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Capítulo 1.


Luna


Salí de mi apartamento a las 6:40, como todos los días, es como mi rutina semanal, primero llego a Starbucks por mi café, en medio del camino paro en una pequeña plaza cerca del trabajo, me siento en una banca y miro como está todo tan tranquilo, todos siguiendo su propia rutina y mirando un punto fijo, así como zombies. Nadie dijo que Inglaterra sería divertido.

Sigo caminado y saludo a Carl; Carl es el chico que vende flores en la floristería que queda en la esquina del edifico de mi trabajo, la floristería es de su mamá, tiene veinte años y paga su universidad con lo que gana, todas las mañanas Carl saca sus flores a la calle para exhibirlas y que les pegue el sol. Hace un tiempo tuve un pequeño romance con él, pero no me comprometí con él sentimentalmente, aunque él conmigo sí.

—Hola, Luna —dice sonriendo el chico, tiene una camisa negra y su cabello castaño esta peinado hacia la derecha, es muy apuesto, pero... No he podido tener una relación seria, desde hace mucho tiempo.

—Hola, Carl —digo sonriendo. —Que tengas un lindo día —digo dándome vuelta para seguir caminado, ya que el chico no hace más que solo mirarme.

—Espera... —dice nervioso y me doy vuelta.

— ¿Si?

—Es que quería hablar de lo nuestro, ¿Te gustaría salir conmigo?

—Carl, ya te dije que no quiero tener nada con nadie por ahora, lo siento. Estaré ocupada en el trabajo.

— ¿Hice algo malo?

—No, Carl... La del problema soy yo, tú no tienes la culpa de nada —digo mientras me pierdo en mis pensamientos, recordando... Le doy un beso en la mejilla y me alejo mirando hacia el edificio.

Lamento mucho haber sido así con Carl, pero no me gustan las relaciones comunes, después de todo él es un buen chico. Yo quería a alguien que le diera algo de diversión a mi vida, y con mis veinte años de edad, aún no había conocido a esa persona, de todas maneras, los recuerdos de mi juventud siempre permanecerán allí, provocándome insomnio.

Entro al lugar, y enseguida miro alrededor, veo sólo unos cuantos compañeros de trabajo, yo he llegado temprano, como siempre. Saludo a Sofía, una compañera bajita y algo graciosa.

Entro a mi oficina y comienzo a redactar para el diario, las noticias más recientes, tengo demasiado trabajo, como para quedarme aquí mucho tiempo.

Lo que pasa después es lo mismo de todos los días, redactar más y más noticias, estoy llena de papeles y sin darme cuenta llega la hora del almuerzo, dejo allí los papeles y me voy al pequeño restaurante que queda cerca del edificio del diario de Inglaterra.

Llevo cuatro años viviendo allí y aún no me he adaptado por completo; llego al lugar y pido el almuerzo del día, mientras tanto veo el noticiero y saludo a la mesera, una joven llamada Carla, ella es la que me atiende todos los días, la conozco desde hace unos meses. Mi vida no ha vuelto a ser la misma, sonrió poco y confío poco de las personas, tampoco he hecho muchos amigos, en conclusión, mi vida se ha vuelto una constante rutina aburrida y vacía.

Mi teléfono comienza a vibrar dentro de mi bolsillo, a la hora de comida, yo no atiendo llamadas, pero era insistente, así que podía ser una emergencia.

*Llamada telefónica*

— ¿Hola?

—Buenas tardes, señorita Luna; le hablan de la aerolínea British Airways ¿Es usted familiar de la señora Alissa Fischer?

—Sí, es- es mi tía —digo temblorosa.

—Lamento informarle que... El vuelo 411 donde iba a bordo su tía ha tenido un accidente, hubo treinta muertos y diez heridos, lamento informarle esta desagradable noticia. Debemos pedirle que dirija a L.A de inmediato a reconocer el cuerpo, la aerolínea cubrirá todos los gastos.

*Fin de llamada telefónica.

Mi mente quedo en blanco por un tiempo, los recuerdos de mis padres... De lo que acaba de pasar, la similitud de sus muertes, es algo que jamás podré entender. Mi cabeza daba vueltas, no sabía si quedarme en silencio o romper en llanto, no sabía a quién llamar, no sabía a donde ir, pero sí había una persona con la que quería estar. A pesar de no saber nada de él, durante todo este tiempo...

Temblorosa me levanto y Carla, la joven mesera, se acerca a mí.

— ¿Luna? ¿Está bien?

—Acabo de recibir una mala noticia —mis manos tiembla y la visión comienza a nublarse.

—Está muy pálida —dice mientras toma mi brazo y hace que me sienta de nuevo en una de las sillas.

—Mi- mi tía murió... —digo y se me encoje el corazón, mi destino es que se alejen tan cruelmente las personas que están a mi alrededor.

Rompo en llanto y me tapo la cara con mis manos, no fueron mi mejor años, pero a pesar de todo fue la persona que se encargó de mis estudios, de mis tratamientos médicos y psicológicos, y aunque hubiera preferido quedarme con él... No me podía quejar del trato que recibí aquí en donde ahora era mi hogar.

—De... Debo irme —digo y resoplo mi nariz, mientras Clara me da un vaso con agua y un calmante, ella acaricia mi espalda mientras se queda en silencio, cosa que le agradezco.

—Lamento mucho esto, Luna —dice mientras me prepara una malteada y me la da para que me la lleve.

— ¿Cuánto es?

—Tranquila, tómalo como un regalo es lo menos que puedo hacer por ti en estos momentos —dice mientras más lagrimas salen de mis ojos, recorriendo mis mejillas como mar; pero esta vez más calmada.

Le agradezco a Clara por todo y me despido para irme a mi trabajo; debo viajar lo más rápido que pueda.

—Jefa —le digo a una mujer de unos cuarenta años, demasiado maquillada y grosera, en el trabajo todos la odian, pero deben tratarla bien para que les vaya bien en sus atentos.

Me limpio las lágrimas y respiro para poder aguantar esas ganas de llorar, mi cara roja y ojos hinchados parecen molestarle a la jefa, quien me mira con desprecio.

—Señorita... ¿Qué necesita?

—Luna, mi nombre es Luna.

—Lo que sea, no me interesa. ¿Qué quieres?

—Es que tengo una familiar... —Tome fuerzas para decirlo y hable. —ella acaba de morir.

— ¿Qué quieres que haga? —responde la maldita, seca. Aprieto mis manos y la miro con furia, no quiero desahogarme con esta perra, pero está haciendo que mi furia salga de control

—Necesito un permiso para estar ausente del trabajo por unos días.

Recibe una llamada telefónica y me ignora mientras ríe con la persona que esta de aquel lado del teléfono, espero unos minutos y no me responde, no puedo aguantar más y hablo fuerte.

— ¿Me dará el permiso por escrito o debo esperar a que siga con su conversación vacía y estúpida farsa?

"Disculpa un momento" Dice a la persona con quien habla por teléfono y se gira a mirarme con rabia.

—¿Cómo me dijo?

—Lo que escucho —respondo con coraje.

—Pues no tiene el permiso, hay mucho trabajo y no se puede dejar allí solo por un estúpido funeral o lo que sea.

Sin pensarlo camino fuerte hacia mi oficina, con mis puños apretados y la cara roja, tomo todo el trabajo que hice para su maldita empresa y regreso a la oficina de la estúpida jefa.

—Tome su mierda —digo rompiendo mi trabajo y el de los demás en su cara, luego lo lanzo hacia ella y la termino de insultar, todos mis compañeros estaban asomados viendo el espectáculo.

— ¡¿Qué?! Estúpida ¿Qué mierda hace?

—Poniendo las cosas en su lugar, la basura en usted. Espero que esto le genere demasiados gastos y daños, lastimosamente no me volverá ver y no tendré que pagar nada por esto, adiós perra.

Salí y todos me miraron con la boca abierta, supongo que para ellos yo había sido atrevida, loca o tal vez una heroína.

Respire el aire fresco, me había quitado una carga de encima, mis ojos cristalizados ahora tomaron un nuevo camino, reviso mi teléfono y utilizo los ahorros que tenía, compre el tiquete para Los Ángeles en el vuelo más pronto que pude, llame a las hijas de mi tía y estaban tan desconsoladas que me pidieron ir solo a mí a reconocer su cuerpo.

Entre a mi apartamento, en el cual vivía sola, empaque mi ropa y me metí a la ducha, salí y tome una pequeña siesta, después de todo ha sido un día muy largo y mi cabeza todavía no había procesado bien las últimas horas; debía esperar hasta las 7:00 pm para irme al aeropuerto.

Dominik POV

Hoy es el día, el día en que debo dar un paso...

Tal vez el más importante, no puedo quedar estancado para siempre y a pesar que hay una persona que no saldrá de mi corazón nunca, ya he perdido las esperanzas de volverla a ver. Tomo valor y me arrodillo.

—Naomi... —hago una pausa y saco una cajita color negro del bolsillo. — ¿Te quieres casar conmigo?



HOLAAAAAAAAAA ¡CHIC@SSSS! ¿Cómo están? ¡Espero que muy bien! Aquí la segunda temporada de daddy do, ya di unas explicaciones en el mismo libro, pero las volveré a decir por si acaso.

Nota 1: Las edades de los personajes las cambie un poco. (La pueden encontrar en la descripción de "daddy do"

Nota 2: No entenderás esta obra si no has leído la anterior.

Nota 3: ¡Estoy en un concurso! Espero que me apoyen en eso.

Nota 4: Tengo unas obras en la que me gustaría que me apoyaran si no es mucha molestia ♡ Se llama: "Charlotte Morrison" y "Estúpido, mis sentimientos, idiota"

NUEVAMENTE MUCHAS GRACIAS POR SU APOYO EN MIS OBRAS, LAS AMO Y ESPERO QUE LA DISFRUTEN, ESPERO SUS VOTOS Y COMENTARIOS. ¡BESOSSS! ♥♥


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