Capitulo 3
Al día siguiente Beck se encontraba nuevamente en el colegio junto con sus amigos, a los cuales les había contado todo lo que había pasado el día anterior en su trabajo, no le dijo nada a su hermana, no quería que preocuparla.
-No término de creer lo que dices -dijo Ediel seriamente.
-Oohh por dios -siguió Zack teatralmente. - ¿Enserio rechazaste a esa mujer por mi?, esta noche te daré tu premio. -guiño un ojo.
Beck no aguanto la risa y le propino un golpe amistoso a Zack -Deja de decir tonterías o los demás se lo van a creer.
-¿Qué? ¿Acaso no quieres? Me has roto el corazón -continuo Zack teatral e inocente -Ediel dame un besito de consolación.
-Lo que te daré son unos golpes si sigues con tus dramas -dijo Ediel con una sonrisa tratando de ocultar la preocupación por lo sucedido con su amigo, sabía que esa mujer podía regresar a molestarlo e incluso podría hacerle daño.
-Heeeee! No sabía que te gustaba el sado -volvió a decir Zack guiñando el ojo.
Los amigos bromearon y rieron cada vez más, hasta que concluyeron las horas de clase y se despidieron.
Beck se encontraba nuevamente en su trabajo, dudo en algunos momentos en ir, la mujer había dicho que regresaría y no quería verla. Se animó a ir ya que recordó que gracias a ese empleo es que podía seguir estudiando ya que el mismo cubría sus gastos y trataba de ahorrar para apoyar a su hermana con los gastos del hogar.
A los pocos minutos de comenzar su turno, observo que en una de las mesas más alejadas se encontraba nuevamente la joven de gran belleza y elegancia. Trato de ignorarla pero ella llamo su atención con señas y no le quedo más opción que ir a atenderla.
-Buenas tardes señorita ¿Qué desea ordenar?
-Discúlpame por lo de ayer, no pude explicarte el porque te pedí una cita, me llamo Laura. -dijo la joven con voz suave y amable, ya no tenía la misma mirada intimidante del día anterior.
-No tiene nada de que disculparse señorita. -contesto Beck fría pero educadamente.
La mujer frunció el ceño igual que la vez pasada, no le agrado el tono de voz del chico y esperaba a que él también le dijera su nombre pero no lo hizo. Sin más que decir Laura se levantó y se retiró del establecimiento.
Horas más tarde el restaurante estaba cerrando, a Beck le había tocado quedarse al último para acomodar unos muebles. Cuando termino y estaba decidido a marcharse pues estaba bastante cansado; se dirigió a la entrada principal, al momento de dar unos pasos fuera del establecimiento se asombró al ver a la joven llamada Laura afuera a solo unos pasos de él.
Ella estaba junto a una limosina con varios hombres armados que lo miraban fijamente. Beck quedo en shock, sabía que le harían daño, quería correr pero su cuerpo no respondía, solo sintió como sus ojos se cristalizaban por las lágrimas, seguido de un escalofrío que le recorrió todo el cuerpo.
Cuando por fin reacciono gracias a que uno de los hombres hizo un movimiento para llegar a él, trato de correr y gritar por ayuda pero solo pudo girarse, no tuvo tiempo para nada, los hombres lo capturaron e inmediatamente le taparon la boca. Entre jaloneos y esfuerzos inútiles por parte del chico para tratar de liberarse, no tuvo más remedio que comenzar a llorar y temblar ante el miedo de que ese fuera su fin.
Los escoltas llevaron a rastras a Beck ante la bella joven que volvía a tener la mirada intimidante y a la vez también un gesto de satisfacción.
-Quise hacer las cosas por las buenas pero al negarte no me dejaste otra opción niñito lindo. -dijo Laura con una voz burlesca, le divertía ver como el chico se esforzaba inútilmente para escapar.
Beck sabía que no podía soltarse pero no se iba a rendir, no iba a dejar que pasara algo sin tan siquiera luchar un poco. Mientras lo trataban de subir a la limosina a base de empujones y jaloneos y viendo que el chico se resistía, contemplaron la opción de golpearlo pero Laura intervino.
-Ni se les vaya a ocurrir lastimar esa hermosa carita idiotas -soltó la mujer un poco molesta.
La mente de Beck era un caos ¿Qué estaba pasando? ¿Porque le estaban haciendo eso? ¿Acaso lo merecía? ¡¿Por qué?! ... Una imagen fugaz le invadió la mente por un instante... ¡Hermanos! Cuando los recordó se volvió a paralizar pero después se calmó un poco, si esa mujer no sabía nada sobre ellos no podría ponerles una mano encima y eso lo agradecía, agradecía que todo eso le estaba pasando a él y no a sus hermanos o amigos.
No iba a ceder fácilmente, iba a luchar con todas sus fuerzas para tratar de escapar de una u otra forma pero no se iba a dar por vencido. Lograron meterlo a la limosina y uno de los hombres le puso su arma en el cuello mientras que con la otra mano le tapo la nariz con un pañuelo, Beck se desvaneció casi al instante al sentir el dulce aroma del cloroformo.
Despertó, abriendo lentamente los ojos y trato de levantarse rápidamente lo cual fue en vano, su cuerpo estaba débil, con esfuerzo pudo sentarse y sus ojos nuevamente empezaron a cristalizarse con las lágrimas, estaba asustado y confundido ¿Dónde estaba? ¿Cuánto tiempo había estado inconsciente? Trato de calmarse mientras se limpiaba las lágrimas con su camisa y empezó a observar el lugar buscando una salida; era un pequeño cuarto pintado de color rojo sin ventanas y ningún mueble, solo una pequeña lámpara que colgaba en el techo y una puerta de metal que obviamente estaba cerrada.
Desesperado comenzó a patearla a lo cual él sabía que no era buena idea pero descartaría cualquier opción con tal de escapar. Estuvo a lo que él dedujo aproximadamente 1 hora pateando la puerta y gritando por ayuda, la cual nunca llego.
-Maldición -dijo con una voz que apenas se pudo escuchar.
Se recargo en la pared y se fue resbalando hasta quedar en el suelo, se sentía destrozado, necesitaba pensar pero el miedo no le ayudaba. Escucho pasos y el miedo se hizo más intenso, comenzó a temblar nuevamente, sabía que iban por él. Abrieron la puerta bruscamente y la primera persona en entrar era ella.
Vaya vaya, el niño lindo ya despertó -dijo Laura con un tono de burla y le arrojo una bolsa con ropa. -Cámbiate rápido que ya casi es tu turno, vas a ser mi salvación, estoy segura que pagaran mucho dinero por ti mocoso -terminó y volvió a cerrar la puerta.
Beck quedo en shock, con los ojos como platos y las lágrimas volvían a fluir, ¿Qué? ¿Había escuchado bien? ¿Enserio esa mujer lo iba a vender? No quería hacer nada de lo que Laura le indicara, pero tenía que obedecerla si quería escapar. A la primera oportunidad que tuviera buscaría la forma de correr y pedir ayuda.
Saco la ropa de la bolsa, era un conjunto fino pero bastante moderno y juvenil, además de que era exactamente de su talla, termino de cambiarse y se volvió a quedar sentado, ya estaba calmado y pensaba en algún plan, aunque tenía miedo de que al intentar huir uno de los hombres le disparara.
Volvieron a abrir la puerta y de nuevo era esa mujer con esa sonrisa que a él ya le asqueaba.
-Wow, pero que buen gusto tengo, eres la mejor mercancía que he tenido en mucho tiempo, esa ropa te hace ver más genial de lo que crees, pero.... -Laura se acercó a él y noto como Beck trato de retroceder pero ya estaba pegado a la pared y se quedó inmóvil a punto de llorar -Esto no va contigo -dijo quitándole violentamente los lentes -Vaya que gran diferencia, tus ojos sí que son hermosos y tu cuerpo que es tan blanco y delgado es increíble, muchos hombres e incluso mujeres te han de envidiar mocoso, además ese cabello tuyo color escarlata no tiene comparación -termino de decir para soltar una risa que para Beck fue bastante molesta e irritable.
-Bien -volvió a decir Laura después de dejar de reír y lo tomo del cuello para obligarlo a caminar -ya es hora de que me hagas millonaria niño.
-E-Espera por favor... -suplico Beck
-Ooh si lo olvidaba, aun no me has dicho tu nombre mocoso ¿Cómo te llamas? Más vale que me digas la verdad -dijo Laura con una sonrisa acercándose a su cara.
-Mi... no-nombre es Beck... -contesto muy nervioso y con lágrimas en los ojos.
-Vaya... que niño tan honesto, en tu credencial de estudiante decía lo mismo. Bien, continuemos que mientras estamos aquí estoy perdiendo dinero -finalizo Laura para después jalonearlo y sacarlo de ese pequeño cuarto.
Beck caminaba con la cabeza baja, pasaba por pasillos que tenían puertas iguales a la del cuarto en donde a él lo habían encerrado, escuchaba llantos y gritos de mujeres. No pudo soportarlo más, se tapó las orejas con todas sus fuerzas y empezó a sollozar ¿Qué era ese lugar?...
-un maldito infierno -se respondió así mismo en un susurro. Mientras la mujer ignoraba el llanto de las demás chicas, sus gritos de súplica y las maldiciones que hacían.
Llegaron a unas grandes cortinas corredizas, se escuchaban hombres y mujeres hablando al mismo tiempo, las voces se mezclaban con una suave melodía de fondo.
-El momento ha llegado -Dijo Laura con un gesto de satisfacción -Ahora escúchame atentamente si no quieres que te de un disparo en la cabeza -su semblante cambio inmediatamente, ahora mostraba una mirada fría y amenazadora -Harás exactamente lo que te diga, si no lo haces me encargare de venderte en partecitas como un trozo de filete.
Beck quedo sin habla y las lágrimas volvieron a brotar, solo puso asentir con la cabeza. Durante el camino volteo a ver a todo lados disimuladamente buscando una salida pero no encontró nada y se sintió más miserable por ser tan débil para dejar que lo atraparan.
Las cortinas se abrieron y la luz de las lámparas apuntándole cegaron lo ojos de Beck forzándolo a cerrarlos fuertemente y bajo la cabeza. Todos habían guardado silencio inmediatamente.
-¡Buenas noches damas y caballeros! -grito Laura mientras sostenía un micrófono. -Admiren a este chico tan hermoso que les traigo esta noche, admiren esa piel blanca y delicada, ese cuerpo perfecto, su pelo escarlata y no podrán creer lo hermoso que son sus ojos. Este chico es una joya, es educado y además es virgen -Laura tomo del pelo a Beck y lo jalo hacia atrás. -Abre los malditos ojos idiota -susurro.
Beck abrió los ojos y noto como todos lo miraban asombrados, algunos con una sonrisa perversa y otros parecían hablar en voz baja. Dejo de tomarle importancia a que él era el centro de atención y busco desesperadamente una salida, vio que era una gran sala oscura y había varios guardias. Las piernas le temblaban y quería echarse a llorar. -Una salida... ¡una salida por favor! -eso era lo único en su mente.
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NOTA********
Tranquilas chicas, ya casi se viene lo hard 7u7 espero que les este gustando la historia.
Ayúdame a compartir la historia para poder seguirla.
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