Único.
Los que me conocen desde hace tiempo sabrán, que si bien actualmente uno de mis ship favoritos es el Manigoldo x Regulus, antes de eso llegue a shippear a Regulus con Cid, la verdad no me parecen que lleguen a hacer mala pareja. Y recordando eso quise volver a escribir a ellos, espero que esta idea sea de su agrado.
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- Ya llego la hora de hacerme cargo de las consecuencias que mis acciones llevan a cuestas. - En su mente El Cid de Capricornio se dijo a sí mismo. Abrazando el cuerpo desnudo del Santo de Leo, Regulus, tras haber tomado su inocencia, o en otras palabras menos adornadas y más directas, haber tenido sexo con él, quitándole la virginidad en esa larga noche.
- Estas sonriendo. - Le dijo Regulus, pasando sus manos por sus negros cabellos. Ambos estaban de lado, con sus cuerpos bañados en una mezcla de semen y sudor, ligeramente abrazados mirándose a los ojos. Para ese punto Cid pensó que Regulus ya debería de estar dormido, llevándose la sorpresa que no, buscando en sus mente las palabras correctas para responderle, si algo aprendió con él, es que el silencio a veces no era lo adecuado, y en este contexto mucho menos.
- ¿Te es muy raro verme así? - Sin perder la sonrisa en sus labios, sus brazos llenos de cicatrices acercaron al santo de Leo, abrazándolo más cerca de su pecho, haciéndolo sonrojar. Era curioso de notar en ese momento, ambos eran santos que pasaron por pelear similares, pero el cuerpo de Regulus estada blanco y limpio de cualquier imperfección, mientras el de Cid, tenia cicatrices en casi toda su superficie.
- Me gusta, te vez hermoso sonriendo. Es una lástima que, bueno... Normalmente... No lo haces. - Tenia pena. Se acaba de acostar con él, no sabía si era correcto decirle eso. Parecía que termino perdiendo el valor de decirle lo que pensada en ese momento. - ¡Pero no me molesta! - Se apresuro a decir, se notada nervioso, cayendo en cuenta Cid que era su primera relación, no sabía mucho de estas a la final. - Ósea. Tú me gus... - Cid puso sus dedos en sus labios, acariciando su mejilla al separarse.
- No tengas el más mínimo miedo a decirme lo que piensas. - Completo besando su frente, rodeándolo fuerte contra sus brazos. - No quiero que hacer esto que acabamos de hacer, cambie tu forma de comportarte conmigo: Alegre y enérgico. Al contrario, quiero que me acerque más a ti, que me deje ser el filo que te guie cuando no tengas que lo haga.
Contra su pecho Regulus estada totalmente sonrojado, enternecido pues apenas estada descubriendo esas emociones que hace tiempo sabia que experimentada con Cid. Acariciándose contra sus pectorales, levantando la mirada para besarlo. Abriendo los ojos Cid cuando la mano de Regulus se apretó en sus glúteos, moviéndose a su miembro.
- Gracias... Ah... Yo también quiero, hare lo que pueda... Ah... Quiero hacerlo otra vez. - Avergonzado y tras mucho tartamudeo le pidió. El Cid nuevamente le beso, aceptando su petición.
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En este momento no me quejada, ni me arrepentía. Seré hombre de honor y tomare responsabilidad lo que ahora es una relación entre, Regulus él sobrino de mi amigo, y mi persona. Le hare saber de esto a Sísifo, merece saber de esto. Solo puedo pensar en la reacción que tendrá, después de todo en algún momento cuando estada conociendo Regulus fue por este le llego a preguntar a Sísifo sobre mí, nunca supo que le dijo Sísifo, por como reacciono siempre asumí que le había hablado de mi deseo con la espada, mi motivación y único deseo "Personal" como santo dorado.
