Capítulo 2.
Luna
Desperté media hora antes de las 7:00 pm, me lave la cara rápidamente y salí de mi apartamento casi corriendo, en media hora salía mi vuelo con destino a L.A, no estaba lista para volver al lugar donde pase gran parte de mi niñez y juventud.
Llegue al aeropuerto y me di cuenta que aún tenía tiempo, pase por la cafetería por un café; me acerque a la larga fila que había para reportar que había llegado, la fila no avanzaba y solo tenía veinte minutos, un señor enojado peleaba con la trabajadora porque había perdido su vuelo, no pude esperar más y me dirigí a las otras trabajadoras directamente, mientras escuchaba a las personas quejarse atrás de mí, llegué donde una y le explique la situación y también que la aerolínea en la que mi tía iba viajando se estaba haciendo cargo de los gastos y demás, después de comprobar todo me dejaron pasar mientras los demás pasajeros seguían quejándose.
Me dirigieron a la sala de espera, prendí mi teléfono y tenía algunos mensajes de familiares y demás, algunos cercanos y otros que solo los he visto unas cuantas veces, las noticias acerca del accidente de avión hacen que mis ojos se cristalicen al recordar a mi tía.
Mientras me limpio unas pequeñas lagrimas que se me han escapado, escucho unos pasos apresurados, alzo la vista y me encuentro con un chico, atractivo, cabello con unas cuentas ondas de color castaño claro, y ojos verdes, se sienta a mi lado y su respiración es tan agitada que puedo alcanzar a escucharla, la sala se invade de silencio otra vez, mientras todos los pasajeros esperamos por ser llamados.
—Creí que iba a perder el vuelo —dice mirándome, volteo y noto como sonríe... ¡Que sonrisa tan hermosa!
—Yo también.
—Mucho gusto, mi nombre es Gabriel.
—Luna —dije mirando seriamente al chico, es muy apuesto, en realidad bastante apuesto.
—Lindo nombre —dice sonriendo arrugando la nariz, no me sentía de ánimo pero tampoco iba a ser grosera.
—Gracias —sonreí y mire hacia otro lado, me puse los audífonos y olvide por completo al chico que tenía al lado.
Llamaron a los pasajeros y cada uno entrego su tiquete, la azafata nos ubicó en los puestos, me puse un abrigo y me quede mirando por la ventanilla pensando, eran diez horas de vuelo hasta Los Ángeles, me acomode y cerré los ojos.
—Hola, de nuevo —escucho y me espanto de inmediato, abro los ojos de golpe y miro hacia al lado. El chico que me había hablado hace unos minutos estaba allí de nuevo.
—No puede ser... —susurro.
—Nos tocó al lado, que casualidad.
—Sí, demasiado...
—Espero que nos llevemos bien en estas diez horas y algo.
—Lo mismo —digo sonriendo forzadamente y me doy vuelta, mirando fijamente a la pantalla que estaba en el respaldar del asiento de adelante.
No han pasado cinco minutos, cuando...
—Y... ¿Cuántos años tienes?
—Veinte, ¿Y tú?
—Veintitrés. ¿Tú familia te espera en L.A?
—Hmm... No.
—Oh. A mí tampoco.
— ¿Entonces no vas de visita? —pregunto para cambiar el tema de las "familias"
—No, vengo por cuestiones del trabajo. ¿Trabajas?
—No, ya no... De hecho hoy hice que me despidieran.
— ¿En serio? —pregunta Gabriel sorprendido.
Después de contarle a Gabriel lo que había pasado en la tarde con la jefe, omitiendo la parte de la mala noticia que había recibido; Gabriel no paraba de reír en voz baja por lo que yo le había dicho a la jefa.
Conversamos por mucho tiempo, y me di cuenta que este chico era muy gracioso, hablar con él me levantaba un poco el ánimo, así que seguimos hablando un poco en voz baja por los otros pasajeros. Me contó acerca su familia italiana, como paso la mayor parte del tiempo viviendo en Italia y luego en España, me contó muchas cosas, y yo también le conté muchas otras, claro que omitiendo algunas...
Mi reloj de muñeca marcaban las tres de la mañana, los pasajeros dormían y el sueño también me estaba venciendo, de un momento a otro cerré los ojos.
Al abrir mis ojos mi cabeza estaba en el hombro de Gabriel, me levante enseguida avergonzada, y lo mire de reojo para ver si estaba despierto o dormido. Por suerte el chico dormía como un bebé, mire por la ventanilla y solo podía ver nubes, unas horas después entregaron algo así como un mini desayuno y fue entonces cuando Gabriel se levantó.
—Hola —dice sonriendo y se pasa la mano por la cara, toma su desayuno y se lo come en menos de cinco minutos.
—Tenías hambre —digo riendo.
—Sí y mucha.
Me limito a sonreír, en el avión el frío es cada vez más fuerte, me froto los brazos con las manos y en ese momento aparece una azafata, avisando que en unos pocos minutos estaremos aterrizando en el aeropuerto de Los Ángeles.
—Antes de que tomemos caminos diferentes, ¿Puedo tener tu número?
Lo pensé por un momento pero finalmente le di su número de teléfono, el avión aterrizo y no hubo ningún problema, salí del aeropuerto a paso rápido y mire una hoja que me habían entregado donde decía la dirección del hotel y el lugar donde tenía que ir a reconocer el cuerpo.
— ¡Luna! Espera...
Me doy vuelta y no me impresiono al ver a Gabriel correr hacia mí, ya se me hace un poco raro...
— ¡Luna! Quería saber si querías que te acompañara al hotel donde te vas a quedar o algo...
— ¡Oh, no! No hay problema. No quiero molestar.
—Déjame acompañarte, ¿Cómo una joven tan hermosa va a estar por allí sola en una ciudad que no ve desde hace mucho? —su comentario me hace reír, pero eso no me cambia la idea que tengo.
—Gracias, pero... En serio, no te preocupes —respondo con amabilidad y le doy la mano como despedida.
—Al menos dime que nos volveremos a ver antes de que te vayas de Los Ángeles.
—Tienes mi número y yo tengo el tuyo, en algún momento volveremos a vernos —digo sonriendo y dándome vuelta.
Respiro el aire fresco de Los Ángeles, miro a mi alrededor y noto la prisa que llevan muchas personas, los carros corren a toda prisa, y el sol se comienza a asomar por el horizonte.
Tomo un taxi y me dirijo al hotel que se supone que la aerolínea había reservado para mí y otros familiares de fallecidos. Llegue después de un largo tiempo llego al lugar, el hotel, grande y lujoso estaba repleto, era lo menos que podía hacer la aerolínea, ubicarnos en un lugar costoso no nos traería de vuelta a nuestros familiares.
Me acerco al recepcionista y mientras comprueba mi reserva, escucho a un hombre peleando con los del hotel, el hombre que esta de espalda parece estar demasiado enojado, "últimamente me encuentro con muchas personas enojadas" yo me he mantenido en calma a pesar de lo que paso con mi tía, he estado tomando medicamentos.
El recepcionista me entrega las llaves en las que está el número 301, paso por donde está el alboroto, observo a un trabajador del hotel y al hombre que pelea muy enojado.
— ¡Se supone que el hotel iba a estar reservado!
—Sí, señor. Pero se presentó un problema... —alcanzo a escuchar lo que está diciendo el trabajador del hotel.
— ¡No me interesa! —grita el otro señor.
Camino un poco más porque están tapando el camino hacia el ascensor, cuando miro bien quedo estupefacta...
—Cálmese, por favor.
Es- es Dominik...
Holaaa, denme mucho amor en los votos y comentarios, besitos❤
(Errores y fallas ortográficas serán arregladas luego)
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