Emily me espera en la entrada del campus, debe notar mi evidente mal humor cuando me acerco porque solo esboza una sonrisa y caminamos dentro.

Ella es mi mejor amiga desde hace unos años, antes de conocerla no concebía mucho la idea de amistad entre hombre y mujer, porque solo había tenido una amiga y me había enamorado de ella; pero Emily ha sido mi familia, nunca falla, nunca duda, nunca juzga. Todo entre nosotros siempre ha sido muy recíproco y sano, de hecho lo que no concibo ahora es mi vida sin ella.

—¿Mal día? —pregunta luego de unos minutos.

—Algo así, mi padre trajo a una chica a vivir a mi casa —confieso, y suelto un suspiro resignado.

—¿Una novia?

—No, es su ahijada. Tiene dieciocho años y es... insoportable.

Y hermosa.

Basta de pensar en ella de esa forma, concéntrate Noah.

Emily bufa con molestia, mi padre no le agrada mucho.

—Tu padre es un imbécil. Si sigues así vas a morir de envejecimiento prematuro.

Bueno, a veces es un poco sobreprotectora conmigo, ella cree que me preocupo demasiado por todo, y tiene razones así que le doy una sonrisa.

—No seas dramática, Em, ella no es mi responsabilidad, solo va a vivir en mi casa.

—Ni tú te crees eso, sabemos que te harás responsable de ella, no puedes dejar de comportarte como una madre.

Tal vez tiene razón, y el sobreprotector soy yo.

—¿Cómo es ella? La chica...

Muerdo mi labio inferior molesto de solo recordarla.

—Es absolutamente descarada, la llevé al colegio antes de venir y me hizo un enorme cuestionario sobre mi vida sexual.

Un encogimiento de hombros es su respuesta, ella nunca piensa mal de las mujeres por ser abiertas sexualmente o por no comportarse como está socialmente estipulado. A veces hablamos de eso, suelo preguntarle cosas al respecto, pero hoy no es uno de esos días porque estoy de mal humor.

—Ya la conocía de todas formas, digo, es Emma. Nos criamos juntos.

Arruga su nariz y me mira dudando.

—¿Cómo?

—Sí, ella vivió conmigo hasta que tuve dieciséis —confieso, y su mirada cambia por una llena de reproches.

—¿Y cómo es que nunca la mencionaste?

—Ella desapareció cuando mi madre murió, nunca hablamos de ella, es como un tabú.

Debo admitir, al menos a mí mismo, que estoy feliz de que esté en la casa.

Voy tan ensimismado en la conversación que tropiezo con una chica y casi la hago caer al suelo.

De inmediato mis ojos se posan sobre ella, es muy bonita, sus ojos son azules y su cabello castaño cae sobre sus hombros en pequeñas ondas, sus labios son tiernos y rojos. Está sonrojada.

—Discúlpame, no vi por donde iba —me disculpo, la miro a los ojos y sonrío.

Ella me devuelve la sonrisa sin dudarlo.

—No hay problema, Noah.

Oh, la chica bonita me conoce. Casi todos me conocen, la universidad es pequeña y, no es por presumir, pero soy uno de los populares.

—Tú...

—Soy Eva —me interrumpe.

—Hola Eva, discúlpame nuevamente.

Sus ojos escanean mi cuerpo por completo, vuelve a ruborizarse y me mira otra vez el rostro.

—Está bien, nos vemos luego —murmura nerviosa, y se aleja susurrando con sus amigas.

—Creo que mojaste su ropa interior —dice Emily golpeándome el hombro.

—No seas tonta, Em —respondo ahogando una risita— ¿Dónde está Liam?

—Esperando en la cafetería.

Liam es el que completa nuestro trío exclusivo de mejores amigos, yo sospecho que Emily está enamorada de él, aunque no tengo idea si él la ve de esa forma.

Escaneo el lugar rápidamente y diviso su melena rubia entre las mesas de la cafetería.

—¿No desayunaste en casa? —cuestiona Emily mientras lo ve devorar una torre de panqueques.

—No dormí en casa, ¿ni siquiera lo notaste? Me indignas, Pollito.

—Sabes que odio que me llames Pollito —protesta ella golpeándolo detrás de la cabeza.

—Sí, y por eso voy a seguir haciéndolo, Pollito —redobla la apuesta.

Emily se resigna mientras nos sentamos con él, faltan diez minutos para entrar a clases.

—¿Qué hay? —me pregunta, pero sus ojos no están en mí sino en una chica que pasa por detrás.

—Su padre llevó a una chica de dieciocho años a vivir a su casa, él no está de humor —responde Emily por mí al ver que mantengo el silencio perdido en mis pensamientos.

—¿Está buena? —pregunta, es lo único que pasa por su cabeza, él es el clásico cliché de chico popular que duerme con toda la universidad. Pero no lo juzgo, está soltero después de todo.

—Buena no le hace justicia, es lo que le sigue a eso, dos o tres niveles por encima —asumo—. Pero no puedes meterte allí, prométemelo.

¿Por qué estoy haciendo que mi mejor amigo prometa no tener sexo con ella? Eso no es mi incumbencia, pero solo me salió así.

—Códigos son códigos bro, si tú me lo pides ni siquiera voy a mirarla.

Sé que no lo haría, confío en él en ese sentido.

En realidad, confío en él en todos los sentidos, Liam es como mi hermano.

______

La mañana transcurre sin que lo note, y diez minutos antes de salir recibo un mensaje.

Emma – hace 5 minutos

no olvides re-cogerme :P

El doble sentido voluntario de sus palabras me deja perplejo, pero finjo que no lo entendí simplemente.

Noah – en línea

No voy a olvidarte, déjame en paz.

Emma - en línea

Sé que no soy fácil de olvidar, lo siento.

Si me dejo afectar por ella voy a volverme loco, así que decido tomarlo con calma. Me subo al auto y me dirijo a su colegio.

Al llegar la veo apresurarse entre la gente y subirse al auto, muy acelerada.

—Vamos, rápido —pide poniéndose el cinturón, pero no enciendo el auto.

—¿Pasa algo?

—Necesito salir de aquí rápido, estoy huyendo de dos chicos —me apresura mientras sus ojos ansiosos escanean la multitud de adolescentes.

—¿Te están molestando? —me preocupo rápidamente.

—No, en realidad yo los molesté a ellos. ¿Puedes encender el maldito auto?

Hago lo que me pide y sonrío con burla.

—Tranquila Emma, la gente que se estresa muere joven.

—Muy gracioso —ironiza con mal genio.

—¿Qué fue lo que pasó? —la cuestiono sin quitar los ojos del camino.

Me ve con desagrado y responde sonando grosera.

—Eso no es de tu incumbencia.

—Tienes razón, solo trataba de ser gentil, pero parece que los modales los dejaste en tu vieja casa —hablo con calma, puedo sentir sus ojos sobre mí, pero no volteo a mirarla.

Luego de recoger a mis hermanos llegamos a la casa y cada uno se va a lo suyo.

_________

Unas horas más tarde siento algunos gritos que provienen de afuera de mi casa, me asomo a la ventana y la encuentro parada en el jardín con dos chicos que discuten mientras ella los observa.

No puedo escuchar lo que dicen desde mi habitación así que decido salir.

Conozco a estos chicos, son Evan y Cameron iban al mismo club de deportes que nosotros cuando éramos pequeños.

Abro la puerta de mi casa, pero nadie parece notarlo.

—¡Ella está saliendo conmigo! —grita Evan furioso a punto de agarrar a golpes a Cameron.

—No seas iluso, ella está jugando contigo, pero en realidad es mía —Cameron se burla, pero puedo ver que está muy molesto.

Ella tiene su dedo índice descansando sobre sus labios mientras el resto de su mano descansa en su mentón, luce pensativa.

El nivel de vergüenza ajena que está experimentando mi cuerpo supera todos los niveles posibles, quiero huir de la incomodidad de la ridícula situación y al mismo tiempo quiero quedarme a ver qué sucede.

—¡Es mía! —grita Evan en respuesta empujando a Cameron con fuerza.

Parecen dos niñitos en el jardín de infantes peleando por un juguete, y casi que estoy insultando a los niñitos con la comparación.

—¿Qué está pasando aquí? —pregunto mientras me acerco y ellos me ignoran por completo.

No estoy acostumbrado a que me ignoren, eso me fastidia.

—Son dos idiotas —dice ella dejándolos paralizados—. Están hablando de mí como si fuera un objeto, eso es desagradable.

Evan se acerca a ella con cara de idiota.

—Lo siento, bebé.

—¡No la llames así! —reclama Cameron.

—Hice todo esto a propósito, me acosté con los dos y... —comienza a explicar, pero no la dejan hablar.

—¡¿Dormiste con él?! —grita Cameron, escandalizado.

—Sí, y creo que pueden dilucidar bien por qué lo hice, fue divertido pero... no soy de nadie. Pueden irse los dos, en realidad mi corazón ya tiene otro dueño.

—¿De qué estás hablando, bebé? Lo que nosotros tenemos es algo bonito, algo diferente, tú dijiste que... lo prometiste.

Maldición, el chico va a llorar y todo esto me parece ridículo. ¿Quién se rebaja así por una persona que no te quiere? Cuanta falta de autoestima tengo enfrente.

—Evan, no hay nada entre nosotros, solo fue sexo para mí, estoy enamorada de él.

Mierda, ella me está señalando a mí.

Me está usando para deshacerse de estos chicos con los que tuvo sexo.

Nunca he presenciado algo igual, estas escenas siempre son al revés, los chicos se deshacen de las chicas luego del sexo, esto es inusual y me da mucha curiosidad solo por eso, aunque no deja de ser bizarro.

—Yo no tengo nada que ver con esto —me defiendo, no quiero pelear con estos chicos despechados, sería malgastar mi energía.

—Él no corresponde mis sentimientos, pero aun así lo amo. Diría que lo siento pero no sería sincera, ustedes saben bien que se lo merecen —sentencia, y dicho esto entra a la casa dejando a dos chicos devastados detrás de ella.

La sigo dentro porque no puedo ni quiero lidiar con esto.

—¿Qué mierda acaba de pasar? —pregunto en cuanto cierro la puerta.

Ella se está riendo como una loca y yo la observo incrédulo.

—¿Te divierte herir a las personas? Eres realmente mala.

—Ellos lastimaron a mis amigas —responde como si eso justificara sus hechos.

—¿Y por eso tuviste sexo con ellos? ¿Qué eres acaso? ¿Una justiciera sexual?

Aún no deja de reír, lo cual es raro y no sé como sentirme al respecto.

—Era parte del plan, tenía que enamorarlos a los dos, solo usé mis armas.

—Eres rara. ¿Tienes sexo con cualquiera?

Mi cara en este momento debe ser la de un completo idiota, ella no se parece en nada a la dulce Emma de cuando éramos niños.

—Tengo sexo con chicos lindos ¿Acaso eso no es lo que tú haces?

—Con chicas lindas —la corrijo, y tiene razón.

Es un prejuicio que las mujeres solo tengan sexo con sus parejas y los hombres con todas las chicas que quieran. Emily me dijo eso, y parece justo. Pero por alguna razón me molesta la idea de ella teniendo sexo con alguien.

Además sexo por venganza con el ex de tu amiga no suena bien desde ningún punto de vista, yo no me animaría siquiera a tocar a una chica que haya salido con Liam. No sé que clase de códigos maneja con sus amigas, pero además de parecerme poco ético me parece que hace que el sexo en definitiva termine por no valer nada.

Entonces entiendo que ella es una trampa muy peligrosa, porque Emma no tiene ese aspecto de chica fácil que tienen las chicas que duermen con todo el mundo, ella sabe cómo parecer una chica dulce y tierna. Sé que también es un prejuicio y no tengo que guiarme por los estereotipos, pero Emma definitivamente podría enamorar a cualquier chico si se lo propusiera.

Menos a mí, claro.

—No quiero más estos ridículos problemas en mi casa —le reclamo fingiendo autoridad, pero ella no se deja intimidar y se ríe en mi cara.

—Me vale mierda lo que tú quieras, tú no me invitaste a vivir aquí. Mi padrino dijo que esta es mi casa ahora, y no necesito tu permiso para hacer lo que me da la gana.

La chica tiene carácter, siempre lo tuvo, aunque al parecer con el tiempo solo se ha potenciado. De todas formas no deja de parecerme desubicada su actitud, apenas llega y ya cree que puede hacer lo que quiere.

—¿Así serán las cosas? —digo haciendo frente a la pequeña rebelde que asiente desafiante.

—No tienes autoridad sobre mí, yo no soy uno de tus subordinados hermanitos.

Oh, ella no dijo eso...

—Escúchame una cosa... —Le hablo bajo pero mis palabras son determinadas—: Tú tendrías que volver a nacer diez veces para parecerte un poquito a cualquiera de ellos. Estás por tu cuenta Emma, esta no es tu familia, dejó de serlo el día que cruzaste esa puerta sin mirar atrás mientras nuestro mundo se caía a pedazos, ahora solo eres una intrusa, y una muy desubicada si me preguntas...

Ush, no me gusta ser grosero, no me gusta herir a la gente ¿Por qué mierda ella saca lo peor de mí?

—Eso está claro Noah —dice con más calma, al parecer la herí de alguna forma—, ya entendí que no me quieres aquí desde que me viste está mañana. Pero tengo malas noticias para ti: no tengo otro lugar dónde ir, mi mamá se fue del país con su novio y no me llevó con ella. Así que voy a quedarme aquí por mucho tiempo, amígate con la idea. —Palmea mi espalda y desaparece.

Fui demasiado lejos con mi agresión, pero no voy a disculparme. Ella me cae mal y además es irrespetuosa, mis hermanos pequeños viven en la casa, ella no puede traer sus dramas aquí y no lo voy a permitir.

—¿Qué fue eso Noah? —me cuestiona Dante mientras baja las escaleras— ¿Por qué la trataste de esa manera? No suena para nada como tú.

Paso una mano por mi cabello y suelto un suspiro exagerado.

—No lo sé, ella solo logra ser tan irritante, no sé qué pasa conmigo...

—¿Acaso te gusta?

Sí, ella me gusta desde que tengo memoria.

De ninguna manera, ella no me gusta, es insoportable.

—No, es solo que me molesta que papá no haya tomado en cuenta mi opinión —miento, en realidad no sé por qué la estoy tratando de esa forma, a pesar de que ella es desubicada eso no justifica que yo sea cruel.

—Ella no tiene la culpa, papá no toma en cuenta a nadie nunca.

Dante siempre fue el más sensible de los cuatro, y también es muy maduro para su edad.

—Ya lo sé Dan, pero ella me pone de esa forma —protesto, y me siento como un niño regañado.

—Tú siempre me dices que en ninguna circunstancia nadie puede hacerme perder de vista quién soy, aplica tus propios consejos, tú no eres así —dice, yo resoplo con resignación y asiento.

—Okay, entiendo tu punto. Me voy a disculpar ¿Contento? —pregunto con ironía mientras él esboza una sonrisa, mi hermano pequeño siempre fue mi cable a tierra, él es diferente a los demás por algún motivo.

Tal vez sea porque los demás siempre están exigiendo el cien por ciento de mi atención con sus problemas, y él solamente me da paz en momentos de crisis.

Emma vuelve por las escaleras y Dante se va para darme el espacio de disculparme, me detengo en sus ojos que están algo rojos.

¿Ha estado llorando? La culpa se apodera de mí rápidamente.

—Emma, yo... —intento hablar, pero ella me interrumpe antes de que pueda decir algo.

—Lo siento ¿Sí? —No me mira a los ojos, están fijos en el suelo—. No debí meterme con tus hermanos, tú los amas y te ocupas de ellos de una manera muy bonita, ojalá alguien se preocupara por mí así.

—Yo debo pedirte disculpas, no suelo ser tan grosero pero mis hermanos son mi punto débil —asumo tratando de sonar sincero.

—Está bien, me lo merecía de todas formas.

Se ve vulnerable, no me gusta verla de esa forma. Prefiero mil veces a la chica rebelde y desinteresada, aunque considero que está bien que se disculpe, no tengo idea de por qué situación está pasando ahora.

Se da la vuelta para volver por donde llegó, y entonces hago algo estúpido.

—Emma —la llamo, y ella vuelve a mirarme, sus ojos verdes esta vez encuentran los míos—, puedes contar conmigo, como antes, de la misma forma que ellos. Estoy para ti.

—Gracias —murmura para luego desaparecer en las escaleras.

De verdad voy a morir de envejecimiento prematuro si sigo haciéndome cargo de adolescentes, pero no puedo verla de esa forma, ella de verdad está sola.

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Hoooola ♥

El próximo capítulo será en tres días, me siento nostálgica de estar de nuevo publicando a los Romano, los extrañaba 🥺

Los quiero♥

Besos, mil besitos 💋