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❪ 𝒖𝒏𝒊𝒒𝒖𝒆 ❜❜ ⁾⁾



Desde aquel suceso, muchas cosas habían cambiado, a excepción de una cosa: las visitas.

—Huening ¿estás en casa? —la voz de su mayor resonó por todo el silencioso departamento.

A veces era Soobin quien tocaba la puerta de su departamento con la esperanza de obtener una respuesta suya, otras veces era Yeonjun o Beomgyu. Y a pesar de no recibir más que un "estoy ocupado" todos los días, ellos parecían no querer rendirse porque siempre regresaban.

—Estoy ocupado, por favor vete —contestó colocándose sus audífonos blancos, dispuesto a ignorar cualquier otro llamado.

—Iremos a cenar al restaurante de siempre, luego tal vez vayamos al parque que está cerca de nuestra antigua secundaria, por si cambias de opinión y te quieres unir...

Tan sólo hizo un sonido en modo de afirmación, dando por finalizada la conversación.

Segundos después, ya se escuchaban unos pasos alejándose, dejándolo nuevamente solo en la oscuridad de su departamento.

El de cabellos castaños tomó su celular y reprodujo una canción al azar para después dejar el aparato a un lado suyo y dedicarse a admirar la vista que le brindaba la gran ventana de la sala principal.

En aquellos momentos de soledad no podía evitar preguntarse, ¿cómo serían las cosas si él siguiera con vida?

¿Y si esa pelea entre ellos nunca hubiera pasado? ¿Algo habría cambiado?

¿Por qué hizo algo tan estupido como desearle la muerte en su cara?

"¡Mi vida sería mejor si tú estuvieras muerto!"

"¡Parezco una maldita sombra al lado tuyo! ¡Todo se trata de ti, ya estoy harto!"

"Ojalá tu muerte esté muy cerca"

"Sólo deseo que te vayas de una vez por todas"

Cerró sus ojos con fuerza y escondió su rostro entre sus manos mientras negaba levemente con la cabeza.

—No es verdad, nada de lo que dije fue verdad, lo siento —murmuraba repetidas veces, sintiendo las lágrimas deslizarse por sus mejillas.

La culpa le carcomía la mente desde que él se fue. Nadie sabía que se habían peleado un día antes de su muerte, y mucho menos sabían que le había deseado esta misma en un arranque de rabia.

Por eso mismo fue que decidió aislarse, tanto de sus amigos como del mundo en general. Creía que no merecía ser feliz luego de lo que hizo, simplemente no quería disfrutar de lo que le arrebató a una de las personas que más amaba en el mundo.

"Sigo sin comprender, ¿qué hice para merecer a un ángel tan lindo como tú?"

"¡Ning! quise traerte un peluche pero, todos me recordaban a ti y terminé trayendo cinco"

"Soobin malo, deja al bebé en paz o te lanzaré la cuchara desde aquí"

"¡Yeonjun, esas cosas no las debe de ver Huenining!"

"Sólo Kai es digno de recibir mis mimos, lo siento Beomgyu hyung"

Los recuerdos lo atacaban mientras caminaba por los pasillos del departamento, sosteniéndose como podía de las paredes para no caer a causa de las lágrimas que nublaban su vista.

No sabía de donde, pero sacó las fuerzas para llegar hasta el baño y finalmente cerrar la puerta tras de sí.

Ni siquiera la música que desprendía sus audífonos lograba calmarlo, así que sólo los quitó de sus oídos y los lanzó bruscamente a algún rincón del cuarto blanco.

Se acercó a un pequeño mueble que ahí se encontraba y abrió el último cajón, donde descansaba una fina —y algo vieja— hoja de metal. Luego de analizarla por unos segundos, la tomó con cuidado entre sus dedos.

"Prométeme que no lo harás más, por favor, prométeme que no lo volverás a considerar como una opción"

—¿Qué sentido tiene si ya no estás aquí?

Dobló un poco la manga de su suéter, dejando al descubierto las marcas en sus muñecas que le recordaban constantemente su pasado.

Quiso hacerlo sin rodeos, pero al sentir el filo tan cerca de su piel no pudo evitar dudarlo por un momento.

Hacia años que decidió salir de aquel oscuro y profundo agujero con ayuda de sus amigos, ¿realmente quería echar todo su esfuerzo a la basura luego de llegar tan lejos?

" —Nadie es eterno, Huening, y seguro estás consciente de que algún día ya no estaré aquí —habló el pelirrubio, acariciando los cabellos oscuros de su amigo, quien se encontraba recostado en sus piernas.

—¿Cómo puedes decir algo así con tanta tranquilidad? no sé qué haría si un día no te vuelvo a ver —el menor hizo un puchero con sus labios.

Taehyun rió enternecido por las muecas del castaño.

—Probablemente querrás renunciar a todo... —una diminuta sonrisa se dibujó en sus labios— pero debes de saber que si yo me voy, no significa que te quedarás completamente solo.

—¿Ah no?

—¡Claro que no, tonto! Soobin hyung, Yeonjun hyung y Beomgyu hyung siempre estarán para ti.

—Tyunie...

—No te alejes de ellos, incluso si un día llego a faltar, quédate junto a ellos. Ellos te necesitan en su vida tanto como yo te necesito en la mía.

—¿Cómo puedes estar tan seguro de eso?

—Porque en más de una ocasión me confesaron que les ponía celosos el hecho de que te la pasaras más tiempo conmigo que con ellos —carcajeó el de cabellos rubios, contagiando al menor—. Aunque sea difícil de creer, eres su mundo. Huenining, eres nuestro mundo. "

No, definitivamente no era lo que quería.

—¿Pero qué mierda estás haciendo Huening? —susurró para sí mismo, mirando una vez más la hoja de metal entre sus dedos.

No puedes hacerles esto. Ellos te necesitan.

Te necesitan tanto como tú los necesitas a ellos.




  ⋯⋯⋯ ⋯⋯⋯




—¡Soobin hyung! —gritó el castaño apenas estuvo en la entrada del restaurante, asustando a más de una persona.

Recibió unas cuantas quejas pero no le importó en lo absoluto, pues él sólo miraba a todos lados desesperadamente con la esperanza de encontrar los característicos colores de cabello de sus amigos entre la gente del lugar. Soltó un bajo quejido al no obtener éxito en su búsqueda.

Una vez estuvo de nuevo afuera, revolvió sus cabellos con frustración, tratando de pensar a donde pudieron ir.

"Luego tal vez vayamos al parque que está cerca de nuestra antigua secundaria, por si cambias de opinión y te quieres unir..."

Para cuando se dio cuenta, ya se encontraba corriendo a toda velocidad hacia el parque. Aquel parque que tanto solían visitar en sus tiempos de secundaria.

No se vayan, esperen, por favor...

—¡Agh! —otro quejido salió de sus labios cuando su cuerpo impactó con el duro pavimento a causa de un tropiezo.

Las lágrimas que había estado reteniendo desde que salió de su departamento ya se deslizaban una tras otra por sus mejillas hasta finalmente convertirse en un doloroso llanto.

¿Le guardarían rencor por haberse alejado?

¿Y si no deseaban verlo de nuevo?

"Aunque sea difícil de creer, eres su mundo"

Limpió bruscamente sus lágrimas y se levantó lo más rápido que pudo, empezando a correr incluso más rápido que antes.

Sabía que no merecía su perdón, pero así como ellos jamás lo dejaron solo aún después de la partida de Taehyun, él tampoco se rendiría hasta algún día conseguir su perdón.

No volvería a alejarse de sus amigos.

—¡Beomgyu hyung! ¡Soobin hyung! ¡Yeonjun hyung!

A unos cuantos metros de distancia, un chico de cabellos azabaches volteó ante los gritos.

Al principio se mostró confundido, pero mediante más se acercaba, su rostro cambió completamente a una expresión que mezclaba asombro y emoción.

—¡Huening! —gritó el pelinegro con una sonrisa en su rostro, agitando su mano de un lado a otro.

Los dos chicos que lo acompañaban voltearon a la misma dirección que su amigo, sorprendiéndose también al ver aquel rostro que tanto extrañaban apreciar.

Apenas estuvo lo suficientemente cerca, se lanzó a los brazos de su amigo pelirrosa, quien rodeó su cuerpo formando así un cálido abrazo.

—Viniste —murmuró Yeonjun mientras acariciaba la espalda del menor—, te estuvimos esperando, Huenining.

—Lo siento, lo siento mucho, por favor perdónenme, no lo volveré a hacer —sollozó contra la camisa del pelirrosa, aferrando su agarre a la camisa del susodicho.

—No hay nada que perdonar, tranquilo —habló esta vez el peliazul, uniéndose al abrazo.

—¡Yo también quiero! —el pelinegro igual se unió, abrazando al menor de todos por la espalda— No sean envidiosos.

Todos rieron por la actitud infantil de Beomgyu, quien no hacía más que aferrarse al cuerpo de su menor, pues temía que se tratara de otra alucinación suya.

Y es que en realidad, los tres mayores seguían sin poder creer que después de tanto tiempo, por fin podían volver a ver y abrazar a su pequeño ángel. Se sentía como un sueño hecho realidad.

—Los quiero mucho, gracias por no dejarme solo.

—Gracias a ti por volver a nosotros.

Sabían que de ahora en adelante ninguno tendría que pasar por alguna dificultad solo, pues estarían siempre para apoyarse mutuamente. Como debió haber sido desde un inicio.

—Te queremos, Huening.



En algún lugar, se encontraba Taehyun observándolos orgulloso y contento, con una preciosa sonrisa plasmada en sus labios.

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