Capítulo 44
Sábado, 06:00 de la mañana y mis pestañas aún pegadas. ¿A quién se le ocurrió la fascinante idea de quedar a las 06:30 un sábado?, pues el causante fue HoSeok. Para que engañar era algo propio viniendo de él. YoonGi me mandó un mensaje anoche con la hora y terminó amenazándome un poco si no iba.
Feliz de tener un móvil nuevo miré su gran pantalla con los ojos medio cerrados todavía y busqué dicho mensaje para releerlo.
Yoongi-hyung:
"JungKook, hemos quedado mañana a las 06:30 en la puerta, y sí, es por la mañana. Ni se te ocurra faltar mocoso, o iré hasta tu habitación y te cargaré como a un saco de patatas hasta la puerta"
20:57 pm.
"Como a un saco de patatas..., no suena bien"
Fijándome en la hora y que aún tenía unos veinte minutos para prepararme, lavé mi cara consiguiendo despegar mis pestañas. Rápido fui a vestirme; algo cómodo, unos pantalones deportivos, una sudadera y unas deportivas. Cogí todo lo que me faltaba por guardar y lo metí en la mochila que había preparado anoche antes de acostarme. Con la mochila cargada al hombro salí de mi habitación, cubrí mi cabeza con la capucha de la sudadera; ya que no me entretuve en peinarme, y dirigí mis pies hasta la cafetería. Con suerte estaría abierta y podría comer algo antes de partir, pero desgraciadamente no era así, por lo que tendría que conformarme con algo de las expendedoras.
Mirando a través del cristal busqué esas galletas que compró YoonGi y que estaban deliciosas. Metí el dinero necesario y el dichoso paquete no cayó. Volví a pulsar el botón y nada, cabreado de esperar le metí un golpe a la máquina, haciendo temblar todos los productos que contenía.
— Creo que el poco tiempo junto a Jimin te ha enseñado muy malos modales. — Giré rápidamente mi cuerpo al escuchar una voz y me vi a TaeHyung vestido casi de la misma forma que yo, con una mochila cargada a sus hombros y esa sonrisa tan famosa suya adornando su rostro.
— Se ha quedado con mi dinero. — Ignoré su comentario con respecto a Jimin y me centré únicamente en mi problema. La maldita máquina se tragó mi dinero.
— A golpes no vas a solucionar nada.
— Todo aparato electrónico se arregla golpeándolo.
— ¿De dónde sacaste eso? — Me miró extrañado, como si yo pudiera tener esa clase de problemas.
— De... Jimin. — Bajé mi vista, pensando en las veces que lo había visto golpear las expendedoras o su móvil cuando no funcionaba bien, y después siempre me decía: no hay aparato que no se arregle con un buen golpe.
— ¡JungKook! — Me gritó TaeHyung, obligándome a volver a la realidad.
— ¿Qué?
Soltó un suspiro cansado. — Te decía que vayamos con el resto, por el camino compramos algo.
— Oh, me parece bien. — Pasó su mano por mi espalda y me empujó hasta la salida. — Tae... — Me miró, esperando a que continuara. — ¿Irá... ya sabes?
— Sí. — Devolví mi vista al frente, comenzando a arrepentirme de ir.
"Aún puedo volver atrás, estoy a tiempo"
— Ni se te ocurra. — De nuevo su voz sacándome de mis pensamientos. — Sé lo que piensas y tú no te mueves de aquí. — Ni si quiera me di cuenta cuando ya habíamos llegado hasta las puertas de la escuela y TaeHyung me había aprisionado entre sus brazos, dejándome inmóvil.
— Tae, ¿qué haces? — Me moví como pescado atrapado en una red. — Suelta, no seas pesado.
— No, no te mueves de aquí, no volverás a tu habitación, vendrás con nosotros.
— ¡Está bien, pero suéltame ya!
— Nu. — Rio pegado a mi oreja y le di un cabezazo. — ¡Au!, idiota mi labio.
— Te aguantas, suéltame. — Seguí moviendo mi cuerpo de un lado a otro.
— Son las 06:24 de la mañana, por favor, parad. Sólo conseguís cansarme más. — Aún no habíamos visto al dueño de la tercera voz, pero con cierta palabra que dijo ambos nos miramos y pudimos leer un sólo nombre en nuestras mentes. YoonGi.
— Hyung, que temprano has llegado. — Le dije desde los brazos de mi amigo.
— Yo también estoy sorprendido. — Dijo mientras tiraba su mochila al suelo y la usaba de silla. — TaeHyung, suéltalo.
— Si lo suelto se irá.
— No se irá. — Dijo YoonGi con total seguridad. TaeHyung me miró y yo me encogí de hombros.
Al fin el castaño me soltó, pero aún sin fiarse se posicionó a unos pasos de mí, de espalda a la escuela por si intentaba escapar y así él pudiera bloquearme el paso.
"A veces es tonto, no me voy a ir..."
— Bueno días. — Los tres miramos al que recién llegó.
"Creo que sí me iré"
Di un pequeño paso, pero me detuve al instante al ver la mirada asesina de Tae, poniéndome en alerta. Estaba claro que si intentaba volver dentro me seguiría hasta traerme de vuelta, bueno, eso en caso de que consiguiera entrar.
— Bueno días, Jimin. — Lo saludó Tae, apartando su vista de mí unos leves segundos.
Después de las palabras de TaeHyung nadie dijo nada más, el ambiente se puso incómodo y nadie decía nada, ni siquiera nos mirábamos, excepto mi amigo que aún seguía pendiente de mis movimientos.
Había algo que no entendía, era normal que Jimin y yo estuviéramos así pero, ¿YoonGi?, ¿por qué ni siquiera lo saludó? Son amigos, y cercanos por lo que he podido apreciar, verlos así era muy extraño. Quizás algo les pasó y es por eso que no se hablaban o simplemente estaban tan dormidos que ni querían hablar.
— Pero, ¡¿qué es esto?! — Una segunda cabellera negra se unió a nosotros, saltando y haciendo gestos exagerados con sus manos. — ¿Quién se ha muerto? — Sacudió el frágil cuerpo de YoonGi. — ¡Animad esas caras!
— ¡Ay!, deja de joderme, hay más gente como para que sólo me molestes a mí. — Se quejó el peliverde empujando las piernas de HoSeok desde abajo.
Ignorando las palabras de YoonGi, sonrió al castaño frente a mí y lo rodeó con sus brazos, provocando una tierna sonrisa en TaeHyung. — ¿Has dormido bien? — Mi amigo asintió tímido, posando sus manos en la espalda del pelinegro. — Ya verás lo bien que lo pasamos y... podremos dormir juntos. — Le guiñó un ojo y la sonrisa de Tae se ensanchó al instante. HoSeok agarró el mentón de TaeHyung y lo besó.
— Joder..., podéis hacer eso en privado. — Jimin que había permanecido en silencio después de su saludo, se dirigió a los dos tórtolos con palabras cargadas de molestia.
— No seas tan amargado y deja de fruncir tanto el ceño, te saldrán arrugas. — Le dijo HoSeok sin siquiera mirarlo, estaba muy embelesado con su novio como para apartar su mirada.
— A mí también me molestáis. — Se levantó YoonGi de su mochila y HoSeok, que por fin pudo apartar la mirada del castaño, les echó una ojeada a los dos.
— Me dais amargura con sólo miraros. Disfrutad de la vida. — Los ojos de ambos estaban clavados en él, como si estuvieran a la espera de un comentario más para echarse al cuello del pelinegro. — ¡Sonreíd! Si tenéis envidia entonces buscad algo que os haga sonreír, pero no os quedéis con esas caras de amargados.
De pronto me sentí observado. Dejé de mirar a la parejita y vi a YoonGi y Jimin mirándome fijamente. Incómodo era poco para expresar como me sentía, las ganas de saltar sobre Tae aumentaban y ahora entretenido con HoSeok me sería mucho más fácil.
Di dos pequeños pasos y la historia se volvió a repetir. — Quieto. — Oí a YoonGi decir. Un bufido es lo segundo que oí, pero no de él sino del pelinaranja que sonreía sarcástico e inclinaba su cabeza dentro de campo de visión del otro. — ¿Qué? — Se refirió a Jimin, quién lo obligó a mirarlo, pues se puso delante, cortando nuestro cruce de miradas.
Fuera lo que tuviera que decir Jimin lo interrumpió NamJoon, que llegó junto a Jin, "últimamente estos dos se ven mucho juntos". Todos ya reunidos nos dividimos en dos grupos. El primer grupo lo componían, HoSeok, TaeHyung y yo e íbamos en el coche de YoonGi y el segundo por Jin, Jimin y NamJoon como conductor de su propio coche.
No hubo problemas al decidir en que coche íbamos pues YoonGi fue el que organizó los grupos y nadie soltó ni una sola queja.
Metidos en los coches nos pusimos en marcha para llegar a ese lugar tan especial de Jimin y HoSeok. Por el camino HoSeok me contó varias cosas sobre el lugar, sobre que hacían o jugaban de pequeños, como hacían hogueras ellos mismos y las noches tan frías que pasaron por el simple capricho de dormir en ese lugar.
Me pareció tierno imaginarme todos y cada uno de esos momentos, pero el nudo que se iba formando en mi garganta por imaginar a Jimin se hacía más notable y tuve que cambiar de tema para que dejara de hablarme sobre ellos.
Al parecer el camino era bastante largo pues había pasado casi una hora y aún no llegábamos, decidí echar una cabezada apoyando mi cabeza en el hombro de Tae y minutos después de cerrar mis ojos caí profundamente dormido.
[...]
