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Capítulo 24


Temblé al sentir el escalofrío que se había producido en mi cuerpo. Aún estaba a tiempo para girar sobre mis pasos y salir de allí. Ya luego tendría que aguantar a mi padre y todo lo que quisiera hacerme, pero al menos evitaría esta situación que daba una muy mala sensación en mí. ¿Cómo iba a engañarlo?, se me daba fatal mentir y más con Jimin de aliado...

Sentí una mano en mi espalda y giré mi rostro para ver el de Jimin.

"Ojalá yo tuviera la misma seguridad que desprenden sus ojos", empujó mi cuerpo levemente, quedando a escasos pasos de la mesa.

— P-padre, ya estoy aquí. — Se giró hacia mí y me sonrió, pero tan pronto vio al pelinaranja su sonrisa se convirtió en una mueca de molestia.

— Vienes acompañado. — Dijo, levantándose de su asiento.

— Él es... — Me quedé pillado, mirando a los ojos de Jimin, pensando si debería decir su nombre o no.

— Jimin. — Contestó él, extendiendo su mano, la cual padre estrechó.

De nuevo se sentó, yo lo hice junto a Jimin, quien evitaba a toda costa la mirada penetrante de mi padre. Al menos aún no se había tirado encima de él para destrozarlo a puñetazos, para mi sorpresa se estaba comportando.

— Y, ¿de qué os conocéis? — Preguntó, intentando sonar de lo más normal posible, pero sólo yo sabía que no era así.

— Somos compañeros. — Contesté.

— Entiendo. — Cogió la carta de comidas. — No sabía que vendrías acompañado. Espero la próxima vez saber de ello. — Su molestia era evidente y por nada del mundo iba a contestarle, eso sería encenderle aún más.

— No es culpa de JungKook, yo me auto invité. — Dijo Jimin y mis ojos se hicieron más grandes de lo que son.

Padre no dijo nada, seguía con sus ojos puestos en la carta. Cogí la otra, abriéndola y poniéndola frente a nosotros, tapando cualquier visibilidad a mi padre. — ¿Estás loco? — Susurré a Jimin. — No hables. — Jimin rodó los ojos y me arrebató la carta. Al hacerlo vi que nos estaba mirando, "mierda".

Un camarero llegó a tomar el pedido. Pedí lo primero que vi, no tenía hambre... "como para tenerla". Jimin pidió lo mismo que yo, ya que su rostro al ver la lista de comidas era de: "no sé lo que es la mitad de las cosas".

Centró su atención en nosotros, cruzando sus dedos sobre la mesa. — ¿Tienes novia? — Preguntó, refiriéndose al pelinaranja.

— Sí. — Contestó con simplicidad.

"¿Ha dicho que sí?"

— ¿Y sabes si hay alguna chica que quiera algo con mi hijo?

— No.

— ¿Seguro?, ¿no has visto a nadie cerca suyo o algo? — Insistió.

— No... — La voz de Jimin fue cambiando según contestaba. Sólo significaba una cosa, se le estaba agotando la paciencia.

— Padre, no tengo novia. — Intervine.

— Estoy hablando con él. — Agaché mi cabeza.

— ¿Sabes?, hace poco noté algo extraño en mi hijo. Es por eso que pienso que debe tener a alguna chica loca por él. — Sonrió de la forma más falsa posible.

Sabía a que se estaba refiriendo, a las marcas que vio el día que lo visité a su despacho. — La verdad es que no lo sé. — Volvió a contestar Jimin. — Pero, si tuviera alguna, es su problema, ¿no?

"Éste es idiota" "De verdad que no entiende que mi cabeza está en juego"

El camarero llegó en ese momento, "gracias señor". Sirvió cada plato que pedimos y después de marcharse, comenzamos a comer. No llegué a darme cuenta de que pedí hasta verlo delante de mis narices; pescado. Jimin me lanzó una mirada, igual no se imaginaba que su primera vez en un restaurante así fuera a comer pescado, supongo que esperaba alguna deliciosa y jugosa carne.

"Que se aguante, por contestón"

— Me gustaría que al salir de aquí vinieras casa. — Los palillos que sostenía en ese momento resbalaron de mis dedos, cayendo hasta el suelo. Un camarero se acercó rápidamente y los recogió, yendo a por unos limpios.

— No creo que pueda. — Contesté.

— No te lo estoy preguntando. — Su voz tan autoritaria helaba cada rincón de mi cuerpo. — Mañana le diré a Han que te lleve hasta la escuela. Esta noche te quedas en casa.

Jimin puso su mano sobre mi muslo, volviéndome en si, lo miré y me guiñó un ojo. — Señor, lo siento, pero JungKook y yo tenemos un trabajo que hacer, es muy importante y mañana es el último día de entrega.

— Entiendo. — Dijo mi padre. Solté un suspiro casi inaudible y tapando mi boca con la mano disimuladamente, agradecí a mi pelinaranja.

La comida transcurrió algo silenciosa, sólo me preguntaba sobre asuntos sin importancia, a las que respondí todas tranquilamente. Todo estaba yendo sobre ruedas, hasta que empezó a hablar de su trabajo y despotricar de sus empleados. Jimin había permanecido en silencio desde la última frase que había hecho salvar mi cuerpo de estar una noche con él, pero su silencio acabó.

— ¿Se siente bien hablar así de sus empleados? — Di un golpe en el muslo de Jimin, pero lo ignoró por completo. — ¿No cree que ya que trabajan para usted debería tratarlos con más respeto? — Otro golpe. — No son simples piezas, son personas. — Le di un pellizco. — Quizás por sus decisiones y estupideces alguna familia ahora esté sufriendo las consecuencias. — Mi cara estaba desencajada, y no quería ni saber la cara que podría tener padre ahora mismo.

Una copa impactando fuerte en la mesa y rompiéndose en pedazos provocó que Jimin se callara. Miré a mi padre aterrado, tenía un corte en la mano y un hilo de sangre bajando por ésta. Lo miré ahora a los ojos y me miraba a mí, no a él. Por su mirada sentí que debía hacer algo, me levanté y fui hasta su lado, cogiendo una servilleta y después de retirar la copa de su mano, comencé a limpiar la herida.

Jimin me miraba con la mandíbula apretada. Fue una mala idea traerlo, ya sabía que algo así pasaría y más sabiendo que hay algo por lo que guarda rencor a mi padre.

"Fui un idiota"

— Me haces daño. — Me arrebató la servilleta de las manos y se limpió él mismo. Sin decir nada quise levantarme para volver a mi asiento, pero me sostuvo por el hombro y me sentó de nuevo. — ¿Sabes?, igual debería cambiarte de escuela. — Dijo, limpiándose la herida con brusquedad. — No te conviene estar cerca de gente como... él. — Ambos se quedaron mirándose, como si de una batalla se tratase.

— Ha tenido un mal día, no se lo tenga en cuenta, por favor. — Le supliqué.

Devolvió su vista hacia mí, pasando su mano buena por mi mejilla. — Quédate esta noche en casa y lo hablamos. — Jimin se levantó casi tirando todo lo que había en la mesa. Se retiró un par de pasos de ésta, con su rostro conteniendo las miles de cosas que quisiera soltar, pero sin más se dio media vuelta y salió del restaurante.


[...]

Cuando salimos nosotros miré hacia todos lados, buscando a Jimin, pero no lo vi por ninguna parte. Me había dejado tirado, después de la que lio. Ahora por su culpa estaba más furioso y sin descartar la idea de que termine por quitarme de esa escuela y cuando lo haga descubrirá que esa no es a la que asisto.

Caminamos hasta el coche, el chófer que salió de él, abrió la puerta de los asientos traseros entrando primero mi padre. En ese instante vi a Jimin algo lejos, mirándome, mientras se acercaba y apresuraba cada paso que daba. Negué repetidas veces con la cabeza y se detuvo. Escuché a mi padre meterme prisa para que entrara pero demoré varios segundos, no podía apartar la mirada de Jimin. Su rostro estaba descompuesto y cuando quiso volver a dar un paso en dirección mía, entré al coche y cerré la puerta.

Empecé a mentalizarme de antemano, sabía que iba a pasar, debía ser fuerte y pasar todo esto rápido, contra antes ocurra mejor. Haré todo lo posible para que no meta las narices en mis estudios y cuando lo haga, y él se divierta un poco, mañana ya estaré de vuelta a mi habitación.

Intenté reunir fuerzas y tranquilizarme lo máximo posible. Unas vibraciones provenientes de mi bolsillo me sacaron de mi debate mental. Desbloquee la pantalla y ahí estaba, haciendo acto de presencia nuevamente.


Jimin:

"¿Por qué entraste? ¿es qué acaso no sabes que te va a hacer?"

03:21 pm.

"JungKook, detén el coche"

03:21 pm.

"No vayas con él, por favor"

03:22 pm.

"JungKook, no me ignores, coge el móvil"

03:24 pm.

"Llámame e iré a por ti"

03:25 pm.

"Dime donde está tu casa e iré"

03:25 pm.

"JUNGKOOK JODER, COGE EL PUTO MÓVIL"

03:27 pm.

"Llamaré a la policía si no me contestas y contaré todo lo que ese viejo te hace"

03:30 pm.

"JungKook... no me dejes en visto"

03:33 pm.

"BÁJATE DEL MALDITO COCHE"

03:36 pm.

"Si no bajas juro que armaré una buena"

03:36 pm.

"Lo siento, me pasé, no quise alterarlo más, sólo... no me pude aguantar tantas cosas que tengo dentro por su culpa"

03:39 pm.

"Kookie, si me quieres, baja del coche y volvamos a los dormitorios. No te dejes hacer cosas que no quieres"

03:40 pm.

"JODER JUNGKOOK, DEJA DE IGNORARME"

03:42 pm.

"Déjame ayudarte, por favor"

03:43 pm.


Un par de lágrimas cayeron a la pantalla del móvil y sin que mi padre lo notara sequé mis ojos con la manga de mi chaqueta e hice lo mismo con la pantalla. Bloqueé el móvil y lo guardé de nuevo. Mi padre posó una mano en mi pierna y me sonrió.

Llegamos a casa, hacía ya un tiempo que no estaba en ella, pero tampoco es que la echara de menos. Lo primero que hice fue buscar a Nana y al verme se tiró a mis brazos, dándome uno de sus cálidos abrazos que tanto me gustaban.

— Cariño, ¿qué haces aquí? — Eché una mirada a mi padre que estaba sacándose la chaqueta y la corbata. — Mi vida... — Acarició mi cabeza con la mirada llena de temor.

— Estoy bien, tranquila. — Sonreí forzosamente. — Hoy cenaré tu comida, no sabes cuanto la he echado de menos. — Sonrió de medio lado, atrayéndome de nuevo a sus brazos. — ¿Puedo pedirte un favor? — Le pregunté.

— Sabes que sí.

— ¿Puedes llamar a un amigo y decirle algunas cosas? — Le di mi móvil. — Dile que estoy bien y que no se preocupe y lo más importante que no haga nada, que mañana hablaré con él. — Enarcó una ceja sin entender muy bien que le pedía, pero no tenía que entender nada, sólo hacer el favor que le pedí.

— Está bien pero, ¿y si me hace preguntas?

— Ignóralas. Tú sólo dile lo que te dije, nada más. — Guardó el móvil en un bolsillo de su delantal. — Está agendado como Jimin. — Mentiría si dijera que no me costó pronunciar su nombre en estos momentos. — Y gracias. — Posé un beso en su mejilla y me retiré al cuarto.

Quería, no, deseaba que estuviera aquí conmigo, que cogiera mi mano y me arrastrara lejos de esta casa, que desobedeciera mis palabras y se plantara en la puerta de mi casa, que le partiera la cara a mi padre y dejara de molestarme de una vez.

No hay duda de que todo lo cumpliría, lo haría si al menos supiera mi dirección, si aquel día que cogió mi documentación le diese por apuntarla y guardarla, sólo así cabría la posibilidad de que hoy apareciera. Pero no es lo más correcto, traería muchos problemas, no sólo para mí sino también para él. Mi padre haría cualquier cosa por arruinarle la vida, lo sé. Es por eso que prefería que no apareciera por esa puerta.

"..."

"Mentira, sí quiero"

"Jimin, ven y sácame de aquí, por favor"

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