Capitulo 4
-Bien, la oferta comienza con un millón de dólares, sé que es mucho pero este chico lo vale. -Dijo Laura con voz entusiasta.
-Dos millones -dijo un hombre a lo lejos.
- ¡Tres millones! -Dijo una señora un tanto mayor pero muy elegante
-Cinco millones -le siguió otro hombre.
Laura estaba fascinada, nunca pensó que ofrecerían tanto por Beck -¿alguien da más? -dijo ella muy motivada.
-¡Ocho millones! -dijo otro hombre levantando la mano.
-Quince millones -le siguió otro hombre poniéndose de pie, era un hombre como de aproximadamente 45 años y llevaba un traje negro.
Laura sentía que se desmayaba de la felicidad. -¡¿alguien da más?! -Pregunto pero todos callaron y el hombre de pie mostro una gran sonrisa. -Bien, en vista de que nadie da más... ¡Vendido al caballero de traje negro!
Para Beck todo paso bastante rápido, no tuvo tiempo de pensar; ¿en qué momento empezaron a subastarlo? ¿Qué derecho tenían esas personas para hacer algo así? La cabeza de Beck era un caos, quiso que la tierra se lo tragara en ese momento ¿Qué harán con él? Sus pensamientos fueron interrumpidos por los gritos desesperados de un guardia. - ¡La policía nos ha descubierto, salgan de aquí cuanto antes! -Todos empezaron a correr y a gritar, tumbando mesas y arrempujándose unos con otros.
-Gracias dios... -susurro Beck y volteo con Laura, que tenía una cara de espanto, trato de agarrar a Beck pero él la empujó con todas sus fuerzas, él nunca había tratado mal a una mujer y mucho menos faltado al respeto, pero si en ese momento no lo hacía, no iba a poder salir de ahí. La mujer cayó al suelo y Beck salto del escenario, mezclándose entre todas las personas que desesperadamente trataban de huir.
Corrió siguiendo a la multitud, sin importarle que se haya lastimado el pie derecho al momento de caer. Cuando salieron de ese lugar corrió en dirección opuesta a la que iban los demás y a lo lejos vio como los mismos hombres que lo habían capturado iban tras él, necesitaba esconderse y rápido. Corrió hacia un estacionamiento, rogando por que alguno de los carros se encontrara abierto.
-Dios por favor, solo ayúdame un poco más -dijo con lágrimas en los ojos y con el corazón tan acelerado que juraba que le daría un infarto.
Estaba oscuro y no podía distinguir que tipo de carro era cada uno, trato de abrir el primero pero se encontraba con llave, el segundo igual. Desesperado y a punto de tirarse al suelo a llorar, intento con el tercero y por milagro estaba abierto, inmediatamente se metió en la parte de atrás y se escondió bajo los asientos.
-Por favor que no me encuentren, por favor... ya no quiero eso... -pensaba una y otra vez mientras las lágrimas fluían.
Escucho los pasos de los hombres y duraron aproximadamente 10 minutos buscándolo, en ese tiempo Beck sentía que el corazón se le saldría y se quedó inmóvil durante ese rato. Estaba temblando, el dolor del pie se empezaba a manifestar y las lágrimas fluían.
Escucho los pasos de los hombres alejándose pero igual decidió esperar unos minutos más para asegurarse de que ya no corriera peligro.
Cuando Beck concluyo que ya era hora de salir y apenas iba a hacer su primero movimiento volvió a escuchar los pasos de alguien casi corriendo y acercándose al auto y Beck se paralizo nuevamente.
Sintió como su corazón daba un salto cuando ese hombre abrió el carro, acto seguido se metió con prisa, cerrando fuertemente la puerta y de inmediato encendió el carro y lo puso en marcha, conducía bastante rápido, como si lo estuvieran siguiendo.
Beck solo guardaría silencio y cuando ya se alejaran de ese lugar le iba a hablar, era inteligente y trataría de explicarle al hombre lo que había pasado y por qué estaba en su auto.
Después de un rato el auto se detuvo y el hombre lo apago, Beck vio como el sujeto estaba dispuesto a salir y rápidamente salió de su escondite y se sentó en los asientos.
-Ehh... disc... -no termino de hablar cuando con un movimiento rápido que hizo ese hombre sacó un arma y le apunto a Beck. El chico se quedó inmóvil.
-Un movimiento y te disparo idiota -dijo el hombre con una voz amenazadora y encendió la luz del auto. Su semblante cambio a un gesto de sorpresa cuando vio a Beck.
-po-por favor... no dispares -dijo apretando fuertemente los ojos y bajando la cabeza mientras las lágrimas comenzaban a fluir nuevamente, ¿tan mala suerte tenía como para además de ser vendido, lo amenazaran nuevamente con matarlo?
-Ok ok, deja de llorar y no disparare -contesto el hombre con una tono de voz ya más relajado.
Beck abrió los ojos y se limpió las lágrimas, levanto la cabeza y lo vio; era un hombre joven, de unos 19 años, cabello plateado y ojos azules muy hermosos, piel blanca y en su cuerpo se notaba que hacia ejercicio, era un chico muy guapo; pero había un detalle, Beck sentía que lo había visto antes.
-Ahora que te has calmado un poco dime, ¿Qué hace en mi auto el chico al que estaban vendiendo? -dijo el joven seriamente mientras bajaba el arma.
Beck abrió los ojos como platos y una imagen fugaz le invadió la mente, entonces lo recordó, ese joven estaba entre los espectadores de ese maldito lugar. Inmediatamente Beck trato de retroceder y se pegó contra los asientos del auto.
-Tranquilo -dijo el joven con una pequeña sonrisa. -No soy como esos viejos asquerosos, yo estuve en ese lugar porque me obligaron, tenía que quedar bien en mi trabajo.
-¿Trabajo? ¿Lo dices enserio? ¿En qué trabajas? -dijo Beck, aún seguía pegado a los asientos, no confiaba para nada en ese chico.
-¿Estas bromeando? ¿No me reconoces? -dijo el chico con una sonrisa aún más grande.
Beck negó con la cabeza
-Me sorprende que alguien no me conozca, en fin, me llamo Eliud Onix y soy actor -dijo el joven con un tono de voz amable.
-Lo siento, yo no voy a cines y tampoco veo tele -contesto Beck un poco sonrojado.
-Vaya, eso es raro pero bueno, disculpa por haberte apuntado con el arma pero has de comprender que fue por instinto; te invito a pasar a mi casa y tomar algo, has de estar cansado y un poco jodido de la mente por todo lo que te ha pasado. -dijo Eliud saliendo del auto y acto seguido abrió la puerta donde se encontraba Beck.
-Te agradezco... -hizo una pausa. -quisiera que por favor me permitieras quedarme aquí esta noche, tengo miedo que me vayan a capturar otra vez -dijo Beck con la cabeza agachada y un poco avergonzado. -Juro que no voy a robarte nada, por favor... pediré permiso a tus padres...
-Vale, está bien, te dejo quedarte pero vivo solo -contesto Eliud con una sonrisa.
Cuando Beck bajo del auto se dio cuenta que estaba en un garaje. Había otros 3 autos más estacionados pero esos eran deportivos. Beck estaba asombrado al ver esos bonitos autos, ¿habrá sido buena idea pedir quedarse? Bueno, no tenía opción, era eso o arriesgarse a ser capturado nuevamente. De igual manera no iba a bajar la guardia, solo se quedaría esa noche, no conocía a ese tal Eliud, podía ser un maldito loco como los que se encontraban en ese lugar.
Entraron a la casa y Beck se sorprendió nuevamente, era una casa enorme de más de dos pisos, paredes blancas y una decoración muy moderna, estaba todo muy acomodado y limpio -¿acaso los chicos jóvenes que viven solos no son un desastre? -pensó y se acordó de sus hermanos.
-O-oye... disculpa si estoy abusando de tu hospitalidad pero ¿podrías prestarme un teléfono por favor? -hizo una pausa. -Es que quiero contactar con mi hermana y explicarle lo que ha pasado.
-Ok, no hay problema, veo que eres un buen chico y que te preocupas por tu familia. Puedes sentirte como en tu casa, aunque... -Eliud miro a Beck directamente a los ojos con un rostro serio. -Te advierto que hay cámaras por toda la casa, así que no intentes algo estúpido. -El joven apunto hacia una mesita que se encontraba a lado de un gran sillón de piel. -ahí está el teléfono, úsalo las veces que necesites. -termino de decir y se recostó en el lujoso sillón.
Beck había escuchado atentamente las palabras del joven pero no se preocupó, no iba a intentar nada estúpido, solo quería que amaneciera para poder regresar a casa.
-Gracias por la confianza y no tienes nada de qué preocuparte, soy incapaz de hacer algo malo -termino y camino hacia el teléfono. Tecleo el número de celular de su hermana pero... mala suerte, el teléfono se encontraba apagado. -Maldición... -dijo en un susurro.
-¿Qué sucede? -pregunto Eliud rápidamente.
-El teléfono de mi hermana está apagado, no podre contactarme con ella hasta mañana. -contesto Beck mientras se tallaba los ojos.
-Ya veo... bueno, entonces trata de descansar y mañana te llevo a tu casa. -añadió Eliud mientras se ponía de pie. -Ven, déjame mostrarte donde dormirás.
Para Beck seguía siendo muy sospechosa la amabilidad de Eliud, no iba a bajar la guardia en ningún momento.
Subieron las escaleras en silencio y llegaron a una bonita habitación.
--------------------------------------------------------------------
NOTA*****************
Gracias por seguir leyendo, espero estén disfrutando la historia, no se preocupen que pronto llegara lo hard 7u7.
Ayúdame compartiendo la historia y votando por ella. Gracias
Fb/AliceJSata
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro