Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

capítulo 4

-pero ¿estás segura?-preguntó del otro lado de la línea, no muy convencido ante mis palabras. Hice una pequeña pausa, pensando en la respuesta.

-si debo ser sincera, tendré que decir que no.- admití, rendida.- pero lo que sí tengo claro es que el quedarme no iba a ayudar para nada. Realmente creo que cuando no hay seguridad en algo, aveces es mejor pausar y reevaluar todo.- agregué, intentando justificar mis acciones. Escuché un suspiro resignado del otro lado de la línea.

-tal vez tengas razón.- concordó con mi argumento. -Sólo espero verte de regreso, Saori. Realmente creemos que tienes mucho por aportar.- agregó, provocando una leve sonrisa de mi parte.- y una vez más, lamento haberle dicho a Tengen en dónde trabajas. No creí que fuera a llegar de ese modo.- dijo nervioso.

-no te preocupes, Toshio. Entiendo que todo fue repentino y que tal vez se preocuparon. En verdad agradezco su interés por mi bienestar.- dije sin quitar la sonrisa de mi rostro.

-de acuerdo.- contestó

-supongo que es todo. Nos vemos después.- dije por último.

Al finalizar la llamada, suspiré. Habían pasado un par de días luego de la aparición del albino en mi trabajo. En ese par de días había reevaluado lo sucedido con Uzui y evitaba el contestar los mensajes de Toshio. Llegué a la conclusión de que tanto Uzui como yo nos equivocamos. La intención de ambos era buena, pero la reacción estuvo totalmente mal y me sentía apenada por mi actuar. Y, por otro lado. Había decidido responderle a Toshio. No era un amigo realmente pero sí habíamos salido un par de veces y demás. Entendía su preocupación.

Dejé mi celular en la mesa del comedor, para luego dirigirme a mi habitación. Ese era mi día libre. Al día siguiente debía trabajar y luego ya tomaría vacaciones. Realmente me emocionaba la sola idea de un descanso. Quería planear qué haría en esos días. Quería que fueran productivos. Tal vez el primer día dormiría todo lo que pudiera, para los demás días intentar retomar algún pasatiempo olvidado como lo era el leer o tal vez intentaría adoptar un nuevo hábito como salir a correr por las mañanas. El punto era avanzar.
La idea de volver a crear algo en el ámbito artístico aún me causaba recelo y realmente no quería tener nada que ver con ello por lo menos por un tiempo.
Si lo mío no era el arte, debía encontrar aquello que sí lo era.

Aunque debo admitir que constantemente me preguntaba si realmente creía aquello o sólo estaba siendo dramática.

El sonido de mi celular anunciando una llamada entrante me apartó de aquellos pensamientos.
Rápidamente fuí a él para ver en la pantalla un número desconocido. Me pareció extraño y decidí no responder. Volví a ponerlo sobre la mesa ya que había dejado de sonar pero al darme vuelta para volver a mi habitación, sonó nuevamente. Un poco irritada regresé y lo tomé, para luego contestar. Si insistían tal vez era realmente para mí.
Al aceptar la llamada me quedé en silencio. Cuando no conocía los números solía hacer eso. Dejaba que hablara primero la persona de la otra línea. Luego de unos segundos sin escuchar nada estaba dispuesta a colgar, pero una voz me paró.

-¿Saori?- era la voz de un hombre. Qué extraño.

-¿quién la busca?- respondí dudosa

-¿es enserio? Saori, soy Tengen.- dijo exasperado. Provocando que soltara una risita. Ese hombre realmente carecía de paciencia.

-oh lo siento Uzui, esque no reconocí el número.- dije un poco apenada.

-¿osea que nisiquiera guardaste mi contacto?- dijo totalmente indignado, provocando mi risa

-lo siento. Es sólo que he estado ocupada y no había tenido tiempo de guardarlo.- me excusé pobremente. Él, por su parte ignoró mi excusa y siguió hablando.

-Dime Tengen, no Uzui.-ordenó.

-¿algo más, señor?- respondí burlona.

-ahora que lo mencionas, sí.-hizo una leve pausa- quiero charlar contigo y vine a tu trabajo, pero el idiota de tu compañero me dijo que no estabas.- aquello me tomó por sorpresa.¿no tenía que estar en clases a estas horas? Iba a seguir hablando pero lo interrumpí.

-hoy es mi día libre. Además, ¿no deberías estar en clases?- la confusión se hizo notar en mi voz.

-Tenía otras cosas que hacer hoy.- explicó.- el punto de mi llamada es pedirte que nos veamos para poder hablar.

Estaba dudando si aceptar o no. Claro que me quería disculpar por lo que pasó la última vez que nos vimos. Quiero decir. No conocía de mucho tiempo a Tengen, pero de algo que sí tenía certeza era que él no iría a buscar a nadie así por que sí. Tal vez, realmente le preocupaba. Por lo que me costaba negarme a verlo. Aunque por otro lado no quería que perdiera su tiempo conmigo.

Finalmente decudí aceptar.

-bien. Pero hoy no puedo, ya tengo planes.-dije resignada. Aunque esos planes consistían literalmente en dormir todo lo que pudiera.

-de acuerdo. ¿Mañana puedes?

-sí. Podría ser por la mañana o luego de trabajar.

-¿está bien si es antes de que entres a trabajar? Nos podríamos ver en tu trabajo. Igual será rápido.- Lo pensé unos segudos. Para luego contestar.

-de acuerdo.- acepté.- pero si será rápido ¿no sería mejor por llamada? Ya estamos aquí.- sugerí ya que no le veía el caso a vernos si se podía hacer de una vez. Por su parte, Tengen rió levemente.

-le quitas la magia a todo, Saori.- dijo en tono de burla. Por mi parte bufé ante su actitud.

-bien. Nos vemos mañana.- contesté para concluir.

-esa es la actitud.- volvió a mofarse.- por cierto. Te traje dos onigiris. Tu compañero dijo que los guardaría.

-su nombre es Kai.- lo corregí. Aunque por lo menos no lo llamó idiota esa vez.

-sí,Como sea. Te los comes.-al terminar la oración no me dio oportunidad de contestar, pues había finalizado la llamada.

Resignada volví a mi habitación, para finalmente dormir.


Me encontraba frente a mi trabajo. Había llegado a la hora acordada con Tengen pero no lo veía por ningún lado. Iba a adentrarme al lugar con la idea de haber sido plantada por el albino desgraciado, pero justamente su voz interrumpió mi actuar.

-¿buscas a alguien?- dijo con mofa a mis espaldas. Un poco irritada, me giré para verlo a la cara.

-haces difícil que te quiera, Tengen.- contesté en un suspiro. Me tendría que acostumbrar a esa forma tan irritante de ser.

-bueno. Estabas parada esperándome. Algo estaré haciendo bien, ¿no?- su sonrisa arrogante y su tono de superioridad adornaron esas palabras, provocando mi exasperación.

-¿sobre qué querías hablar?- fui directo al grano, a lo que sonrió.

-bien. Antes de decírtelo, quiero preguntarte algo.-hizo una pausa, esperando mi afirmación. Dudosa, asentí.- ¿perdiste el interés en el arte o fue por otro motivo que decidiste abandonar la carrera?- me miró, atento.
Por mi parte, pensé por unos segundos mi respuesta.

-definitivamente no perdí el interés. Es sólo que estaba tan presionada con el trabajo, la escuela y el dinero, que sin darme cuenta, aquella vehemencia con la que creaba, se fue de a poco y lentamente fui dejándolo de lado por concentrarme en otras cosas. Entonces llegué a la conclusión de que si realmente eso fuera para mí, ese fervor nunca me hubiera abandonado.-contesté de la forma más honesta, dejando a Tengen pensativo.