- Hola. - Había dicho, apareciendo de un momento a otro cuando estada en mi templo, solo, buscando afilar mi cosmos, ganándome de esa forma la mirada de Regulus sobre mí, brillando sus ojos por admiración. - Mi tío me hablo de ti, ¿Te molesta si veo?
- ¿Umm? - Fue mi respuesta, eso me había tomado por sorpresa. - Adelante, solo nos estordes. - Eso fue lo que le dije, concentrándome en lo que estada antes de que llegara, pero aun así, viendo cada tanto al notar sus hijos clavados en mi. No negare que en aquel momento me había parecido extraño, pero eligió creer que era por su edad. Este encuentro paso hace como 5 años, cuando Regulus tenía cerca de los 16, Sísifo ya me había dicho sobre su actitud un poco infantil, y eso lo he llegado a notar cuando estoy con él.
- Quiero intentarlo. - Esas palabras me dejaron sumamente incomodo, ¿A que se refería? Solo capte a verlo ineptico cuando se levanto, parándose a mi lado. - Tu técnica es increíble, note como concentraste mucho cosmos en tu brazo para hacerla. - Me dijo, pasando sus manos por el frente de su rostro, imitándome.
- Esa es la idea, volver tu cuerpo un arma filosa no es enteramente fácil, aun me falta mucho para alcanzar la perfección. - Le hice saber, llevándome la gran sorpresa al ver como Regulus fue capaz de aprender la Excálibur con solo verla, había extendido su brazo generado un corte bastante poderoso. - ¿Cómo...?
- Es mi habilidad única, usar técnicas que logro ver. - Sísifo se le había olvidado decirle de eso. Era una cualidad que hasta ese momento desconocía de Regulus. En aquel momento me moleste, más bien indigne, ya que me había pareció una habilidad injusta, después de todo la Excálibur era algo que él había estado creando y perfeccionando por décadas. Reacción que Regulus noto en mí mirada. - ¿Paso algo? - Viendo al pasado supongo que en ese momento lo asuste, debido a que termino recluyéndose a sí mismo. Yo negué, y solo lo ignore. Y preferí tomarlo como un reto.
- Veamos que tanto aprendiste. - Extendiendo mi brazo derecho proseguí a quitarme la armadura que cubría solo ese brazo. - Desenvaina tu espada y prueba que al menos te la puedo confiar.
Fue una larga tarde en ese momento, hasta que Sísifo nos encontró, y le informe de le pasado, Regulus por su parte, termino queriendo muchas veces por acompañarme, negando en un primer momento pero termine aceptando sin muchos problemas después al ver sus insistencias.
Siendo ese donde me gane su confianza, pero nuestras relación no paro en ese momento. Porque yo también soy culpable, ese solo fue un pequeño inicio que a paso lento nos volvió lo que en este momento éramos
Y no puedo negar, que no me deja de parecer extraño como un chico tan imperativo prefería estar tiempo conmigo que soy todo su opuesto, pero nunca se lo negué, aunque a veces prefería quedarme callado. Incluso haciendo misiones juntos en alguna que otra ocasión.
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A la mañana siguiente. Hasta que no despertó Regulus, Cid no se movió de la cama, acariciando su espalda, e incluso jugando con sus dedos un poco más abajo, perdido en sus pensamientos tras como en menos de 24 horas, su relación con Regulus había escalado del nivel del respeto y la admiración, a un nivel de amantes, algo totalmente opuesto.
- ¿Cid? ¿A dónde vas? - A medio vestir, Regulus le pregunto desde una esquina del cuarto buscando terminar de ponerse la ropa, Cid le había pedido que se quedara acostado boca abajo hasta que las consecuencias de su acto anoche haya pasado, y que de preferencia busque no sentarse. Ofreciéndose a cuidarlo el resto del día, incluso ya habiéndole arreglado un desayuno rápido.
- Necesito hacer algo, si voy a quedarme contigo. No tardare.
- Cid. - Antes de que pudiera poner un pie afuera, Regulus lo sujeto del brazo. - Me estas asustando, ¿Qué harás?
- Regulus, tu tío es uno de mis grandes amigo. No voy a ocultarle sobre mi relación contigo. - Cid termino sujetando las manos de Regulus mientras buscada expresarle sus intenciones, que a su vez eran dubas en ese momento, terminando por dejar un beso en el borde de la mano del castaño antes de voltearse, no sin antes decir. - Por favor quédate aquí. - Abriendo la boca para hablar, de Regulus no salió ningún sonido, terminando por aceptar la decisión de su pareja sin rechistar, ya que, tenía razón. El era muy agradecido con su tío, pero por miedo no le dijo de lo que sentía por Cid, lo mejor era decirle ahora.
Dejando ir a Cid, Regulus se abrazo a sí mismo, sintiéndose como si de un gato encerrado se tratara. Nervioso y asustado, termino por seguirlo de forma sumamente sigilosa, esperando no ser notado o visto.
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En el Templo de Sagitario, Sísifo mirada a su compañero sin saber que pasada, estada inocente ante todo lo que acaba de pasar entre él y su sobrino, esperando a que Cid hablara para enterarse de que pasada por su mente.
El Cid por su parte, tenía los brazos apretados a sus costados, estada algo nervioso, eso no lo podía negar. Para su suerte eso solo se notada para sus adentros, por fuera seguía tan serio como de costumbre, solo que Sísifo notada que estada pensando mucho en algo.
- No te esperada. - Dijo Sísifo al tenerlo frente, no traía su armadura puesta aun más si un café en manos, aun era algo temprano y Cid le había interrumpido una media hora luego de despertar.
- Lo sé, y lamento la interrupción, pero paso algo de lo que tengo que informarte. - Arqueando las cejas, Sísifo le pidió que siguiera. - No sé como decírtelo, o como lo tomes. Pero... - Se trabo, apenas lograda formar palabras. - Ahh... - Nunca antes había tartamudeado, no sabía cómo empezar.
- ¿Tiene que ver con alguien importante? ¿Sasha? ¿O algunos de nuestros compañeros? - Sísifo lo notada, era extraño el comportamiento de Cid.
- De tu sobrino. - Apenas dijo eso, a Sísifo se le prendieron todas las alertas, endureciendo la mirada y poniéndose serio. Solo con 2 personas se podía de esa forma. Pidiéndole que siga.- Yo... Quiero que seas consiente, que yo lo quiero.
- Ah. ¿Hablas de una forma romántica no es así? ¿Te gusta Regulus? - Cid asintió, mirando fijamente a su compañero esperando su reacción, que le dijera que pensada, o incluso que lo golpeara, ambos se quedaron quietos y en silencio unos minutos más, Sísifo termino por cruzarse de brazos soltando un suspiro para volver a hablar. - No sé qué decirte, Regulus no es niño para que me tengas que pedir permiso. Pero agradezco que tuvieras la decencia de hacérmelo saber.
- ¿Eso significas que lo aceptas?
- No de todo. Pero de momento, creo que estaré tranquilo de dejarlo a tu cuidado.
- ¡Gracias! - Para sorpresa de los 2 mayores, la voz de Regulus se escucho atrás de ellos, dejándolos impresionados cuando de, Zeus sabrá donde, el Santo de leo salto, abrazándose al brazo de Cid.
- Dije "No del todo" Aun tienes que ganarme. Solo te pido, que me prometas que cuidaras a mi sobrino, tanto en pelea, como si algo me llegara a pasar.
- Te lo prometo.
- Ahora... Regulus... ¿Desde cuándo tienen esta "Relación"? Encestare que me hagan unas explicaciones.
Tanto Leo como capricornio terminaron sentándose junto a Sísifo, fue una larga tarde para responder todas las preguntas de Sísifo y dejarlo tranquilo ante la decisiones de los.
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