, inmediatamente se la sacó, dejando que el contrario sacara su camiseta de pijama, quedando así ambos sin la parte superior de sus prendas.
—Amo tu cuerpo, Innie —susurró el mayor mientras sus besos bajaban a las clavículas del chico, dejando algunos chupones— Eres tan jodidamente hermoso.
El omega no le estaba prestando realmente atención, estaba demasiado ocupado disfrutando de los besos del alfa y de la atención que le estaba dando a su miembro con su pierna.
Por otro lado, el alfa decidiendo apurar un poco las cosas, dirigió su mano libre bajo el pantalón y ropa interior del menor, con cuidado ingresó un dedo a la entrada del menor, que ya soltaba el lubricante material típico de los celos omegas.
El menor soltó un pequeño gemido al sentir aquel dígito en su interior y sus manos se dirigieron al pecho del alfa, acariciando este mientras sentía su omega ronronear por el contacto con su alfa.
—¿Te gusta esto, Innie? ¿Te gusta la atención que te doy? —preguntó Chan, bajando un poco más hasta llegar a los pezones del menor, mordisqueando uno mientras que el otro lo estimulaba con la mano que minutos antes tenía las muñecas del contrario.
El menor solamente atinó a ronronear levemente mientras asentía, mordiendo su labio para que ningún sonido vergonzoso escapara de sus labios, cosa que solamente hizo reír al mayor. Chan ingresó otro dedo en la entrada del menor, que ésta ya estuviera lubricada le ayudaba bastante en preparar a su menor. Sonrió de lado al escuchar el gemido ahogado del menor y la mano que se encontraba en el pezón de este se dirigió a los bordes del pantalón del menor, empezando a bajarlos junto a la ropa interior, pasaron unos segundos para que estos estuvieran finalmente fuera y la erección que el menor tenía fuera revelada, cosa que hizo reír levemente a Chan.
—¿De qué te ríes, tonto alfa? —gruñó Jeongin mientras desviaba su mirada, sintiéndose algo tímido.
—Solamente de lo lindo que eres, Honey —Rió Chan.
Ante la falta de respuesta, el mayor se concentró en darle el placer que el cuerpo del omega pedía, bajó lentamente los besos por su pecho y abdomen, llegando hasta la zona pélvica, donde repartió algunos besos antes de bajar un poco más y encontrarse con el comienzo del miembro de su menor. Empezó a repartir besos alrededor de este para luego meterlo por completo a su boca, si no tuviera el miembro del menor en su boca habría reído al escuchar el fuerte gemido del menor. Aprovechando la situación metió el tercer dedo en la entrada del menor.
—P-por favor más, Channie —pidió el omega llevando sus manos a los cabellos del mayor, únicamente acariciando estos mientras disfrutaba el placer que le daba.
Por otro lado, Chan asintió, moviendo su cabeza de arriba hacia abajo dándole el placer al menor. Si era sincero, se encontraba algo nervioso, pues sería la primera vez que ellos llegarían mucho más allá que simples toqueteos.
No era su primera vez teniendo relaciones, claro que no, pero sí su primera vez haciendo el amor.
Luego de unos minutos, dónde no escuchaban más que los pequeños gemidos del menor y el obsceno sonido de Chan chupando el miembro del contrario, sacó este de su boca y se colocó nuevamente encima del omega.
—Desnúdame, bebé —dijo con su voz bastante ronca en el oído del menor, dejando algunos besos en este.
Siguiendo las órdenes del alfa, el omega llevó sus manos al pantalón del mayor, empezó sacando con extrema lentitud el cinturón de este, luego siguió desprendiendo los botones del pantalón que tenía y lo bajó con algo de nervios. Dejando al mayor cubierto por una pequeña tela, que lo único que hacía era remarcar la erección que este tenía, mordió su labio levemente y quitó finalmente la ropa interior contraria, dejando a la vista su erecto miembro. Pasó su lengua por su labio inferior y seguido miró al mayor, que le miraba sonriente.
Chan estiró su mano para poder alcanzar la mesita de luz de dónde, luego de rebuscar unos segundos, sacaba un pequeño sobre que era claro que tenía un condón. Con cuidado lo abrió y luego de colocárselo, como correspondía, se acercó de nuevo al menor, quien no podía apartar la vista de la vista que tenía.
—¿Estás listo, cariño? —dijo Chan mirando a los ojos de Jeongin mientras se acomodaba entre las piernas de este.
—Si se trata de ti siempre estoy listo, Channie —contestó el menor, antes de unir sus labios con los del alfa.
Aún en medio del beso, Chan acomodó su miembro en la entrada del menor y de una manera lenta empezó a penetrarlo, sintió al chico debajo suyo tensarse, por lo que paró unos segundos antes de continuar.
Ambos se separaron del beso y se miraron a los ojos, Chan esperando la señal del menor y Jeongin intentando acostumbrarse al dolor. Luego de unos segundos, asintió sin despegar la mirada del alfa, quien ante esa mirada con lentitud empezó a moverse en el interior del menor.
Sus besos se unieron nuevamente, callando todos los gemidos y gruñidos que quisieran salir de sus labios. Las manos de Jeongin se dirigieron a la ancha espalda del alfa, rasguñando esta cuando lentamente el dolor pasó y el placer avanzó. Sus labios se separaban cada tanto para poder respirar, pero luego volvían a unirse como si un imán tuviera.
La mano del alfa se dirigió al miembro del omega tras unos minutos, él sentía que estaba cerca de correrse y por lo menos quería acabar junto a su novio en ese momento. Se separaron una vez más, pero esta vez se quedaron mirando, viendo un brillo que nunca habían visto en las miradas del otro.
—Estoy cerca, alfa —dijo entre pequeños gemidos el omega mientras arqueaba su espalda, sintiendo su vista nublarse ante las pequeñas lágrimas que se debían al placer que sentía.
—Yo también, bebé, acabemos juntos —gruñó levemente mientras miraba al menor y trataba de grabar esa imagen en su cabeza. Era Yang Jeongin, su hermoso novio debajo suyo con el sudor cubriendo su cuerpo, labios entreabiertos por dónde pequeños sonidos se escapaban, cabello alborotado, ojos cerrados, labios hinchados. Era simplemente la mejor vista que tendría nunca.
Unas cuantas estocadas más, bastaron para que el menor se corriera primero y seguido de él, se corriera el mayor. El omega ladeó su cabeza para dejar expuesto su cuello y el alfa aceptando esa invitación mordió su cuello, en ese momento ambos sintieron el lazo armarse. Para Jeongin dolía, maldición, claro que dolía, pero la felicidad que sintió él junto a su lobo al momento de ser marcado era mucho mayor que el dolor.
Por otro lado, Chan sintió a su lobo aullar de felicidad. Antes de que sus dientes dejaran el cuello del menor, dejó unos cuantos besos en el lugar donde la marca aparecía y luego dirigió su vista a su pareja que mantenía una sonrisa en su rostro.
—Te amo tanto, Chan, gracias por aparecer en mi vida —susurró Jeongin acercándose más al mayor.
—Yo también te amo, Jeongin, te amo cómo no tomes idea —unió sus labios durante cortos segundos, ambos se sentían felices.
—¿Te parece bañarnos y repetir esto? —preguntó juguetón el omega mientras pasaba sus manos por el pecho del alfa.
—Suena perfecto para mí, Honey.
Chan rió y salió del interior de Jeongin, se quitó el condón y luego de atarlo bien y tirarlo a la basura, cargó a su novio para ir juntos a la ducha y repetir lo que hace minutos acababa de suceder.
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