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Capítulo 28. Ideales


El piar de los pájaros se escuchaba a través de la ventana del cuarto de los chicos cuando Lily despertó aquella mañana. Aún se resistía a abrir los ojos y abrazaba la almohada. La escasa luz se colaba en la habitación indicándoles a los más dormilones que ya era hora de despertar.

–¿Piensas dormir todo el día? – Se quejó Roddie. Lily se resistía a enfrentarse a un nuevo día. Estaba demasiado feliz, había tenido un maravilloso sueño en el que dormía arropada por Tom. Eso era una locura, ¿no es así? – Te perderás las clases sí...

–Métete en tus asuntos, Roddie – le interrumpió Tom que aparecía por la puerta en ese justo instante.

Lily abrió los ojos y se sorprendió tanto del lugar en el que se encontraba que pegó un salto y se puso de pie frente a los chicos.

–¿Qué hago aquí? – miró hacia su alrededor mientras Lestrange negaba con la cabeza, no se podía creer el descaro de esa chica. – ¿Qué es esto?, ¿he dormido aquí?

–Si no te encuentras con fuerzas de ir a clase puedo hablar con tu tío y ...

–¿Qué ha pasado? – insistió. Él lucía resignado con todo aquello.

–No sé, dímelo tú. Anoche tuviste una de esas premoniciones mientras soñabas y despertaste a todos los estudiantes de Slytherin. Necesitabas que tu mejor amigo te reconfortase, así que te traje aquí.

–Pero ... ¿cómo se te ha ocurrido? – Gritó ella, acusándole con el dedo. – ¿Cómo se te ocurre traerme aquí, a la habitación de los chicos?

–No te oí quejarte anoche.

–¡Oh no! ¡No, no, no! ¡Mi padre va a matarme!

–¿Por qué? – Tom no lo entendía.

–Habrá rumores por todas partes, Tom.

–Lo que digan los demás sobre nosotros no me importa – contestó él. Luego agarró su mano y tiró de ella hacia la sala común. – Ven, vamos, tienes que vestirte antes de ir a clase. Iba a sugerir que te quedases aquí, pero te veo bien para estar enferma.

La sala entera quedó en silencio al verlos aparecer, cuchichearon después de que se marchasen y volviesen a entrar en la habitación de las chicas.

–¿Eres idiota, Riddle? – Se quejó Black medio desnuda frente a su ropero. Se tapó como pudo y le lanzó una almohada. Él ni se inmutó, miró hacia Lily antes de hablar.

–Cámbiate, te estaré esperando fuera. – se marchó después de eso.

–Es patético – dijo Black. – él te ordena lo que tienes que hacer y tú le obedeces como un fiel perro.

–Paso de ti, Black. – contestó ella antes de dirigirse a su parte del ropero. Cogió unas prendas y se dispuso a vestirse.

Aún se sentía demasiado avergonzada como para mirar a Tom a la cara. Había dormido con él en la misma cama. ¡Maldita sea! Habían compartido caricias, besos en la frente, en la mejilla tal vez, incluso podía jurar haber sentido sus labios sobre su cuello.

¡Oh, cielos! Eso era demasiado malo. Porque algo revoloteaba dentro y no quería complicar su amistad más. Les iba muy bien siendo solo amigos.

Recordó aquella vez, algunos meses antes, cuando él le preguntó cómo era el tipo de chico que le gustaba y en seguida pensó en Tom Riddle. Sacudió la cabeza, algo confusa y se centró en la clase de criaturas mágicas. Le gustaban demasiado esas pequeñas criaturas llamadas Bowtruckle que solían encontrarse en los árboles. Eran guardianes de los árboles que solían utilizarse para la fabricación de varitas. Era un pequeño ser hecho de ramitas que tenía ojos y boca.

Esa era una de las asignaturas favoritas de la joven. Siente sintió debilidad por aquellas criaturas incomprendidas. Tom una vez fue una de ellas, por eso también sentía debilidad por él.

Por lo que se sabía de memoria cada una de las características de esas criaturas. Adoraba un característico libro que recién acababa de publicarse y que su tío había implantado como guía práctica para el estudio de las criaturas mágicas en dicha asignatura. Este era El Cuidado de Criaturas Mágicas y Dónde encontrarlas de el gran Newt Scamander.

–Esta asignatura me parece una pérdida de tiempo – escuchó que decía Roddie. – ¿Quién en su sano juicio va a querer conocer como encontrar a estas criaturas y cuidarlas? ¿Qué importancia tiene si viven o mueren estos bichos?

–¿Qué importancia tiene? – se quejó Lily, terriblemente molesta con su actitud. – Es un ser vivo que tiene los mismos derechos que tú, Roddie.

–No quería decir eso... – el joven se sentía algo avergonzado de que haber dicho algo que había molestado a la chica que le gustaba. – Lo que quería decir es...

–No espero que lo entiendas. Al fin y al cabo, ¿qué se puede esperar de alguien que se cree superior a otro sólo por el hecho de tener magia? La cooperación entre magos y muggles es algo totalmente necesario hoy día. Y aquellos que piensan lo contario deberían estar encarcelados en una torre – pensó en su tío Gellert que había acabado allí por intentar erradicar a los muggles.

Tom no quiso opinar al respecto porque no compartía esos mismos ideales con su mejor amiga. Él si creía que los magos eran superiores a los muggles y quería vengarse de todos ellos por lo que le habían causado.

Aquella clase de historia de la magia fue más silenciosa que de costumbre. Tom la miraba de reojo a cada tanto tratando de descifrarla, mientras ella cogía más apuntes de lo normal. Quería mantener su mente activa, sin que pudiese pensar en todas las cosas que le preocupaban.

–Otis y yo iremos a la biblioteca a hacer los deberes de pociones – empezó Roddie. – Tom, ¿vienes?

