Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 21


Perdí un día tontamente por culpa de Jimin. No entendía que tanto tenía que hablar con JungKook que ni se separaba de él. Cada vez que lo buscaba estaba con mi amigo charlando, o si llamaba a la habitación ahí estaban de nuevo, juntos. Al final debe ser verdad que se acostó con él y ahora tienen algo.

"No, imposible"

"¿Jimin con un chico?, el mejor chiste que he escuchado en mi vida"

Igual lo acosaba y se estaba aprovechando de la humildad del chico, pidiéndole cosas y asustándolo por cada rincón del centro. Sí, eso era más su estilo. Tendría que tener una conversación con él y hacer que lo deje en paz, pero antes tenía un problema mayor que resolver.

Al final terminé por acercarme a los dos y en cuanto me vieron sus expresiones cambiaron, incluso Jimin se alejó del otro.

— ¿Qué hacéis? — Pregunté con una ancha sonrisa.

— Hablábamos sobre la habitación. — Contestó Jimin.

— ¿Qué le pasa a la habitación? — ¿No tenía algo mejor que hacer Jimin que hablar sobre una habitación?

— Eso, ¿de qué hablábamos de la habitación, JungKook? — Miró al pelinegro y éste puso una mueca sorprendido.

— Ah... p-pues de... — Acarició su frente con un par de dedos. — sobre los armarios. — Jimin lo miró divertido. — No me deja usar el armario que debería pertenecerme.

— Eso mismo. — Asintió el pelinaranja levantándose. — Nos vemos luego HoSeok. — Y se marchó.

Me quedé un tanto anonadado, no había entendido absolutamente nada. Supongo que el pequeño estaría quejándose y éste pues se le estaría riendo en la cara. Pobre JungKook, tener que aguantarlo de compañero.

— JungKook, tengo que hablar contigo. — El chico ya se había levantado para irse pero lo detuve.

— Claro, dime.

— Aquí no.

Fuimos a su habitación, por fin Jimin no estaba allí. Me ofreció sentarme pero rechacé, estaba demasiado nervioso como para quedarme sentado ahora. Tenía que buscar las palabras correctas sin contarle sobre lo de Tae. Era su amigo, pero sabía que Tae no le contó nada y yo no era quién para meterme en sus asuntos.

— JungKook, necesito tu ayuda. — No era momento para andar con rodeos.

— ¿Mi ayuda? — Se quedó pensativo unos segundos. — Está bien, pero ¿qué puedo hacer yo por ti?

— Más de lo que crees. — Empecé a caminar por la habitación con su vista fija en mí. — ¿Sabes si Jimin tiene alguna libreta de direcciones o algo?

— No lo sé, ¿por qué no se lo preguntas a él?

— JungKook, si te lo estoy pidiendo a ti es porque no puedo decirle a él. — Comenzó a entender o eso es lo que demostraba su rostro. — ¿Alguna vez te ha hablado sobre gente a la que ve y...? — Joder, esto me estaba costando demasiado. Pedirle algo, sin tener que decirle lo de Tae y encima no tener que mencionar los asuntos de Jimin.

— Te noto nervioso, hyung. — Se acercó a mí preocupado. — ¿Quieres que te traiga agua?

— ¡No, no necesito agua! — Grité desesperado.

— Lo siento... — Bajó su vista a los pies.

— No, perdóname tú, JungKook. — Suspiré y terminé por sentarme en una silla que estaba junto al escritorio. — Necesito saber sus contactos sin que Jimin sepa que los he cogido.

— ¿Y cómo puedo ayudar yo? ... ¡oh, espera! — Se acercó a mí, abriendo un cajón y sacando una libreta. — Aquí hay muchas direcciones.

Cogí aquella libreta y al abrirla vi muchos contactos con nombres, direcciones e incluso teléfonos. Rápidamente entendí de que se trataba y miré a JungKook extrañado, ¿cómo conocía él esta libreta?, ¿le habría hablado Jimin de los asuntos que se traía? Imposible.

Seguí ojeando pero en una de las páginas que pasé JungKook la tapó con su mano, pero al percatarse de que ésta estaba rota dejó de hacerlo quedándose algo desconcertado.

"¿Qué fue eso?"

Que más da, esta libreta no me servía de nada.

— JungKook, ¿no sabes si hay alguna otra? — Tuve que darle un leve golpe en el pecho porque ni escuchando estaba.

— Oh, n-no lo sé.

— ¿Sabes si Jimin suelta mucho el móvil por aquí?

Se quedó pensando y mirando en puntos claves de la habitación. — Lo suele poner a cargar aquí en el escritorio, también suele dejarlo en la cama cuando va al baño y por la noche lo deja en su mesita.

— ¿Lo cogerías y mirarías algunos contactos?

— ¡¿Qué?! — Su cara se descompuso. — No puedo hacer eso.

— Hazlo por mí, por favor. — Le rogué. — Lo necesito urgentemente, es muy importante.

— Si me pilla me mata, además... no está bien que...

— Jimin no te trata bien, ¿verdad? — Le interrumpí. — Pues entonces piensa que es una especie de venganza.

— No me gustan las venganzas. — Dijo algo incómodo ya por la situación en la que lo estaba metiendo.

— Por favor. — Agarré sus brazos con firmeza. — Ayúdame. — Evitó mi mirada, asintiendo levemente. — Gracias.


[Jimin]

Desde ayer HoSeok estaba siendo un tanto pesado y aunque era muy normal en él no podía evitar tener la sensación de que estaba tramando algo, estaba seguro. Caminaba por el pasillo de los dormitorios jugando con mi llave mientras tarareaba una canción que últimamente no dejaba de rondarme por la cabeza.

— ¿Qué cojones?

Cuando abrí la puerta me vi a HoSeok sosteniendo a JungKook por los brazos. Sus rostros muy pegados y la cara de Kookie no ayudaba, estaba como ¿intimidado?, ¿avergonzado? Que más da, ¿qué estaba pasando aquí?

— Oh, Jimin. — Se separó de JungKook y se dirigió hasta mí. — Le pedía un pequeñito favor a JungKook, ¿verdad? — Lo volvió a mirar pero el otro sólo asintió nervioso.

— ¿De qué hablas? — Intenté que mi voz no sonara a como estaba por dentro, es decir, irritado.

— Quería preguntarle sobre los gustos de Tae, quiero hacerle un regalo.

— Ya. — No me lo creía, él conocía muy bien a Tae como para pedirle consejos a JungKook.

Terminó por irse, no sin antes lanzarle una mirada a JungKook y decirle: "recuerda lo que hablamos".

"¿A qué mierda se refirió?"

— JungKook. — Lo llamé y él se sobresaltó.

"¿Se puede ser más evidente?" "El crío es como un libro abierto"

— ¿Sí?

— ¿Qué te ha dicho HoSeok?

— Nada, lo que has escuchado de él. — "Ya claro y yo soy alto"

Lo cogí del brazo con algo de fuerza y lo puse frente a mí. — ¿Te ha hecho algo?

— ¡No!, por dios Jimin, no delires. — Intentó soltarse pero no lo dejé. — ¿Me sueltas?

— No. — Suspiró. — ¿Por qué estaba tan cerca tuyo?, ¿y por qué te sujetaba de los brazos?

No dijo nada, sólo rodó los ojos. Me estaba ocultando algo y si se cree que no me enteraría lo llevaba claro. Cuando estuve a punto de decir algo su móvil sonó, me hizo un gesto para que lo soltara y así lo hice. Vi como respondía a la vez que se metía al baño.

Aproveché para mandar un mensaje a Zico.


Zico:

"Necesito hablar contigo, reúnete conmigo en el bar de Taeil"

05:38 pm.

"Estaré allí esta noche, sobre las 23:00. Es urgente"

05:39 pm.


— Jimin. — Levanté la vista hacia JungKook que había salido justamente del baño. — Mi padre quiere que vaya mañana a comer con él.

"Es una broma, ¿no?"

Pero no fue lo único que ocurrió en ese momento. Llamaron a la puerta sacándonos de nuestro cruce de miradas. Fui a abrir y vi al ex-compañero de habitación de JungKook quien parecía algo emocionado, y después de pedirme permiso para pasar, corrió hasta el pelinegro y lo abrazó.

— ¡JungKook, nos devuelven la habitación!

— ¿Q-qué? — Sus ojos se desencajaron al igual que los míos y no pudo evitar echarme una mirada que pude entender perfectamente.

JungKook se iría de la habitación.


[...]

Todo se estaba poniendo en mi contra y de una forma muy veloz, ya podría venir una detrás de otra, no a la vez. Estaba por arrancarme los pelos y destrozar cuanto haya en la habitación. Kookie llevaba unas dos horas sentado en su escritorio con un libro en sus narices, el cual estaba de adorno en sus manos. Se notaba que su mente no estaba aquí, seguramente imaginando las miles de cosas que le pasara mañana si no hago algo.

Cogí de su muñeca y tiré de él, tardó algo en reaccionar pero se dejó llevar y lo estreché entre mis brazos, acariciando su cabello.

— No dejaré que vayas. — Le tranquilicé.

— No puedo negarme. — Su voz temblaba, estaba a punto de llorar. — Si lo hago me buscará y entonces verá que no estoy donde él cree.

Ya no aguantaba más, debía descargarme. Llevé a JungKook hasta la cama y lo senté.

— J-Jimin ahora... — Lo acallé con un dedo en sus labios.

— Debes dormir. — Vio como descubría su cama y lo ayudaba a meterse, lo que le dejó un poco confuso. Sabía que era un poco temprano para dormir pero tenía que salir.

Corrí hasta la salida, aún faltaba un par de horas para que la cerraran. Le pegué un patada a la primera papelera que vi, rompiéndola y dejando caer toda la basura que había en su interior. Un par de ancianos pegaron un grito, soltando algunas palabras que ni cuenta eché. Tan rápido me encontré con otra, la pateé igualmente, sólo que ésta no la partí. Estaba desquiciado, un muy mal momento para que alguien se topara conmigo y tuviera suerte de no partirle la cara sin motivo.

Llegué hasta una plaza en la que habían unos cuantos niños, pero salieron corriendo en cuanto me vieron darle una patada a un árbol. Gruñí, intentando descargarme por dentro. No tenía ningún autocontrol de mí mismo, siempre las emociones terminaban por apoderarse de mí.

— ¡Hijos de putas todos! ¡¡Todos!! — Grité en medio de esa plaza vacía o al menos eso creía.

— No está bien decir palabrotas. — Miré hacia abajo y me vi a una pequeñaja que me observaba con detenimiento.

— ¿No tienes que irte con mami? — Le di la espalda. Una de las cosas que no soportaba era aguantar a los niños. Esos mocosos, que sólo daban ruido y problemas.

Me senté en uno de los bancos de hierro, al parecer patear algunas cosas y gritar un poco me dejó más aliviado.

— No sé donde está mi mami. — Me sobresalté y busqué la voz que se me hizo reconocida.

— Tú otra vez. — No estaba para aguantar niños ahora. Ni nunca, si hablábamos claro.

— Me llamo...

— Me da igual como te llames. Ahora te irás por donde viniste y me dejarás en paz. — Le cogí del brazo, levantándola del banco.

— ¿Me ayudas a encontrar a mi mami? — Me preguntó volviendo a sentarse.

"¿Qué acaso no tengo ya demasiados problemas como para que me metan más?"

Llevé mi mano al rostro y lo tapé por completo.

— Mami dice que cuando se está mal no es malo llorar.

— ¿Qué?, no estoy llorando, mocosa. — Le lancé una mirada que haría correr a cualquier niño, pero ella permaneció ahí, inmóvil.

— ¿Y por qué no lloras? — Me quedé algo pensativo, no sabía que responderle. Genial una niña de ¿8 o 9 años? me dejó callado.

— Si te ayudo a encontrar a tu madre, ¿me dejarás en paz? — Sólo asintió sonriendo.

Anduvimos por las calles cercanas, no se despegó de mí ni un segundo, es más, hubo un momento en el que incluso me agarró de la mano. Al principio iba a quejarme pero no lo hice.

— Mira, ese semáforo es como tu pelo.

— ¿Cómo? — Miré al semáforo que estaba en ámbar y entendí a que se refería. — Oh, ya.

— Mira, ese abuelo es más alto que tú. — Cruzó un hombre mayor con... bastón por nuestro lado.

— Ajá.

— Mira, ese señor es más guapo que tú. — Señaló ahora a un cartel de publicidad de dentífricos.

— Me parece muy bien.

— Mira, ese...

— ¡¿Por qué no te callas un rato, niña del demonio?! — Varias personas nos miraron mientras cuchicheaban cosas.

— Que mal temperamento. — Dijo con retintín.

"Señor, dame fuerzas para no matar a un niño"

Anduvimos y anduvimos, sin encontrar a la dichosa mamá de la mocosa, hasta que vi a JungKook frente a nosotros con la respiración agitada.

— ¿JungKook?

— Al fin, llevo buscándote desde hace rato. Las puertas van a cerrar dentro de... — Miró su móvil. — veinte minutos.

— ¿Cómo sabías que estaba afuera?

— Pregunté y un chico te vio salir. — Se acercó a nosotros y se agachó a la altura de la mocosa. — Y tú, ¿quién eres?

— Me llamo SunHee. — Le respondió sonriente.

— Yo soy JungKook. — Acarició su cabeza y por un momento hasta me pareció tierna la imagen. — Jimin, ¿qué ha pasado? — Se dirigió ahora a mí.

— Busc...

— ¡SunHee, SunHee! — Gritó una mujer no muy mayor. La niña la llamó y corrió hasta ella abrazándola con efusividad, llenándola de preguntas, pero que no respondió a ninguna, sólo dijo que yo la había ayudado. — Gracias por cuidar de ella. — Sólo pude asentir y apartar la mirada. Me había sentido... extraño.

— ¡Señor gritón! — Menudo nombre me había puesto. — Si sigue gritando y diciendo palabras feas, su novio no le querrá. — Dijo señalando a JungKook mientras se marchaban.

— ¿Q-qué fue eso? — Me preguntó el pelinegro, que se había ruborizado por el comentario de la niña.

— Nada. — Sonreí, pasé una mano por su cintura y lo atraje, pegándolo a mi cuerpo.

— Ji-Jimin, la gente...

— Shh. — No dijo nada más. Por un momento no me importó que la gente me viera de esta forma.

"El profesor"

"TaeHyung"

"Cita con Zico"

"El cambio de habitación"

"Y la comida de JungKook con su padre"

"..."

"Se me acumulan..."




-----------------------------------------

N/A:

Lee Taeil - Block B

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro