Capítulo 59
[Jimin]
Una semana más tarde mis heridas habían sanado, apenas tenía algunas marcas de los cortes que me hizo, que a los pocos días terminaron de sanar. Cada noche JungKook me echaba la pomada y cuidaba tan bien de mí que varias veces le comenté lo buen padre que podría llegar a ser. Él, como era de esperarse, se ruborizaba y me lanzaba algunos manotazos o lo primero que tenía a mano. Al principio me parecía lindo, pero cuando veía ciertos objetos volar hacia mí, borraba ese pensamiento de mi mente, cabe mencionar su buena puntería.
Pedí mi segundo café en aquella tarde fría, gracias a la calefacción que poseía la cafetería no lo notaba demasiado, ya que aquel día hizo bastante frío. El porqué estaba en una cafetería solo se debía a que había quedado con alguien importante y no para mí sino para JungKook.
— Buenas tardes. — Alcé mi vista para ver al chico que me había hablado, éste era bastante apuesto, por su aspecto podría asegurarme de que no era tan joven y se veía agitado, como si hubiese estado corriendo hasta aquí. Llevaba un traje marrón, camisa blanca y corbata roja, su cabello era castaño y algo revuelto; le daba un toque menos serio y su voz se me hizo conocida. — Espero no haberte hecho esperar mucho.
— Sólo un poco. — No iba a mentir, llevaba un buen rato esperando.
— Lo siento, mi vuelo se retrasó. — Negué restándole importancia. — Soy Cho KyuHyun, encantado. — Extendió su mano y alcé una ceja. ¿Acababa de decir Cho?, ¿por qué no llevaba el mismo apellido que JungKook?
— Park Jimin. — Estreché su mano y se sentó frente a mí. La camarera vino para atenderle y aproveché para estudiarlo un poco, aunque no iba a sacar mucho por mi cuenta.
Nuestra cita había sido prevista hace casi una semana antes...
Flashback.
Con el móvil en mano y el trozo de papel con el número que me había dado la nana de JungKook, esperé a escuchar el agua de la ducha correr y así llamar sin tener que darle una excusa a JungKook para salir. Marqué los números indicados y llevé el aparato a mi oreja, esperando la señal.
— "¿Sí?" — Una voz varonil se escuchó al otro lado de la línea.
— H-Hola, eres el hermano de JungKook, ¿verdad? — ¿Qué decirle?, ni siquiera sabía su nombre.
— "..."
— Por el silencio puedo intuir que sí. El número me lo dio su nana.
— "¿Ella te lo dio?, ¿por qué?"
— Me dijo que hablara contigo.
— "¿JungKook sabe que me has llamado?"
— No.
— "No entiendo nada, pero te escucho"
— Bueno, es evidente que es sobre JungKook... Tal vez tú puedas ayudarme.
— "No sé de que me hablas"
— Ni yo mismo estoy seguro. Sólo sé que ella dijo que me ayudarías.
— "Pero, ¿a qué?"
— A detener a que le hagan más daño. — Omití dicha palabra, porque el sólo pronunciarlo me daban arcadas. Oí un suspiro al otro lado después de algunos segundos de silencio.
— "Entiendo. Dentro de unos días iré a Corea, me pasaré por allí. No creo que hablar sobre esto por llamada sea lo más indicado"
— Me parece bien.
— "Te avisaré con un mensaje"
Kookie salió justo cuando colgué y se preguntó el porqué de mi rostro, el cual estaba cargado de desconcierto. Quitándole importancia al asunto, le arrebaté la toalla que tenía colgada al cuello y sequé su cabello.
— ¡Ay-y-y-y, no seas bruto! — Aparté la toalla y solté varias carcajadas al ver su pelo todo despeinado y de punta. — No te rías..., eres malo. Te encanta reírte de mí. — Hizo un puchero demasiado exagerado y no dudé en atraparlo con mis dientes, volvió a quejarse, sólo que ésta vez me gané una lluvia de puños.
Fin Flashback.
— Tendrás muchas preguntas, me imagino. — Dijo removiendo su café después de agregarle un poco azúcar.
— Demasiadas.
— No te cortes entonces.
— Bien. — Humedecí mis labios, preparándome para soltarle tantas preguntas como quisiera. — ¿De verdad eres el hermano de Jungkook?, y si es así, ¿por qué tenéis distintos apellidos?, ¿dónde se supone que estás?, ¿por qué no lo estás cuidando?, ¿sabes lo que le hace su padre?, ¿eres consciente de ello?, ¿sabes que a su madre no le importa lo que le hagan?, ¿por qué su nana me dio tu número?, ¿en qué se supone que vas a ayudarme? — Relamí mis labios y di un sorbo a mi café. — Tengo más, pero me detendré aquí o tendrás que coger papel y lápiz.
Cogió algo de aire y luego lo echó lentamente. — Soy el hermano de JungKook, que no te quepa la menor duda. Tenemos el mismo padre, pero diferentes madres. Uso el apellido de mi madre, jamás usaría el de ese mald..., perdón.
— Insúltalo si te apetece, no me importa.
— Vivo en Japón desde hace bastantes años, me mudé en cuanto se me presentó la oportunidad. Quizás da la sensación de que hui y abandoné a mi hermano, pero poco pude hacer. Seguro Nana te comentó que tan bastardo llega a ser nuestro padre. — Apreté mis dientes imaginando una vez más los acontecimientos pasados ocurridos. — Su madre, lo poco que sé..., no está bien, tiene muchos problemas emocionales y mentales.
— Problemas dice. — Chisté. — ¡Problemas los que tiene JungKook!
— Por favor, baja la voz. — Bufé. — No me meteré mucho en el tema de su madre porque no estoy muy seguro. Sólo conozco a nana, quien también fue mi nana en un principio. Mi madre se separó de nuestro padre y luego conoció a la madre de JungKook. Estuve viviendo con ellos hasta los 16 años. Ni te imaginas cuantos años estuvo mi madre para conseguir mi custodia...
— Y luego huiste.
— Sólo tenía 16 años, ¿qué más podía hacer? Además, los abusos comenzaron cuando salí de aquella casa.
— Odio las excusas.
— No son excusas. No hay día que no recuerde a mi hermano. No puedes hacerte una idea de cuanto lo añoro.
Aparté la mirada, clavándola ahora en mi café a medio acabar. — Siento ser maleducado pero, ¿en qué se supone que me ayudarás?
— Soy abogado. — Levanté la vista para encontrarme con la suya.
— ¿Te dedicaste a la abogacía sólo por JungKook?
— ¿Te quejas de que no hice nada y ahora te parece extraño que haya dedicado todos estos años a ayudar a mi hermano?
— ¿Qué pretendes? — Ignoré su pregunta y me centré en lo importante.
— Es obvio, meter a nuestro padre en la cárcel. No será fácil, pero tengo demasiada información reunida.
— ¿Y por qué aún no has hecho nada?
— Quiero asegurarme. Si fallo... tengo miedo de lo que pueda llegar a hacer.
— Está bien, te ayudaré. Me facilitaran algo de información, seguro te sirve. — Enarcó una ceja. — Mejor no preguntes.
— A todo esto..., ¿quién eres?
— Su novio. — Solté con simpleza, me negaba a ocultar ya la relación. Sea quien sea, dejaría de negarlo.
— ¿Su-su-su novio? — Tartamudeó, agrandando sus ojos con cada intento de sílaba.
— ¿Algún problema?
— N-no. Sólo... es... extraño. — Sonreí ladino al imaginarme el nudo que debía tener ahora en su mente. — ¿Qué edad tienes?
— 18.
— ¿Cómo os conocisteis? ¿Y cuándo?
— ¿En serio...?
— Soy su hermano, es normal preocuparme.
— Entonces preocúpate de lo importante. — Dando por finalizada nuestra conversación, llamé a la camarera que poco tardó en aparecer y darnos la cuenta. KyuHyun pagó, aunque me negué a que pagara mi parte, pero fue más cabezón e insistió hasta conseguirlo.
Abroché mi cazadora y metí mis manos en los bolsillos. Estar metido en un lugar cálido y luego salir al exterior me hizo tiritar de frío.
— ¿Quieres verlo? — Le pregunté, pero no llegó a entenderme bien, aunque tampoco me esforcé mucho para que lo hiciera. — A JungKook. — Le aclaré.
— No sé si...
— No te verá. — Lo animé y terminó por aceptar.
Anduvimos algunas calles, ambos silenciosos, observando las tiendas y las personas que caminaban a nuestro alrededor. La tarde había acabado, dando lugar a la oscura y fría noche. JungKook estaba en una cafetería a unas calles más abajo, había quedado con su madre para el cumpleaños. El pelinegro me había contado cuanto empeño le había puesto para que su madre saliera, con la ayuda de su nana, claro, pero que al final accedió a ir. Le informé que al terminar lo recogería y aprovechando el mismo día, quedé con su hermano. Perfecto para que no se enterara de nada.
— Es allí. — Le señalé dicho local. Ambos nos acercamos a mirar desde el exterior y KyuHyun lo buscó con la mirada sin darse cuenta de las veces que lo había pasado ya. — El chico de la camisa celeste.
— ... — Posó sus manos en el cristal para acercarse más y el vaho de su respiración empañó el cristal, cuando éste no lo dejaba ver, sin mucha molestia lo limpiaba y volvía a quedarse petrificado. — Como ha crecido... — Vi sus ojos aguarse y decidí darle algo de privacidad.
Absorbí mi nariz, estaba congelada. Me arrepentí de no traerme una bufanda con la cual tapar mi nariz y boca, mis labios estaban agrietados y lamerlos lo empeoraba.
Miré la hora. Más de treinta minutos llevaba pegado al cristal, pero se entendía, estaba viendo a su hermano por primera vez en tantos años. Ni siquiera lo reconoció. Varios minutos más bastaron para que el hermano se quedara medianamente satisfecho y caminó los pocos pasos que nos separaban. Suspiró y pude ver sus ojos rojos, él lo notó y desvió la mirada a otro lado.
— Gracias.
— Es tu hermano y ya que venías desde tan lejos...
— Haré todo lo posible. — Dijo, pero no con el mismo tono que antes, ahora su tono de voz era mucho más firme y confiado. Supongo que verlo le dio las fuerza que necesitaba para continuar. — Llámame si sucede algo.
— Lo haré.
Esperó a avistar el primer taxi que cruzara por allí y levantando su mano, un taxista se detuvo cerca, se despidió de mí con un gesto de manos y entró en el taxi para desaparecer de la calle.
Retiré mi cabello hacia atrás y busqué un lugar donde sentarme hasta que JungKook decidiera llamarme. La calle poco a poco se fue quedando desértica, la temperatura aumentó y las tiendas comenzaban a cerrar. Nuevamente miré la hora.
"Las nueve"
Justo al bloquear mi móvil decidió sonar, mostrándome el nombre de JungKook en la pantalla. Su suave voz me provocó una sonrisa incontrolada, quería tenerlo ya, que saliera de allí y viniera en mi encuentro, que llegáramos a la habitación y calentáramos nuestros cuerpos. Y sí, era con doble sentido, mis ganas por él aumentaban con cada día, porque apenas llegábamos a besos, el resto por algún motivo no se dio.
— ¡Ya estoy aquí! — JungKook apareció con el rostro enterrado en su bufanda. Después de decirle que lo esperaba afuera poco tardó en aparecer.
— ¿Nos vamos? — Afirmó y lo besé cálidamente, aunque mis labios no es que estuvieran precisamente cálidos.
— Estás congelado, ¿llevas mucho esperando?
— Lo suficiente.
— ¿Cuánto tiempo llevas aquí?
— Kookie..., no importa.
— Claro que sí, mírate. — Rodé los ojos. — Espera. — Detuvo el comienzo de mis pasos y sacó su bufanda. La extendió por nuestros cuellos y sonrió mostrando sus blancos dientes. — Así estaremos calentitos los dos.
— Ayyy, eres demasiado tierno. Me das diabetes.
— Idiota. — Agarró mi brazo con los suyos y comenzamos nuestro camino hasta la escuela, que quedaba algo lejos.
Mostramos nuestros justificantes al guardia y nos dejó pasar. Podría acostumbrarme a esto de los justificantes, a veces al saltar el muro me raspaba todo e incluso llegué a rajarme la ropa.
El calor de la habitación se hizo notar y no tardé en despojarme de mis prendas, quedando con una simple camiseta y los pantalones. JungKook hizo lo mismo sólo que menos desesperado por liberarse de las tantas capas de ropa.
Me tiré en la cama y el pelinegro que buscaba algo en su cajón del escritorio dio una palmada en mi pierna, llamando la atención que ya tenía.
— Iré a devolverle esto a Tae. No tardaré.
— Vale, pero no te entretengas. — Cerró la puerta después de dejarme oír la respuesta que quería.
La dichosa melodía de mi móvil me hizo gruñir y negándome a levantarme dejé que sonara. Cuando pensé que quien llamaba había desistido, volvió a llamar, pero ésta vez obligándome a levantar.
"Zico"
"¿Qué querrá ahora?"
— ¿Qué quieres? — Dije nada más descolgar.
— "¿Por qué no lo cogías?"
— Pereza. Mi cuerpo ha estado bajo el frío durante mucho tiempo.
— "Ya, pues la próxima vez que no te gane la pereza. Tengo algo importante que decirte"
— ¿Ha pasado algo?
— "No puedo asegurártelo aún. MinHyuk ha desaparecido"
— ¿Y a mí qué?, como si decide irse del país. De hecho nos haría un favor a todos.
— "Jimin, no te das cuenta, ¿verdad? No sabemos donde está. YuKwon nos ha dicho que la última vez que lo vio estaba muy alterado, discutió con él y luego no lo volvió a ver"
— No pillo que intentas decirme.
— "No quiero asustarte pero..., estate alerta, no sé que pueda llegar a hacer"
— Más vale no se le ocurra aparecer por aquí.
— "Quedas avisado"
— Gracias, JiHo.
— ¡Qué no me llames así! — Y colgó. No era mi culpa que inconscientemente lo nombrara por su nombre, con ese mismo lo conocí.
"¿Qué estará tramando ese desgraciado?"
"Nunca se cansa hasta conseguir lo que quiere"
"Es conseguirlo sí o sí"
"... Creo que debería de ir por JungKook, igual exagero pero..., no quiero arriesgarme"
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N/A:
Cho KyuHyun - Super Junior
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