—¿Vas a...? —pregunté mirando el celular

—Lo pondré en altavoz. No quiero que desconfíes de mi —me miró un momento antes de contestar —¿Si?

—Dominik, debemos conversar —la voz de Sylwia estaba temblando —Sé que lo que hicimos fue malo, y...

—¿Y?

—Necesitamos conversar —reiteró

—No, no hay nada que conversar, ya hay que dejar las cosas como están. Ahora, te voy a cortar, estoy ocupado. No me vuelvas a buscar, y si puedes por favor borra mi número.

—¡No! ¡Dominik, por favor! —gritó al teléfono y comenzó a llorar

Dominik me miró asustado. Le devolví la expresión

—¿Qué le pasa...? —le susurré

—¡Dominik, no te alejes de mí! —Exclamó llorando —Me voy a matar, ¿Sabes? Iré al bar al que te cité la otra vez. Me mataré, si, lo haré. Ve si te queda algo de lo que sentimos alguna vez...

—Pero yo no sentí más que apego... —murmuró Dominik —¿Aló? ¿Sylwia?

Había cortado la llamada

Nos quedamos mirando sorprendidos.

—¿Crees que sea capaz? —lo miré atónita

Alzó los hombros.

—No lo sé.

°°°

Semanas después, en las que la recuperación fue bastante lenta, no supimos nada sobre Sylwia.

Dominik me decía que no lo había llamado más, pero que no creía que se hubiese suicidado. Lo presentía.

Pasamos todas esas semanas que fueron más de dos meses, juntos. Él me iba a acompañar a mi habitación, a pesar de que le insistía que no era necesario que fuese a aburrirse allí.

''Estar contigo no es aburrirse. De hecho, me aburro si no estoy contigo'' me respondía siempre.

Después de que me recuperará más o menos del todo, logré comenzar a salir al exterior. No quedé con traumas ni nada parecido. No tenía miedo a encontrarme con Barbara, ni mucho menos. No quise denunciarla. ¿Para qué? Que se fuera al demonio.

Dominik me insistía en ir y denunciarla pero no estaba segura de hacerlo. No resolvería nada.

—Y dijiste que no era la única —me miró serio —Tienes que denunciarla y hacerla decir con quien más andaba. O no lo sé...

Negaba con la cabeza cada vez que tocaba el tema.

Cuando volví a la escuela (Después de mucho tiempo) tuve que dar todos los exámenes juntos, y además, llegué justo para dar el examen Matura, y así finalizar mi bachillerato. No me fue de maravillas, pero saque notable, y pude quedar en una universidad.

No fue muy alegre para mí, pero si para mi padre.

Dominik también dio el examen, obviamente en su instituto, y también quedó en una universidad. Sacó sobresaliente, y lo que mejor le salió fue el examen oral.

Sus padres estaban orgullosos de él. Ya tenían pensado en ponerlo en la empresa en la que trabajaba su madre. Su padre lo quería meter en la política. ¿Pero Dominik? A él no le importaba. No le importaba estudiar nada, ni trabajar. De hecho lo veía más desanimado que de costumbre.

Ya no quedaban clases obviamente, y solo debía ir a esa escuela a buscar mi informe de calificaciones a lo largo del año.

Dominik me acompañó, y cuando fuimos, casualmente Barbara venía saliendo de allí. Para mi sorpresa, nos miró asustada. Parecía haber visto un fantasma.

Salió rápidamente lo más apartada de nosotros y se fue.

Me pareció bastante extraña esa actitud, pero no dije nada. Sólo miré de reojo a Dominik, que parecía apacible. Luego de recoger mis calificaciones, y cuando estábamos en la calle, le pregunté;

—¿Por qué Barbara miró asustada?

—¿Quizá porque tiene miedo a que la denuncies? —respondió en pregunta, sin mirarme

—Dominik, conozco a esa tipa de hace años. Siempre que hace algo malo en contra de mí, después que me ve por algún lado se ríe en mi cara y me mira con mucha altanería. Jamás me miró así

—Es distinto. Esta vez fue más grave ¿No crees? —seguía sin mirarme

—Por lo mismo. Mientras más fuerte el golpe, más se burlaba de mí

Alzó los hombros, algo incómodo

—¿Te pasa algo? —pregunté

—No —soltó seco y comenzó a caminar más de prisa

—¡Hey! ¿Qué te sucede? —intenté seguirle el pasa

—¡Nada! ¡Dije que no pasa nada! —volteó enojado

Me asusté, y di dos pasos atrás. Mi actitud de siempre ya no estaba en mí, me sentía débil.

—Lo...lo siento —se acercó a mi —No quise gritarte, joder, ¿Sabes? No te esconderé nada. Le di un susto a esa loca. Me aseguré de que no vuelva a acercarse a ti.

—Pe...pero ¿Qué le hiciste?

—No te voy a decir. Sólo te voy a asegurar que jamás volverá a molestarte. Y siempre que la mires te intentará evitar —habló bajo

No hablé más del tema. Seguimos caminando en silencio.

Ese día me enteré de dos cosas fuertes.

—Aún no supero esto —Dominik rompió el silencio

—¿Qué cosa?

—Nuestro hijo —dijo en voz baja

—Olvídalo.

—No. No voy a estar tranquilo hasta que los que te hicieron daño lo paguen —habló conteniendo rabia

—Dominik, no hagas estupideces. ¿Qué le hiciste a Barbara?

—Lo mismo que le haré a la otra persona que acompañaba a esa imbécil —me miró lleno de ira —Eres lo más importante para mí en este momento. Eres lo que más me importa en este jodido mundo, y te juro que si es necesario matar a alguien por dejarte a salvo, lo haría.

Lo observé muda. Algo en su tono de voz me estaba inspirando algo de temor.

—Dominik no hables estupideces...

—No son estupideces —dijo firme

Seguimos caminando en silencio, y llegamos hasta una plaza. La plaza en la que hace un tiempo nos juntamos con Sylwia.

Y precisamente, ella estaba ahí, y al vernos, se nos quedó mirando como una loca.

Caminó a paso rápido hasta Dominik, como si yo no existiera.

—Dominik —lo miró a punto de echarse a llorar —Tienes que escucharme

Él no se inmutó.