18. Cómo dueles Seok Jin.
—Deja de llorar —le dijo Yoon Gi—, te ves fea.
—Oppa —contestó risueña—. Déjame sufrir en paz.
—¿En serio vas a mudarte?
Jane abrazó sus rodillas, intentando sonreír. Se había hecho una bolita sobre el sofá.
—Estaré muy, muy cerca del hospital. Hace tiempo que quise mudarme a ese departamento.
—Es por él, ¿cierto? No te atrevas a mentirme.
—Oppa...
—Estás siendo injusta con nosotros, que no tenemos nada de culpa.
—Yoon Gi oppa, no me digas eso por favor. No es que me vaya a ir fuera del país, solo voy a mudarme.
—Harás mucha falta por aquí. ¿Quién se encargará ahora del departamento?
Lo había dicho con tanta seriedad que, si no lo conociera, creería que lo decía en serio.
—Confiesa que vas a extrañarme.
—Oye, sabes que últimamente solo veníamos a quedarnos aquí por ti, ¿no?
Una sonrisa se dibujó en su pequeño rostro.
—¿Les darías la noticia por mí?
Dio un profundo suspiro.
—Querrán vender el departamento.
—No quisiera que hagan eso. Hay muchos recuerdos bonitos aquí. Incluso podríamos hacer pijamada de vez en cuando.
Él solo le sonrió.
***
Ella se subió a su Lamborghini con naturalidad. Aunque no era correcto compararla con Jane, de pronto a su mente se le vino el recuerdo de lo penosa y, a la vez, emocionada que se ponía cuando la recogía en tan lujoso auto, en cambio su ex novia estaba acostumbrada a semejantes pompas.
Le pidió una nueva oportunidad. A pesar que no estaba convencido, lo sucedido con Jane le orilló a intentarlo. Si alguna vez la quiso, podría volver a quererla, ¿no?
—Oppa, ¿cómo me veo? —le preguntó mientras se miraba en su espejo de mano.
—Te ves bien.
No podía negar que era preciosa, pero ya no la veía como antes, con devoción.
Iba a echarle un vistazo a su teléfono, pero al instante ella se lo quitó para guardarlo en su cartera negra de Dior.
—¿Recuerdas nuestras reglas? Usar nuestros teléfonos solo para fotos.
—Lo había olvidado —le contestó sonriendo.
La llevó a «Bukchon Hanok Village» a dar un vistazo y tomarse muchas fotografías. Lo planearon cuando aún estaban juntos, no obstante, debido a la ruptura no alcanzaron a concretarlo. Ahora sentía que volvían al pasado, pero no podía negar que algo había cambiado, además de ellos.
Se vistió con un hanbok de blusa y faldón celeste. Bien podría ser parte de un elenco de un k-drama histórico, como protagonista.
Le pidió que le tomara muchas fotografías, en cada casa tradicional que visitaban. En todas, sus labios acorazonados sonreían abiertamente sobre su cara redonda. Estaba seguro que su post en Instagram se llenaría de corazones como era costumbre.
Para finalizar su cita, comieron «Kimbap» en un restaurante famoso.
Cuando fue a dejarla a casa, ella le miró fijamente, se acercó a besarle, pero aún no se sentía confiado; el beso fue a parar a su mejilla. Pensó que se molestaría, pero por el contrario ella le sonrió.
—Cuídate.
Manejó de vuelta a casa un tanto absorto, pero en el camino tuvo grandes deseos de visitar el departamento que poseían en conjunto con los chicos. Tenía muchas ganas de ver a Jane pese a lo que había pasado.
Era extraño encontrar tanto silencio, a esas horas de la noche Jane tenía que estar en casa, salvo que estuviese de guardia.
Encendió las luces, temía a la oscuridad.
—Jane, ¿estás en casa? —No hubo respuesta. Fue a tocar la puerta de su habitación, ella no contestó—. Voy a entrar —advirtió.
Con sigilo movió la manilla. Lo que vio lo dejó absorto, no había ni rastros de ella. Ansioso revisó su closet, sus cosas, algo que le dijera que aún estaba allí.
Nervioso desbloqueó su celular, quiso marcarle, pero la bandeja llena de mensajes lo llevó al grupo que compartía con los chicos.
BIGHIT Min Yoon Gi: Jane quiere mudarse. Vengan lo más pronto posible, a lo mejor entre todos podemos convencerla de lo contrario.
BIGHIT Kim Nam Joon: ¡¿Qué?!
BIGHIT Jeon Jung Kook: ¿Por qué?
BIGHIT Park Ji Min: Te dije que dejaras de molestarla.
BIGHIT Jeon Jung Kook: ¿Por qué me echas la culpa? ¿De verdad se quiere ir porque la fastidio? L
BIGHIT Kim Tae Hyung: No creo que sea por eso.
BIGHIT Jung Ho Seok: Claro que no. No perdamos tiempo, vayamos lo más pronto posible.
Angustiado se restregó el rostro. No vio los mensajes porque no tenía su celular con él.
¿Jane se había ido por su culpa? Seguramente le incomodaba su presencia. Era evidente que era culpable, él había dañado la relación bonita que tenían. Ojalá no la hubiera besado.
***
Su nuevo departamento poseía una ambientación sobria y tranquila. Le gustaba su decoración minimalista y plantas ornamentales. Su habitación era amplia, al igual que su baño. Aunque no le apasionaba cocinar, le agradaba su cocina espaciosa.
—¿Estarás cómoda aquí? —le preguntó su adorable Ji Min.
Asintió dibujando una sonrisa en su contrito rostro.
—Gracias por ayudarme en la mudanza, chicos.
Nam colocó su mano sobre su hombro.
—Aunque no estamos de acuerdo con tu decisión, te apoyamos.
—Yo aún sigo resentido —alegó Jung Kook cruzado de brazos.
Yoon Gi permanecía serio.
—¿Estarás bien, ratona?
—Ajá.
—Es raro que Seok Jin Hyung no haya venido —comentó Tae.
Ji Min parecía saber dónde estaba.
—Fue a una cita con Noona.
—¿Salió con su ex? —cuestionó Hobi abriendo bien sus ojos.
El corazón de Jane se partió en mil pedazos. Yoon Gi intercedió rápidamente.
—Chicos, nuestra pequeña amiga debe estar cansada, es mejor dejarla descansar.
—Es cierto —prosiguió Nam—. Ella vendrá de vez en cuando a nuestro centro de reuniones, ¿no es así?
Asintió una vez más, sin decir nada; le costaba hablar.
Los chicos se marcharon dejándola sola. Era lo mejor, dejar de ver a Jin por un tiempo hasta recuperarse, pero dolía tanto... ¿Cuándo dejaría de doler? ¿En qué estaba pensando cuando se enamoró de él? ¿Acaso creía que él podría llegar a sentir lo mismo? Se sentía tan insignificante, y esa chica... no había punto de comparación.
Derramó unas cuantas lágrimas, pero se las enjugó al escuchar el timbre, se trataba de la enfermera Oh llevándole un pastel de bienvenida. Al instante se soltó en llanto y la abrazó con fuerza. Extrañaba mucho a su mamá, mucho más en ese momento.
—Enfermera Oh, ¿cuándo dejará de doler?
Ella le devolvió el abrazo con ternura y compasión.
—Pequeña bribona. Todo pasará, lo prometo.
Al día siguiente siguió su rutina con algo de dificultad. Adaptarse a su nueva casa no era fácil, aún más a asimilar que toda ilusión con Jin debía desaparecer. Sin embargo, el paso de los días le ayudaban a ser más resiliente, su virtud especial.
Por la tarde Nam Joon le escribió invitándole a una fiesta privada donde podría conocer a muchos idols. Al inicio dudó un poco, no era de fiestas, pero pensó que una pequeña distracción no estaría mal.
Le habló a Yoon Gi para convencerle de que la recogiera ya que Nam pensaba enviarle un chófer, pero de pronto le dio vergüenza llegar sola en medio de gente famosa.
Yoon Gi el dormilón.
¿Irás a la fiesta de la que habla Nam Joon oppa?
No es lo mío, prefiero quedarme en casa.
¿Comiendo mandarinas?
¿Qué dices? Es un plan genial.
Es una lástima.
¿Por?
¿Quería contratarte como chófer?
¿Tú irás?
Oppa me invitó, pero no quiero llegar sola.
¿Cuánto me pagarás?
Mil wones.
Eso no me alcanza ni para una mandarina.
¿Lo tomas o lo dejas?
Paso por ti a las ocho. No me dejes esperando.
De acuerdo. Saranghae <3
Se puso como loca a buscar un vestido para ponerse en esa fiesta donde seguramente los asistentes lucirían preciosas prendas valorizadas en miles de dólares. No entendía cómo fue que aceptó ir a semejante reunión, pero quería conocer a las chicas de Twice.
Fue en busca de la enfermera Oh por ayuda. Ella le habló a doctora Cha, ella tenía muchos vestidos, el detalle es que era alta. No obstante, la doctora Yoon entró en acción, llegó con un precioso vestido verde esmeralda con un escote en el pecho y en la pierna. La enfermera Oh solo tuvo que hacerle unos pequeños ajustes para que Jane lo luciera sensualmente. Se encargaron de peinarla y maquillarla también. Se veía preciosa. Lo comprobó cuando Yoon Gi pasó a recogerla, no dijo nada, pero con su expresión fue suficiente.
Arribaron en la mentada fiesta cuando la mayoría había llegado. Las luces intermitentes reinaban sobre la oscuridad. El olor de los perfumes se mezclaban alcanzando uno delicioso y embriagador.
Amaba el kpop, y a lo mejor por el tiempo no estaba tan enterada de las últimas modas, ni diversos cantantes, pero ver tanta gente guapa reunida en un solo ambiente, definitivamente era algo alentador. Esas muñequitas andantes le hacían mirar a su cuerpo y desear ser como ellas, aunque debido a su genética era algo imposible.
Para su sorpresa, algunas de las chicas protagonistas de "Yes or Yes", estaban allí. Se veían mucho más lindas de lo que se veían en pantalla.
El resto de los miembros se acercaron para saludarla y, aunque, no podía evitarlo, Jin estaba con ellos. Conectó mirada con él por unos segundos, pero la incomodidad aún estaba presente.
—Guau, qué preciosa —expresó Ji Min haciéndola girar en su mismo eje.
Hobi continuó con los halagos llevando la mano a su pecho de manera dramática.
—Me enamoré.
Sí, definitivamente ellos lograban levantarle la autoestima hasta el cielo.
Con pasos seguros llegó la novia de Jin, tan hermosa como de costumbre. Es que la mujer cumplía con casi todos los estándares de belleza coreanos.
—Por aquí estabas —mencionó, colgándose del brazo de él.
Auch.
—Noona —saludó Jung Kook.
—Kookie —respondió ella arrugando la nariz como conejo—. Qué gusto verlos, chicos. —Reparó en su presencia—. Tú estabas el otro día en casa de Seok Jin oppa, ¿no es así? Gusto en conocerte.
—Jane, el placer es mío.
Sonrió de la mejor manera en que podía hacerlo, aunque por dentro se estaba quemando. Ella parecía sonreírle de manera sincera, sin recelo como solían hacerlo otros coreanos al toparse con algún extranjero.
La pareja se marchó a saludar a otros conocidos. Jane pudo soltar un suspiro de tranquilidad, pero también de decepción.
Bailó con los chicos hasta cansarse, luego acompañó a Yoon Gi en su bebida, Hobi también se sumó, el resto se perdió con otros amigos.
Echó un vistazo hacia su alrededor, en ese momento se fijó que los idols dejaban de serlo, para convertirse en gente común y corriente, divirtiéndose y comportándose como cualquier mundano. Sin querer su mirada cayó en Jin, él estaba recostado sobre la barra, pero en ese instante, como si hubiese sentido su contemplación, él miró en su dirección; por supuesto volteó la cara. ¿En qué momento la situación con él se había puesto realmente incómoda?
Ya era momento de marcharse, pero al ver el estado de su buen amigo Yoon Gi, supo que él no podría regresarle a casa. Llamó a un chófer para que lo recogiera cuando quisiera irse también, en tanto a ella le tocaba coger un taxi.
—¿A dónde vas? —le dijo él cuando ella se puso de pie.
—Voy a casa.
—Voy a llevarte —balbuceó entre dientes.
Ella le sonrió y le acarició la cabeza. Hobi cabeceaba, tenía la nariz rojísima.
Sin hacer tanto escándalo salió cuidadosamente. El recepcionista se ofreció a pedirle un taxi seguro, al que ella accedió inmediatamente. Esperó junto a él, mientras arribaba el vehículo.
—Déjame llevarte, por favor.
Su corazón se paralizó al escuchar la voz de su tormento. Él había salido detrás de ella en cuanto salió. Se veía malditamente guapo con su cabello desordenado, y con la suave luz sobre su cara.
—Mi taxi está por llegar, no te preocupes —le contestó de la manera más afable posible.
—Aun así, yo...
—Aquí estabas —le interrumpió su ex novia, novia, o lo que fuese en ese momento—, te estaba buscando —masculló. Se colgó del brazo de Jin tambaleándose.
—Creo que ella te necesita más que yo —fueron las últimas palabras de Jane.
Para su suerte el taxi había llegado. Aunque se subió divinamente en él, a unos metros se desplomó. Como le dolía Seok Jin.
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