Hola queridos lectores

Viernes y segundo capítulo del día. Que lo disfruten

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Toph se despertó sintiéndose adolorida, estiro con cierto temor su mano y la colocó en el suelo. Al principio todo estaba oscuro pero al extenderla sobre la tierra las vibraciones comenzaron a extenderse por el lugar. Soltó un suspiro de alivio, cuando estás regresaron le dieron a Lu Ten.

Se puso de pie; sentía la cabeza pesada y adolorida, el codo, desde la clavícula hasta parte del pecho y ambas piernas y talones estaban vendados.

Pensó en quitarse las vendas de los pies que le traían una visión borrosa, pero lo evitó y se acercó al príncipe de la nación del fuego que estaba sentado, emanando más calor de lo normal.

-¿Estás bien?-le preguntó sentándose a su lado

El maestro fuego tenía unas grandes flamas en sus manos que eran bastantes inestables, que se alzaban amenazando en salirse de control en cualquier momento.

-Volvió. Esa bestia que llevo dentro-dijo mirando sus manos-Todo este tiempo trate de mantenerla bajo control pero es parte de mi...y lastima a las personas-dijo volteando a verla

-De no ser por esa "bestia" no estaríamos teniendo esta conversación-

-Y de no ser por el animal que me volvieron nada hubiese pasado-gruñó molesto consigo mismo provocando que el fuego se hiciera más grande-Soy un monstruo-

-No. No eres la primera persona que conozco que tiene problemas con el fuego...-

-Imagino Zuko los tuvo-dijo rodando sus ambarinos ojos; estaba harto de que lo compararan con su primo

-No. El Avatar Aang los tuvo-dijo la jefa de policía-La primera vez que hizo fuego control quemo a Katara, no quiero imaginarme cómo se sintió al lastimarla; después de eso se negaba a aprender fuego control. Consideraba que solo era muerte y destrucción pero después aprendió que es energía y vida-

Coloco su mano sobre donde estaba la mano del hombre de cabello negro; que intentó advertirle que aún estaba la flama pero mientras más acercaba su firme mano a la suya el fuego disminuía para no quemarla hasta que ambas manos quedaron juntas.

-No lo entiendo ¿Como?-dijo Lu mirando su otra mano que aún seguía emanando llamas descontroladas

-No eres un monstruo, solo humano cometes errores igual que todos. Lo único que necesitas es aprender; ya dejaste salir tu ira. Ahora saca la motivación que tienes de ser mejor-

El príncipe se concentró en lo que había echo. Pasó años enfrentándose a la verdad, a sus demonios, a las personas inocentes que asesinó. Dejo de ser el almirante Lu Ten, el soldado despiadado de la nación del fuego. Había ayudado a Toph Beifong y en verdad le preocupaba, era una persona amable y dispuesta a sacrificarse por los demás. La flama de su otra mano se extinguió por completo.

-Gracias-susurró él-¿Como sabias que funcionaría?-

-Porqué tus vibraciones me dicen que solo tuviste una mala vida. Confió en ti Lu-dijo la Chief con una cálida sonrisa-Ahora hay que empezar desde cero-

Se puso de pie y no pudo evitar tambalearse por lo que el maestro fuego la ayudo hasta llegar a una roca en donde se sentó. La mujer de cabello negro alzó sus manos hacia arriba y se formaron estatuas de tierra con diferentes posiciones en un círculo en cada parte del circulo habían dos jóvenes.

-Esos son..?-dijo mirando sorprendido con sus ojos ámbar las detalladas estatuas

-El Avatar Aang y El Señor del fuego Zuko. No soy maestra fuego pero he pasado años con los mejores; creo que es suficiente para que aprendas la forma original-

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No estaba muy seguro cuanto tiempo había entrenado con ayuda de la mujer de ojos verde grisaseco y aquellas estatuas. Al principio no podía ni hacer una llama pero poco a poco lograban surgir de sus manos aunque no duraban mucho.

-No le temas, es tu elemento. Ahora lo controlas no el a ti-dijo la ciega-recuerda que tienes motivación, no irá en tu fuego-

-Es energía-dijo Lu Ten durante todo ese tiempo se había vuelto una especie de mantra. Dio una profunda respiración y una llamarada perfectamente controlada se extendió por el cielo claro y azul, el cual adquirió la forma de un dragón que dio vueltas hasta extinguirse-No sabía que podía hacer eso-dijo sorprendido

-Felicidades dragon danzarín-dijo ella aplaudiendo desde la roca que estaba sentada. Ya casi todas sus heridas estaban sanadas

-Toph, yo he visto cosas cuando te curo-se animo a decir el príncipe de la nación del fuego. La nombrada cruzo sus manos sobre el pecho-Eso no!-aclaró rápidamente sonrojado-Me refiero a lo que te sucedió-

-¿Hace cuanto?-dijo la maestra metal completamente pálida

-Desde que tus padres aparecieron. Toph que fue lo que te hicieron?-

-No me gusta hablar de ello-

-Se que nadie quiere recordar el pasado pero estamos juntos en esto. Tú me has apoyado y yo también lo haré, dependemos el uno del otro para salir de aquí-

-Puedes verlo-dijo ella comenzando a quitar su vestido quedando en un top y un short verde claro-Es energía. Lo que me sigue lastimando, velo por ti mismo-se recostó en un trozo de tierra. Su compañero se acercó a ella y unas pequeñas flamas salieron de sus manos mientras las acercaba a su cuerpo, sin llegar a quemarla. Pero las manos de la maestra tierra lo detuvieron-No quemes nada-

Asintió y comenzó a buscar aquella energía que perturbada de su amiga hasta que la encontró...

Cuando Toph despertó después de unos minutos, empezó a palpar todo a su alrededor.

Se sentía confundida, era extraño, no estaba segura en donde estaba o porque.

Después de confirmar que las paredes no eran de tierra, se echó al suelo. Debía haber tierra por ahí, pero no. Y entonces todo le cayó como si le tiraran un balde de agua fría en la cabeza. Estaba encerrada, ya perdió la cuenta cuanto tiempo. Pero era una habitación, de madera. Hace tiempo que estaba ahí. Habitación de madera, muy pequeña.

Como siempre, empezó lentamente... primero la sensación de falta de aire, luego a tironearse la ropa, sintiendo que esta estaba apretada y no le permitía respirar...luego a respirar profundamente, su corazón latía con gran fuerza, podía sentirlo y le dio pánico. "Nunca iba a salir de ahí". Comenzó a llorar ruidosamente, victima de involuntarias convulsiones ante tan fuerte llanto. Nunca, nunca se había sentido tan derrotada, se sentía el ser mas débil y vulnerable del mundo.

-Aaahhh!!!-grito el hombre de ojos ámbar mientras una llamarada salía de su boca comenzando a quemar el bosque mientras se alejaba de ella-¡Por Rava!-

Ambos maestros se levantaron para apagar el incendió. La maestra movió sus manos para que un trozo de tierra cayera sobre el fuego para extinguirlo, mientras su compañero lo juntaba para dejar que avanzara y lo lanzó al cielo.

-¿Estas bien?-dijo colocándose detrás de ella, que le daba espalda-Beifong no tienes que llevar la armadura siempre-le aseguró el peli negro poniendo una mano en su hombro-

Ella se giró y se tiro a sus brazos llorando-Me perdía... a medida que pasaba el tiempo sentía que ya no era yo. Estaba aterrada y furiosa ya ni siquiera sabia cuanto llevaba ahí adentro-sus ojos ciegos estaban repletos de lagrimas-Lo siento, en verdad lamento todo lo que hice-

Lu sabía a lo que se refería; romperle el corazón a su primo-No fue tu culpa nada es tu culpa-le aseguró acunándola entre sus fuertes brazos-Estas a salvo Toph, lo prometo-dijo acariciando su cabello para calmarla

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Rayos chicos soy muy mala con Toph y eso que la adoro.

Nos leemos pronto