Capítulo 3.
Nota: Holaaaaaaa chicas, lo sé, me he demorado un siglo en subir capítulo, pero... ¡Aquí estoy! De nuevo, y como recompensa de que he demorado demasiado, les dejo un maratón de 3 capítulos... Wuu, espero que les guste y disfruten, las amo♥
Maratón(1/3)
Luna
Mi vida nunca fue tan difícil, hasta que llegue a la edad de quince años, después de la muerte de mis padres me sentí tan culpable de no poder haberles dicho cuanto los quería, ahora la muerte de mi tía me ha dejado con un gran dolor, aunque por su causa me aparte de la persona que amaba... Pero aun así le debía mucho, su tiempo, mis estudios y todo lo que obtuve hasta ahora, durante cuatro años se ocupó de mí, pero sin duda alguna, este hace parte de uno de los momentos más duros por los que he tenido que pasar...
Por mi mente pasaban demasiados pensamientos en menos de un minuto, mis manos comenzaron a sudar, estaba en esos momentos que no crees que estás viviendo, y hasta llegas a pensar que es una fantasía, un sueño, y que todo es producto de tu imaginación.
—Señora, ¿se encuentra bien? —pregunta un trabajador del hotel.
Salí de mi trance, pero todavía temblaba y mi boca no podía emitir ninguna palabra.
—Permítame que lleve sus maletas.
Solo se las di, y subí a mi habitación por el ascensor, sin poder procesar todavía lo que acababa de pasar, él no me vio, por lo que me pude dar cuenta.
No puedo creer que este aquí, no puedo creer que este aquí, no puedo creer que este aquí, ¡Por Dios! Era lo único que pensaba, en esos momentos.
Entre sin agradecer al chico que trajo mis maletas, apenas vi la cama, me tire en ella con las manos en la cara, debía organizar mis ideas y calmarme, además de que no dejaba de temblar, saque una pastilla de mi bolso pequeño, y tome un sorbo grande de agua, respire y conté hasta diez, pero nada calmaba mis nervios, no dejaba de caminar por la pequeña habitación con las manos en la cabeza, entre al baño y me di una larga ducha, lave mi cabello y luego lo seque, me puse algo casual pero lindo, ya lo había pensado y debo verlo, hablar con él, así sea un minuto. Me pinte un poco los ojos y me pinte los labios.
Conté hasta diez de nuevo, y tome mucho valor para salir de la habitación, siempre he sido miedosa, y por las situaciones que he pasado, no soy muy confiada.
Salí y comencé a buscar en todos lados, cuando habían personas cerca solo disimulaba, seguía buscando por todo el hotel y no encontraba a Dominik, lo reconocería a kilómetros, pero no, no lo veía.
Pase por la piscina, el casino, la zona de juegos, los restaurantes, y nada, no estaba por ningún lado, mire el reloj y ya se había hecho hora para ir a reconocer el cuerpo de mi tía, debía ser fuerte para poder ir a ver por lo que vine aquí.
Subí a mi habitación y tome mi bolso, mi identidad, algo de dinero, mi teléfono y las pastillas que tomaba para calmar mis nervios, todo lo necesario.
Salgo a toda velocidad porque llevo cinco minutos de atraso, mientras pienso en como mi vida es un constante desastre, y todo lo que quiero con fuerza se me va, se aleja de mi vida.
Camino mirando el suelo y me tropiezo con alguien, alzo la mirada pero no me toma mucho tiempo en darme cuenta de quién era, Dominik... Mi cara se pone del color de un papel, y mis labios se resecan, él no se ha fijado que soy yo, habla por teléfono.
—Disculpe... —me dice y luego pone su atención en mí, baja el teléfono con cuidado y por poco creo que lo va a dejar caer.
Ninguno de los dos dice nada, es como si solo existiéramos los dos en la sala de espera, y el resto pasa en cámara lenta, o más bien, como si todo a nuestro alrededor se paralizara.
—Lu...
Dice y se queda callado, esconde sus manos en sus bolsillos, y yo no puedo mantener mi mirada fija en él.
—Dominik... —digo en voz baja y es lo único que puedo decir.
— ¡Luna! —reacciona y se nota sorprendido, demasiado, por mi parte también lo estoy, pero todo es tan raro que me cuesta creer que es verdad.
—Disculpen, ¿se podrían retirar de la mitad de la entrada? Los clientes no pueden pasar —dice uno de los recepcionistas, camino hacia las afueras del hotel y miro hacia atrás, para ver si Dominik también sale, después de unos segundos se encuentra a mi lado otra vez.
—Luna.
—Dominik.
— ¿Qué estas...? ¿Qué estás haciendo aquí? —habla nervioso y yo también lo estoy, hace mucho que trate de olvidarlo, por eso no sé si estoy feliz de verlo.
—Murió...
— ¿Quién?
—Mi tía.
— ¡Oh! Lo siento mucho, ¿estás bien?
—Hm. Sí, mis primas son las que están destrozadas. ¿Y tú...? ¿Qué haces aquí?
—Cosas del trabajo...
—Es tan extraño verte de nuevo.
—Lo mismo digo.
— ¿Por qué nunca me buscaste? —me arrepentí de haber hecho esa pregunta, al segundo de haber hablado.
—Estuve mal un tiempo.
— ¿Sí? ¡¿Cómo?!
—Con mal, me refiero grave, hospitalizado mucho tiempo.
—Oh, ¿qué te paso?
—Salí a buscarte, y... Tuve un accidente.
— ¿Cómo fue que paso? —lo observaba mientras hablaba, sus manos un tanto grandes, su cabello oscuro, sus ojos encantadores, nada ha cambiado en él. Me muevo de un lado a otro nerviosa.
—Maneje borracho y... Algo drogado, casi muero.
—Oh. ¡Dominik! No debiste hacer eso, te envié cartas, e-mails... Ninguno lo respondiste.
—Ninguno llegó, estuve en recuperación por un año y medio, por poco pierdo mi trabajo, cuando regresé tuve que mudarme, sólo recibí una de tus cartas después de tres años, creí que ya habías hecho tu vida y que ya era demasiado tarde.
—Sí, también pensaba lo mismo, pero aun así siempre guarde la esperanza de volverme a encontrar contigo, los primeros dos años fueron muy duros —hablaba rápido, porque sabía que en cualquier momento las lágrimas iban a caer de mis ojos.
—Para mí también fue duro, no poder comunicarme contigo.
—Sí... Creo que debo irme —digo y miro el reloj.
—Espera.
— ¿Sí?
—Deberíamos vernos... Digo, para hablar, creo que es necesario —dice Dominik y lo miro a los ojos, siento el ardor recorrer mis mejillas, y agacho la mirada.
—Sí, me parece bien —digo y agacho la mirada, definitivamente las cosas han cambiado en un cien por ciento.
Imagen de Luna en multimedia, continúen leyendo...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro