46.
Casi corrí fuera de mi casa, hasta el paradero de autobuses. Esperé impaciente el que me servía, y subí como una loca. A los pocos minutos llegué a aquella inmensa casa, y toqué el timbre como si se me fuera la vida en ello.
-¡Salgo en seguida! -anunció la voz de Nadia por aquel diminuto parlante en la reja
Tal como lo anunció, salió y me dio la bienvenida, haciéndome pasar a la sala de espera
-¿Mi niña, que te sucede? Te noto algo agitada. ¿Quieres algo para beber?
Se acercó a mi
-N-no, la verdad solo quiero ver a Dominik. Me urge verlo y...
-¡Oh, no! ¿No te aviso? Lo vi salir algo apurado...
Demonios, esto no estaba bien.
-¿No le dijo hacia dónde iba?
-La verdad es que no...
Me tomé la cara desesperada
-¿Sucede algo? -me preguntó notoriamente preocupada
-La verdad es que... tengo que irme – me despedí de ella, y salí lo más rápido posible de allí.
Mientras caminaba hacia la parada de buses cerca de la casa de Dominik, busqué mi celular y lo intenté llamar. No había respuesta.
-Vamos...-murmuré al celular
Pasaba a buzón de voz.
Hasta que al décimo intento contestó
-Hola... ¿Katine? ¿Qué sucede? -contestó despreocupado
¡Dominik, santo cielo! ¡¿Dónde estás, por favor dime?!
-¿Katine? ¿Estás bien? -preguntó confuso
-Si, si, si estoy bien. Sólo dime dónde estás -contesté eufórica
-Sólo estoy confirmando los pasajes en el aeropuerto, ¿Qué pasa? ¿Pasó algo malo? ¿Estás bien?
-¡No te muevas de allí por favor! -grité y le colgué.
Fui lo más rápido que pude, tomando dos líneas de autobuses para poder lograrlo. Cuando llegué al aeropuerto, corrí hacia dentro en busca de Dominik. Gente por todos lados, miraba y miraba rostros, pero no lo encontraba por ningún lado.
-Jodeeeer, Dominik, dónde demonios estás
Marqué su número.
-¿Dónde estás? -pregunté cuando contestó
Sentí una risotada al otro lado de la línea
Era femenina
Joder.
-¡Basta, que es esto! ¿Q-quién eres? -hablé temerosa, sabiendo la respuesta
-¿No es obvio, Katine? -me contestó Sylwia
-¡Maldita sea! -grité al teléfono. Comencé a sudar las manos, miré a mi alrededor. -¿Qué haces con el teléfono de Dominik?
-¿Tienes miedo, verdad? -me respondió -Ven a mi casa si quieres ver a Dominik vivo. O si no, solo deja que vaya y se reúna con su ''hijo'' -habló sarcásticamente
-¿Qué? ¡No le harás nada, llamaré a la policía, y...!
Quedé hablando a la nada, porque me había cortado la llamada.
Esta vez, corrí literalmente hasta la casa de aquella loca. Toqué la puerta miles de veces, pero nadie abría.
-¡Sylwia, ábreme la maldita puerta! -grité
Se abrió de súbito.
-Basta, que enferma -me miró riéndose.
Me observó con una sonrisa irónica, mientras asentía.
-¿Vas a pasar? – alzó una ceja
Me tiró de un brazo hacia adentro. Cerró la puerta tras de mí. A diferencia de la otra vez, ahora no estaba aquella señora de cabello marrón que parecía ser la madre de Sylwia. Me pregunto donde estaría...
-¿Dónde está Dominik? -pregunté algo temerosa
Sólo me observó como respuesta
-Tranquila, aún no se suicida -sonrió, como si fuera algo normal
-¿Ah? -pregunté - ¿Estás loca?
- Antes de que tu llegaras a su vida, yo estaba primero. -me empujó en el pecho -Teníamos planes -se acercó a mi rostro, desafiante -Y esos planes no se van a romper por culpa de una ofrecida normal como tú. Tú no eres como Dominik ¿Entiendes? – me empujó contra la pared -No eres, ni nunca serás como nosotros. Él y yo, estamos conectados por algo mucho más allá. Somos distintos, y nos vamos a ir de este inmundicia. Nosotros...
-¡Basta! -grité – Cállate, ¡Cállate! ¿No te das cuenta? – la miré alterada -¡Él no te quiere!
-¡Si me quiere, y no por que tu me lo digas va a cambiar! -gritó
-¡Katine! -oí un grito desde una habitación no muy lejana
Miré a Sylwia, y antes de cualquier cosa, corrí hasta aquel grito. Me persiguió, pero no logró detenerme hasta que llegué al origen del sonido.
Me tomó desde atrás, inmovilizándome y botándome al suelo.
-¡Katine! -gritó de nuevo, Dominik
Miré desde el suelo y lo ví allí, amarrado a una silla
-¿Cómo es posible...? ¡Loca! ¡Enferma! -le grité a Sylwia
Intenté golpearla hacia atrás, pero ya no tenía tantas fuerzas. No hace tanto que había salido de todo el rollo de haber caído al hospital.
-¡Cállate, perra inmunda! -me golpeó la cabeza contra el suelo
-¡Katine! ¡Basta, Sylwia, déjala ir, mátame si quieres, pero no le hagas nada a ella! -gritó Dominik.
Sentí algo raro en su voz. Intenté alzar la mirada hasta él, y a pesar de que la habitación estaba oscura, su expresión era de desesperación.
Sylwia me tomó del cabello y me dejó con el rostro contra el suelo .
-Bien, ahora Dominik -dio énfasis en su nombre -Vamos a cumplir lo que prometimos
Sentí presión en mis muñecas, y comprendí que estaba amarrándolas. Luego se alejó y tomó un frasco.
Podía observar todo, pero no podía hacer nada.
Se acercó a Dominik. Abrió aquel frasco y sacó algunas píldoras.
-Ahora, nos podremos ir juntos, como lo planeamos -sonrió como maniática, y tomó el rostro de Dominik -Traga
Le metió las píldoras a la fuerza
-¡Mhhh! - gimió Dominik
-¡No! - grité
Me acerqué como pude, pero Sylwia me dio una patada en la cabeza. El mundo se me dio vueltas
-¡Trágalas! -gritó Sylwia
La observé nuevamente, y esta vez, ella se echó un montón a la boca.
Arrugó sus ojos y toda su expresión, y pareció tragar el contenido.
-¡Dominik! -gritó y le intentó meter la mano a la boca, para al parecer hacerle tragar las pastillas
Me acerqué, y me arriesgué. Comencé a morderle el tobillo a Sylwia.
Esto era raro. Comenzó a gritar, y me intentó dar patadas pero no me solté de su piel. Mordí con todas mis fuerzas, y de pronto, sentí como Sylwia se desplomó contra el suelo. Miré sorprendida hacia arriba, y vi a Dominik con expresión de asustado sosteniendo algo en las manos.
Era una lampara, muy grande, y se veía pesada.
-Vamos...-murmuró Dominik, se acercó a mi y me levantó sin desatarme las muñecas
Me condujo por el pasillo por el cual entré con aquella desquiciada e intentamos salir, pero la puerta estaba cerrada.
-Demonios...-susurró Dominik - Hazte un lado.
Me alejó suavemente, tomó vuelo e intentó derribarla a patadas, cosa que no funcionó.
-Y ahora qué...-miró a todos lados agitado.
Lo miré, y sin pensarlo, me acerqué a lo que parecía ser una entrada a la cocina, entré, y vi en ella lo que buscaba; ventanas.
-¡Dominik! -llamé su atención, y cuando me miró, le hice señas de que me siguiera
Cuando llegó a mi lado, sin pensarlo mucho, golpeé la ventana con mi puño, creando un estruendoso ruido.
Salimos como pudimos a través de los vidrios rotos.
Al salir de esa casa, corrimos sin parar hasta que comencé a jadear casi ahogándome.
-¿Qué pasa? -se agachó hasta mi
-Yo...-jadeé -no puedo...
Tosí
-No puedo respirar -terminé de hablar
Dominik se sentó junto a mi, en el césped. Estábamos en medio de una vecindad cualquiera, que ciertamente en esos momentos no reconocía.
-¿Mejor? -me preguntó, tomando mi mano
Asentí sin muchas fuerzas
Miré hacia atrás. Habíamos perdido completamente cualquier rastro de estar cerca de Sylwia.
-Dominik -llamé su atención -Hay que llamar a la policía, Sylwia, se tomó un montón de pastillas, tu la viste, hay que llamar...
Dominik puso su mano en mi boca, y negó con la cabeza. Se acercó, y tomó mi rostro.
-Tranquila
-Pero...¡Se va a morir! -lo miré asustada -No quiero ser cómplice de algo que pudimos evitar, está bien que sea una perra, loca, y todo lo demás, pero...No podemos dejarla...
-Shh -me calló nuevamente Dominik -No me importa, nada. Lo hizo sola, nosotros no la obligamos, no hicimos nada, de hecho, ¿Te das cuenta que quería matarnos?
Suspiré. No insistí en el tema.
Caminamos en silencio hasta su casa. Por algún motivo, quedamos de acuerdo sin decir palabra en ir hacia allá.
Cuando llegamos, Nadia nos recibió, al ver nuestras expresiones no dijo palabra, y subimos hasta su habitación.
-¿Y ahora? -dijo sentándose en el colchón
-¿Ahora qué? -pregunté
Mi corazón estaba totalmente agitado.
No respondió.
-Dominik... ¿Por qué estabas en la casa de Sylwia? -lo miré
-No quiero hablar de ella, enserio -negó con la cabeza
Me acerqué a su lado.
-No me importa, ¿Qué rayos hacías ahí? -lo miré mal
Se rascó la cabeza
-Fui un imbécil. No tengo idea como, pero llegó hasta el aeropuerto, y por evitar un escándalo escuché lo que tenía que decirme. Me dijo que estaba arrepentida, que quería pedirme perdón, y a tí también...- se puso las manos en la frente - Luego me invitó a su casa, diciendo que luego te llamaría para que te pidiera perdón frente a mi... ¡¿Por qué mierda fui tan ingenuo!? -gritó y derribó la mesita de noche
Me alejé como acto reflejo
-Dominik -hablé bajo
-¡Te puse en riesgo! ¡Pudo haberte matado, y todo por mi culpa! -se levantó y pateó con furia otro mueble
-Basta, tranquilízate - me levanté y me acerqué con cuidado
-¡No! -gritó -¡Esto es mi culpa, todo es mi culpa! ¡Mi hijo se murió por mi culpa, por no alejar a esa estúpida de nosotros! ¡Y ahora casi te matan por mi culpa! -se tomó la cabeza, ensimismado
Parecía fuera de si.
Me acerqué hasta estar frente a él.
-Oye -tomé su rostro, e hice que me mirara -No es tu culpa. Tú solo fuiste buena persona...
-Un imbécil, querrás decir -tomó mis manos, y las alejó de su rostro
Comenzó a caminar enfadado
-Juro que no volveré a confiar en nadie -negó con la cabeza
Y sentí que realmente Dominik no volvería a confiar en nadie. Su actitud cambió desde ese momento.
---
Dos días.
Un día.
Dominik se iba. No lo vería en mucho tiempo, y no sabía nada de él. No me escribía.
Me sentía en una mezcla de odio y tristeza. Pero decidí que si él no lo hacía, algo tendría que hacer yo. Fui a su casa, sin avisarle, horas antes de que se fuera.
-Katine -sonrió Nadia -Pasa
-Gracias -sonreí de vuelta
-Dominik está en su cuarto...hace días -torció el gesto
Subimos, como ya había hecho otras veces y toqué la puerta dos veces.
-Dominik, soy yo -hablé
Nadia me miró, como diciéndome ''suerte'', y se marchó escaleras abajo.
-Pasa -respondió sin mucha emoción
Abrí la puerta despacio y la cerré de la misma forma.
-Hola...-me acerqué
Su expresión era de absoluta seriedad. En vez de responder, solo me miró como respuesta.
-¿Por qué me estas evitando? -solté algo enfadada
Me miró sin expresión
-No te estoy evitando
-Si lo estás haciendo
-Bueno...-frunció los labios -Quizás
-Bien. ¿Por qué? -me senté a su lado, y lo miré directo a los ojos, pero me esquivó
-No quiero hacer esto más difícil -respondió bajando la mirada
-¿Esto? -me alteré -¿Esto qué? Está bien que te vayas, y yo igual, pero no es como si todo se fuera a acabar y...
-Si se acabará -levantó la vista, triste -No nos podremos ver casi nunca, de hecho nunca, no es exagerar -se apoyó contra sus rodillas -Estaremos lejos el uno del otro, y...
Negó con la cabeza.
-Sabes que es obvio que esto termina en el momento en que me vaya -suspiró
Sentí ...
Parecía como si no pudiera sentir nada. Pero a la vez, una ola fría me recorrió desde el estómago, hasta mi garganta. Quería echarme a llorar, encima de Dominik.
-Pero... -repliqué.
Y luego me callé. Era cierto.
-¿Acaso no me quieres? -pregunté
Dominik cerró los ojos con fuerza
-Katine...-se pasó la mano por el rostro, de forma rápida -No me preguntes cosas, sabes que yo te amo -me miró con los ojos aguados -Te lo he dicho mil veces. Y si te llegué a decir que dudé de... ya sabes, fue porque en verdad solo sentí asco de Sylwia.
Me acerqué lentamente, con temor, a su rostro. Dominik me observaba atento. Sus ojos azules, dilatados.
Cerré los ojos, y sentí sus labios, antes de que yo fuera a atrapar los suyos.
Comenzó a besarme, lentamente, hasta que respondí. Pasó su mano por mi espalda, mientras con la otra intentaba bajar el cierre de mi poleron.
Hice lo mismo, y una vez estuvo en remera, me alejé de él unos segundos y le quité lentamente la prenda. Me observó como atento a cada acción que fuera a hacer. Lo tumbé contra el colchón, posando mi mano contra su pecho. Me acerqué y besé su cuello, y bajé lentamente hasta su pecho. Tomé su pantalón y lo desabroché...
Sentí como su respiración se tornaba pesada
Besé la piel bajo la cinturilla de sus boxers color gris.
Soltó un quejido.
Alcé la vista, y Dominik me miraba expectante.
Subí hasta sus labios y seguí besándolo.
Tomó con suavidad mi blusa y la quitó por encima de mi cabeza. Luego bajó mis pantalones.
-No quiero alejarme de ti -me dijo bajito, mientras acariciaba mi piel, que se ponía de gallina al estar expuesta
Alcé mis labios. Yo tampoco quería...
Bajé mi mano por su abdomen, hasta que llegué a su bulto. Enrollé mi mano alrededor de él, mientras besaba sus labios. Dominik se alejaba por falta de aire y jadeaba en mi boca.
Acariciaba lentamente su erección, hasta Dominik puso sus manos en mis muslos oprimiéndolos.
Quité mi mano, para pasarla por su cuello, y oprimió aún más fuerte, apegándome a su bulto.
Moví mis caderas, encima de él, y veía su rostro que se tornaba rojo y formaba expresiones que no había visto antes.
-Katine...-murmuró y mordió mi cuello, haciéndome gemir
Bajó sus boxers, y sin más vueltas, entró en mi.
---
Cuando desperté, no recordaba mucho. Luego recobré la memoria y me asusté.
Dominik. Viaje.
Me levanté de súbito y miré a todos lados.
No había nadie, y solo había un papel sobre la mesita de noche, que estaba en su lugar ahora.
''Perdón por todo. Espero que no me olvides, porque en verdad yo jamás lo haré, te voy a amar siempre, y te estaré esperando por si algún día te acuerdas y sigues sintiendo lo mismo.
A estas alturas debo estar o llegando al aeropuerto, o arriba del avión.
Nadia sabe que estás en mi habitación.
No quise despertarte. De verdad no quiero sentirme más mal de lo que estoy.
Te amo, recuerdalo cada vez que te sientas sola o llores.
Dominik''
---
Holaaaa, volví de los infiernos.
Sé que es algo ñeh, pero se me ocurrió algo bueno para lo que viene después de este capítulo. Falta el epílogo.
Así es 7u7 aún hay más y no habrá tanta espera.
Por cierto, me ofrecieron ayuda (aunque al final no me ayudaron jaja) pero igual muchas gracias por el ofrecimiento. Igual es bonito saber que les gustó tanto tanto la novela, que quieren de cualquier forma que la terminen*u*
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