-¿y no crees que si estuvieras más en contacto con el medio artístico y te pudieras concentrar en ello, esa pasión volvería?-cuestionó, por lo que lo miré con los ojos entrecerrados.

-no lo sé, tal vez.-me encogí de hombros.- aunque no entiendo por qué hacemos suposiciones.-dije, no muy convencida de mis palabras.

-quiero que trabajes en mi galería.- dijo de golpe. Yo no entendía.

-¿qué?- fue lo primero que pudo salir de mis labios.- ¿tu galería?- pregunté incrédula. ¿Cómo demonios podía tener una galería? Digo sí que era talentoso y sabía que su padre estaba bien posicionado financieramente, pero digo. Tengen seguía siendo un estudiante y aún faltaba tiempo para que siquiera se graduara. Simplemente no cabía en mi cabeza aquella idea.

-así es. Apenas la voy a abrir. Es por eso que he llegado tarde o he faltado a clases. He estado ocupado arreglando los últimos asuntos para poder poner todo en marcha, pero tiene potencial. Planeo rentarla para exposiciones y al mismo tiempo usarla para exponer obras propias. También estaríamos haciendo obras bajo pedido y tal vez unas cuantas cosas más. Pero eso sería en un futuro.- dijo con la barbilla en alto. Bueno, realmente tenía razones para estar orgulloso.

Iba a hablar, pero me detuvo.

-no quiero una respuesta ahora. Piénsalo, aún faltan un par de semanas para abrir. Puedo igualar el sueldo que estás ganando actualmente y ten en cuenta que estando ahí, podrás trabajar en obras propias cuando no tengamos encargos o algún evento. Te podría ayudar a reconectar con el arte.-comentó con una sonrisa pícara.- sólo piénsalo, ¿de acuerdo?- asentí levemente, pues seguía sin palabras.

-bien. Te llamaré para saber tu respuesta.-dijo para finalizar.- oh y no olvides los onigiris.- me señaló, como si fuera una niña pequeña. Aunque el recuerdo de ese detalle avivó mi curiosidad. Por lo que, antes de que se diera media vuelta para marcharse, hablé.

-espera.- lo llamé cuando ví su amago por irse. Este, al escucharme, me miró inquisidoramente, esperando a que hablara.- aprecio el gesto. Pero, ¿puedo preguntar a qué se debe?- ante su mirada confusa, proseguí.- los onigiris.

-oh, eso.-dijo al entender a qué me refería.- fue recomendación de Kyojuro. Me hizo la observación de que la vez que venimos usaste tu hora de comida para hablar conmigo y al final no comiste nada, y eso ¡no es de caballeros!- explicó, subiendo el tono al decir la última frase. Aunque no entendí bien por qué lo hizo, y además. ¿Quién diablos era Kyojuro? Decidí no quedarme con la duda y preguntarle.

-¿Kyojuro?- cuestioné dejando ver mi confusión

-sí. El rubio frentón que llegó conmigo el día que vine a buscarte.- explicó con una sonrisa burlona.- el otro se llama giyu.- yo sólo atiné a asentir, aún confundida.- luego puedes agradecerle a Kyojuro.- dijo con picardía en su voz, a lo que sólo atiné a rodar los ojos. Ahí estaba el Tengen molesto de siempre.- bien, debo irme. Te llamo en unos días.- dijo por último para desaparecer de mi vista en unos segundos.

Estaba sorprendida y no podía procesar la charla que apenas había tenido con mi ex compañero. No entendía por qué parecía tener tanta fé en mí y realmente me tomó desprevenida su oferta luego del pequeño altercado que habíamos tenido con anterioridad. Y aún más me sorprendió que no mencionara nada sobre el mismo. Realmente era un tipo peculiar.

Unos segundos pasaron para que optara por dar media vuelta y adentrarme al local que estaba frente a mí. No muy preparada para comenzar con la jornada laboral.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro