22 - Yo también te quiero
Liam
Extiendo mi mano hacia ella.
— Tú celular, dámelo, no habrá teléfonos hoy.
— Pero mi papá...
— Noah sabe que estás conmigo y que no tendrás tu teléfono, él nos cubrirá con tu padre.
Me da su teléfono que de inmediato meto en la guantera del auto y se ríe.
— ¿Noah cubriéndome para que salga con un chico? No creí vivir para ver eso.
— Bueno, luego me lo agradeces — ambos bajamos del auto y toma mi mano para caminar, nunca caminé con una chica de la mano, eso es cosa de parejas, pero me gusta hacerlo con ella.
— ¿A dónde iremos? — se ve ansiosa y emocionada, espero no decepcionarla.
— Es una sorpresa.
Saco su bolso del baúl de mi auto y lo paso por su hombro mientras rebusco en mis bolsillos.
— Estás poniéndome ansiosa.
— Paciencia Hadita, te gustará.
Uso un pañuelo para cubrir sus ojos, así será una verdadera sorpresa.
— Me pone nerviosa caminar sin ver — dice luego de los primeros pasos.
Mis labios tocan los suyos sorpresivamente y me devuelve el beso para luego sonreír.
Ella me gusta demasiado, recién estoy tomando conciencia de lo peligroso que es lo que estoy a punto de hacer.
Paso un brazo por su cintura y otro por atrás de sus rodillas elevándola en el aire.
— Yo te llevaré entonces.
Rodea mi cuello con sus manos y descansa su cabeza en mi hombro.
¿Y si me enamoro de ella? ¿De verdad estoy listo para esto?
El que no arriesga no gana, Liam.
No quiero pensar, disfrutaré de esto, no importa lo que suceda después.
— Llegamos — apoyo sus pies otra vez sobre el suelo y desato el nudo en el pañuelo para que por fin vea el sitio que escogí.
— No lo puedo creer... — murmura.
Es un yate, la llevaré a navegar por el río. Ayer estuve aquí hasta tarde dejando todo listo, preparé todo en la parte de adentro porque pensé que haría frío ya que es lo lógico porque estamos en invierno. Pero mágicamente hoy hace calor, supongo que es porque se acerca una tormenta pero es perfecto para nosotros.
El sol de la mañana brilla con fuerza sobre la cubierta, tiene un gran sofá blanco con una pequeña mesa enfrente en la que nos espera el desayuno.
— ¿Te gusta? — pregunto con inseguridad.
— ¡Es increíble! No puedo creer que alquilaste esto para mí.
Sonrío y la veo con ternura.
— No lo he alquilado, es mío.
Mi padre me regaló esto para mi cumpleaños número dieciocho en un intento de comprarme para que regrese a la casa. Nunca lo uso, está guardado hace años, pero me pareció el momento ideal para usarlo.
— ¿Eso significa que tú sabes conducirlo?
— Claro, acomódate donde quieras, ya nos vamos.
Se sienta en el gran sofá estirando sus piernas hacia un lado.
— Desearía haber traído un traje de baño.
— Tienes muchísimos, así que no sabíamos cuál tomar y tomamos tres. Están en tu bolso.
— Pero... ¿Cuándo?
— Ayer, Emma me dejó entrar a tu vestidor.
Ella sonríe de una forma muy bonita, tenía miedo de enamorarme de ella pero mierda, ya lo he hecho hace rato. No hay otra cosa en mi cabeza, solo puedo pensar en cada una de las formas posibles de hacerla sonreír.
La amo, y se lo quiero decir pero no me sale.
Besa mi mejilla y corre dentro para cambiarse, demora un rato largo, cuando llega ya he decidido que este es el lugar perfecto para desayunar así que detengo el yate en medio del río y me siento en el sofá a esperarla.
Cuando la veo salir se me corta la respiración. Ella es perfecta, ella es increíble, nunca había deseado tanto a una mujer.
Definitivamente el rojo es mi nuevo color preferido, mis ojos viajan por todo su cuerpo sin contemplaciones y mis reacciones físicas dentro de mis pantalones son evidentes, ya no quiero esperar, a la mierda el desayuno, la desayunaré a ella.
— Creo que no hacía tanto calor como para un traje de baño — frota sus piernas que se erizaron por la brisa al salir afuera.
— Ven, yo me encargo del calor — estiro mis brazos y ella se sienta sobre mis piernas de lado, tomo una manta que ya había dejado sobre el sofá y nos cubro a ambos.
— Te quiero — murmura con su rostro a escasos centímetros del mío.
Lo dice tan tranquila, tan natural, tan sincera, y lo más increíble es que no está esperando una respuesta, solo lo dice porque lo siente, y ella siempre dice la verdad.
— Yo también te quiero, Hadita.
Sonríe con sus ojos cerrados, el sol ilumina su rostro y hace que su cabello se vea mas claro aún.
— No tienes que decirlo, sé cuanto te cuesta, no necesito escucharlo.
— Pero te quiero, tú no necesitas escucharlo pero yo necesito decirlo.
La verdad es que estoy muy nervioso, quiero que esto sea bonito para ella, que no le duela, que le guste, que sienta en cada parte de su cuerpo cuánto la amo.
Pero a la vez quiero hacerlo ya, quiero que nos saquemos los nervios ambos y poder disfrutar de estar juntos el resto de la tarde.
Al parecer ella quiere lo mismo, porque sus dedos trazan caminitos por los músculos de mis brazos.
— ¿Quieres que vayamos dentro? — pregunto oliendo suavemente su cuello.
— No — susurra en mis labios —. Me gusta aquí.
A mí también me gusta aquí, aunque había preparado toda la escena romántica dentro, con flores y todo, aquí se siente más natural y menos forzado. Pensé que tal vez querría un poco más de privacidad. Aunque estamos muy lejos de la orilla y no hay otras embarcaciones alrededor, el aire libre te da esa sensación de que tal vez alguien te ve.
Pero bueno, si a ella no le importa a mí menos.
Uno nuestros labios en un beso tierno, dulce y lento. Sujeto su cintura desnuda por debajo de la manta, y ella sujeta mi cuello desde atrás para volver el beso más intenso. Dejo que mis preocupaciones abandonen mi cerebro, deseo a esta chica hace mucho tiempo y solo quiero que ambos disfrutemos esto.
Dejo a mis manos recorrer su cuerpo, sus piernas, su trasero y su espalda, su piel es suave y tersa.
Giro su cuerpo y la tumbo sobre el sofá, la haré desearme mucho, la haré necesitarme hasta el punto de que tenga que pedírmelo, así me aseguraré de que no le duela tanto. Recorro cada centímetro de su cuello con mis besos, ella cierra sus ojitos y levanta la cabeza para entregarse por completo. Paso la lengua desde su ombligo hasta el centro de sus pechos dejando un rastro húmedo, libero uno del traje de baño y lo ataco con mi lengua haciendo que suelte uno de sus dulces gemiditos. Quiero más, quiero escucharlos todo el día, cada uno de mis días.
Respiro profundo, necesito mantener el control sobre mis impulsos, hoy se trata sobre ella, ya tendré tiempo de satisfacer mis propias necesidades.
Me dedico a besar cada centímetro de su cuerpo perfecto, un beso tras otro que va aumentando su intensidad, hasta que son acompañados de algunas mordidas incluso.
Tranquilo Liam, con amor...
— No te contengas — dice con una sonrisita —, me gustas más así.
Bueno, ella lo pidió.
Mi respuesta a eso es una mordida en su hombro mientras presiono mi erección contra su muslo haciéndola soltar un suspiro lento. Llevo mi mano a su entrepierna y siento la humedad a través de la tela. Ella está lista, está lista para mí.
Me deshago de su traje de baño y lleno mis ojos con lo hermosa que es, cada parte de ella es absolutamente perfecta. Jala mi camiseta hacia arriba me la quita y recién entonces noto que aún traigo mi ropa puesta, me quito mis shorts de baño quedando desnudo al igual que ella. Busco un condón en el bolsillo de mis shorts y me lo pongo rápidamente, me quedo sentado y tomo su mano para que se siente sobre mí. Es la posición perfecta para una primera vez, así ella puede controlar lo que sucede.
— No sé como hacerlo — murmura viéndome a los ojos.
— No pienses, solo hazlo — muerdo su labio inferior y me posiciono en su entrada.
Ella hace lo que le digo y desciende suavemente. Siento con claridad algo que me impide la entrada, pero ella hace una pequeña presión dejando caer su peso y la barrera desaparece haciendo un pequeño sonido al romperse.
Contengo la respiración y cierro mis ojos.
Ella de verdad se siente bien, está muy, muy, muy ajustada.
— ¿Estás bien? — su rostro no muestra señales de dolor, aunque sí lo hizo brevemente hace unos segundos.
— Perfecta, solo necesito que... — empujo con fuerza dentro de ella — Ahhh... eso...
La sujeto por su trasero para mostrarle cómo moverse, porque obvio ella no sabe hacerlo pero estoy seguro de que aprenderá rápido y me volverá incluso mas loco.
Noto mi corazón acelerarse, siento por ella algo que nunca esperé sentir por alguien, algo que nos une, como si siempre hubiéramos estado destinados a esto, a amarnos, a ser uno.
Sus ojos encuentran los míos entre gemidos y le sostengo la mirada, tal vez no pueda decirle con palabras cuanto la amo, pero al menos haré que lo sienta, que no tenga ninguna duda de que mi corazón le pertenece, y que solo ella puede decidir cuándo se acelera y cuando se detiene.
Sus caderas ya se mueven rítmicamente sin mi ayuda, pero debo detenerla porque ya me estoy conteniendo.
La elevo en el aire y la dejo sobre el sofá, para luego recostarme con ella e indicarle que se ponga de lado.
Sus nalgas se presionan contra mí, y este es el punto en el que no sé cuánto tiempo más podré contenerme para no ser bruto, no quiero hacerle daño pero es que la deseo tanto...
Busco su entrada y en cuanto la encuentro la penetro de una sola vez, haciendo que suelte un pequeño grito.
— Lo siento — digo besando su hombro como disculpa.
— No... Es perfecto, hazlo así — susurra ella presionandose aún más contra mí.
— ¿Segura? — no se por qué pero me asusta hacerle daño.
— Que sí Liam, que me cojas duro, deja de contenerte.
A la mierda el romanticismo, todos mis sentidos se activan de golpe.
Sujeto sus hombros y profundizo las embestidas, duras y constantes, el ruido sordo de sus nalgas chocando contra mí se mezcla con sus gemidos y se transforma en mi sonido favorito en el mundo.
Le doy una pequeña nalgada para indicarle que se voltee, me gusta mucho su trasero, asi que es la vista perfecta. La tomo por la cintura para elevarla y dejarla en cuatro, si quiere que sea grosero, entonces le mostraré al verdadero Liam.
Comienzo a embestirla suavemente pero antes de que lo note sus gemidos retumban por todo el lugar, sujeto su cintura enterrando mis dedos allí, y haciendo que su cuerpo y el mío choquen una y otra vez. De pronto siento que su cuerpo comienza a ponerse tenso, sé lo que eso significa así que llevo mi mano a su entrepierna para ayudarla a venirse más rápido y lo hace en breves segundos. Recuesta su cabeza hacia atrás apoyándola en mi hombro con los ojos cerrados y la respiración entrecortada.
Detengo mis movimientos para disfrutar de su rostro cargado de placer, de sus ojitos volteados hacia atrás y su boca ligeramente abierta que deja escapar un último y pequeño gemido.
Ella se aparta de mí y me toma por los hombros para que me siente. No me da mucho tiempo de comprender, me quita el condón, que recién entonces noto que tiene restos de sangre al igual que el sofá, y siento su tibia y húmeda boca deslizarse por todo el largo de mi erección.
Puta mierda. Esta niña me volverá loco.
No parece que solo es la segunda vez que lo hace, ella sabe exactamente dónde lamer, sabe exactamente cómo mover su lengua para hacerme perder el control.
Su cabello rubio cae sobre su rostro y lo hago a un lado, justo cuando estoy a punto de venirme y tengo el impulso de apartarla. Pero ella aparta mi mano y continua con su perfecto trabajo.
— Voy a... — me da un asentimiento sin detenerse y pronto siento una gran explosión de placer mientras descargo todas las ganas que he estado conteniendo dentro de ella.
Yo nunca tendré suficiente de mi Hadita, jamás. Querré hacerle el amor cada día, en cada momento que tengamos, ella y yo siendo la misma cosa, los corazones acompasados, y toda esa lujuria que sale de ella en estos momentos.
Es perfecto, y siento que no hay cosa en el mundo capaz de arruinar lo que tenemos.
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Hola gente bella ❤️
No hay mucho que decir hoy, solo dejen sus gritos aquí.
Y vean en multimedia, está el Booktrailer de Oliam, y estará completo en mi perfil de Instagram @ineskyblue
Los quiero ♥️
Besos, mil besitos 💋
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