Capítulo 28
— T-Tae, no es lo que parece. — Mi voz tembló a causa de los nervios que cargaba.
— Por favor, JungKook... os he visto. — Se cruzó de brazo y nos miró esperando que alguno de nosotros hablara, pero lo cierto es que ninguno lo hizo. Jimin fue en dirección a la puerta para salir, pero TaeHyung la cerró. — ¿Estáis juntos?
Su pregunta iba dirigida a ambos pero sólo a él miraba, ignorándome a mí. Esto era lo que menos quería Jimin, que nos pillaran o que alguno de los chicos se enteraran, tampoco es que fuera para tanto, somos pareja ¿y qué?, ¿ qué problema hay con eso?, ¿por qué le costaba tanto aceptarlo?, ¿acaso piensa que lo pueden rechazar?, lo dudo, Jimin no es del tipo de persona que se deja llevar por comentarios o pensamientos ajenos.
Jimin suspiró, pasando la palma de la mano por su rostro, deteniéndose en sus ojos y haciendo presión con sus dedos. — Tae, aparta.
— No. Es mi amigo y si le has hecho algo malo o lo tienes obligado te juro que...
— ¿Que qué? — Encaró a TaeHyung.
— Le quiero. — Salté entre medio de sus voces, defendiendo al pelinaranja o más bien impidiendo que terminara por soltar humos.
Ambos se giraron, observándome sorprendidos, mi amigo por mi confesión y Jimin por la valentía que había tenido de decirlo ante alguien más a parte de él.
— ¿Y tú? ¿Le quieres? — Volvió su vista al mayor, quien nuevamente decidió ignorar y tras darle un empujón al castaño, salió del baño. — Será...
— Deja que se vaya.
— No lo iba a detener. — Me guiñó un ojo, acercándose a mí. — ¿Es verdad lo que has dicho? — Agaché mi cabeza avergonzado y asintiendo en respuesta.
— No me lo puedo creer... tú y Jimin. Ver para creer.
— Sí, cuesta de creer. — Sonreí de forma ladina.
— ¿De verdad que no te ha obligado? Mira que lo cojo de los huevos y se los pongo de corbata, ¡eh!
Reí pero al darme cuenta que elevé la voz más de lo debido, tapé mi boca con la mano. — No me ha obligado.
— ¿Y te trata bien? — Asentí. — Si te soy sincero, algo me olía, sois demasiado evidentes, no sabéis disimular.
— ¿Tú crees?
— A ver no soy el más espabilado del grupo.
— Tienes razón.
— ¡Oye que lo decía en broma! — Dio un golpe en mi brazo sano.
Nos quedamos un buen rato en el baño, no es que fuera el mejor lugar para una charla, pero no teníamos otro. Le conté un poco cuando empezó todo y sobre lo que había sentido en ese entonces y también como habían cambiado mis sentimientos y aumentado rápidamente. Él me miraba embobado, escuchando cada palabra que articulaban mis labios sin comentar si quiera. Me sentí liberado, pude desahogarme con este tema que tan bien guardado tenía, o bueno, eso creía.
— Igual... debo decir que Jimin no es la persona más adecuada para ti. — Me confesó seriamente.
— Sé que hay cosas que no sé de él, pero con el tiempo las sabré. — Sonreí cual bobalicón.
— Mejor que no las sepas. — Me devolvió la sonrisa y tras darme unos golpecitos en mi cabeza, se levantó agarrando mi mano y sacándome del baño. Ni tiempo me dio para preguntar el porqué de sus palabras.
Nuevamente en la habitación, Tae dio un beso en mi mejilla y sin despegarse me susurro "no se lo contaré a nadie", fue a su respectivo colchón y se acostó junto a HoSeok, quien al sentirlo cerca lo atrapó entre sus brazos.
Sentí envidia, yo también quería que Jimin hiciera cosas así conmigo sin importar las personas que hubiesen delante, como aquel día en la calle. Día que nunca olvidaré.
Miré a Jimin, dormía entre Jin y NamJoon, ignorando mi presencia en la habitación, porque sé que estaba despierto. Tras tumbarme al lado de Jin cerré los ojos y esperé a quedarme dormido.
[...]
Llegó el fin de semana, ese par de días que todos esperamos a que lleguen con ansias, primordialmente para levantarnos tarde. Así lo habría hecho yo sino fuera por el cuchicheo que oía cerca mío.
