33 - Aún estás aquí
Liam
Bueno, estoy bastante confundido.
Al parecer a mi hermano le gustan los chicos, pero no cualquier chico si no Dante, ellos tienen algo y no se lo dijeron a Olivia, y ella los encontró en una situación comprometedora y todo explotó.
Necesito ir con mi hermano, pero Olivia me pidió que me quede con ella y eso haré. Además Frank siempre prefiere que le dé su espacio.
— Te amo, lo sabes, pero te excediste con Dante — le digo en cuanto estamos solos en su habitación.
— Lo sé, es que de verdad me dolió.
— Lo entiendo, pero decirle que estás feliz de no llevar su sangre fue demasiado, sobre todo porque no es verdad...
Ella hace un puchero y se recuesta en mi pecho, me quita el miedo saber que aún soy la persona con la que quiere estar cuando las cosas van mal.
— ¿Tú sabes lo que se siente no poder confiar en nadie?
— ¿En nadie? ¿Estás segura? Porque Dante no es tu único hermano...
— Los demás, también me mintieron — sus ojos se humedecen otra vez cuando lo dice, algo pasó mientras no estaba, algo que le hizo más daño del que está pudiendo soportar.
— ¿En qué?
— La madre de Emma... — murmura hundiendo su cabeza en mi pecho para no tener que mirarme.
— ¿Tu mamá?
— Mi mamá se murió, Liam.
— Okay... Lo siento. ¿Tu progenitora? — me corrijo entendiendo su punto.
— Ella ya no está en la cárcel, le dieron siete años, y luego redujeron su pena a la mitad por buen comportamiento.
— ¿Y las buscó?
— No, no a mí.
Ella es compleja para contar las cosas, hay que ir sacándole detalle por detalle con mil preguntas porque de otra forma solo se queda en silencio.
— ¿Buscó a Emma?
— Un día estaba por irme al colegio, sonaba el timbre, abrí la puerta y estaba allí. Así, de golpe, sin previo aviso. Me paralicé, me temblaban las piernas y tenía miedo, no entendía, yo...
Dejo un beso sobre su cabello y acaricio su rostro con mi pulgar. No quiero presionarla, pero ella obviamente necesita hablar de esto.
— ¿Sabes lo que me dijo? — su voz suena quebrada, y no puedo dejar de reprocharme por no haber estado ahí.
— ¿Qué? — pregunto tomando una respiración profunda.
— "Ah, eres tú". Y luego Emma llegó, y ella me hizo a un lado para verla, parecía muy emocionada por ver su panza y... es que no entiendo ¿qué es lo que está mal conmigo? ¿Por qué nadie me quiere de verdad? Ni siquiera mi... mamá.
De pronto tengo ganas de llorar con ella, no me gusta que se sienta así, ella tiene que sonreír, tiene que ser feliz a cada minuto, tiene que sentirse amada y valorada cada día de su vida.
— Todos lo sabían Liam, salvo Dante. Emma, Noah, Matteo, Emily y mi papá. Todos me lo ocultaron, Emma la había estado viendo, y ni siquiera preguntó por mí, me lo ocultaron, ya no puedo confiar en ellos.
— Seguro hay una explicación, sé que Noah te lo ocultaría pensando que te protege, pero Emma no lo hubiera permitido.
— Me dieron sus explicaciones, y sus disculpas, dicen que querían cuidarme y toda la mierda, y yo los perdoné, pero una vez que te mienten ya no vuelves a confiar de la misma forma. Entonces dije, tal vez no puedo confiar en ellos, pero sí en Dante, él nunca me mentiría...
Otra vez está llorando, y no sé qué hacer ni que decir para que se sienta mejor, de verdad pienso que lo mejor que puede hacer es llorar, sacar todo para luego comenzar a reconstruirse.
— Aún puedes confiar en mí.
Levanta su cabeza para verme a los ojos.
— ¿Es en serio Liam? — le doy un asentimiento y rueda sus ojos — Me dijiste que no me amas mirándome a los ojos, ¿era verdad?
— No.
— Entonces tampoco puedo confiar en ti.
Tomo su mentón para que me mire a los ojos, beso la punta de su nariz haciendo que sonría levemente.
— Hadita, todos nos equivocamos, la mayoría de las veces creyendo que hacemos lo correcto. Que ellos se hayan equivocado contigo no significa que no te amen, solo que tal vez no son tan perfectos como tú los has creado en tu mente. Es parte de crecer, ver a las personas que admiras como personas reales, ver también sus lados oscuros y amarlos igual.
— Yo sí los amo... Es que...
— ¿Y tú? ¿Eres capaz de ver tus propios errores? ¿Eres capaz de ver tus defectos? Porque todos nosotros los vemos, y te amamos así.
Muerde su labio inferior y me mira con gesto descreído, amo su gesto de niñita caprichosa, me da ganas de besarla, pero no es el momento.
— ¿De qué hablas?
— Eres caprichosa, impulsiva, no mides tus palabras y la mayoría del tiempo solo sabes ver por ti misma.
— ¿Me estás dando un sermón justo ahora? — reclama alejándose de mí con molestia.
— Te estoy diciendo lo que necesitas escuchar, no lo que quieres que te diga.
— ¿Dices que soy egoísta?
— ¿Sí notaste lo que acabas de hacerle a mi hermano? — niega con la cabeza mordiendo su labio inferior — Le quitaste la oportunidad de contarme sobre su orientación sexual, tal vez él no estaba listo y te valió mierda porque estabas molesta y solo viste por ti. Y no es algo que puedas solucionar con una disculpa, lo hiciste y ya.
Abre ligeramente su boca recién tomando conciencia de ese no tan pequeño detalle.
— Tienes razón, ¿y sabes que es lo peor? Que nunca lo hubiera notado si no lo decías.
Se queda en silencio, pensando, y solo me quedo a su lado, dándole su espacio.
Pasan varios minutos, hasta que por fin habla.
— Ve con él, seguro te necesita, y yo necesito estar sola y pensar un poco en todo.
— ¿Segura? — pongo un mechón de su cabello oscuro tras su oreja y ella asiente.
— Te dejaré la puerta de atrás abierta, regresa a dormir conmigo.
Toco el timbre del departamento de mi hermano, sé que no estará durmiendo, no después de todo lo que ha pasado. De todas formas se tarda en abrir así que insisto varias veces, hasta que por fin siento movimiento dentro.
Abre la puerta, trae solo un pantalón de pijama, su cabello despeinado y sus ojos rojos. Contiene la respiración al verme, seguro esperaba a alguien más.
— Lo siento — susurra mirando al suelo, batallando con sus ganas de llorar como nos han enseñado desde tan pequeños —, no tenías que saberlo así, aún no estaba listo.
— Lo sé, pequeño. ¿Puedo pasar? — se hace a un lado y enciende la luz, su departamento está limpio y es espacioso, seguro mamá envía a alguien a que lo limpie.
— ¿Me quieres contar qué sucedió con Dante?
Arruga su frente mirándome confundido.
— ¿No estás molesto? — niego con mi cabeza y me encojo de hombros — Sé que no eres homofóbico ni nada de eso, pero pensé que te molestarías porque no te lo dije.
— No tenías por qué, tampoco te dije que soy heterosexual.
Sonríe levemente y asiente, comienza a sentirse más tranquilo, o eso parece.
— No es lo mismo Liam...
— De hecho sí lo es, deberías naturalizarlo. Además no estoy en condiciones de hacer reclamos Frank, no me he ganado tu confianza pero te prometo que trabajaré en eso ¿Sí?
Asiente, y se sienta en el sofá junto a mí. Aún se ve triste, quiero ayudarlo pero no sé cómo.
— ¿Lo quieres?
Suelta un resoplido y pasa las manos por su rostro.
— Estaba seguro de que no, pero luego cualquier excusa era buena para pasar tiempo juntos, y cuando me sentía sólo o triste, pensar en él me hacía sonreír... Me dijo que vería a Álex y me dieron ganas de llorar, y no sé por qué mierda me cuesta tanto aceptarlo, pero sí lo quiero.
Sonrío, al parecer negar lo evidente es un defecto de los Evans.
— Me costó tres años aceptar que quiero a Olivia, créeme que lo entiendo.
Se ríe y luego se contiene, porque cree que no es adecuado.
— Y cuando lo asumes llego yo y lo arruino...
Me río y él finalmente se anima a reír también.
— Ya casi me perdona, se está haciendo la dura, pero los dos sabemos que no hay nadie más.
— No te molestes, pero la odio justo ahora...
Bueno, prefiero que la odie a que la ame, pero no se lo diré porque sonaría enfermo.
— Han pasado cosas que...
— Sé lo que ha pasado Liam, estuve aquí. Olivia es de esas personas que se escudan en su dolor para justificar el daño que hacen a los demás, pero no es así, lo que le hizo a Dante fue... desagradable.
Lo sé, él tiene razón, pero al igual que a ella le cuesta la empatía. Sé que ella tardará un tiempo en perdonar a Dante, porque los códigos eran una parte básica de su relación, pero no niego que sí se excedió.
— Dante no me contesta el teléfono — murmura viendo fijo al suelo —. ¿Sabes por qué? Porque necesita su estúpida aprobación para quererme, aunque ella no me quiera...
— ¿Él te dijo que también te quiere?
— No, pero se lo dijo a ella mientras discutían.
Afuera está amaneciendo, en pocas horas despertarán todos y sabrán de esto, la casa será un gran caos y necesito estar ahí para mi Hadita.
— Dale su tiempo, Dante es lento para procesar las cosas.
— Es que apenas esta mañana terminó con Álex y digamos qué... yo ayudé un poco con eso. Pero luego él fue valiente y le dijo que está enamorado de mí ¿Y sabes lo que hice?
— ¿Qué?
— Le dije que solo lo quiero como amigo.
Suelto una risita y él también lo hace, ambos somos muy idiotas para tomar decisiones amorosas, supongo que porque crecimos sin ninguna referencia en el asunto.
— No será fácil Frankie, aunque él también te quiera se sentirá culpable por lo que le hizo a Olivia, necesitarás paciencia y mucha.
Arruga su frente entrecerrando sus ojos.
— Él no le hizo nada a Olivia.
— Ya, sea como sea es algo que solo ellos dos deben resolver, tú solo debes apoyar a Dante.
— Lo sé, si tan solo pudiera verlo, o hablar con él y decirle...
No se lo dirá, ni siquiera puede decirlo en voz alta, pero no puedo juzgarlo porque lo entiendo.
— Que no solo fue un momento de calentura, que sí me importa.
— Que lo quieres...
— Sí, eso... — murmura muy bajito.
Me río de lo mucho que nos parecemos, y me reprocho porque de haber estado juntos estos años todo hubiera sido más fácil para ambos.
— ¿Olivia les arruinó el momento de amor? — pregunto elevando una ceja.
— Ni me lo recuerdes, que aún estoy molesto, todo se ponía interesante...
Sonrío al notar que mi hermano pequeño ya no es tan pequeño, y tal vez no pueda recuperar el tiempo que he perdido, pero puedo estar aquí, de ahora en adelante, sé que puedo ser un buen hermano, y haré lo que sea por no volver a fallarle.
.
Olivia
Me lleva un gran rato poder dormir, mi cerebro no deja de pensar en todo lo que ha sucedido, y luego en todas las cosas que Liam dijo.
En algún momento luego del amanecer me duermo, y cuando despierto Liam no está a mi lado. No sé qué hora es, ni si en algún momento estuvo aquí, pero luego de unos segundos escucho el agua de mi ducha correr. Sí regresó, se despertó antes y ahora se está bañando.
Tomo valor y me meto al baño, puedo hacer esto, como dicen mis hermanos, los Romano seremos lo que sea, pero nunca cobardes.
Me quito la ropa pero no la ropa interior, y me meto al agua con él.
Está desnudo, obviamente, de espaldas mientras el agua corre por su cuerpo.
Concéntrate Olivia, ya tendrás tiempo para pasar tu lengua por sus músculos.
Pongo mi mano en su espalda, va a voltearse pero se lo impido.
— Quédate así, no me mires...
— Hadita, yo no puedo tener sexo casual contigo. Te amo, no puedo jugar tu juego esta vez...
Eso me hace sonreír, es tan tierno y caliente, debo apartar mis ojos de su trasero o no podré hablar.
— Cállate y escucha.
Me da un asentimiento y por unos cuantos segundos solo se escucha el agua correr.
— Tienes razón en todo lo que me dijiste, me he pasado toda la vida pretendiendo que me amen, y nunca preocupándome por amar — esto es difícil, pero necesito hacerlo porque de otra forma nunca creceré —. Lo que pasó con Dante me ayudó a poder ponerme en tu lugar, porque me di cuenta de que si en lugar de enamorarse de Frank se hubiera enamorado de ti yo también te hubiera dejado para no dañarlo. Y te he juzgado, he hecho cosas que sabía que te dañarían, y aún estás aquí. Quiero ser capaz de amarte como te mereces, quiero ser capaz de amar tus aciertos y de perdonar tus errores, quiero estar contigo Liam, ¿tú aún quieres estar conmigo?
Se voltea para verme a los ojos, y hago un esfuerzo sobrehumano para no bajar mi vista a otros sitios.
— No hay cosa en el mundo que quiera más.
— ¿Quieres... ser mi novio? — mi corazón late muy acelerado, sé que me ama, pero también sé que le teme al compromiso así que me asusta su respuesta.
— Quiero todo contigo, Hadita. Claro que quiero que seas mi novia.
Sonríe, con el agua corriendo por su rostro, y levanta su brazo para enseñarmelo.
— Mira — murmura y de pronto tengo ganas de llorar.
Hay un pequeño tatuaje allí, que no estaba antes de que se fuera. Es el contorno de un osito de goma.
— Estás loco... — murmuro conteniendo las lágrimas.
Liam solo tiene otro tatuaje, y es el nombre de su hermana en su otro brazo, y que haya puesto en su piel algo que me representa a mí es una muestra de amor muy grande, porque significa que aunque lo nuestro no funcione y todo salga mal, de todas formas querrá recordarme para siempre.
— Tú me pones loco — pasa su dedo por mi hombro mojado y entonces vuelvo a tomar conciencia de la desnudez de ambos, sobre todo de la suya, dejo mis ojos por fin bajar por su cuerpo y él suelta una pequeña risa — ¿Qué miras, Hadita?
— ¿Acaso no puedo mirar a mi novio?
Deja que sus dedos recorran suavemente mi brazo, bajan, suben, y cambian a mi espalda.
— Me veo en desventaja, aún traes demasiada ropa...
Me desabrocha el sujetador solo con una mano, al tiempo que dejo mis bragas caer al suelo.
— Estamos iguales ahora ¿Qué me harás? — susurro en su oído haciendo que contenga su respiración.
Me voltea dejándome contra la pared, siento el agua correr por mi espalda, y sus manos sujetar mi trasero y apretarlo.
— Te he extrañado mucho, a ti y a tus polvitos mágicos — hago mi trasero hacia atras para presionarme contra su erección haciendo que suelte un pequeño quejido —, pero no puedo hacerte el amor aquí, no tenemos condones.
Wow, que responsable.
— En el primer cajón — murmuro haciendo una señal con mi cabeza hacia mis estantes en el baño.
Obvio yo no los compré, pero Emma los puso allí y ahora la amo por eso.
Abre la mampara y saca solo su brazo para abrir el cajón y buscar dentro, el baño está lleno de vapor, y los vidrios están empañados.
Aún estoy de espaldas, así que no lo veo ponerse el condón pero si siento cómo lo posiciona en mi entrada sin hacer presión. Besa mi cuello con muchas ansias, al tiempo que introduce uno de sus dedos en mi boca que de inmediato chupo.
Ya, lo necesito, no quiero previas, solo sentirlo dentro de mí otra vez.
— Liam... — no he terminado de decirlo y en una sola embestida todo de él está dentro de mí.
Sí dolió un poquito, al igual que la primera vez, pero el dolor pasa rápido y mi interior se acostumbra a él con facilidad.
— ¿Duele? — pregunta mordiendo mi hombro.
— Ya no — respondo en un jadeo.
— ¿Necesitas que sea cuidadoso?
— No, necesito que seas malo conmigo — mi voz juguetona despierta su lado más instintivo.
Me toma por el cuello acercando mi rostro al suyo para lamerlo, y comienza a moverse con mucha fuerza en cada embestida. Mi pecho desnudo contrasta con el frío de los azulejos haciendo que mi espalda se arquee, mientras lleno el baño con mis gemidos.
Sí duele, pero me gusta ese dolor, me gusta sentir como mi interior se esfuerza por abrirle paso, y me gusta que a pesar del esfuerzo su fuerza sea más bruta.
Me da una nalgada que por el ruido que hizo de seguro dejó su mano marcada, pero mi cuerpo está tan caliente que se sintió como una caricia.
— Otra — le pido apoyando mi cabeza contra la pared.
— ¿Otra? ¿Te gustan los castigos? Porque has sido una Hadita muy traviesa.
— Pues dame lo que merezco entonces...
Su mano abierta golpea contra mi otra nalga, dejando la misma sensación de ardor placentero que la anterior, y a esa le sigue otra y otra, y estoy a punto de venirme. Llevo mi mano a mi entrepierna para darme lo último que necesito, pero él la aparta.
— Tú no te tocas, yo lo hago, si quieres algo me lo pides ¿Lo entiendes?
Mierda, eso es... ni siquiera sé lo que eso es.
— ¿Lo entiendes? — insiste por mi falta de respuesta, tomando mi rostro con una sola mano.
— Sí, lo entiendo, tócame, ahí — tomo su mano libre y la meto entre mis piernas.
Sus dedos hacen el resto del trabajo, ese cosquilleo caliente que ya reconozco bien comienza a formarse dentro de mí, pero cuando está a punto de estallar Liam se detiene.
— No, no te vendrás aún — me voltea dejándonos frente a frente, sus ojos desafiantes no me intimidan, me calientan en realidad.
Me toma por la cintura, me eleva y envuelvo mis piernas a su alrededor, no he notado en qué momento busco mi entrada pero en cuanto me hace descender ya lo tengo dentro de mí otra vez.
Apoya mi cuerpo contra la pared empujándome a ella para poder embestirme con más facilidad. Pasa su pulgar por uno de mis pechos, y luego lo pellizca. Quiero que lo chupe, él dijo que lo pida, pero es que... la mierda estoy a punto de venirme otra vez.
— Chúpame, aquí — empujo su cabeza hacia mi pecho y lo veo sonreír de lado.
— Aprendes rápido, pequeña — murmura y enseguida pasa su lengua por mi pecho lentamente.
Lo toma en su mano, lo llena de lamidas y mordiscos, y luego va con el otro y hace lo mismo.
— ¿Puedo... puedo venirme ya? — pregunto siguiendo con su juego de rol dominante.
— Sí, hazlo, y mírame a los ojos mientras lo haces.
Me sujeto de su espalda enterrando mis dedos allí, y solo lo dejo salir, como un volcán de placer que recorre cada rincón de mi cuerpo.
Mis ojos no se despegan de los suyos, hasta que el los cierra, veo su rostro sucumbir ante el placer de su propio orgasmo y bajo mis piernas que se sienten entumecidas.
Mi corazón aun está acelerado, mis ojos en los suyos, y estoy esperando sus disculpas en tres... dos...
— Lo siento — no puedo evitar reír, lo conozco demasiado bien —, siento haber sido tan grosero, perdí el control...
— Conmigo, puedes perder el control cada vez que quieras, amo que lo hagas...
Sonríe y besa mis labios muy suavemente.
— Te amo, Hadita.
— También yo, Osito.
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Hola gente bella ❤️
Sé que hace calor aquí, les recomiendo tomar una ducha 🤭
Un poco de felicidad despues de tanto drama, disfruten, sean felices y síganme en Instagram.
@ineskyblue (en mis historias destacadas están los perfiles de todos los personajes)
Los quiero ♥️
Besos, mil besitos 💋
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