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17- Su novia

NOAH

Estoy haciendo todo mal, en mi interior tengo el conocimiento de cómo hacer las cosas correctas, pero llegado el momento mis impulsos me controlan.

¿Cómo le explico que reaccioné así porque todo el rato que no supe de ella ni me respondía estuve imaginando cosas horribles? ¿Cómo le explico que no es porque me sienta su dueño, sino porque tengo miedo?

No son excusas, tengo claro que lo que acabo de hacer con Emma fue una reverenda estupidez, además de ser violento y desubicado. También sé que no tiene ningún sentido hacer las cosas mal, luego disculparme para volver a repetir mi error días más tarde.

Ella me dijo que Lucas era su único amigo, y ese chico no era Lucas, así que las cosas aquí están claras, soy un imbécil. Me estoy exponiendo constantemente a cosas que me lastiman, voluntariamente, porque ella ya me dejó claro que no quiere nada más conmigo.

En principio voy a tener que disculparme con ese chico, que nada tiene que ver con los asuntos sin resolver que tengo con Emma.

Matteo baja las escaleras frotando sus ojos con gesto confuso.

—¿Escuché gritos? ¿O los soñé?

—Estaba discutiendo con Emma. —Él asiente y eleva sus cejas perezosamente— ¿Por qué no me dijiste que te avisó que saldría?

Se sienta a mi lado, con su mirada fija hacia adelante a la nada misma.

—No lo sé, ya estaba acostado cuando me escribió y no me pareció necesario.

—La próxima vez hazlo, por favor —pido y él eleva sus hombros con desinterés.

—No paras de cagarla, hermano —dice, como si yo no lo supiera.

—Ella llegó con un chico, en su auto, se me fue la cabeza —puntualizo para que entienda por qué me siento así.

—Pensé que tú salías con Eva, ella puede salir con quien quiera. Entiendo que sientas celos, pero no puedes manifestarlos.

Yo ya sé todo lo que me está diciendo, así que solo recuesto mi cabeza en el sofá y lanzo un resoplido dramático.

—No es porque estuviera con un chico, es porque estaba en su auto.

—Mira, Noah, los chicos y yo estamos de acuerdo con eso solo porque también tenemos miedo. Emma no tiene miedo, por eso tus exigencias le parecen ridículas.

La palabra miedo retumba en mi cabeza con fuerza.

Ellos tienen miedo, eso es lo que he estado enseñándoles, a tener miedo.

—No puedes decidir por ella, vas a tener que aprender a vivir con eso —dice como final de nuestra conversación volviendo a subir a su habitación.

Esas son las desventajas de querer a alguien que no me quiere, que a ella no le importa cómo me hace sentir, tengo que hacerme cargo de todo, es mi problema, solo mío. Saber que ni siquiera me tiene en cuenta me hace pensar en muchas cosas, todas a la vez, el caos que hay en mi mente solo me está haciendo tomar malas decisiones, y lo peor es que no sé cómo ordenarlo.

Intenté dormir pero no lo logré, así que cerca de las diez me levanto y bajo a desayunar. Soy el último en levantarme y todos están en la mesa del comedor, puedo escuchar sus risas y voces ruidosas.

No tengo muchas ganas de socializar hoy, pero tengo hambre, así que me dirijo allí. En cuanto me siento ella se levanta de la mesa, evita mi mirada y sólo habla con Matteo.

—Voy a estar en lo de Adam —avisa, dándole un sonoro beso en la mejilla como despedida.

—¿Cómo vas con eso? —Liv quiere saber poniendo leche en su cereal.

—El plan va excelente, supongo que mañana ya va a tener su dramático final. —Esboza una sonrisa llena de misterio, a mí no me agrada para nada esto, pero al parecer mi opinión no cuenta.

—¿Quieres que te lleve? —le pregunto en un intento de hacer las paces.

—No —responde con sequedad antes de desaparecer por la puerta.

Liv y Dante se ríen de mi cara de tonto.

Se me quitó el hambre, empujo mi silla y me voy al jardín.

Unos segundos después noto que Dante me sigue, no tengo ganas de hablar, pero evidentemente no se lo diré.

—Noah, ¿tú estás saliendo con Eva?

No esperaba esa pregunta, así que me volteo a verlo a ver qué es lo que quiere decir.

—Algo así. ¿Por qué?

Aprieta sus labios y deja pasar unos segundos.

—Bueno, tú sabes que Abby es su hermana, y es mi mejor amiga.

—No le haré daño, no te preocupes. —Vuelvo a voltearme, pero me lo impide tomando mi brazo.

—No es eso lo que quiero decirte, aprende a escuchar.

—Dime entonces, no estoy de buen humor, Dante, deja de dar vueltas.

—Lo que sucede es que los padres de ambas son bastante interesados, ellos suelen elegir los novios de sus hijas por el dinero.

—¿Tú crees que ella está conmigo porque sus padres me eligieron?

Él niega con la cabeza.

—No es algo que creo, es algo de lo que estoy seguro. Ellos me eligieron para Abby, de hecho creen que salimos.

—No te preocupes, Dan, Eva no me interesa. Solo estoy con ella para pasar el rato, no siento nada.

—Bueno, eso parece justo, de igual forma ella no es sincera contigo. Solo cuídate, ¿sí?

Me río y empujo su hombro.

—Yo debo decir esas cosas, soy el hermano mayor.

Sonríe y vuelve a la casa, sabe que a pesar de que es el más pequeño, las cosas entre él y yo siempre han sido de igual a igual.

Me siento en una de las reposeras junto a la piscina, el sol está fuerte a pesar de ser de mañana, tomo mi celular y, aunque me cuesta ver la pantalla, descubro que tengo un mensaje de Eva.

Eva – hace 20 minutos

¿Quieres que nos veamos hoy?

Noah – en línea

Suena bien ¿Vienes tú?

Eva – en línea

Claro, como en una hora.

Noah – en línea

Estaré esperándote, bonita.

¿Qué demonios estoy haciendo?

A esta altura, ya no lo sé.

Le pido a Tatiana que nos prepare una mesa para comer solos en el jardín, y subo a darme una ducha. A veces mis propias acciones me hacen sentir que me traiciono a mí mismo, es inquietante descubrir que, aunque lo sé, no hago nada para hacerlo diferente.

Me siento estático, vacío, este juego en el que entramos nos hace mal a los dos, pero más a mí, y ella no lo va a detener, necesito hacer que se aleje, crear una barrera entre los dos que le ponga fin a todo esto.

A mi mente viene un flashback de uno de mis primeros encuentros con Emma desde que regresó.

"De hecho te recomendaría que no te acerques mucho a mí, no soy en realidad lo que parezco y voy a hacerte mucho daño, es mi especialidad."

Ahora que sé cuáles son las verdaderas intenciones de Eva, no me da pena lo que estoy a punto de hacer. Ella me usa para complacer a sus padres, yo la uso para ponerla entre Emma y yo, para marcar la distancia, para que entienda que el juego terminó.

Me abotono la camisa y bajo las escaleras para enfrentar la estúpida decisión que acabo de tomar: pedirle a Eva que sea mi novia.

_____________

EMMA

Hemos pasado toda la última hora viendo vídeos en los que diferentes chicos le declaran su amor a su chica en público con una gran organización. Obviamente me encargué de que llegáramos a verlos a través de las recomendaciones de YouTube, que pareciera casual. No he parado de decir que eso es hermoso y que me enamoraría de inmediato si un chico hiciera algo así por mí.

Creo que el señuelo está sembrado, ahora tengo que pasar a la acción para darle una verdadera motivación para hacerlo.

Me volteo hacia él que está recostado en el sofá con una sonrisa y bastante pensativo.

—Eres lindo —suelto de repente, y en realidad no estoy mintiendo.

Adam acuna mi mejilla con suavidad.

—Tú eres hermosa, de verdad me gustas y pasar tiempo contigo es sencillamente perfecto.

En realidad, no, yo no soy esta, jamás me pasaría una tarde viendo videos en un sofá, y menos una tarde de verano como la de hoy.

Cierro los ojos y dejo que me bese, quiero que esto termine porque ya me estoy aburriendo, estar perdiendo el tiempo aquí ya no se me hace tan genial.

Así que si quiero que me haga una declaración pública tengo que darle algo más, por lo que intensifico el beso y me subo a horcajadas sobre él. Sus manos se posan en mi trasero de inmediato y me frota contra su dureza.

El chico tiene las hormonas a tope, y aún así no logra generar ni una sensación en mi cuerpo. En otras circunstancias de mi vida me hubiera aprovechado de la situación para obtener algo más, pero ya no puedo, estoy realmente jodida.

Sus manos se deslizan por mi espalda, con suavidad y permito que me quite la camiseta. Se aleja algo de mí para observarme y sus ojos se llenan de deseo, viaja a mi cuello para besarlo y entonces decido que ya fue suficiente, definitivamente no quiero que me toque de esa forma.

Me alejo de él rápido y simulando nerviosismo.

—Lo siento... yo... no puedo hacerlo. —Recojo mi camiseta del suelo para luego volver a ponérmela.

—Entiendo, tranquila —dice con calma, dándome una sonrisa que parece sincera.

—Es que tú y yo... no somos nada y yo tomo estas cosas en serio. —Evito su mirada y me levanto del sofá.

—No te preocupes, tendremos tiempo para todo, Emma, yo voy enserio contigo.

Lo tengo exactamente dónde quiero, así que me marcharé antes de que vuelva a intentarlo.

Ya estoy llegando a la casa cuando recibo un mensaje suyo.

Adam – en línea

Pasa por mi colegio mañana a las 12, tengo una sorpresa para ti.

¡Oh! ¡El planea hacerlo en su propio colegio! Esto no podría haber salido mejor... Para mi suerte esto significa que ya no tendré que ir a verlo, ni fingir nada.

Entro a la casa sonriendo hasta que la veo a Eva y mi sonrisa se borra de inmediato, pero recuerdo el trato que tengo con Noah, así que no me meteré con ella si ella se porta bien conmigo.

Respiro profundo, saludo gentilmente y me voy al jardín a disfrutar un poco del sol.

Minutos después mi teléfono suena con un mensaje de un número desconocido.

Desconocido

Hola "Emma, la chica más linda que conocí en mi vida", ¿te parece si te recojo a las ocho y vamos a ver una película?

Una sonrisa involuntaria se escapa de mis labios, agendo su número y respondo.

Me vendrá bien salir con un chico que sí me gusta, a ver si logro superar el bloqueo sexual que estoy experimentando desde que me acosté con Noah.

Emma – en línea

De acuerdo, a las ocho estaré lista :)

Adrián - en línea

Suelo ser puntual.

Emma - en línea

También yo.

Faltan algo más de cuatro horas para eso, tal vez tenga tiempo de dormir una pequeña siesta.

Voy a la cocina por un vaso de agua, Eva se encuentra allí, está sola y Noah no está a la vista en el jardín tampoco.

La ignoro por completo mientras bebo el agua, pero al parecer ella tiene otros planes.

—No me intimidas, Emma, él ya hizo su elección.

No sé de qué habla pero no tengo ánimos de discutir.

—No busco intimidarte, lamento si te di esa impresión —hablo con desinterés, mientras coloco el vaso en su lugar nuevamente después de haberlo enjuagado.

—Noah es mío, te quiero lejos de él. —Intenta sonar firme pero falla rotundamente.

Me muestro completamente indiferente, mi cortesía se ha terminado, ella se atreve a amenazarme.

—Noah no es un objeto y no voy a alejarme de él porque tú me lo pidas.

—¿Crees que no conozco a las zorras como tú? Siempre tratando de estar en medio, arruinando relaciones ajenas porque se sienten insatisfechas con su propia vida. —Cruza los brazos sobre su pecho y me lanza una mirada de superioridad.

—Relaciones dice... —me burlo buscando una manzana en la heladera.

—Noah y yo estamos juntos, me pidió que sea su novia, y tú vas a respetar eso.

Me río, aunque en realidad me sorprende lo que dice.

Ella es su novia ahora.

¿De verdad? ¿Es su novia? Una punzada desagradable oprime mi pecho.

—¿Por qué lo haría? —Me muestro arrogante—. Soy una zorra, ¿no? Eso es lo que hacemos las zorras, arruinamos relaciones.

—Aléjate de él —vuelve a amenazar, acercándose a mí peligrosamente.

—Es estúpido que vengas a amenazarme, deberías pedirle a Noah que se aleje de mí, ¿no crees que tenga el poder de voluntad que eso requiere?

—A él no le importas, solo te estoy advirtiendo porque sé que clase de chica eres, para que no lo andes provocando.

Me sorprende lo tonta que es esta chica, no esperaba algo así de Noah, si quería remplazarme hubiese buscado una chica que al menos tuviera dos neuronas.

—¿Y qué harás si no me alejo? ¿Cómo podrías saberlo? Digo... vivimos en la misma casa, su habitación está junto a la mía, suelo pasearme con poca ropa por los pasillos, me gusta el sexo, a él también y créeme que sé exactamente como provocarlo.

Sus cejas se juntan en una sola y me mira con furia.

—¿De verdad quieres iniciar una guerra conmigo?

—Tú lo hiciste, tonta, tú viniste a amenazarme en mi propia casa, ahora vas a tener que atenerte a las consecuencias. —Le doy una mordida a la manzana y abandono la cocina como una auténtica villana de telenovela.

Amo cuando estoy discutiendo, entonces la otra persona se exalta y yo mantengo la calma, siento que eso hace enojar incluso más a las personas.

Noah está en la sala y se dispone a ir a la cocina cuando lo freno poniendo mi mano en su pecho.

—Nuestro trato se termina aquí, tu novia acaba de lanzarme una tonta amenaza digna de la telenovela más bizarra de la tarde, así que eso de no meterme con ella no va a suceder —sus ojos se abren con asombro y yo alejo mi mano de él.

—Eva no haría eso, ella solo...

Lo interrumpo antes de que diga pavadas.

—Sabes que no puedo mentirte, tenemos una promesa y yo respeto esas cosas.

—Hablaré con ella, no volverá a ocurrir —dice a modo de disculpa.

—No hace falta, ella inició una guerra y sabes que voy a ganarla. Solo quiero dejar en claro que yo no estoy peleando con ella por ti, tú no tienes nada que ver.

Muerde su labio inferior y sus ojos lucen tristes.

—Emma, yo no...

—¿Ella es tu novia? ¿De verdad?

Intento fingir que no me importa, pero no lo logro. No puedo entender por qué lo hace.

Su vista se clava en el suelo.

—Sí, es mejor para los dos que yo...

—Está bien, que seas feliz, Noah.

Dicho esto me retiro a mi habitación para por fin dormir la siesta que me prometí.

La siesta se extendió más de lo esperado y cuando despierto solo falta media hora para las ocho. Me meto al baño corriendo y salgo igual de rápido.

No hay tiempo de pensar mucho en la ropa así que un pantalón de jean y un top rosa me parecen suficiente. Desenredo mi cabello y lo dejo suelto, tampoco hay tiempo de secarlo, así que hoy llevaré un look natural.

Cuando el timbre suena abajo estoy terminando de ponerme los zapatos, me apresuro a bajar, pero a medio camino oigo voces y me detengo para escuchar lo que dicen.

—Lo siento por lo de anoche, me comporté como un idiota. —Es la voz de Noah disculpándose con Adrián.

—Todo bien hombre, sin broncas —responde con calma.

—Me pongo algo nervioso cuando Emma o alguno de mis hermanos viajan en autos con otras personas, solo prométeme que serás responsable y la cuidarás —suelta con resignación.

—Lo haré, no te preocupes.

Me apresuro a bajar e interrumpir el incómodo momento.

—Sí, sí, muy tierna y conmovedora escena de hermano mayor cuidando de su pequeña, pero necesitarás mucho más que eso para que te perdone. —Le doy un beso rápido en la mejilla y de inmediato salgo con Adrián y cierro la puerta tras de mí.

—Él es extraño —dice cuando estamos solos.

Me río un poco y lo beso en la mejilla para saludarlo.

—Lo es, pero ese comportamiento troglodita tiene una larga explicación que no voy a darte porque prefiero hablar de algo más interesante.

Él me da una bonita sonrisa y nos subimos a su auto.

______

Regreso a casa cerca de la medianoche, todo está en silencio por lo que supongo que los chicos están dormidos ya. Me llevo una sorpresa cuando veo que Noah aún está levantado viendo televisión, es extraño porque él suele dormir temprano.

Pone sus ojos en mí y esboza una sonrisa pequeña.

Me siento a su lado en silencio, no me gusta que estemos enojados.

—Creo que mañana finaliza el plan con Adam —digo buscando un tema de conversación.

—Me alegro por eso —responde con calma sin despegar los ojos del televisor—. Me gustaría que compartas tu café solo con buenos chicos.

Suelto una pequeña risa por su referencia, y él me da una sonrisa cansada.

—Noah yo... —Tengo la intención de disculparme, pero me interrumpe.

—Si, lo sé, los dos lo sentimos —apaga el televisor y voltea a verme—, pero pronto volveremos a arruinarlo, y así una y otra vez.

—Yo te lo dije, que nosotros solo íbamos a hacernos daño en repetidas ocasiones —le recuerdo mientras él desliza las manos en los bolsillos de su sudadera.

—Lo hiciste, pero no por eso deja de doler cada vez que sucede.

Muerdo mi labio inferior porque en realidad no sé qué decirle.

—¿Y cuál es la solución? ¿Quieres que me vaya? —pregunto insegura, y él sonríe débilmente.

—No seas tonta, yo necesito estar cerca de ti. —No puedo definir en mi mente si eso es dulce o insano, pero lo voy a tomar como dulce—. Tal vez solo necesitamos madurar un poco.

—Siempre me ha costado esa parte —asumo, aunque no sé si de verdad estoy entendiendo lo que dice.

—Hagamos una promesa, hoy, aquí —me pide viéndome con unos ojos tan tiernos que siento que no podría negarme a nada.

—De acuerdo.

Nuestras miradas se encuentran y me siento extraña. ¿Puedo estar realmente enamorada de él?

—No dejaremos que nadie nunca se interponga en lo que sea que tenemos, no importa en los líos que nos metamos de ahora en más, tú siempre regresarás a mí y yo siempre regresaré a ti para solucionar las cosas.

Suena bien, creo que es algo a lo que puedo comprometerme.

—Te lo prometo —digo ofreciéndole mi meñique.

Él se ríe un poco y luego estira el suyo para entrelazarlos.

—Tenme paciencia, Emma, estoy luchando contra mí mismo en una batalla que estoy perdiendo. No quiero comportarme como ayer en la noche, no quiero ser esa clase de persona.

—No prometo eso, si te tengo paciencia nunca cambiarás.

Él asiente, se levanta del sofá y deja un beso en mi mejilla.

—Te quiero —murmura antes de irse.

Quería decirle que yo también, pero no sé por qué no lo hago.

Tal vez porque siento que es hipócrita decirle que lo quiero o que lo amo cuando vengo de besar a otro chico.

O tal vez porque siempre pensé que cuando decimos algo se vuelve más real, y si le digo que lo amo ya no habrá vuelta atrás.

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