Capítulo 1
El aire fresco chocaba en mi rostro y aunque me repitieron varias veces que dejara de sacar la cabeza por la ventana, no lo hice, amaba sentir el aire de esta forma. Estaba realmente emocionado, creo que era la primera vez que deseaba tanto asistir a clases, siempre había sido de los que fingían dolores para intentar no ir, lo malo es que cuando abusas mucho de algo terminan por no creerte. Les pedí que no me dejaran en la puerta, pues el despampanante coche que me llevaba, gritaba "niño rico", y era lo que menos quería. El señor Han, mi chófer, aparcó a unas cuadras antes de la escuela. Bajamos del coche y Han fue a sacar mi equipaje, mientras Nana me acomodaba el uniforme asegurándose que todo estuviera correcto, aunque más bien creo que estaba nerviosa; lo estaba incluso más que yo.
— Bien, joven Jeon ya está todo listo. — Habló con su voz firme de siempre, mientras me acercaba mi maleta.
— Gracias Han. — Cogí ésta y me dispuse a mirar a mi nana, quién aún, después de una semana, no se le borró la cara de preocupación.
— ¿No te olvidas nada?
— No, está todo y no te preocupes, ¿quieres?
— Lo intentaré. — Hizo una leve pausa. — Anda ven aquí. — Y poco tardó en rodearme con sus brazos. "Se siente tan bien"
Esperé a que el coche desapareciera de mi vista y entonces me encaminé a donde viviría los próximos tres años; si no me pillaban antes claro.
Cuando llegué a la puerta pude ver muchísima gente, algunas calmadas, otras alteradas, corriendo de un lado a otro y otras charlando en grupo. Me adentré y lo primero que me dispuse a hacer fue ir a mirar las listas, debía ver en que clase me había tocado. Aunque tenía una pregunta, ¿estarán también las distribuciones de habitaciones en el tablón? "Solo hay una forma de saberlo", me dije animado, encaminándome hasta el famoso tablón que estaba rodeado de personas. Y habría sido así de no ser porque alguien decidió poner su pie en mi camino, provocando que cayera.
Alabada sean mis manos que llegaron antes que mi cara, de no ser así me habría comido, literalmente, las lozas del suelo.
— ¡Auch! — No puedo decir que no me dolió, pues al mirarme las manos éstas estaban raspadas y un poco ensangrentadas.
"Maldito mal nacido que no ve por donde pone los pies", eleve mi rostro para recriminarle, pero cuando la primera palabra estuvo a punto de salir por mi boca, fue acallada por lo que veían mis ojos. ¿Un ángel? ¿un dios? ¿Cómo describirlo? Ante mi se encontraba la perfección en cuerpo, o al menos eso veía yo. Sus facciones eran perfectas, sus carnosos labios, su mirada, su postura..., algo dentro de mí hizo "clic".
— Lo que me temía. — Chasqueó su lengua mientras me miraba de arriba a abajo.
"¿Espera, qué?, ¿a qué se refería?, ¿por qué me mira así?"
Me quise levantar del suelo cuando se acerco aún más a mí, chocando sus pies con mis piernas que yacían en el suelo aún. Bajó aún más su mirada haciendo que yo tuviera que elevarla del todo. Esta situación me hizo sentir ¿inferior? ¿sumiso?, si ese fue su objetivo, le aplaudo, porque lo consiguió. Verle así hizo que me impusiera, pero aún más por la mirada que me echaba.
— Niño de papá. — Y comenzó a reírse, mientras se alejaba de mí y me dejaba allí postrado. Algunas personas vieron la escena y murmuraban. "Genial donde quedó el querer pasar desapercibido".
Pero para mi sorpresa eso no me importó tanto, había quedado en shock después de lo que ocurrió con aquel chico. De pronto pensé y borré esa primera imagen que tuve de él. "¿Ángel? ¿dios?, ¡ja!, más bien el demonio en persona".
Sacudí mis manos algo dolorosas y estuve como cinco minutos mirando aquel tablón. Al parecer habían muchos alumnos estudiando aquí.
— ¿JungKook? — Una voz a mi lado hizo que se me helara el cuerpo. ¿Alguien me había reconocido?, cuando me giré despacio para ver el dueño de esa voz mi sorpresa fue inmensa.
— ¡¡TaeHyung!! — No me lo podía creer, era mi amigo en la escuela primaria, más bien el único. Teníamos 13 años cuando nos conocimos.
— Pero que pequeño es el mundo, ¿qué haces aquí?, me sorprende verte... aquí. ¿Acaso tu padre entró en bancarrota?
— Shh... — Llevé un dedo a mis labios con un gesto para que bajara la voz. — No es eso. No eleves la voz por favor. Es... largo de contar.
Elevó una ceja mientras permanecía callado. No entendía nada y estoy seguro que se moría de curiosidad. Pues aunque hayan pasado los años seguía conociendo cada gesto de mi amigo.
A mis 13 años me cambiaron de colegio, de nuevo, había recorrido tantos colegios que ya ni me acordaba de la mitad de los nombres de los centros. Odiaba el colegio, tantos cambios me impedía hacer amigos, por lo que empecé a desarrollar una actitud asocial. Hasta que un chico se acercó a mí. Al principio creía que iba a pedirme algo, por interés, como todos los chicos que llegaron a acercarse a mí, sólo porque mi padre ya empezaba a tener una fuerte influencia en el país. Pero no fue así, no tenía ningún motivo, sólo se sentó junto a mi y sonrió. Al principio no lo soportaba, pues estaba todo el santo día pegado a mí, hasta llegué a pensar que le gustaba o algo. Con el tiempo me acostumbré a su compañía y más tarde descubrí que era una gran persona.
Solíamos estar mucho tiempo juntos, incluso mentía a mis padres con respecto a él, no porque me avergonzara a mí, sino a mis padres, ya que TaeHyung pertenecía a una clase baja y a mis padres se les subió a la cabeza la fama, por lo que no querían que me juntara con la "plebe"; palabras textuales de mi padre. Aún así cada día me moría por pasar el tiempo con él, ¿mentir?, estaba dispuesto por tener a mi lado a mi mejor y único amigo.
Después de casi dos años mi padre llegó muy alto con la empresa que creó cinco años antes, convirtiéndose en una persona muy importante. Entonces fue cuando nos mudamos y volví a cambiar de colegio, pero esta vez a uno... "con más clase". Aunque mi vida dio un giro inesperado podría haber seguido viendo a TaeHyung, pero desde que todo cambió mi vida se volvió un auténtico infierno, ya de por si lo era, pero cuando crees que algo no puede llegar a ser peor, te golpeas con tus propias palabras. Es por eso que dejé de ver a TaeHyung.
— Luego me contarás entonces. — Rio mientras me daba un leve codazo en mi brazo.
— ¿Me ayudas a encontrar mi clase y dormitorio?
— Faltaría más, tú déjamelo todo a mí. Ven, sígueme. — Me cogió del brazo y tiró de mí. Yo tan solo lo seguí.
En el tablón pudimos encontrar mi nombre, al parecer me tocó la clase B; 1º B. Luego me llevó dentro del centro hasta la conserjería. Debía admitir que el centro era realmente bonito y bastante grande. La escuela contaba con cuatro edificios, y se dividían en dos sectores, con dos edificios para cada uno; dormitorio y escuela. "¿Me pregunto si el sector 2 será igual que éste?".
— Aquí tiene señor Jeon. — Una chica joven de cabello rubio me entregó unas llaves, con una etiqueta que ponía: 108. Supuse que era el número de mi habitación. "Si yo tenía la 108, ¿cuántos dormitorios habían?"
— Muchas gracias. — Le hice una reverencia y me giré a mi viejo amigo, enseñándole la llave.
— La 108, genial estás cerca mío. Yo tengo la 112. — Sacó de su bolsillo su llave y me la mostró de igual manera. Ambos reímos como tontos. Como en el pasado...
— ¿Me acompañas?, quiero ver mi habitación.
— Lo iba a hacer de todas formas. — Volvió a reír. Estar cerca de TaeHyung significaba tener risas todo el rato. — Y por cierto, conozco a tu compañero de cuarto. Te caerá bien, es un buen chico. Ven, vamos.
Llegamos a la puerta con el número 108, pero no hizo falta meter la llave, pues la puerta estaba abierta. La deslicé y me encontré con un chico muy jovial que estaba desempacando su maleta.
— Ho-hola, ¿puedo pasar? — Pregunté mientras asomaba mi cabeza por el marco de la puerta.
El chico se giró sorprendido y se levantó, se acercó un poco a mí y en cuanto cruzamos miradas me sonrió. — ¡Hola!, por supuesto que puedes pasar. ¿Eres mi compañero de habitación?
Asentí con la cabeza y terminé por entrar. TaeHyung entró detrás mío.
— ¡Hey!, nos volvemos a ver. — Éste lo saludó con la mano. — Como puedes ver hoy me tocó hacer de guía. — Ambos rieron. Yo ni idea de que hablaban. TaeHyung al ver mi cara de interrogante quiso aclararme. — Es que él también es nuevo, tiene tu misma edad y al igual que tú estaba completamente perdido. Somos vecinos y me lo encontré en la entrada y le ayudé. Que pequeño es el mundo. — "Y que lo digas".
— Ya veo. Por cierto soy Jeon JungKook. — Me incliné y supliqué por lo que ya me temía.
— ... Jeon... ¿Jeon?, ¿eres el hijo del dueño de las empresas Jeon? — Y ahí estaba. Evidentemente le mentí.
— No, no, es sólo una coincidencia. — Miré a mi amigo, quién rogué porque no metiera la pata.
— Por un momento me asustaste. — Rio. — Ya me preguntaba que hacía aquí alguien como él. — "Sí, eso mismo me pregunto yo. Escapar supongo". — Yo soy Kim YuGyeom, mucho gusto. — Y al igual que yo, hizo una reverencia.
Después de un poco de charla entre los tres, dejé mi maleta cerca de la que sería mi cama. Luego acompañé a TaeHyung a la puerta, quién debía irse a su habitación. Al parecer quería ir a saludar a su compañero de habitación el cual no veía desde el anterior año.
Pero antes de marcharse vi como saludaba animadamente a un grupo de chicos que estaban unas puertas más alejadas de la mía, me fijé bien y era justamente la puerta 112, la puerta de TaeHyung. "Serán sus amigos", pensé. Me fijé en que algunos se veían algo más mayores que mi amigo.
— ¿Son tus amigos?. — Le pregunté curioso.
— Sí, y si quieres te los presento.
— Claro, ¿por qué-é... n-no...? — Mi voz se quebró cuando vi cierta persona entre esa pequeña multitud. Ahí estaba, de nuevo, aquel chico que minutos antes me hizo sentirme como la mayor escoria del mundo. — Tae... A-aquel chico, el de pelo anaranjado, ¿es también tu amigo?
TaeHyung estiró su cabeza intentando ver de quien le hablaba. — ¿Te refieres a Park Jimin?, ¿el de pelo de mandarina?. — Asentí algo nervioso con la cabeza. — Pues claro, y un muy buen amigo, de los mejores. — Su sonrisa se ensanchó mostrándome sus perfectos y blancos dientes. — Ven, te lo presentaré.
— ¡No!...digo, no, ahora no... mañana. — "Ahora mismo lo último que quiero es volver a estar cerca de ese chico, así que no, gracias"
— Tú y tus famosos "mañanas". Deberías conocer a más gente JungKookie, no te cierres tanto ¿quieres?. — Asentí rápidamente con mi cabeza, "como sea ,pero ahora no"
Se echó a mis brazos y me abrazó tan fuerte que creí que echaría mi primera papilla. Se marchó al fin, no sin antes decirme lo mucho que me había echado de menos y lo contento que estaba de volver a verme, y digo al fin porque deseaba meterme dentro de mi habitación, lo último que quería es que el cabeza mandarina llegara a verme.
Pobre de mi cuando antes de entrar quise volver a girar mi cabeza y ahí estaba, clavando su mirada en mí. "Maldita sea". Volví a girarme y entré rápidamente.
Pasaron unos veinte minutos cuando llamaron a la puerta. YuGyeom fue abrirla. En los minutos que estuve a solas con YuGyeom me contó un poco de su vida, donde vivía, que TaeHyung era su vecino, que sus padres tenían un pequeño restaurante de ramen, y varias cosas más. Por ahora debía admitir que era un buen chico.
— JungKook, te buscan. — YuGyeom me devolvió a la realidad y me quedé pensando en quien me buscaría a mí. "TaeHyung, seguro se le olvidó decirme algo"
Dejé las dos camisetas que tenía en mis manos a punto de guardar y me encaminé hacia la puerta. YuGyeom volvió a lo suyo.
— ¿Qué se te olvidó Ta...? — Me quedé sin saliva al ver quien estaba tras la puerta. "No, no, no, no, no. Corre, ciérrale la puerta"
El pelinaranja tiró de mí, me sacó de la habitación y cerró la puerta.
— ¿De qué conoces a TaeHyung? — Intensificó el agarre y yo me quejé por ello.
— ¿Qué te importa? — No iba a dejar que me volviera a pisotear, no de nuevo.
— Te he visto. — ¿A qué se refería? — A unas cuadras de aquí; coche de lujo, chófer, niñera o lo que fuera, ¿te suena? — Mierda, me había visto...
— ...
— ¿Qué hace una persona como tú aquí?
— Tengo el mismo derecho que tú. — Le reproché, pero ¿quién se creía?
— No cuando un amigo mío está de por medio.
— ¿Estás seguro?, porque recuerdo muy bien lo que me hiciste antes. Antes de que me vieras con TaeHyung. — Ya me estaba cabreando, intenté librarme de su agarre, pero fue inútil.
— Es por que la gente como tú me da asco. — Profundizó aun más el agarre, sentí que en cualquier momento me lo partiría, sin ser exagerado, realmente me estaba apretando demasiado.
— Me lastimas...
— ¿Crees que me importa?, habla. — "Y ahora, ¿qué hago?"
— ¡Mañana!... — Casi grité, lo que hizo que él disminuyera la fuerza de su mano.
Me observó por un rato. Yo ni siquiera me atrevía a mirarle. De pronto me soltó el brazo y se marchó. Así, sin más.
No entendía nada, ese chico tenía un problema y bastante grave diría yo. Volví a la habitación y YuGyeom ya había terminado de colocar toda su maleta. Vio como me sobaba el brazo, aún dolorido, y se acercó a mí.
— ¿Estás bien?
— Sí, sí tranquilo. — Le hice gestos con mis manos para que no se preocupara. Pero entonces se percató de mis manos. Las cuales había olvidado por completo. La poca sangre que tenía, ahora estaba seca. Él puso una cara extrañada, pero no quiso preguntarme, seguro vio la cara de amargado que traía. Me llevó hasta el baño, sacó un botiquín y curó mis heridas. "Este chico es realmente amable y simpático, espero llevarme bien con él"
[...]
A la mañana siguiente me levanté un poco más animado. Hoy empezaría las clases. Mi primera clase en esta escuela, me moría por ver como se daban. Fui a darme una ducha y luego me puse el uniforme. YuGyeom y yo salimos juntos, al parecer él estaba en mi misma clase. Eso me alegró muchísimo. Cuando nos encaminábamos hacia la salida del edificio de dormitorios, alguien llamó a YuGyeom, al parecer era la conserje de ayer. Me dijo que él me alcanzaría luego y se marchó.
Volví mis pasos hacia la salida cuando una mano agarró mi brazo y tiró de mí. ¿Por qué sentía que esto ya lo había vivido?. Claro que lo había vivido y el protagonista de anoche volvió para más.
Mi cabeza me gritaba: "Deshazte de él" "Corre" "Líbrate" "No dejes que te haga daño".
— M-mañana...lo juro... — Le contesté mientras me sujetaba del cuello de la camisa con fuerza. No entiendo por qué debe ser tan bruto. Nada más meterme al baño no me soltó del brazo y me puso contra la puerta tras cerrarla.
— Eso mismo dijiste ayer... — Cortó la poca distancia que había entre nosotros, pude notar su mirada como me atravesaba, "si las miradas mataran yo ya lo estaría desde la primera vez que le víi, pensé. — ¿No dirás nada?, ¿Acaso estás jugando conmigo?. Te lo advierto, no te conviene.
— Y-yo... — "¡Dios! Por favor, que alguien me quite a este ogro de encima, no soporto tenerlo más tiempo cerca. Hay algo en él que no puedo evitar sentirme nervioso. Creo que me da... ¿miedo?"
— ¡Tch!... — Sonrió de forma ladina para luego agarrar fuerte mi cabellera y tirar de mí, haciéndome caer al suelo. — "¿Qué está mal con este chico, por qué tiene que ser así?... Eso dolió". — Mañana nos vemos. — Ahí va de nuevo, esa sonrisa burlona que me hacía sentir como la mierda.
Después de un portazo se largó, no sé cuánto tiempo más voy a estar huyendo de él... A todo esto, ¿cómo era que se llamaba? ¿Kam Jimin? ¿Park Jimin?... "Que mas da, no quiero volver a verlo"
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N/A:
Kim YuGyeom - Got7
(Siempre que salga un nuevo personaje pondré una nota para que sepáis a que grupo pertenece).
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