–Sí, nosotros vamos – Tom agarró a Lily y la arrastró junto a los demás. – Tenemos algunas cosas que investigar.

–Esta noche es el rollo ese de Slughorn, ¿no? – eso hizo que los tres amigos se fijasen en ella.

–Te parece un rollo porque a ti no te ha invitado. – Le dijo Otis.

–Ella vendrá esta noche. – Intervino Tom

–¿Cómo? –se quejó ella. – ¡Ni de coña! ¿Por qué crees que no acepté ir la primera vez que él lo propuso? No quiero participar en ese tipo de ruiniones de favoritismos. ¿Por qué invita solo a los alumnos que cree que van a triunfar en el mundo mágico? ¿es que acaso los demás no merecen disfrutar de los mismos lujos? ¡Es injusto, Tom!

–Estamos a punto de entrar en la biblioteca, si no os importa bajar la voz... – se quejaba Rosier.

Lily se soltó del agarre de Tom y atravesó el pasillo, en dirección al patio trasero.

–Está especialmente tocapelotas esta mañana – se quejaba Otis. – ¿Qué es lo que le habéis hecho?

–¿Nosotros? – se quejaba Roddie al sentir aquella acusación.

Tom corrió detrás de Lily sin tan siquiera contestar a la insinuación de Otis y la encontró junto a la fuente, posando la mano sobre la superficie mientras los peces trataban de llegar a ella. Se sentó a su lado, sabía que estaba molesta.

–Lo siento. Debería haberte preguntado primero si querías venir – le dijo. Ella dejó de prestar atención a la fuente y se volteó a mirarle. – Me preocupaste mucho anoche.

–Lo sé – bajó la cabeza avergonzada. – Y lo siento...

–Esto no es un sermón. – Ella levantó la vista para observarle nuevamente. – ¿Qué viste esta vez?, ¿qué fue eso que te aterró tanto? – Bastó una sola mirada para saberlo. – La muerte no nos separará. Encontraré la forma en la que podamos estar juntos siempre, ya lo verás.

–La muerte es inevitable, Tom. – él negó con la cabeza.

–Encontraré algo. Estoy seguro de que en la magia se encuentran todas las respuestas que buscamos. Bueno... y dime... ¿qué tal has dormido? – Ella bajó la cabeza, avergonzada. – Tranquila, no hiciste el ridículo. Me gustó mucho que fuese tan especial. Pero, dime ¿vendrás conmigo a la noche de las eminencias del profesor Slughorn?

–¡Por supuesto que no!

–Vamos... hazlo por mí – puso una cara de hacer pucheros y eso hizo reír a Lily. – Así podrás decirle a Horace tu teoría sobre el favoritismo.

–¿Por qué crees que quiero hacer eso? No quiero convertirme en la única alumna a la que el profesor de pociones odie. No quiero que hagas esto. A mí no me preocupan esas estúpidas fiestas. Sé perfectamente que para ese hombre sólo son importantes los contactos que pueda conseguir gracias a sus alumnos, por eso lo rechacé. Yo no quiero que me use.

–Si lo que dices es cierto... ¿qué es lo que ese hombre iba a querer de mí? Mírame, Lily, soy un huérfano que desconoce quiénes son sus padres.

–Eres un chico muy carismático que los tiene a todos entusiasmados. Eres capaz de lograr cualquier cosa que te propongas. Sin lugar a dudas te convertirás en un gran mago, Tom.

–Deberíamos ir a la biblioteca, los chicos nos esperan – sugirió él.

–¿Qué es lo que haces tanto tiempo metido en la sección prohibida?, ¿qué?, ¿pensaste que no me daría cuenta?

–Estoy buscando algunas cosas importantes. Cómo burlar a la muerte es una de ellas y ... el paradero de la cámara de los secretos es otra. – Eso dio miedo a Lily, más cuando ella había visto a una monstruosa serpiente matando a Myrtle.

–¿Y has encontrado algo interesante?

–Sí. Parece que esa serpiente gigante que mora en la cámara es un basilisco.

–¿Un qué?

–Un basilisco, también conocido como rey de las serpientes. Es una criatura criada por magos tenebrosos. El primero que se conoce por tener una fue Herpo el Loco, un tenebroso mago que vivió hace miles de años en Grecia. – El miedo irrumpió en Lily al escuchar eso, pues temía que estuviese relacionado con esa serpiente malvada que estaba atrapada en el inframundo. – Después de muchos experimentos, Herpo descubrió que si un huevo de gallina era incubado por un sapo... salía una serpiente gigantesca con poderes extraordinarios. Es difícil de controlar si no se posee un vínculo con él. Algunos son tan grandes que son capaces de alcanzar los quince metros. El macho luce una pluma escarlata sobre la cabeza y sus colmillos son venenosos, pero suele matar con su mirada. Cualquiera que lo mire a sus grandes ojos amarillos, perderá la vida al instante.

>Su piel es tan dura como la de un dragón, por lo que es fácil repeler hechizos. Y suelen mudarla a medida que va creciendo.

>Son capaces de vivir miles de años si están provistos de comida. Y no escuchan el canto del gallo que es su debilidad mortal.

>Las arañas lo temen por ser su ancestral enemigo y los fénix son inmunes a sus ataques.

–¿Y después de saber todo eso sobre esa criatura ... quieres seguir buscando la cámara?

–Probablemente esa criatura ya esté muerta, Lily.

–No lo está. Según lo que vi en mis visiones... matará a una chica, Tom.

–¿Qué más viste en tus visiones? – se interesó al respecto – Por casualidada ... ¿sabes dónde está la entrada a la cámara? – Lily bajó la cabeza, sin saber qué responder. – Lo haces, ¿verdad?



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