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capítulo 3

Al día siguiente me desperté tarde. Eran las once de la mañana y parecía que mi cuerpo aún no estaba listo para iniciar el día. Luego de una lucha interna, finalmente me levanté. Serví cereal para el desayuno, para después tomar una ducha rápida y al salir, aplicar algo de maquillaje y máscara de pestañas. Al finalizar tomé un bolso del armario. Metí mi uniforme, llaves y billetera. Debía esperar un poco para ir al trabajo pero no le vi mucho caso al sólo esperar a que diera la hora para ir. Así que decidí que llegaría temprano.

Salí del edificio y esta vez iría en autobús, por lo que me dirigí a la parada para esperar al que me dejaba más cerca del trabajo.
Luego de unos minutos esperando junto a algunos otros desconocidos. El autobús arrivó. El trayecto no era largo y por suerte pude tomar asiento. En el trayecto no pensaba en nada, solamente veía através de la ventana, hasta que llegó el momento de bajar.

Caminé a paso tranquilo hasta llegar a la cafetería.
Al entrar, Kai (mi compañero) me miró y una pequeña expresión de sorpresa asomó en su rostro.

-¡Saori!.- saludó alegre, llamando la atención de algunos clientes que se encontraban en las mesas del lugar

-hola.- saludé en respuesta con una pequeña sonrisa. Incómoda por la atención que recibí por unos segundos. Por lo que, aceleré el paso para estar del otro lado de la barra y poder dejar mis pertenencias, para luego ir al baño a ponerme el uniforme que consistía en un pantalón beige, blusa blanca, un delantal negro con el logo de la cafetería, adornado con un gafete que llevaba mi nombre y finalmente una horrorosa gorra del mismo color del delantal, que también tenía el logo de la cafetería.
Al salir del baño me dirigí al mostrador, donde estaba Kai limpiando un poco. Al verme, sonrió.

-¿A qué se debe el milagro?- preguntó haciendo referencia a mi llegada anticipada. Yo solté una risita.

-Nada en especial, sólo estaba lista desde temprano y decidí llegar antes.-contesté encogiéndome de hombros, sin borrar la sonrisa de mi rostro. Kai asintió levemente.

-Entonces, ¿te encuentras mejor?-preguntó un poco preocupado. Yo no entendí a qué se refería. Ladeé la cabeza, confundida.

-¿A qué te refieres?- pregunté. Kai, por su parte dio un pequeño suspiro. Mirándome un poco serio.

-Bueno, ayer estabas muy distraída y desganada.- Dijo un poco dudoso. Al ver que no respondí, prosiguió.- ¿pasó algo?- dejó lo que estaba haciendo para concentrar su atención en mí. Su ceño levemente fruncido me dejaba ver que estaba preocupado. Solté un suspiro.

-Estoy bien, es sólo el cansancio del día a día- Mentí, brindándole una sonrisa para disipar su preocupación. Este me miró dudoso.

- bueno, pero si sucede algo, puedes decirme, ¿de acuerdo?- resignada asentí. No le diría qué sucedía pero tampoco planeaba preocuparlo, así que no dije más y sólo asentí.

Había recordado que con todo lo sucedido no había revisado mi celular. Así que aprovechando que no había mucho que hacer, decidí revisar si tenía algún mensaje o algo parecido.
La sorpresa llegó al ver que tenía una llamada perdida de un número desconocido y tenía dos mensajes del mismo número.

"Saori. Soy Tengen. ¿Es verdad lo que me dijo toshio?"

Ese mensaje había sido enviado a las ocho y media de la mañana

"Es broma, ¿verdad?"

Y ese mensaje fue enviado a las ocho cuarenta y cinco de la mañana.

Al inicio me sorprendió que Uzui tuviera mi número, pero supuse que Toshio se lo dió. Realmente me sentía culpable por no avisarle personalmente y pensé en llamarlo. La culpa quería que le llamara y me disculpara con él, pero no podía. No tenía las agallas de afrontar a nada ni a nadie en esos momentos.

Solté un suspiro y guardé mi celular en el bolsillo de mi pantalón, ignorando los mensajes de Uzui. También habia uno de Toshio preguntando cómo me encontraba. Todo lo hice tan repentinamente que al parecer aún no procesaba que realmente se había acabado.

Intenté animarme un poco ya que apenas iniciaba mi jornada laboral y no quería estar decaída todo el tiempo. Así que luego de que Kai me entregara la caja registradora ( ya que ese día me tocaba ser cajera) tomé un trapo limpio y comenzé a limpiar un poco en los lugares que habían faltado de limpiar. Atendía a los clientes nuevos cada que llegaban y luego proseguía con mis tareas.

Entre una cosa y otra se dieron las tres de la tarde. Casi era mi hora de comer, pero antes debía limpiar las mesas vacías del local, pues los clientes que estaban, ya se habían retirado.
Me dispuse a ello y, mientras juntaba una basura del piso, escuché un golpe en la puerta de entrada, como si alguien la hubiera azotado. Me sobresalté y volteé rápidamente al origen de tal escándalo. Al hacerlo, pude ver una alta silueta musculosa, una silueta bastante familiar, en realidad.

Estaba confundida y sorprendia al mismo tiempo. ¿Qué demonios hacía Uzui aquí?
Iba a acercarme, pero rápidamente apareció Kai detrás del mostrador, alarmado por el estruendo. Al ver al albino, su rostro tomó seriedad. Al parecer no le agradó su actuar. Yo me quedé inmóvil en mi lugar. Esperando ver qué seguiría.
El silencio reinó por un momento mientras Kai miraba con el ceño fruncido a Uzui.

-¿le puedo ayudar en algo?-cuestionó Kai al ver que el chico no se inmutaba

-¿aquí trabaja Saori?- preguntó directamente, sorprendiendo a mi compañero, el cual no bajaba la guardia. El ambiente era un poco tenso y no sabía el motivo.

-lo siento, no puedo contestar a eso.- Kai me miró de reojo, desconfiado.

-¿sí o no? No es tan difícil.- contestó Uzui, irritado.

La situación era extraña e incómoda. Quién sabe qué se le había cruzado a Kai en la cabeza para tener una expresión así. Así que decidí interferir.

-Uzui.- lo llamé, desde mi posición. Ambos hombres voltearon a verme al instante. Aunque Uzui comenzó a acercarse rápidamente a mí.

-Tú.- dijo irritado- vamos a hablar ahora mismo.- iba a tomar mi mano pero Kai lo interrumpió.

-Saori- kai me llamó, saliendo apresurado de detrás del mostrador para acercarse a nosotros.- ¿lo conoces?- miraba con recelo a Uzui.

-soy su amigo.- contestó por mí. Tomando mi mano en el proceso.para (al parecer) guiarme fuera del local. Aunque dos siluetas más aparecieron rápidamente en la entrada. Eran dos chicos. Uno tenía el cabello negro, ojos azules y nula expresión en su rostro y el otro chico era rubio, aunque las puntas de su cabello eran rojas, sus ojos eran grandes y de una extraña combinación entre rojo y amarillo, con una gran sonrisa adornando su rostro.
Ambos, al ver la escena se acercaron a nosotros.

-Tengen.- lo llamó el rubio. Su tono de voz era algo elevado. Uzui detuvo su acción para mirarlo y Kai se acercó aún más a nosotros.

-les dije que me esperaran.- contestó el albino.

-Bueno, saliste muy rápido del auto sin dar alguna explicación- el rubio contestó.

- Uzui ¿qué demonios haces?- cuestioné. Mi cerebro había procesado los acontecimientos y ahora estaba más confundida que antes.

Todos voltearon a verme. Fue como si no se hubieran fijado antes en mí, aunque mi ex compañero aún me sujetaba.

-eso mismo debería preguntarte, Saori.- esa irritación no desapareció de su rostro, e incluso se podía notar en su voz.- ¿Qué demonios te ocurre? ¿Por qué abandonaste la carrera?- ahora se veía algo molesto.
El chico rubio y el azabache se acercaron a Uzui y a mí. El rubio tomó su hombro. El gesto amable sin dejar su rostro.

Lo miré sorprendida. Realmente no entendía su reacción. No es como si hubieramos pasado mucho tiempo conociéndonos o algo parecido. ¿Por qué darle importancia?

-No sé que ocurre. Pero creo que no deberías de sujetarla de esa manera. Por favor, suéltala.- la voz de Kai se hizo presente. Se encontraba a mi lado, con el ceño fruncido. Tengen lo miró con los ojos entrecerrados.

-es verdad, Tengen. Suéltala.- el acompañante de Uzui, de ojos azules se sumó a la conversación. Uzui por fin me soltó.

-mira, Uzui. Sé que debí avisarte pero todo sucedió muy rápido.- era incómodo lo que estaba pasando. Tenía a cuatro chicos delante de mí, atentos a mis palabras.- mira, en unos minutos será mi descanso. ¿Te parece si hablamos mejor?- él sólo soltó un suspiro. Dandose media vuelta en el proceso.

-bien. Estaremos afuera.- luego de decir esas palabras, salió, siendo seguido por sus acompañantes.

Al escucharlo me sentí un poco aliviada. Y , al darme vuelta para seguir con lo que estaba haciendo, la mirada interrogante de Kai me hizo saber que tendría que darle explicaciones también.

-lo siento. Te explicaré todo luego de hablar con él. ¿Está bien?- sabía que me interrogaría, entonces decidí adelantarme. Kai dio un suspiro, cansado

-de acuerdo. ¿Te encuentras bien?- preguntó, no muy convencido

-sí. No te preocupes.- le regalé una pequeña sonrisa. Ambos retomamos lo que estabamos haciendo previo a la interrupción.


Me dirigí a paso dudoso hacia las mesas de afuera, donde Uzui y sus amigos se encontraban charlando. Al llegar a su mesa, me encontraba frente al azabache, este sólo me miró unos segundos para luego apartar la mirada.
Estaba bastante nerviosa. No creí que hablaríamos frente a sus amigos. Los tres eran bastante apuestos y yo con personas así, me sentía muy fuera de lugar.
Uzui, al ver que sólo estaba parada frente a ellos, habló.

-¿no te vas a sentar?.- preguntó, con una ceja enarcada. Ahora los tres me miraban, provocando más nervios en mi. Dudé unos segundos y finalmente me senté frente al pelinegro, estando en medio del albino y el rubio. Los cuatro estabamos en completo silencio.

-ellos son Giyu y Kyojuro.- Uzui rompió el silencio,
Señalando a sus acompañantes.

-¡Rengoku kyojuro, un placer!- dijo el rubio, bastante animado. Mientras que el azabache sólo asintió levemente en mi dirección.

-saori- dije por lo bajo mientra jugaba con mis dedos.

- ¿y bien?- volvió a cuestionar mi ex compañero.

-bueno. Te debo una disculpa por no avisarte personalmente que dejaría la carrera.-inicié. Tenia la mirada fija a la mesa.- todo sucedió el mismo día y no estabas presente, además de que no tenía tu número de teléfono.- No había levantado la mirada, pero podía sentir cómo estaba siendo analizada por el albino.- sé que será complicado porque ya están formadas las parejas y realmente lo menos que quiero es afectarte de cualquier forma, pero estoy segura de que encontrarás un nuevo compañero para el proyecto. Tú eres muy talentoso y eso todos lo saben. Así que...-Mi oración quedó a medias, ya que fui interrumpida.

-¿qué dices?- levanté la mirada, encontrando a los tres chicos mirándome, Uzui tenía el ceño fruncido.-yo lo que quiero saber es por qué lo hiciste. Lo del proyecto es lo que menos me importa.- sus palabras me sorprendieron. Lo miré confundida, mas no respondí.- no entiendo por qué harías algo como eso. Es un total desperdicio de talento.- fruncí el ceño. Si no era por que le fuera afectar, ¿qué más daba?

-no creo que el motivo sea relevante. Lo que me preocupaba era que pudiera afectarte. Si dices que no te interesa, entonces no veo el punto de esta conversación.- dije un poco molesta, él también se veía molesto con mi respuesta.

-nadie te pidió que te preocuparas por mis calificaciones.- dijo seriamente. Ahora ambos nos mirábamos molestos.

-lo mismo digo.- respondí retante.

-¡demonios Saori! Sólo quiero ayudarte.- ahora estaba exasperado por mi actitud. Yo suspiré.

-yo no pertenezco a ese lugar. Sólo estaba ocupando el puesto de alguien que realmente debería de estar ahí.-contesté

-¿pero qué dices? ¡Tú eres quien más merece estar en ese lugar!- el albino parecía no creer lo que le estaba diciendo.

-¿eso crees?- lo cuestioné, mirándolo con la ceja alzada.

-sí. Eso creo.- contestó como si fuera lo más obvio.

-pues esto no se trata de cómo tú veas las cosas o no. Se trata de cómo yo las veo. No por que tú creas que tengo potencial o talento o como le quieras decir, quiere decir que yo lo voy a ver de la misma forma. Esto no se trata de tí. Se trata de mí- espeté. Dipuesta a marcharme. Tal vez estaba siendo una completa perra o tal vez tenía razón. De la forma que fuera, ya no estaba dispuesta a dar más explicaciones. Ninguno dijo nada. Uzui sólo me miró molesto así que me levanté, dispuesta a marcharme. Pero la voz del rubio hizo que parara.

-oigan no es necesario que peleén.- su voz amable nos llamaba. Una sonrisa nerviosa asomando su rostro

-me disculpo porque tuvieran que estar en medio de esto. Espero que tengan buen día.-dije por último. Para definitivamente dejar la mesa y adentrarme en la cafetería.

Demonios. Nisiquiera había podido comer.

Al entrar a la cafetería pude ver la mirada inquisitiva de Kai. Y este al verme, me sonrió levemente. Al parecer vio todo.

-no tienes que contarme ahora.- dijo al ver mi rostro cansado. Ante su comprensión, sonreí y me dispuse a seguir con lo que restaba de mi jornada laboral. Al darme la vuelta, ví que ya nadie estaba en la mesa de afuera.

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