13 - Jamás te lo voy a perdonar
Olivia
Cuando me desperté Liam ya no estaba en la cama, pero al llegar a la cocina me estaba esperando todo lindo con el desayuno pronto.
— ¿Por qué Hadita? — busco sus ojos porque sé que no será una respuesta fácil de obtener.
Liam se encoge de hombros con una sonrisa burlona.
— No lo sé, tú dime.
— Yo sé que tú no explicas tus apodos, pero dijiste que yo era diferente que las otras chicas, y...
— No — revuelve lo que hay en la taza y le da un sorbo —. No haré una excepción.
— ¿Y si te doy algo a cambio?
Se ríe y vuelve a negar con su cabeza.
— No acepto sobornos, Hadita. Querías un apodo, y ya lo tienes.
Voy a protestar pero su teléfono suena y él contesta.
— Dime.
Wow, que directo y con qué seriedad lo dice.
— Ajá, ¿y qué esperas que haga? — se escucha una voz masculina al otro lado, pero estoy segura de que no es ninguno de mis hermanos — Entiendo, ya cálmate... — se pone de pie y se acerca a la ventana a mirar hacia afuera — No puedo hacerlo Frank, tú sabes lo que eso significa.
Oh, su hermano, algo serio pasa. Liam parece preocupado mientras camina de un lado a otro en la cocina.
— De acuerdo, quédate tranquilo, no busques un vuelo, yo iré.
Termina con la llamada y se desploma en la silla con un resoplido.
— ¿Qué pasa? — lo veo a los ojos intentando que confíe en mí.
— Mi familia, parece que huelen cuando estoy feliz y hacen algo para arruinarlo.
Está feliz, está feliz por mí.
— ¿Te puedo ayudar?
— No... o bueno en realidad sí, aunque no estoy seguro, querría protegerte de toda la mierda, pero en realidad te necesito allí y...
— Voy contigo, a donde sea — tomo su mano viéndolo a los ojos con seguridad.
— Es que ellos son... solo saben hacer daño.
— No le daré importancia a nada de lo que digan, te lo prometo.
Duda por un momento pero finalmente asiente y se pone de pie jalando mi mano para llevarme con él.
Unos minutos después estamos en el auto, por suerte había ropa de Emily, porque ir a casa de los Evans con la ropa que fui a una discoteca no era buena idea.
— Escucha Hadita, tú solo sé tú misma.
Sonrío ante su consejo básico pero lo vuelve a repetir haciendo énfasis.
— No les agradarás y eso es muy bueno, te atacarán y tú te defenderás como sabes, no te contengas, solo se esa Olivia desafiante que tanto me gusta.
Ohh, eso es música para mis oídos.
— ¿Me estás dando un pase libre para ser una perra?
— No, te estoy pidiendo que por favor lo seas, no solo como acostumbras, incluso más, puedes ser grosera y maleducada, eso será genial.
Una sonrisa divertida se extiende por mi rostro, hora de fusionar mis dos apellidos.
— Será un placer.
Liam se ríe pero de inmediato se vuelve a poner serio.
— Aquí verás a un Liam que no es el mismo que conoces tú, solo es un personaje, es la forma que encontré de que no me quieran en su vida. Tú solo sígueme la corriente, ¿puedes hacer eso por mí, mi pequeña actriz?
— Puedo hacer lo que sea por ti.
Eso tal vez es demasiado sincero, pero lo hace sonreír de una forma muy bonita.
— Ya, aquí es — dice deteniéndose frente a un gran edificio.
No sé por qué pero esperaba una casa, con jardín y piscina y toda la mierda. Pero entonces noto que en realidad es un hotel, un hotel de la cadena de su padre.
Un lujoso y gran cartel metálico señala en letras doradas "L. Evans Hotel".
— ¿Ellos viven aquí?
— En el pent-house, solo es temporal, no hace mucho que llegaron.
Toma una respiración profunda y se queda de pie parado en la entrada, así que tomo su mano y lo llevo dentro.
Pasamos al lobby, es enorme y lujoso, todo en tonos dorados y rojos, no presto mucha atención a los detalles porque estoy un poco nerviosa. Nadie nos pregunta nada, solo caminamos hasta el ascensor, subimos y Liam busca una tarjeta en su billetera que usa para obtener el acceso al pent-house.
— ¿Estás lista? — pregunta apretando su agarre en mi mano.
— Sí, claro, todo saldrá bien.
El ascensor se detiene, nos damos una última mirada y las puertas se abren.
— Joven Liam, es un gusto volver a verlo — un señor pequeño y con un smoking se acerca a la puerta del ascensor que da directamente al pent-house.
Un mayordomo.
Siempre hemos tenido dinero, pero nunca un mayordomo. Noah dice que es completamente innecesario y estoy de acuerdo con eso.
— Hola — saluda Liam sin mucho ánimo y sonando bastante descortés.
Es extraño verlo de esa forma, si hay algo que Liam nunca ha sido es maleducado, pero dijo que solo es un personaje, así que me tomaré esto como un ejercicio de improvisación y me divertiré.
— Lo están esperando en el comedor, enseguida serviremos el almuerzo.
Siento que es temprano para almorzar pero solo es porque nos levantamos tarde. Deben ser más de las 12 ya.
Liam no responde solo camina hacia una puerta doble que hay a un lado llevándome consigo.
Mi apariencia es tranquila, pero siento que el corazón se me va a salir del pecho en cualquier momento.
Cuando entramos al comedor cinco pares de ojos se posan sobre nosotros, no están solo sus padres, hay otra pareja y una chica que tal vez tenga mi edad.
Su madre se pone de pie para saludarlo, Liam parece molesto mientras pone sus ojos en esa chica y los vuelve a poner en su madre.
— Así que estabas teniendo una crisis, cada vez caes más bajo, madre — murmura por lo bajo.
Su madre le da una sonrisa ignorando por completo su comentario.
— Hijo, ya te extrañaba. Tal vez recuerdes a Madison, ella estaba muy feliz de verte.
Y entonces comprendo todo, ellos quieren juntarlo con esa chica y lo trajeron aquí con una mentira.
— Y tú tal vez recuerdes a Olivia — dice poniéndome frente a él.
— Oh, claro, la hija pequeña de Pietro. No esperaba que vinieras con alguien Liam, conoces las reglas.
— Y tú conoces mis reglas.
— ¿Cómo está tu padre? — pregunta con una falsa sonrisa.
— Muerto, por suerte — respondo y no estoy mintiendo ni actuando.
Solo hay una silla libre, y es para él, así que se sienta y me sienta sobre sus piernas de lado.
De verdad quiero reír, pero no lo haré.
Los padres de la otra chica lucen muy incómodos.
— Ya, ¿Qué comeremos? Espero que no sea langosta, odio la langosta. ¿Te gusta la langosta bebé? — me pregunta poniendo un mechón de cabello detrás de mí oreja.
— No, es asquerosa.
— Que consigan una silla para esa chica — dice su padre en un tono rudo y severo.
— Ah, no te preocupes, ella se sienta sobre mí, le gusta hacer eso.
OMG, deberían ver el rostro del señor Evans.
El otro sujeto se pone de pie y su mujer hace lo mismo.
— Leonard, tal vez podamos intercambiar algunas palabras en tu oficina.
Los cuatro se levantan de la mesa y nos dejan solos con la chica.
— ¿Qué haces Liam? — inquiere la chica con molestia.
Me molesta la confianza, siento que hay cosas que no sé.
— ¿Qué haces tú Maddie? Pensé que había sido claro contigo.
— Lo sé, y yo pensé que habías reflexionado la estupidez que has estado haciendo y te darías cuenta de que estar conmigo es tu mejor opción.
Liam bufa por lo bajo y sostiene mi mano con fuerza, él está sufriendo aquí dentro, ya quiero sacarlo.
— No me casaré contigo, olvida eso de una vez.
— Algún día te cansaras de que las niñitas como esta te utilicen para quitarte dinero, y entonces te darás cuenta de que solo puedes encontrar el amor en alguien de tu misma esfera social.
Okay, es mi momento de brillar.
Liam se hecha a reír de inmediato y yo hago lo mismo.
— Ya, mi amor, no te rías — digo con ironía conteniendo la risa.
— Es que ella dijo que quieres quitarme el dinero, cuando tú tienes más dinero que yo.
— Lo sé, pero entiéndela. Ella para obtener un bonito bolso o un nuevo auto tiene que dormir contigo, o su papi no se lo dará. Yo también pensaría esa mierda si mi propio padre me prostituyera por un buen negocio.
Liam contiene la risa pero la puedo ver en sus ojos.
— ¡Oh! Eres tan linda y comprensiva. Ven, dame un besito — me jala contra él y mete su lengua en mi boca de un solo movimiento.
Dios, Liam, me pondrás caliente aquí, que inoportuno.
Pensé que solo era un pequeño beso para provocar a la tonta, pero no se detiene, es un beso intenso y bastante personal, sus manos firmes en mi cintura me traen frescos recuerdos de lo que sucedió anoche en su habitación. Por un momento olvido lo que hacemos aquí, olvido que tenemos público, y solo me concentro en el movimiento lento y pausado de sus labios y su lengua.
Mierda, ¿será que nos prestan una habitación?
Alguien se aclara la garganta, creo que es el padre de Liam que ha regresado, pero estoy en mi personaje de niña maleducada, así que Liam levanta su mano indicándole que espere y continúa con el beso.
Unos segundos después muerde mi labio inferior para terminarlo y sonríe rozando nuestras narices, me toma por el mentón y voltea mi rostro para hablar en mi oído.
— Me pusiste duro ¿lo sientes? — obvio eso solo lo escucho yo, y asiento soltando una risita.
La chica ya no está, y sus padres tampoco, solo los padres de Liam sentados frente a nosotros.
En algún momento de todo esto alguien me trajo una silla, así que me bajo de las piernas de Liam pero me siento muy pegada a él.
— ¿Terminaste con tu show, Liam? — su padre habla con molestia.
— ¿Y tú terminaste con el tuyo? — responde él con ironía.
La tensión en el aire es suprema, nadie habla y de pronto entra la gente de servicio a servir la comida mientras todos intercambiamos miradas en la mesa, me recuerda a una de mis escenas favoritas de Shrek.
Es pollo y papas, pero servido de una forma que parece refinado y exageradamente poco, creo que luego de aquí iremos por unas hamburguesas en McDonald's.
— Sebastián — Liam habla mirando al mayordomo —, consígueme cuatro bolsas de ositos de goma por favor.
Ositos de goma, Liam siempre me compra ositos de goma, los amo, no sé si Liam me los compra porque me encantan, o me encantan porque Liam siempre me los ha comprado.
— Enseguida, señor — dice con mucha educación y se retira.
— ¡Mira bebé! Mi pollo tiene forma de corazón, te daré la mitad — toma el pollo con su mano, lo corta de una forma irregular llenando sus dedos de grasa y acerca la mitad a mi boca.
— Ya, Liam, no hagas mas esto. Trajiste a tu novia, está bien, lograste que los Hamilton se vayan, ahora compórtate.
— Oh, no soy su novia, solo cogemos a veces — digo luego de tragar el pollo.
Liam contiene una pequeña risa pero vuelve al personaje de inmediato.
— A veces, dos o tres veces al día — completa hablando con la boca llena para luego chupar sus dedos.
La madre de Liam, de la que no sé el nombre y si lo sé no lo recuerdo; suelta el aire lentamente por la nariz y mantiene su postura erguida en lo que me lanza una mirada de desaprobación.
— ¿Y a qué te dedicas tú?
— Aún estoy en el colegio.
— Liam, dime que ella no es menor de edad — murmura su padre sosteniendo con fuerza su tenedor.
— ¿Lo eres? — me pregunta para posteriormente soltar un eructo.
Dios, no sé cómo hago para no reír, nunca, y cuando digo nunca no exagero, jamás pensé que vería a Liam comportarse de esa forma.
Mi bebé Liam, tierno, dulce y correcto se ha transformado en un chico maleducado y grosero, y aunque no lo crean eso es increíble para mí. Siento que me está dejando ver algo que nunca dejaría ver a nadie.
— No, cumplí dieciocho hace poco.
— Ajá, ¿y qué carrera estudiarás?
— Ninguna — respondo con indiferencia mientras pincho una de las tres papas que tengo en el plato.
Tres papas, no estoy exagerando, tres papas contadas.
— ¿Ninguna?
— Soy millonaria, no necesito estudiar.
— ¿Eres millonaria? Y yo que pensaba que solo salías con mi hijo por dinero... — el padre de Liam habla con ironía y me da el pie justo para ser incluso mas grosera.
— Salgo con su hijo porque la tiene grande.
La señora se atora con la comida y bebe agua desesperada.
— Esa es una gracia que los Evans poseemos — el padre de Liam se mantiene impoluto ante la rebeldía de su hijo.
Que asco, la expresión de Liam cambia por completo, ya no se divierte.
— No te metas con ella — advierte en tono amenazante.
Su madre se pone de pie y pone la mano sobre el hombro de su esposo.
Esto se puso intenso, creo que es hora de irnos, ya fue suficiente provocación.
— Traes a mi casa a la zorra con la que te acuestas, ¿de verdad esperas que la respete?
La mierda, esto no terminará bien, me vale lo que el viejo diga, pero a Liam no, así que empuja la mesa haciendo que golpee en el pecho de su padre y la silla caiga hacia atrás con él incluido.
Mierda, eso fue gracioso, pero no puedo reír.
El señor Evans se pone de pie de inmediato y aparta a su esposa siendo muy grosero.
— Ya, ahora, te quiero en mi oficina.
Liam se ríe.
— Claro que no, no tengo ni mierda que hablar contigo, solo vine para que les quede claro que yo no pertenezco a esta familia y no lo haré nunca.
— Liam... espera — dice su madre dando un paso hacia él, pero su marido le da una mirada amenazante y retrocede sobre sus pasos.
Entonces lo veo, el dolor en sus ojos, el amor reprimido por su hijo, y la opresión de este hombre horrible. ¿Cómo es que Liam nunca lo ha notado?
El señor Evans da un paso hacia Liam pero él no retrocede, sus miradas son desafiantes, el personaje de Liam ha caído por completo.
— Nunca me lo perdonaras ¿verdad?
Cuando Liam oye eso sus ojos se llenan de lágrimas, pero las reprime.
— ¿Qué Ámbar haya muerto por tu culpa? No, jamás te lo perdonaré.
Su madre suelta un llanto ahogado, y su padre parece enfurecer más, pero Liam tiene más para decir, y no se quedará callado.
— ¿Qué no me hayas dejado pronunciar su nombre por años? No, jamás te lo perdonaré. ¿Qué hayas arruinado mi relación con Frank? No, jamás te lo perdonaré. ¿Qué hayas arruinado la vida de cada miembro de esta familia? No, jamás te lo perdonaré — voltea a ver a su madre que llora con mucho sentimiento — Y a ti nunca te perdonaré que hayas preferido el dinero antes que a mí y a Frank, tú elegiste esta vida, y nos abandonaste, ahora no llores.
Toma mi mano con fuerza y camina para salir de allí, lo sigo sin decir una palabra, tengo ganas de llorar, pero no soy quien importa aquí. Sebastián, el mayordomo espera en la entrada del ascensor con las bolsas de ositos de goma.
— Gracias — dice Liam dándole una sonrisa sincera y sorbiendo por la nariz —. Sé que tu hija más pequeña entrará a la universidad el próximo año, ya me he ocupado, tiene la carrera completa paga, ya no te preocupes por eso.
Aquí está, el Liam real, el amor de mi vida.
— Gracias joven Liam — Sebastián no contiene sus lágrimas —. Nunca podré pagarle todo lo que ha hecho por mi familia.
— Yo nunca podré pagarte a ti todo lo que has hecho por mí — Liam abraza al tierno señor y subimos al ascensor.
— Cuídalo mucho, Olivia — dice antes de que la puerta se cierre.
Eso me hace sonreír.
— ¿Le has hablado sobre mí?
— Sebastián es como mi padre, claro que le he hablado sobre ti.
— Es que como cuando llegamos fuiste grosero con él.
— Oh sí, él ya sabía que estaría actuando.
— ¿Quieres hablar de todo esto? — pregunto con cautela.
— No, solo quiero ir por la Frijolita y pasar la tarde con mis dos chicas para sentirme mejor ¿Puede ser?
Sonrío y asiento.
— Vayamos a la feria, a ella le encantará.
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Hola gente bella ❤️
Aquí la actualización del día, me divertí mucho escribiendo este capítulo, amé que Liam se saliera de su zona de confort.
La próxima actualización será el viernes 🤭
Los quiero, pero más los voy a querer si me siguen en Instagram: @ineskyblue
Besos, mil besitos 💋
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