Una voz grave y una brisa fresca me despertaron. Frotando mis ojos y estirando mi cuerpo pude ver por la ventana un paisaje bastante hermoso, al fondo se veían montañas, el pasto era de un color verde grisáceo; supongo por el clima, habían pocas casas, todas muy alejadas las unas de las otras, prácticamente era todo campo. Salí nuevamente estirando mi cuerpo, no sabía el tiempo que había tomado llegar a este lugar, pero valió la pena, el aire fresco se sentía entrar por mis fosas nasales y aunque hacía un poco de frío era agradable.
— Esto es genial. — Dije observando una vez más el paisaje.
— Y tú querías irte. — Noté el codazo que recibí por su parte. — Ven, adelantémonos. — Asentí emocionado. — ¡Hobi, nosotros nos adelantamos!
— Está bien, tomad las llaves. — HoSeok tiró las llaves en dirección al castaño, las cuales atrapó en el aire.
Llegamos hasta una parcela con un portón de color verde; algo descolorido y oxidado. Lo ayudé a abrirla y una vez entramos pude ver ese "castillito" del que tanto me habló HoSeok. No era nada del otro mundo, más bien daba la sensación de lo que era; un lugar prácticamente abandonado. Por un lado había una pequeña cabaña de madera muy estropeada, por otro lado una pequeña montaña de chatarra, al fondo una casita muy vieja; algunas ventanas estaban rotas y le faltaba tejas, fuera de ésta había una mesa rodeada de cuatro sillas, pero que estaban muy oxidadas a causa de la lluvia, y al lado izquierdo de la casa había un pozo.
— No es un lugar de ensueño pero..., es algo. — Rio Tae al ver lo mismo que yo.
— ¿Nunca habías venido?
— Sólo una vez, pero estaba un poco mejor.
— Vaya, se han caído nuevas tejas. — HoSeok llegó en ese momento con los demás chicos detrás. — Jimin, habrá que hacerle unos arreglos al lugar.
— También hay que arreglar las ventanas. — Dijo el pelinaranja que se posicionó al lado de HoSeok. — Soltemos las cosas y hagamos algo antes de que sea tarde y no veamos nada. — Ambos dejaron sus mochilas sobre la mesa y HoSeok abrió la puerta de la pequeña casa, llevando su mano a la nariz y tapándola asqueado por el olor que desprendió el lugar al meter su cabeza en el interior.
— Esto apesta, habrá que darle un lavado.
— ¿Hay luz y agua? — Pregunté incrédulo, pues aunque el lugar me decía que no, quizás me equivocaba, o más bien tenía la esperanza de escuchar un sí.
— No. — Me señaló al pozo. — El agua lo sacamos de allí.
— ¿Y la luz?
Me sonrió gracioso. — Velas.
"Genial, acabo de teletransportarme a la época medieval"
— ¡Venga, que cada uno haga algo, no os quedéis mirando! — HoSeok gritó desde la cabaña de madera mientras sacaba algunos utensilios junto con Jimin.
— Creo que me arrepiento de haber venido. — Comentó YoonGi para sí mismo, pero que los que estábamos junto a él lo oímos.
— Hyung, si intentas huir te traeré de vuelta como a un saco de patatas. — Le dije, recordándole quién fue el que me obligó a venir.
Puso sus manos en alto rendido, comenzando a caminar. — No quiero sentirme como una patata. — Reí y lo seguí, dejando mi mochila junto a la suya. — ¿Hay algo que sea fácil y poco agotador para hacer? — Preguntó a los chicos ocupados.
— Limpiar la casa.
— No me jodas, eso es demasiado agotador. Mejor vigilaré el portón para que nadie venga y nos roben. — El peliverde comenzó a arrastrar una silla en dirección a dicho portón y rápidamente HoSeok lo detuvo, obligándole a soltar la silla y girándolo sobre sus pies.
— A limpiar, no seas vago. — Me hizo un gesto para que me acercara y así lo hice. — Ayúdalo a limpiar y vigila que no se escape. — Asentí. — Tae, ¿puedes ayudarlos también?
— Claro.
— ¿A él le preguntas y a nosotros nos obligas? — Cuestionó YoonGi indignado.
— Calla. — Lo empujó hacia el interior de la casa, escuchando como se quejaba y soltaba palabrotas por el olor.
— Nosotros iremos al pueblo a comprar comida, bebida y lo necesario. — NamJoon, posó su mano en el hombro de Jin, refiriéndose a él.
— Me parece bien. — Dijo HoSeok cogiendo una pequeña libreta y bolígrafo de su mochila. — Os apunto que necesitamos.
Así fue como nos dividimos el trabajo para hacer que este lugar pudiera quedar medianamente mejor. No sé el aspecto que debió tener en un pasado para que lo llamaran "castillito", pero ahora se veía horrible.
Con unos cubos en mano, trapos y cepillos, YoonGi, TaeHyung y yo nos preparamos para dejar esa casita como el Palacio de Buckingham... o bueno, al menos intentarlo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro