*Nuevo capítulo*

Alumnos y profesores disfrutaban de deliciosos manjares en el almuerzo, en el gran salón comedor, mientras los elogios hacia el buen manejo de la escoba de Lily, por parte de sus compañeros, seguían llegando. Tom estaba tan molesto que se le cerró el estómago y no probó bocado.

–¿No tienes hambre? No has comido nada.

–No tengo hambre.

Se encogió de hombros y dio un sorbo a su vaso con zumo de calabaza. Quería evitar pensar en el profundo odio que sentía contra todos en ese momento y desvió sus pensamientos hacia sus orígenes. Quería averiguar si lo que Lestrange decía era cierto, si sus padres realmente fueron a Hogwarts.

–Deberíamos ir después de clase a la biblioteca. Podríamos buscar información sobre nuestros orígenes. Tú ya sabes quién eres, a mí me gustaría saber quiénes fueron mis padres.

–¿Por qué quieres saber sobre eso?, ¿piensa que te servirá para saber quién eres? – él asintió. Liy tan sólo quería evitar su sufrimiento, pues conocer lo que su padre le hizo a su madre sería doloroso. ¿Cuán defraudado estaría con aquella noticia? ¿cuánto lo odiaría? – No son nuestra familia los que definen quienes somos, Tom, si no nosotros mismos.

Lily evitó confesarle más sobre su pasado. Quería retrasarlo lo más posible. No quería tener que explicar que leyó la mente de Merope cuando tuvo el honor de conocerla cuando nadaba en el vientre de Alodie.

Pasaron horas y horas entre los largos pasillos de la biblioteca, antes de bajar a cenar, buscando información sobre sus orígenes, incluso miraron en el armario de trofeos de la escuela, pero por más que Tom lo intentó no había nada que indicase que sus padres asistieron alguna vez a Hogwarts.

–Esto es una pérdida de tiempo. Siento que no encontaré nada sobre ellos.

Tom resopló molesto y Lily cerró el libro que estaba leyendo en ese momento. No había nada interesante y estaba empezando a cuestionarse si debía confesarle a Tom lo que sabía o si debía seguir guardando ese secreto.

–Deberíamos dejarlo ya. No esperarías encontrar nada el primer día de búsqueda. Ya deben de estar todos en el salón comedor para la cena.

Tom pasó la página sin esperanzas de encontrar nada y entonces lo vio. Era u n gran árbol genealógico del que salían un montón de líneas que estaban conectadas unas con otras, formando una enreversada telaraña.

–Mira esto – señaló hacia el apellido de la familia de su tía abuela. Ellos eran los Bagshot. Lo sorprendente era que estaban con los Salow. Rupert Salow era el sobrino de Bathilda Bagshot. Este se casó con Lily Bourne, que perdió su apellido de soltera y pasó a tener el de su esposo. El matrimonio tuvo gemelas. Ellas eran Agatha y Alodie.

Lily sonrió al ver el nombre de su madre en aquel libro y acarició las letras con ternura. A Tom le gustó verla tan emocionada.

–Nos llevaremos el libro – susurró Tom que aún quería descubrir más sobre los distintos árboles genealógicos del mundo mágico, quizás encontraría en alguno de esos nombres algo sobre sus padres.

Tom dejó su nombre en el listado de la bibliotecaria y el nombre del libro que había sacado, antes de poner rumbo al gran comedor, mientras escuchaba a su mejor amiga.

–Mi abuelo Rupert trabajaba para el ministerio de Magia, ¿sabes? Se ocupaba de la cooperación y el desarrollo entre los distintos Ministerios que existen en el mundo. Era un hombre importante que siempre estaba muy ocupado. Mi madre apenas lo veía.

–¿Viste sobre él en la mente de tu madre? – ella asintió. – Pero ... ¿cómo pudiste hacerlo si tu madre falleció al darte a luz?

–Porque podía leer su mente cuando ni siquiera había nacido.

–Eso es fascinante. Eras tan poderosa ya siendo un bebé. ¿Qué tan poderosa serás ahora?

Lily se sonrojó en seguida, poniéndose histérica. Tom cambió de tema porque sabía lo mucho que la incomodaban los cumplidos.

–¿Y qué me dices de tu tía Agatha? En el libro dice que tu madre tenía una hermana gemela. ¿Llegaste a conocerla?

–No. Murió después de dar a luz a mi hermano Aurelius.

–¿A tu hermano? – Tom se sorprendió demasiado con aquella noticia. – ¿Insinuas que tanto tu tía como tu madre estuvieron con el mismo hombre? ¿cómo es eso posible?

–Mi tía era malvada. Engañó a mi padre y le hizo creer que era mi madre para poder vengarse de ella.

–¡Oh!

–Por eso cuando el sombrero seleccionador me preguntó sobre la casa a la que quería pertenecer, deseché la idea en cuanto sugirió Hufflepuf. No quiero tener nada que ver con la casa a la que asistió mi tía.

–¿A ti te preguntó eso? A mí me dijo que estaba muy seguro del lugar en el que iba a ponerme. Entonces gritó el nombre de Slytherin.

La cena fue silenciosa. Tom estaba agotado después de su primer día y Lily ojeaba el libro que habían sacado de la biblioteca, parecía realmente interesada en algo. Su amigo estaba a punto de preguntarle cuando Lestrange abrió la boca para dirigirse hacia él.

–Mañana tendremos nuestra primera clase de pociones. El profesor Horace Slughorn es el que imparte esta asignatura.

–¿En serio? Ya quiero conocer al jefe de nuestra casa. De momento sólo he escuchado rumores de los alumnos de tercer año. Dicen que es un gran conocedor de las artes oscuras y que tiene muy buen ojo para reconocer a aquellos que poseen un don en el mundo de la magia.

Lily dejó de masticar en cuanto encontró un nombre que reconocía a la perfección y que estaba unido con una línea al de Bathilda Bagshot. Se atragantó incluso y empezó a toser sofocada.

–¿Qué pasa? – preguntó un preocupado Tom haciendo que Lestrange pusiese los ojos en ellos, intimidando a Lily.

–No es nada – contesto con rapidez, pues no le gustaba nada hablar de temas personales con un extraño.

–¿Cómo que no pasa nada? Si...

–Hablemos luego – miró de reojo a Lestrange y Tom supo en seguida lo que sucedía. Pese a eso no dijo nada, siguió disfrutando de la cena y decidió esperar a que estuviesen a solas para preguntar. Luego se giró hacia su amigo, que estaba opinando sobre una conversación que Avery tenía con otro chico, sobre la supremacía de magos sobre los muggles. A Tom no le interesaba demasiado el tema, pese a que odiaba a los no magos por haberse criado entre ellos en un orfanato.

Lestrange levantó en alto su colgante con un triángulo como círculo, que estaba unido con una línea vertical de arriba abajo y un círculo en el medio.

–Toda mi familia sigue siendo fiel a Grindelwald, pese a que lo hayan encerrado. Su gran cambio estaba a punto de tener lugar, estaba incluso decidido a enfrentarse al gobierno con tal de echar a esos asquerosos muggles de nuestros territorios. Pero, Dumblendore tuvo que meter las narices donde no...

–Mi tío no metió las narices – contestó Lily, interviniendo en aquella conversación en la que no había sido invitada. – Gellert Grindelwald es un mago tenebroso con ideas extremistas que retendía engañar a la población y proclamarse como jefe supremo en una guerra contra el mundo no mágico.

De un salto se puso en pie y se marchó sin despedirse si quiera. Parecía enfadada y eso era extraño, pues aquella chica jamás estaba molesta por nada. Tom la siguió y eso produjo que Black opinase al respecto.

–¡Cuanta teatralidad!

Tom tuvo que correr por los pasillos pues su mejor amiga andaba demasaido deprisa, y consiguió detenerla cerca de las mazmorras.

–¡Lily! ¿Qué es lo que te pasa? No has perdido la calma antes. No suelen importarte lo que los demás digan de ti. Así que dime, ¿qué ha cambiado?

–Tienes razón. Me da igual lo que ellos digan sobre mí y sobre mi familia. Tan sólo son unos ineptos que no saben nada.

–Bien. Entonces, dime, ¿qué ha sido eso de ahí arriba? ¿qué es lo que has leído en ese libro que te ha asustado tanto?

–¿Cómo lo sabes? ¿Cómo sabes que ha sido por el libro?

–Es estúpido decir esto cuando ni siquiera nos conocemos, pero ... te conozco. Te ha cambiado la cara después de leer algo en ese libro.

–Tienes razón, hay algo que me ha asustado.

–¿Y qué es?

Lily abrió el libro y rebuscó entre sus páginas antes de cedérselo a su mejor amigo. Luego señaló hacia el nombre que se veía más abajo: Gellert Grindelwald.

–Es de mi familia, mira – recorrió la línea que lo conectaba con Bathilda Baghot. – Es mi tío lejano. Gellert es sobrino segundo de mi tía abuela, Tom.

Tom se sintió maravillado al darse cuenta de que Lily estaba relacionada con demasiados magos famosos. Albus Dumblendore, Batilda Bagshot y Gellert Grindelwald, entre otros.

–¿Y si me convierto en un mago tenebroso como él? – se preocupó al respecto. Él negó, en señal de que no lo creía posible. – He leído que él podía predecir el futuro y yo... a veces tengo premoniciones. – Eso sorprendió a Tom que no poseía esa información. – Y no solo eso...

–No hay nada malo en ti. No serás una maga tenebrosa como Grindelward.

–Eso no puedes saberlo.

–Lo sé. ¿Qué clase de mago tenebroso cuidaría a otro de la manera en la que tú lo haces conmigo? – Ella bajó la cabeza con rapidez, terriblemente avergonzada.

–Ya te dije que no fui yo – susurró haciendo que Tom sonriese. Le divertía su actitud, siempre escapándose en ese tipo de situaciones. – Fueron los cuervos. Los cuervos.