Samantha POV

La vida es tan corta, no sabemos cuando se termina. Hoy estamos aquí pero mañana no sabemos si estaremos; La vida puede terminar en un segundo.

No podía soportar el hecho de lo que sucedió, quería dormir y cuando despertara el tiempo hubiera regresado a ese momento. He perdido las ganas de comer, de reír y de vivir.

Solo la quería devuelta conmigo.

- Sam.- me llamó Harry cuando abrió la puerta.

- Mhm.- murmuré.

- Hice la cena.- dijo.

- No tengo hambre.- dije.

- Pero debes comer Sam, lo que haz comido es el mínimo y eso no es...

- !!!QUE NO TENGO GANAS DE COMER HARRY, SOLO DÉJAME EN PAZ !!!- grite mirándolo.

El no dijo nada, solamente se quedo callado y se fue, me voltee abrazando mi almohada y comenzando a llorar. Ha pasado una semana que Leah ya no estaba aquí, mis padres y Anne como abuelos se encargaron a que tuviera un servicio funeral hermoso ya que Harry y yo estábamos muy devastados en ese momento.

Harry ha sido muy fuerte, pero yo soy débil, todavía recuerdo cuando su carita hermosa estaba calentándose y su corazoncito a acelerarse.

- Mama.- me llamó Eric desde la puerta.

No quería que el me viera así, me seque las lágrimas y lo mire.

- ¿Si, Eric?- pregunte.

- ¿Puedo estar contigo?- preguntó.

- Claro bebe, ven.- dije y le hice un espacio en la cama.

Eric se acostó a mi lado y acaricio mi mejilla.

- Ya no estés triste mami, se que te hace mucha falta mi hermanita, pero no es bueno para ti ni para Genevieve que estés así.- dijo.

Lo mire a los ojos y puse mi mano sobre la suya que esta en mi mejilla.

- ¿Sabes lo que he aprendido de la Biblia hasta ahora mami? porque todavía no la he terminado.- preguntó mirando la pared detrás de mi.

- ¿Que?- pregunte.

- Que existe un cielo que nos recibirá a todos cuando nos vayamos de este mundo mami, y más a los niños. Leah está ahí y estoy seguro que ella no quiere verte triste.- dijo.

Suspiré y le di un beso en la frente.

- ¿Eres mi ángel lo sabías?- pregunte.

El sonrío y me abrazo.

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Baje las escaleras y vi a Harry que estaba parado en medio de La Cocina.

- Harry.- lo llame.

- Sam esta molesta con Harry, Sam esta molesta con Harry, Harry es malo, Harry es malo.- dijo.

- Harry.- lo volví a llamar.

- Me gritaste, Harry hizo algo malo, soy malo Sam.- dijo.

- Lo siento.- susurre.

Harry se detuvo, se dio la vuelta y camino hacia mi.

- Perdóname por haberte gritado mi amor...no fue tu culpa y no debí gritarte así.- dije.

Suspiro y me dio un abrazo.

- Sam no tiene porque pedirle perdón a Harry, Sam está muy triste y Harry lo entiende.- dijo mientras me abrazaba más fuerte.

- Es que...¿porque se tuvo que ir tan rápido ?- pregunte mientras las lágrimas salían de mis ojos.

Harry se acercó a mi rostro y beso cada una de las lagrimas que caían por mis mejillas.

- No quiero que estés triste Sam.- dijo Harry.

Solloce y lo mire a los ojos.

- Si pudiera hacer algo para quítarte ese dolor que tienes y que me diera a mi para que tú no sufrieras lo haría Sami.- dijo.

Lo tome de su cuello y lo bese.

- Te amo tanto.- susurre.

Harry sonrío y volvió a besarme.

- y yo te amo a ti un millón de veces más y seremos fuertes por nuestra hija.- dijo