— ¿Lo harás por mí?
— Veré que puedo hacer.
— Gracias.
— Pero, ¿por qué no se lo pides a Jin?, sería más fácil.
— No quiero buscarle problemas.
— ¿Seguro es eso?
— ¿Qué más podría ser?
— No lo sé, pero últimamente estás muy pegado al mocoso.
— Sólo me preocupo.
— ¿Desde cuando te preocupas tú por JungKook?, que yo recuerde te caía como el culo y siempre te quejabas de que viniera con nosotros.
— B-bueno, quizás lo empiece a ver como un amigo, ¿no?
"Amigo"
— Me alegra oír eso, porque tratabas algo mal al pobre chico.
— Ya. Bueno, ayúdame con eso y ya no me deberás nada por lo de Tae.
Escuché la puerta cerrarse de fondo y decidí abrir mis ojos disimulando despertar. Estiré un poco el cuello y me senté sin dejar de cubrirme con las mantas, hacía tanto frío que ni quería salir de ellas.
— Buenos días. — Me dijo el pelinaranja, sentándose a mi lado y peinando mi revoltoso pelo.
— Buenos días. ¿Ya se fueron todos? — Asintió. — Incluso... — Señalé con el dedo al armario. — Rio mientras asentía nuevamente.
— He pensado que hoy podríamos llevarnos todo el día viendo películas, ¿qué te parece?
— ¿Una maratón? — Añadí emocionado ante el plan tan simple, pero que disfrutaría de igual manera que si fuera a un parque de atracciones. Mientras él fuera mi compañía no me importaba que hacer o donde ir, era suficiente tenerlo al lado. Además con mi estado tampoco es que fuéramos a llegar muy lejos, primeramente porque seguía teniendo un dolor horrible y de resto, bueno, mi cuerpo habla por si solo.
[Jin]
Coloqué mi chaqueta, rodeé mi bufanda alrededor de mi cuello y salí con la cartera en la mano. El día de hoy no tenía nada que hacer así que pensé en comprar algunas bebidas calientes para JungKook y pasar el resto del día con él. Ese chico cada día me gustaba más, era demasiado dulce, una perdición para mi persona.
Agradecí al dependiente después de comprar unas seis latas diferentes de bebidas; todas calentitas, por supuesto.
De vuelta vi a NamJoon a lo lejos, cerca de unos bancos en el patio de la escuela, me acerqué sin hacer mucho ruido y como ya me lo imaginada, estaba rapeando con sus auriculares puestos y caminando en círculos mientras movía sus manos al ritmo de la música que debía escuchar.
Puede que NamJoon fuera un auténtico capullo, pero tenía un talento innato para el rap, me encantaba escucharlo. Recuerdo muchas ocasiones en las que colocaba mis auriculares y hacía como si no lo escuchara, entonces el comenzaba a rapear y sin saber que lo podía oír se dejaba llevar.
Su móvil comenzó a sonar, sacándome de mis pensamientos y recuerdos, dándome cuenta que no tenía un lugar al que esconderme y por esa misma razón me pilló, frente a él, con la bolsa en mano y mi cara de idiota que lo observaba.
Apartó sus ojos de mí y respondió a la llamada, restándole importancia a mi presencia. Su voz fue elevándose a medida que la llamada se alargaba.
— ¡Y una mierda! — Fue lo último que gritó después de colgar.
— ¿Ocurre algo? — Pregunté.
— ¿Por qué te metes en todo?. ¿no tienes nada mejor que hacer?
— Por supuesto que sí. Sólo quería ser educado. — Le enseñé la lengua en forma de burla haciendo que el rodará sus ojos.
Caminó hasta los dormitorios, conmigo detrás, sí, en realidad yo iba hacia el dormitorio de JungKook, pero me podía más la preocupación por el pelirrosa.
"Más tonto no puedo ser"
Se metió a su habitación y antes de cerrar puse el pie impidiendo que cerrara.
— Jin, te lo pido por favor, no me molestes.
— No quiero molestar, sólo quiero saber por qué te has puesto así.
— Tu "porqué" ya es una molestia en si. — Bufé, era idiota, yo preocupándome y él tratándome de forma tan despectiva.
— Si me cuentas, quizás pueda ayudarte en algo.
Rio mientras se sentaba en la cama. — ¿Ayudarme?, no me hagas reír.
— Bien, pues aquí me quedo. — Disgustado crucé mis brazos y elevando mi cabeza con orgullo le hice saber que no me movería de aquí hasta que contara que le había pasado.
— ¡No!, sal de la habitación. — Me señaló con la mano la puerta, la cual ignoré. — ¡¡Jin, que te largues!! — Giré mi cabeza al lado contrario al que él se encontraba.
Escuché pasos bastante sonoros viniendo hacia mí y cuando devolví mi cabeza, me lo encontré pegado, con apenas unos centímetros de separación de mi rostro. Nunca lo había tenido tan cerca y sin remediarlo mis mejillas cogieron un rubor que quise cubrir con mis manos. Lo habría hecho de no ser por qué antes de llegar a mis mejillas ya las había tomado él, sintiendo el calor de sus manos en mi piel.
— L-a-r-g-o. — Articuló cada letra en un susurro, soltando mis mejillas y empujándome hasta la puerta.
Encogí mis hombros por el portazo que dio, consiguiendo que volviera en si... o quizás no, pues mi cuerpo seguía aún sin moverse del lugar.
"Eso me sorprendió"
[...]
Al final no me quedé en la habitación de JungKook, llevé las bebidas con la idea de quedarme pero las miradas asesinas de Jimin quitaron todas mis ganas de permanecer allí. ¿Por qué me recuerda tanto a alguien?
Fui a la habitación de NamJoon, HoSeok y Jackson, con la excusa de ver a Jackson, sólo así el gruñón de Nam no me echaría a patadas.
— Pues ya sabes, recuerda que no debes nunca beber en un vaso de color rosa, porque entonces te enamorarás de una persona terrible. También recuerda no vestir con zapatos negros porque sufrirás un horrible dolor sentimental.
"Menudo futuro... ni las cartas me quieren"
— Hmm, entiendo. — Estaba muy metido en la "adivinación" de Jackson. No sé en que momento le dio por leer cartas, pero igual era divertido ver como se inventaba cada estupidez que salía de su boca.
— ¿Quieres que te las eche a ti, HoSeok? — Preguntó al pelinegro, mientras barajaba.
— Lo siento, no creo en esas cosas.
— Pero es divertido. — Dije, en ayuda del rubio.
— ¿Qué hay de ti, NamJoon? — Preguntó ahora al restante.
— Paso.
— Que aburridos sois. — Empezó a tirar las cartas en dirección a los dos chicos, poniendo poses como si de un ninja se tratara.
— ¡Au! ¿eres idiota?, me diste en el ojo. — El pelinegro se tapó el ojo con la mano. — ¡Qué sepas que lo vas a recoger tú!
Después de reírme de la tan divertida escena que montaron esos dos con las cartas, me acerqué a NamJoon quien nada más verme cerca giró todo su cuerpo, dándome la espalda. Bufé molesto, dejándome caer en su cama.
— ¡Eh!, de mi cama te levantas. — Me ordenó de lo más inútil. — ¿Estás sor...? — Su voz fue interrumpida por el tono que tenía de notificación en su móvil.
Lo estuvo mirando por un rato, escribiendo y esperando a que le contestaran. Luego miró a HoSeok y lo llamó, enseñándole el mensaje que supuestamente había recibido.
— ¡Me apunto sin duda! — Dio una palmada emocionado.
— ¿Y Tae? — Le preguntó el pelirrosa.
— Lo llevaré conmigo.
— ¿Tú vienes, Jackson?
— ¿Fiesta? — Puso una cara tan perversa que me podía imaginar fácilmente que pensaba. — No me la perdería por nada del mundo.
— Bien, avisaré a Suga y Jimin también.
— ¿Tú vienes, Jin?
— No, él no. — Sin darme posibilidades de responder el pelirrosa ya lo había hecho por mí, consiguiendo enojarme.
"Odio que haga eso"
— Sí, iré. — Sonreí para luego darle un gesto de desaprobación a NamJoon.
— ¡Genial! ¡Hoy voy a beber hasta caer muerto! — Gritó Jackson.
— Tampoco te pases, no quiero que me jodas la noche por llevarte a un hospital.
Dejé que esos dos siguieran discutiendo tontamente y me fui a mi habitación, debía darme una ducha y vestirme para la salida. No es que tuviera muchas ganas de salir, pero tampoco es que tuviera más remedio, debo seguir vigilando al idiota de NamJoon quiera o no.
"Que deprimente"
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro