Capítulo 63
Más nervioso que la noche anterior, ya que no sabía que podría haber ocurrido en esas horas, desperté a las 06:00 de la mañana, no es que me agradara mucho, pero no tenía más remedio. Llamé a Kyung para que viniera con el coche y a YuKwon para que me ayudara.
YuKwon no paraba quieto, no dejaba de jugar con sus manos y caminar en círculos esperando a que Kyung apareciera. Me estaba poniendo nervioso, no lo iba a negar, tanto que tuve que llamarle la atención.
— ¡Oye, relájate!
— ¡Es que es un idiota! Se va a meter en un lío gordo y con los antecedentes que tiene dudo que lo dejen en libertad esta vez.
— YuKwon, tranquilo. Él no ha hecho nada, sólo ser estúpido. — Apoyé mi mano en su hombro y di unas palmaditas.
— No sabes lo mal que lo pasé cuando lo vi en ese calabozo... — Mordí mi lengua, no sabía qué decir y a decir verdad ese idiota se la pasaba todo el tiempo dañando a YuKwon. — No quiero que se repita.
— Intentaremos que no sea así, pero relájate. — Asintió ahora un poco más convencido.
— ¡¡Subid!! — Gritó Kyung que acababa de llegar con el coche y sin aparcar nos llamó para que subiéramos.
Ambos subimos, y una vez más, marchamos en dirección a la escuela de Jimin. Allí, el portón seguía cerrado, pero pronto dejaría de estarlo, se me había ocurrido algo y con ayuda de YuKwon lo llevaría a cabo.
— ¿Cómo entraremos? — Preguntó él cuando salió.
— Entraré yo sólo. — Metí mi cabeza por la ventanilla del coche y me dirigí ahora a Kyung. — Quédate aquí por si tenemos que salir corriendo. — Éste asintió y YuKwon y yo nos alejamos para quedar frente al portón.
— Quieres que entretenga al guardia, ¿verdad? — Asentí. — Bien, déjamelo a mí.
— Saltaré el muro por allí atrás. — Señalé a lo lejos. — ¿Cómo lo sacarás de allí?
— Por eso no te preocupes. — Sonrió divertido y comencé a caminar hasta el muro. No podía negar que disfrutara con esto, es lo mejor que sabemos hacer, pero ahora mi mente no estaba para disfrutar sino para concentrarme.
Asomé mi cabeza por la esquina del muro, viendo a lo lejos a mi amigo buscar algo por el suelo hasta encontrarlo, ¿una piedra? Luego se acercó al portón y apuntando con la piedra, la hizo impactar en una de las ventanas de los dormitorios.
"Es tan... su estilo"
Dejé de observarlo y salté el muro con demasiada facilidad, esperé a que el guardia saliera hecho humos en dirección a YuKwon, que seguía ahí plantado. El hombre comenzó a gritar, otro guardia se le unió y ambos estaban gritándole a mi amigo. Aproveché el momento y corrí hasta el interior de los dormitorios.
No tenía ni idea de cual era su habitación por lo que llamé a cualquiera, así saldría de dudas rápido, y aunque seguramente esté despertándolos, poco me importaba, no tenía tiempo para delicadezas.
"Como si alguna vez la tuviera"
Un chico con el pelo alborotado y los ojos hinchados se asomó por la puerta, rascó su cabeza y miró su reloj de mano.
— Tío, ¿sabes qué hora es?
— Ya lo creo. — Reí por lo bajo. — ¿Sabes cual es la habitación de Jimin?
— La 130, ¿por qué? — Me giré para irme, pero su voz seguía sonando a mis espaldas. — Por cierto, ¿quién eres?, es la primera vez que te veo por aquí... ¡eh! ¡oye!...
Llegué hasta la 130, la última del pasillo tenía que ser. Llamé una vez, luego dos, tres, cuatro y hasta cinco veces... y nada. ¿Dónde se había metido?, ¿estaría en la habitación de su novio?
"Genial, a llamar más puertas"
Otra puerta diferente y otro chico diferente, pero igual de despeinado y adormilado.
— ¿Sabes cual es la habitación de JungKook?
— ¿De quién? — "Hoy no es mi día" "¿No me digas que JungKook es el típico chico fantasma que pasa desapercibido en las escuelas...?"
— ¿Jimin?
— La 130. — "Gracias por las aclaraciones".
— No está en su habitación, ¿no sabes cual es la habitación de su novio?
— Ah, el chico pelinegro que va siempre con él. Pues lo siento, pero no sé cual es su habitación.
— Mierda...
— Pero de todas formas, Jimin no está en la escuela. Se fueron ayer para el evento.
— ¿Evento?
— Sí, un evento que se celebr...
— Vale, eso no me interesa. ¿Sabes dónde es? — Algo cortado por mi repentina interrupción, lo pensó algunos segundos y al final recordándolo me dio la dirección. La apunté en mi móvil y le di las gracias; ya que lo había despertado y no me había mandado al carajo, que menos.
Al salir me vi a YuKwon aún con los guardias, teniendo una disputa bastante acalorada. Tras saltar de vuelta le hice un gesto a éste y al verme ignoró a los guardias y salió corriendo conmigo hasta el coche. Ambos guardias gritaban a lo lejos, incluso abrieron el portón para salir corriendo hasta nosotros.
Ya algo alejados de la escuela le di indicaciones a Kyung sobre el evento y su dirección. Al parecer estaba algo lejos y tardaríamos en llegar. Pero nadie podría negar que lo estaba intentando.
Quedé dormido en el transcurso y los golpes de Kyung me despertaron, YuKwon ya estaba fuera del coche mirando a su alrededor con mi móvil en su mano, el cual le arrebaté después de darle una mirada que helaría el cuerpo de cualquiera, sólo que en él no hubo efecto.
— Es allí. — Dijo y los dos fuimos hasta el hotel.
Menuda perdida de tiempo tuvimos, pues al preguntar en recepción por el nombre de la escuela de Jimin nos indicó que habían ido a dar el evento. O sea, ya no había ni un puñetero alumno aquí.
— Juro que después de esto Jimin me deberá todo el trabajo de un año. — Dije ya cabreado de tantos viajes.
Al fin estábamos frente al teatro, donde realizarían las actuaciones, actuaciones que me importaban un carajo, sólo quería encontrar al pelinaranja y pasarle el problema a él.
Kyung volvería a quedarse en el coche, así podría vigilar la salida/entrada, el solo hecho de pensar que se fueran de nuevo, me cabreaba más, por lo que así lo tendría todo más controlado. Entrar en el teatro fue demasiado fácil, pues la entrada era gratis, y bueno, es normal, ni que fueran los Rolling Stones.
YuKwon y yo nos separamos para buscar a Jimin o JungKook, pregunté a varias personas, pero todas las respuestas eran las mismas: Lo siento, no sé quienes son. Dejé de preguntar, tan sólo miraba a mi alrededor, luego recibí un mensaje de YuKwon, donde me decía que debían de estar detrás del escenario.
"Tiene sentido"
"Esto era la parte del público"
Las luces se apagaron de repente y comenzó a sonar una música. Luego dos chicos salieron y comenzaron a cantar. Dejé de echarles cuenta, pues no eran los que buscaba, saqué mi móvil y llamando una vez más al pelinaranja solté un gruñido al no recibir respuesta.
"Puto Jimin, ¿dónde tienes metido el móvil? ¡¿En el culo de tu novio?!"
Esperar era lo único que podía hacer y mi sorpresa fue inmensa cuando vi a JungKook sobre el escenario, con otro chico, el cual conocía, era amigo de Jimin, no había duda. Levanté mi mano y la agité para ver si así podía verme, pero el mocoso tenía su vista al suelo y se podían oler sus nervios a kilómetros.
Comenzó a cantar, aunque al principio le tembló la voz, pero luego... no podría describirlo, quizás embobamiento, hipnotismo, no sé, pero me dejó sin habla. Quien diría que el chico cantara tan bien.
Cuando terminaron su actuación desaparecieron y maldije para mis adentros. Llamé a YuKwon para ver si había conseguido algo, y entre los aplausos del público y la nueva música que ahora sonaba, intenté entenderlo.
— "¡Al lado izquierdo, detrás del panel de madera!"
— ¡No te entiendo! ¡¡Habla más fuerte!!
— "¡¡Detrás del panel hay una entrada!!"
— ¡Oh, la veo! — Corrí hasta el lugar indicado por mi amigo, pero detrás de éste habían un par de profesores conversando. — ¡Mierda! ¡¡YuKwon, necesito tus habilidades de distracción una vez más!!
— "¡No tardo!"
Poco tiempo tardé en ver a YuKwon correr en mi dirección, diciendo algo de dos entradas a los laterales cuando estuvo a mi lado. Fue hasta los profesores, y liándola una vez más, los alejó de ahí.
Una vez dentro, me despreocupé de los profesores, podría pasar por uno de los alumnos perfectamente. Busqué por todas partes, preguntando a cada chico con el que me cruzaba. A lo lejos vi una cabellera verde, como para no verla, y supe quien era. Al fin un golpe de suerte.
— ¡Eh! — Lo llamé después de llegar corriendo hasta él. Éste se asustó y sorprendió de verme allí, pero rápidamente su mueca cambió a una preocupada, si yo estaba aquí sabía que nada bueno pasaba.
— ¿Qué haces tú aquí?
— ¿Sabes dónde está Jimin?
— A punto de salir.
— ¡¿Por qué leches no coge el móvil?!
— No nos dejan usarlos hasta terminar.
— ... — Ahora lo entendía, pero ¿y anoche?, ¿por qué no contestaba? Seguro se estaba tirando al cara sumiso, bueno, para que engañar tiene cara de cachorro abandonado. — ¡Joder!, necesito hablar con él.
— Oye, tranquilo. — Frunció el ceño. — ¿Qué pasa?
— Jimin debe ir a por JungKook, ¡ahora! — Siguió sin entenderme. — Cuando digo ahora, ¡es ahora, rápido!
— Está bien, está bien. — Seguí los pasos del peliverde mientras miraba a su alrededor para encontrar a Jimin. — Quizás ya salió, no lo encuentro. Debería estar aquí. — Hizo silencio, aún mirando en todas direcciones, luego se percató de mi silencio y me miró. — ¿Me estás escuchando?
— ¿Eh?... ¡ah!, sí, sí.
— ¿Ah sí?, ¿qué he dicho?
— Realmente no lo sé. — Dije totalmente sincero. — Estaba mirándote. — Elevó una ceja. — Eres bastante lindo, ahora que me fijo bien.
— ¿Qué? — Arrugó su entrecejo. — ¿P-podrías dejar de mirarme así?
— ¿Te pongo nervioso?
— Sí, digo no, digo ¿sí?, o sea sí, pero porque no te entiendo, ¿acaso no estabas preocupado por Jimin?
— Puedo hacer muchas cosas a la vez. — Dije mirándolo de arriba abajo. A decir verdad lo había visto unas cuantas veces, pero jamás me había fijado tanto en él como ahora, y no lo negaría, era realmente lindo.
Me empujó un poco hacia atrás, pues inconscientemente me estaba acercando demasiado a él. — No seas baboso y ayúdame a buscar a Jimin.
— Buscar a Jimin ya es tu trabajo, el mío era llegar aquí y avisar.
— ¿Avisar? ¡Pero si ni siquiera me has contado que pasa!
— No me gusta repetir las cosas, lo diré cuando vea a Jimin. — Bufó molesto, sus ojos se abrieron, al igual que su boca y yo tragué saliva, comenzaba a malpensar demasiado con sólo esos gestos. Su grito me sacó de toda ensoñación y un chico de la misma altura que yo, corrió hasta nosotros.
— ¡NamJoon!
— ¿Qué ocurre?
— ¿Dónde está JungKook?
— Ahora viene, un chico ha venido a decirle algo y se ha ido, pero me ha dicho que no tardaría.
— ¿Qué chico? — Pregunté alterado.
— Un alumno de primer año, ¿por qué? — ¿No era MinHyuk?, esto es extraño, aunque si es listo no se acercaría él mismo.
— ¿Sabes por dónde se fue? — Negó.
— ¡¿JiHo?! — Una nueva voz se mezcló con las nuestras y todos giramos a la vez.
— ¡Joder, Jimin, ya era hora! — Lo agarré del brazo y lo miré fijamente. — Hay que encontrar a JungKook.
— ¿Qué...? — Dijo más desconcertado de lo que estaba el peliverde al decirle lo mismo. — ¿Qué pasa JiHo?
— No me llames así...
— ¡JiHo, habla! — Gritó y solté un gruñido molesto. Odiaba que me llamaran así y por más que les decía que no lo hicieran lo hacían más.
— Sí, sí. — Rodé los ojos. — Bien, escucha con atención...
[JungKook]
Estuve que me derretía de los nervios subido a ese escenario, incluso cometí algunos errores al principio. Pero es que toda esa gente ahí, mirándome fijamente y juzgándome... era demasiado para mí. Al final no lo hice tan mal o eso es lo que dijo NamJoon, quién estuvo muy orgulloso de mí.
Satisfecho y más calmado me bebí una botella pequeña de agua del tirón, suspiré aliviado y justo en ese momento se acercó un chico que jamás había visto. Me saludó primero, dándome la enhorabuena por mi actuación y luego me dijo que tenía un mensaje para mí. Le hice saber que lo escuchaba, pero al parecer me hizo un gesto de cabeza para que fuéramos a un lugar más privado.
Avisé a NamJoon de que ahora volvería y me aparté del resto para escuchar lo que el chico tenía que decirme.
— Me han dado un mensaje para ti, ¿eres JungKook, no?
— Sí.
— Me han dicho que Jimin te espera en la planta superior, en la habitación que está frente a los baños.
— ¿Jimin? — ¿Acaso Jimin no tenía que salir ahora? — Lo siento, pero no sé donde es eso.
— Sólo sigue el camino recto hasta que veas unos baños, la puerta está justo enfrente.
— Bueno, gracias. — Agradecí por su amable explicación, pero me pareció raro que Jimin mandara a alguien a llamarme. ¿Le habría pasado algo o simplemente sería uno de sus jueguecitos?, seguro tenía un calentón y quería que me hiciera cargo.
"Para calmar nervios, diría yo"
Sin hacerlo más esperar me apresuré en subir las escaleras y caminé por el largo pasillo. Se notaba que no había nadie aquí, estaba demasiado silencioso. Vi los baños tal y como me indicó aquel chico y efectivamente había una puerta. La abrí lentamente, asomando mi cabeza, pero no vi a nadie allí.
— ¿Jimin? — Lo llamé, pero no contestó. Entré por completo en la habitación, pero nada, y era raro, esa misma habitación no conectaba con ninguna otra.
— Me has impresionado. No sabía que cantaras tan bien. — Mi cuerpo se encogió, mis manos se agarrotaron y mis ojos estaban a punto de salirse de sus órbitas.
Esa voz, una voz que me hacía temblar con sólo oírla, mis piernas perdían su fuerza y mis energías las drenaba. No quise darme la vuelta, no, no quería ver la realidad de saber que estaba a mis espaldas, aquí, en la misma habitación que yo.
— ¿No vas a saludar a tu padre? — Volví a oírla, pero esta vez con una orden entre ellas. Orden que me negaba a acatar, de verdad que no estaba preparado para verlo. — JungKook, te estoy hablando. — Cerré mis ojos fuertes, quizás era una pesadilla y aún estaba durmiendo con Jimin en la cama del hotel. — ¡¡JungKook!! — Gritó y me sobresalté.
"No, no era una pesadilla"
Giré mi cuerpo y ahí estaba, con su típico traje de chaqueta, con las manos en sus bolsillos y esa mirada que mataría con sólo cruzarte con ella.
— Eso está mejor. — Un paso, dos, tres... "No te acerques" — ¿Cómo has estado? — Acarició mi cabeza y yo me encogí asustado. — Por lo que veo estás muy bien, demasiado diría yo. — Dejó mi cabeza en paz y levantó mi mentón. — ¿Te lo estás pasando bien? — Hasta tragar saliva me costaba. — Contesta, JungKook. — Apretó mi barbilla.
— N-no.
— ¿No? — Rio. — Pues yo diría que sí. ¿Por qué me mientes?
— Y-yo... n-no...
— Deja de tartamudear, me pones de los nervios. — Ocultó mi asustada voz bajo la suya. — Dime JungKook, ¿qué haces aquí? — Abrí mi boca, pero mi voz no salió, volvería a tartamudear y por más que quisiera no hacerlo sabía que lo haría. — ¿Me has estado mintiendo todo el tiempo? — Negué reiteradas veces. — Tienes agallas para seguir mintiéndome. — Sonrió de medio lado, pero una sonrisa que ocultaba lo molesto que estaba. Giró su rostro a un lado, apretó su mandíbula y vi su mano levantarse rápidamente para impactar contra mi cara.
Perdí el equilibro y caí al suelo. Llevé mi mano hasta mi mejilla dolorida, aunque a decir verdad no dolía tanto, creo que el miedo lo estaba tapando.
Oí unos pasos detrás suyo por lo que ladeé un poco mi cabeza.
— ¿Ves cómo no mentía?
"No puede ser"
"¿Qué hace B-Bomb aquí?"
Mi padre asintió, aún malhumorado, sólo que lo ocultaba. Me echó una ojeada y luego la giró hacia el chico que se había posicionado a su lado. — Ven mañana a mi despacho y te pagaré lo acordado.
— Espero no me esté mintiendo.
— Soy un hombre de palabra.
— Bien, pues nos vemos mañana. — Fue a girarse, pero antes me miró con una sonrisa maliciosa en sus labios y susurró un "te lo advertí". Luego salió de la habitación y cerró la puerta.
Se escuchó un suspiro chocar por las cuatro paredes de esta habitación. Estaba masajeándose la sien, y después de un rato, volvió su atención a mí.
— Que voy a hacer contigo... — Dijo, como si su hijo fuera un deshonra para él y no tuviera solución. — Levántate. — Mis piernas me fallaron un poco al levantarme, pero acabando con su paciencia me agarró del brazo y tiró de mí para levantarme. — Nos vamos. — Sentenció.
— ¿I-irnos? ¿A d-dónde?
— A casa.
— ¡¿Qué?! ¡No puedo! — No fue muy inteligente reaccionar así, pues me gané otro golpe y habría caído de nuevo si no fuera porque sujeto mi pelo con fuerza.
— Cierra-la-maldita-boca. — Pronunció con rabia cada una de las palabras. Yo asentí temeroso de ganarme otro golpe y me soltó, o al menos del cabello. Agarró mi brazo con fuerza, demasiada diría yo, no pude evitar soltar un quejido de dolor, ya que cogió el brazo que casi tenía sanado. Y esperé que siguiera así.
Al salir por la puerta vi a su secretario e impacté con su cuerpo cuando mi padre me lanzó hacia él. Él me agarró de igual forma, solo que más suave, sin hacerme ningún daño. Evitó mirarme como siempre había hecho; desviar su mirada de los problemas.
Bajamos a la planta baja, mezclándonos entre las personas con dirección a la salida. Deseé cruzarme con Jimin, que éste me viera a lo lejos y corriera hasta mí, deshaciendo el agarre del grandullón de su secretario, pero no lo vi, ni siquiera a los otros chicos, así que terminé fuera del teatro y dentro del coche de mi padre.
Todo parecía tan irreal, verlo a mi lado en este coche, como tantas veces he vivido meses atrás. Era como volver al pasado y sentir que jamás había cambiado de escuela por mí mismo. Sí, eso parecía, pero no era así, no cuando el pecho me oprimía con tanta fuerza, volviéndome a la realidad, realidad la cual me negaba a aceptar.
Pues no quería creer que volvería a mi asquerosa vida de siempre y quizás no volvería a ver a Jimin nunca más.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro