Mary miraba su tobillo inflamado y amoratado bajo el agua del estanque. El sonido de los insectos llegaba a su oído como una orquesta incesante. A ratos le era un poco molesto. El sol sobre el sauce proyectaba sombras como manchas sobre ella y el tierno pasto sobre el que estaba sentada. Hace días no disfrutaba de una jornada tan pacífica como esa. El trabajo del campo era difícil y ella no contaba con nada de experiencia. Dai podía encargarse de absolutamente todo él solo,pero para Mary eso era intolerable. Aún así su mayordomo estaba llevando las riendas de la hacienda con una soltura y prestancia,propias de un auténtico terrateniente. Ella ni siquiera se consideraba el cerebro detrás de todo,pese a que había tenido buenas ideas para vender su inusual producto.

Era viernes y Dai estaba dando la paga semanal a los trabajadores que se despedían contentos. El mayordomo sabía muy bien como manejar el lugar. Era gentil y generoso con los jornaleros,mas siempre mantenía distancia de ellos. Después de cerrar las puertas de la propiedad,fue hacia la bodega donde se guardaron las cajas con tomates que al día siguiente irían al mercado. Mary había tenido la idea de poner un puesto allí para acercar el producto a la gente. Muchos compraban por curiosidad, otros tantos veían aquellos frutos como algo inseguro de consumir.  Mary también había enviado unas camionetas a vender a pueblos vecinos y la carretera. Esa semana las ganancias fueron bastante buenas,pero Dai se temía que eso no duraría mucho y por supuesto sabía que su ama era conciente de eso. Durante esos días la muchacha estuvo bastante animada. Quería aprender rápido todo lo necesario para hacerse cargo ella de la administración de la hacienda. Dai no la veía feliz dependiendo tanto de él y era algo que lo inquietaba. Cerrando los ojos con lentitud,como si con ese acto hubiera finiquitado alguna acción invisible, dejó la bodega para volver a la casa. Tenía que hacer la cena y empezaba a preguntarse por el paradero de Mary,a quien no veía desde la tarde. Levantó su mano derecha haciendo que una esfera se dibujara mediante muy finas líneas de luz,mas tuvo que interrumpir el proceso al notar que un vehículo se aproximaba.

Los visitantes no eran unos desconocidos para Dai,que no dudo en dejarlos pasar. Una vez entraron a la casa les pidió que esperaran en la sala,pues la señorita tardaría un poco en poder recibirlos. Les ofreció una pequeña merienda,que fue aceptada con rapidez.

-Este lugar sigue igual. Pensé que el nuevo dueño cambiaría la decoración...

-La señorita Mary tiene un gusto austero y funcional. La decoración le es agradable,por lo que no quiso hacer modificaciones,señor Bills-le explicó Dai al volver de la cocina con una bandeja con dos tazas de té y bocadillos.

Bills lo miró con una mezcla entre la indiferencia y el recelo. Una vez tuvo un pleito con el tío bisabuelo de Mary. El mayordomo casi le rompió el brazo al detener su puño con el que pretendió dar un golpe al señor Edgar. Desde entonces, Bills prefería no provocar a ese sujeto.

-Bueno y esa mujer ¿Cuánto más nos hará esperar?

-Es bien sabido que las damas tienen el privilegio de hacerse esperar...-le contestó Dai,
mirando de reojo hacia la puerta de la cocina.

Mary hizo su aparición poco después,cojeando;con la ropa sucia con tierra,manchas de hierba y dos agujeros. No sabía que había invitados,por lo que tardo un poco en digerir la presencia de esos dos individuos, que la veían con cierta curiosidad y en ese juicio silencioso que tanto odiaba.

-¿Y estos quienes son?-le preguntó a Dai de forma un poco brusca. No estaba de buen humor.

-El señor Bills es dueño de uno de los restaurantes a los que solía proveer su tío bisabuelo. Y el jóven es su asistente... Whiss-le respondió el mayordomo logrando que Mary pusiera su atención en este último.

La muchacha no hizo comentarios al respecto,pero el aspecto de Dai y Whiss era muy similar.

-Entiendo...-murmuró Mary mostrando una actitud más relajada-En ese caso bienvenido señores. Imagino que vinieron a hablar de negocios. Me parece excelente,sin embargo, hubiera preferido que anunciarán su visita...

-¿Y eso por qué?-inquirió Bills.

-Para recibirlos de forma apropiada. Cómo puede ver-dijo esto refiriéndose a su aspecto-No es el momento más idóneo,sin embargo,si me conceden un poco de tiempo...Podríamos tener una reunión ¿Les gustaría quedarse a cenar? Dai,mi mayordomo, es un cocinero excelente. 

Dai la miró un poco extrañado. La actitud de la mujer,su voz, sus expresiones cambiaron súbitamente. Ese lado diplomático era nuevo y un poco sorpresivo. No lo suficiente para ignorar que ella estaba lastimada. Bills aceptó y Mary subió a su habitación para cambiarse. Dai se metió en la cocina,pero terminó en el cuarto de la mujer.

-¿Qué le sucedió?-le preguntó mientras ella se sentaba en el borde de la cama,con bastante cuidado.

-Me caí-respondió Mary, apartando la mirada, mientras Dai se hincaba ante ella  y tomaba su pie entre las manos-¿Qué haces?-le preguntó alarmada,pues evocó la vez que él le besó el pie y la sensación no le gustó nada.

-Sólo quería examinar su tobillo para saber que lesión se causó-le contestó el mayordomo.

Un poco más relajada, la muchacha, lo dejó quitarle el zapato. Las manos de Dai eran frías,pero se tornaron calientes por un momento. Cuando las retiró, Mary descubrió estaba curada.

-Por suerte no fue una fractura. No es que no hubiera podido curarla,pero hubiese sido muy doloroso para usted-comentó Dai,mirándola a los ojos. Mary guardo silencio-Hay un vestido en el baño que escogí para esta... improvisada cena de negocios. Es importante dar una buena impresión y he de decir que me ha sorprendido ese otro lado suyo...

-Hmm...No veo porqué-murmuró la mujer.

-¿Alguna sugerencia para la cena?-le pregunto Dai poniéndose de pie.

-Lo dejo a tu criterio,pero no olvides hacer gala de nuestra cosecha-le dijo la muchacha y él, después de asentir, la dejó para que se cambiara.

Una prenda sobria y elegante de color negro fue lo que Mary encontró en el baño. Se la puso después de limpiarse. Tuvo una caída bastante dura.

La cena fue,en inició, bastante callada. Dai permaneció de pie a un lado de Mary observando a la muchacha que no se perdía detalle de esos dos. Después de un rato y con descripción,la señora de la casa le pidió al mayordomo que sirviera algo que ella había preparado y él obedeció. Tras verlos comer aquello,Mary enfocó su atención en Bills.

-Esperaba que ofrecieran un platillo con esos tomates azules tan célebres por estos días-le comentó el dueño del restaurante,al terminar.

-Es lo que hicimos-le dijo Mary-La salsa fue hecha con nuestro producto.

Bills lució intrigado y levantó un poco el tenedor para mirar los restos de sala en el.

-¿Es en serio? Esto es de color rojo y su sabor no es diferente a los tomates de tu tío...-le dijo casi como si de un reclamo se tratase.

Mary se sonrió y miró a Dai que pareció entender su propósito. Le dió uno de los frutos que tenía escondido en sus manos tras la espalda o bien lo materializó en ese instante,a Mary no le quedó claro y no era importante.

-Le seré honesta,estos tomates son mi primera incursión en los transgénicos-le dijo Mary poniendo el fruto sobre el plato vacío delante de ella-Por ahora sólo hemos logrado una modificación de color,lo que ha hecho el producto más atractivo para todos,pero su sabor sigue siendo el mismo. Aunque no puede negar que conserva su calidad.Son jugosos y sabrosos, como siempre-finalizó cortando el tomate en dos. Las mitades cayeron de cara al techo y un el jugo que escurrió de ellas cubrió el fondo del plato.

-Al fin esto no es más que una temeraria campaña publicitaria ¿No?-le dijo Bills haciendo girar el tenedor entre sus dedos.

-Supongo que eso resume el argumento-le dijo Mary-Entonces señor Bills ¿Será parte de esto o no?

-Es muy riesgoso...-murmuró Bills.

-Depende de como usted emplee el recurso-intervino Dai-Nadie tiene que saber que nos está comprando los tomates a nosotros. Al fin que en el interior, los tomates no han cambiado ni un poco...

-Si es discreto sus clientes no se enteraran de nada-le señaló Mary.

-Pero es un riesgo-reiteró Bills-Que tal si alguien se acaba intoxicado por uno de estos-agregó lanzando el tenedor justo sobre una de las mitades del tomate.

-Le garantizo que eso no sucederá-exclamó Mary.

-Imagino que cuenta con la certificación del ministerio de salud y agricultora, además de otros permisos necesarios para este proyecto-intervino Whiss logrando romper la seguridad de la muchacha,que disimuló bien aquello o lo intentó.

-Desde luego que la tenemos. Iré por los documentos-exclamó el mayordomo y,bajo la mirada de Mary, fue hacia la sala.

Después de volver con esos papeles y de que Bills y su asistente los revisaran,el trato se efectuó,pero Mary tuvo que hacerle un descuento del 10%. La muchacha despidió a sus invitados de la manera más cortés,disimulando lo mucho que quería que se fueran.

-¿De dónde sacaste esos papeles?-le preguntó Mary a Dai, una vez vio que el automóvil de Bills cruzar el portón.

-Los materialice-le respondió.

-¿Los materializaste? ¿Así nada más?

-Sí-le contestó levantando el dedo y haciendo aparecer sobre él una rosa amarilla-Así de fácil...

-¡¿Tienes idea de lo que acabas de hacer?! ¡Has falsificado documentos públicos! ¡Es un delito!

-No se enfade por favor. Nadie verá estos documentos. A menos que usted los enseñe y por medio de ellos consiga otros contratos,no tendremos problemas legales de ningún tipo.

-Yo pensaba decir que estaba en proceso de conseguir las debidas certificaciones...Y verdaderamente pensaba en...

-Por favor señorita Mary,no finja ingenuidad. En este aspecto no le queda ese papel. Usted hizo que los señores comieran el plato que usted hizo está mañana para  saber si eran o no capaces de distinguir la diferencia de sabor. El señor Whiss no mostró ningún cambio cuando saboreó su preparación,pero el señor Bills sí. Gracias a esto supo que no era una buena idea decirle lo mismo que a los jornaleros. Usted es muy hábil para extraer información,analizarla y construir posibles escenarios. Debido a esto es que poco la toma por sorpresa.

Mary se quedó viendo a ese sujeto de sonrisa pequeña,
delgada y filosa como la hoja de una máquina de afeitar.

-¿No dice nada?

-A veces me das miedo-le confesó la muchacha.

-No me tema,no puedo hacerle daño alguno...mi ama.

-Pero si que puedes fastidiarme y con esos condenados tomates lo has logrado.

Dai se encogió un poco de hombros y torno su sonrisa más amigable.

-El señor Bills parece haber obtenido su atención-comento mientras se daba la vuelta-Y no lo digo sólo porqué él si tiene criterio gastronómico...

-¡Eso no es asunto tuyo!-le señaló Mary con la cara un poco roja.

-Se equivoca...Todo lo que tiene que ver con usted me concierne. En especial si tiene que ver con su corazón. No cualquier persona puede vivir a aquí... Y él no es de mi agrado.

-¿Vas a escoger a mi futuro marido?-le preguntó Mary con un tono sarcástico.

-Preferiria que no lo tuviera...

-Dime una cosa Dai ¿Cuál de los dos es el sirviente, tú o yo?

-Yo por supuesto ¿Le preparo el baño? Estoy seguro que le haría muy bien refrescarse-le dijo antes de ir hacia la escalera.

Mary se quedó con una sensación extraña. Tardo en subir a su cuarto y una vez allí se quedó encerrada en el baño por más de una hora. El agua de la tina se había enfriado para cuando comenzó a dormitar. Por poco termina con la cabeza bajo el agua,sino es porque Dai la llamó haciendo que reaccionara.

-¿Se encuentra bien?-le preguntó mientras Mary se limpiaba el rostro de la espuma. Estaba algo asustada,por poco y se ahoga.

-¿Otra vez aquí?

-Se estaba tardando mucho y me preocupe por usted-le contestó mientras ella advertía que la luz se había apagado.

-Es un apagón ¿Desea que encienda las luces?-le preguntó.

-Quiero que salgas de mi baño, pervertido.

-Por favor,yo sería incapaz de tener ese tipo de pensamientos con usted.

-¿Sí? Lo estoy empezando a dudar. De cara a la pared a-oh- ra-le señaló la mujer y Dai obedeció-Y ahí te quedarás hasta la mañana.

-¿Quiere que me quedé así hasta el amanecer?

-Estas castigado por pervertido y falsificar documentos-le dijo Mary mientras se cerraba la bata e iba hacia la puerta.

La visibilidad en el cuarto era buena. Mary pudo localizar cada cosa allí,pero cuando se ponía el camisón por poco da un grito.

-De cara a la pared como me ordenó-le dijo Dai desde el rincón del otro lado de la cama.

-¡Tú en serio quieres fastidiarme!-le gritó Mary y Dai sólo se sonrió. Ella no podía verlo,pero sabía que se estaba sonriendo.