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Capítulo 5. El caso de los padres: Ser o no ser.

Y ahí estás asustado, preguntándote si ella ya se marchó o no.

Forget Writer, Tumblr.

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POV Brigette.

Salí de la sala de reuniones con los labios fruncidos, estaba segura que George había hecho algo para evitarme decir que no. Saqué mi teléfono cuando ya estaba en mi cubículo y marqué el número de Scott.

-Hola – Respondió, escuchaba ruidos de autos a lo lejos – qué paso ¿Sigues mejor?

-Necesito que averigües si George ha cancelado nuestra posibilidad de viajes – Supe que Scott había fruncido su ceño.

-De acuerdo ya te envío la información – Me colgó haciéndome esperar por unos 5 minutos.

-No mames – Grito hablando en español – no puedo ni comprar un boleto, y al ingresar a la página de las aerolíneas me saco – Bufé.

- ¿Llegó algún sobre al apartamento? – Pregunté esperando que Tristán fuera más rápido de lo que esperaba.

-No, no hasta que me fui, he salido a comprar unas cosas... Pero ya voy de regreso –Suspiré levemente – si hay algún sobre qué hago.

-Me lo traes, necesito verlo con urgencia – Scott cortó.

No podía creer que George me estuviera orillando a aceptar trabajar con los Holmes ¿Cuál era el punto de hacerlo? Me mordí la mejilla.

Mi teléfono vibro, lo revise inmediatamente un mensaje de Tristán me había caído.

Ya está conatus, revísalo bien

T

Sonreí, sabría qué hacían los Holmes antes de lo que pensaba, solo faltaba que Scott me lo dejará en el trabajo. Serían 15 minutos de espera al menos. Un mensaje de Scott diciendo que ya venía en camino, me hizo sonreír de lado.

Me puse a jugar Candy Crush en mi celular, 15 minutos que podía avanzar niveles muy complicados. Los casos del FBI se volvían aburridos de vez en cuando, cosas que sin salir de mi cubículo podía completar. Sabía que no dejarían entrar a Scott, así que dejé mi celular en mi escritorio y salí para buscar a Wendy.

Estaba organizando unos papeles que seguramente eran de Alex.

-Hazme un favor, diles a recepción que vendrá un chico a dejarme un sobre – Los ojos de Wendy se fijaron en los míos – les dices que lo suban y cuando ya lo tengas salgo a traerlo.

-Claro, por cierto – Ella me sonrió maliciosamente – Alex parece que te va a invitar a cenar –Fruncí mi ceño – reservo para dentro de una semana en un restaurante cerca de aquí ¿Qué hay entre ustedes?

-Nada, a penas y hablamos – Ella alzó una ceja.

-Así se empieza – Me di la vuelta para ir a mi oficina de nuevo, gracias al invierno no debía soportar el horrible calor que hacía en Nueva York. Miré por la ventana, el vidrio estaba empañado por lo helado que estaba fuera del lugar, recordé a la Sra. Hudson por alguna razón, su sonrisa me lleno el pecho con una extraña sensación de calma que había olvidado ya hace tiempo.

Escuché los tacones de Wendy acercarse a mi puerta, tocó dos veces y entró, solo me dio el sobre para luego retirarse del lugar rápidamente. Wendy estaba enamorada de Alex, y siempre estaba pendiente de lo que él hacía o dejara de hacer, al ver que Alex se había acercado a mí con interés amoroso, Wendy había querido ser mi amiga, al principio me molestaba su presencia, pero conforme pasaban los días me molestaba, pero le miraba utilidad.

-Veamos Tristán qué tienes para mí – Saqué las páginas de papel bond en las que aparecía bastante información de los Holmes - ¿Un secuestro? – Susurré al ver que eso era lo que los traía a Norte América – No es posible...

-Por qué no – Preguntó la figura de Mike en la silla frente a mí, sabía que no era real, que era mi mente intentando reproducir algo que me hacía falta, en muchas ocasiones había pensado que estaba loca, luego fui entendiendo que el trauma de su perdida me había dejado muy lastimada – soy tú, así que sé que quieres ayudarlos.

-Por qué querría ayudarlos – Dije mientras seguía leyendo el documento.

-Porque no puedes evitar pensar en qué debe haber una razón aceptable del por qué hicieron lo que hicieron – Los ojos verdes de Mike se fijaron en mí.

-Hay una razón – Lo mire – no me quisieron nunca, Sherlock nunca me amó y Mycroft siempre me odio – Me encogí de hombros.

-Ve y engaña a todo el mundo menos a mí o a ti – Bufé – estás consiente que al principio le diste vueltas al asunto, intentando encontrar un "Por qué" Te has mentido tanto tiempo a ti misma queriendo creer que no te afecta, que has terminado dañándote más de lo que pensabas protegerte.

-Puedes callarte – Pedí.

-En realidad te callarías tú sola, no le has dicho a nadie que me ves, porque tienes miedo de olvidar a este individuo – Se señaló por completo – nadie más me ve porque tú sabes bien que solo estoy en tu mente.

-Me vas a dejar de molestar...

-Acepta el caso – Rodé los ojos.

-Es un pinche secuestro – Negué levemente.

- ¿No dice de quién es? – Rebusqué entre las páginas.

-Escucha – Había encontrado una pequeña bitácora del MI6 – "Hace unos días el Señor Mycroft Holmes solicitó una investigación exhaustiva respecto al secuestro de Wanda Holmes y Timothy Holmes, padres del antes ya mencionado, la primer ministro se comprometió a realizar los procedimientos necesarios para brindar la información necesaria al Sr. Holmes, además su hermano menor William Sherlock Scott Holmes, más conocido como Sherlock Holmes, tomo el caso como era de esperarse, de forma particular pidiendo que el gobierno se mantuviera a raya de sus investigaciones" – Respiré profundo – Son los padres de Sherlock.

-Estás dudando – Susurró Mike – Wanda fue muy amable contigo, y eso te pone en qué pensar.

-Ella no tuvo nada que ver en todo lo que paso con Sherlock, mejor dicho, estaba de acuerdo que yo tuviera una relación con él.

- ¿Aún sientes algo por él?

-No. – Conteste rápidamente – Ya no siento nada por él.

-Al final aceptaras el caso... Sin embargo, puedo notar una duda en tu rostro, estás harta de tener que seguir ordenes que te lleven a la desgracia – Sonreí de lado.

-Creo que empezaré a jugar un poco con el tablero americano – Me levante para pararme frente a la ventana – el juego está en marcha.

***

Le marqué a Scott cuando era la hora de mi almuerzo, sabía que él tendría que estar completando una misión desde el apartamento, y aunque había dejado que él la hiciera como su albedrío se lo dictara, tenía que estar pendiente de sus movimientos.

-Hola – Dijo justo cuando estaba por colgar – siento la tardanza estaba revisando algunos datos que George me envió de la misión – Fruncí mi ceño – es que no sabía cómo entrar a una página web.

-Eso no importa, ya sabes que debes completar la misión, tus recursos tú sabrás como manejarlos mejor – Un suspiró salió de él.

-Prefería estar en logística – Puse los ojos en blanco.

-Solo disfruta el trabajo de campo Scott, vives los días al máximo – Una risa irónica salió de él.

-O no vives – Asentí levemente mientras llevaba mi bandeja de comida hacia una mesa cerca de la ventana del comedor del FBI – Por qué me llamabas.

-Aceptaré el caso Holmes – Un silencio se hizo en Scott.

-QUÉ – Gritó por el teléfono haciéndome apartar un poco el auricular de mi oreja – Cómo.

-Creo que puedo sobrellevarlo

- ¿Segura? – Sonreí de lado.

-Claro que sí.

-A qué horas tienes la reunión – Preguntó.

-A las 6 de la tarde, llegaré a casa como a las 7:30 a lo mucho – Me encogí de hombros.

- ¿Realmente estás segura? – Levanté una comisura de mi boca.

-Que sí Scott, piénsalo Spidey, es lo más sencillo para fastidiarlos – Pude escuchar como suspiraba Scott – Te veo en la noche.

-Hasta la noche.

Vi mi almuerzo de nuevo, era una ensalada con un yogurt, debía comer algo, simplemente para sobrevivir. Comencé a tragar sintiendo como mi estómago intentaba tomar con agrado la comida, respiré hondo. En la cafetería siempre me sentaba sola, mis demás compañeros me odiaban porque había resuelto crímenes más rápido que ellos.

Mi teléfono comenzó a vibrar, vi que George me estaba llamando.

-Departamento para atender casos de basura con quién lo comunico – Susurré al contestar.

-Brigette – Susurró.

-Qué quieres – Pregunté de mala gana.

- ¿Aceptarás el caso? – Rodé los ojos.

-Puede ser, dependerá de lo que me digan – Me recargue en la silla.

-Es un caso delicado – Comentó.

-Oh por favor, todos los casos son delicados para el cliente – Apreté mi tabique de la nariz - ¿Sabes por qué? Porque para ellos es lo más importante que hay, es su desgracia... Y puede que en otra parte del mundo a alguien le mataron a su familia, pero eso no cuenta, no en este momento – George guardó silencio – Ves, las cosas siempre son así, y no te das cuenta hasta que estás del otro lado aceptando un caso y ya no siendo el caso.

-Actúa lo más profesional posible, por favor – Me reí irónicamente.

-Mycroft fue muy profesional durante el tiempo que me cuido – Susurré apretando los dientes – Te digo algo George, todos tenemos algo que queremos olvidar... Y te prometo que a Mycroft y a Sherlock se les hará imposible olvidarme.

Le corte, no me importaba en lo más mínimo lo que me fuera a decir. Por alguna razón, Lestrade paso en mi mente, lo extrañaba en cierta manera por su forma de ser, con él el trabajo era más sencillo. Me levanté sin haber comido nada, el hambre se había ido de nuevo suspiré, muy pronto tendría que ir de nuevo al doctor.

***

POV Sherlock

John había salido con la Sra. Kozlov a comprar las cosas de la casa, Mycroft se había quedado revisando los papeles del caso para intentar resolverlo por su cuenta. Habíamos almorzado una rara comida rusa, que ni recordaba el nombre que la ama de llaves de mi hermano nos había dicho.

Mycroft pegó algunas fotos en la pared frontal de la sala de estar, las observé, era lo mismo que yo había hecho en Londres 4 veces, mi hermano mayor había decidido no incluir a Eurus para resolver el caso.

-Sigo creyendo que le hubiéramos dejado el caso a Eurus – Susurré viéndolo que se había quitado su saco, y remangado su camisa.

-Se lo enseñé, hermanito – Lo observé – Y me dijo: "Lo resolverás yendo a América, tonto hermano" No es que no quisiera que ella lo resolviera.

-Así que nos dejó a nuestro conocimiento – Sonreí levemente, Eurus seguramente quería ver cómo resolvíamos algo tan simple para ella – No era de extrañarse.

-No le importó que fueran nuestros padres – Torcí la boca.

-Creo más que confía en lo que podemos hacer – Los ojos de Mycroft me miraron con evidente sarcasmo – piénsalo, sino, ella no lo hubiera dejado.

-No intentes justificarla solo porque eres su preferido – Bufé.

- ¿Crees que venga Brigette? – Era una pregunta que ambos hubiéramos querido hacernos.

-No – Contestó de inmediato – Sherlock nos odia.

-Tiene derecho – Repliqué apoyándome en la silla.

-Por qué – Susurró – ¿Por "traicionarla"? – Hizo las comillas con los dedos.

-La traicionamos – Sonreí irónico – sobre todo tú, porque eras su cuidador.

-Mycroft sonrió – Yo no fui su novio durante tres días, que simplemente jugó con ella.

-No hables de lo que no sabes – Susurré.

-Me vas a decir ¿Qué la amabas? – Tragué grueso – tú estás consiente que era un capricho de tu adolescente reprimido que no logró una relación de noviazgo.

-En aquel entonces sí – Contesté dejando en silencio a mi hermano con el ceño fruncido – ahora qué vas a decir. Sea lo que sea que quieras pensar... No me importa.

Escuchamos como se abría la puerta de la casa, la Sra. Kozlov junto a John habían llegado. Tardaron unos minutos en la cocina y luego entraron a la sala de estar.

-Señor Mycroft me niego a dejar entrara a esa salvaje americana a mi casa – Comentó la anciana rusa justo después de haber entrado a la habitación – Ella es un peligro desde niña, y a pesar de todo su cariño ella no lo valoro.

-Sra. Kozlov, no es seguro que venga, pero si lo hace recíbala y la dirige hacia acá.

-Además su hermano menor es un muchacho ya grande, y si ella intenta engatusarlo con su actitud de americana – John se rio levemente – para vengarse de usted.

-Lo dudo mucho Sra. Kozlov – La anciana suspiro.

-Iré a alistar las cosas para la cena – Su "R" tan marcada hacia que John le prestara toda su atención.

- ¿Desde cuándo contrataste a esa señora? – preguntó mi amigo.

-Desde hace bastante, ella conoció a Collins cuando tenía 13 años – Mycroft se sentó – es de los sobrevivientes de las diferentes revoluciones rusas.

-Te rodeas de gente tan pacifica – Dije mirándolo.

-Te enamoras de mujeres tan normales – Replico haciendo que John se riera.

***

POV Narrador.

La pequeña salió de su oficina eran las 6:15 de la tarde, sonrió, no iba a llegar puntual, no mientras Mycroft y Sherlock Holmes fueran los clientes. Tomó el sobre que le había dado Tristán, era su primera jugada.

Ya en la calle los taxis se movían con normalidad, se fue en el primero que le paró y luego de dar la dirección, el trayecto era lo más sencillo del FBI a la casa de Mycroft eran 30 minutos. Sentía nervios, en esta ocasión su actitud debía ser diferente, ya no le daría el lujo de verla débil, ya no más.

El tráfico a las 6:25 de la tarde en Nueva York era un asco, era lento y estresante. Recordó que en Londres las personas caminaban más que usar el transporte, pero en ese lugar era la ciudad de los taxis.

Algunos anuncios publicitarios de MARVEL llamaban la atención de la pequeña, la tercera película de Spiderman estaba por salir, y Scott se parecía demasiado al actor como para no molestarlo. En un momento de rapidez el taxi logró salir del tráfico para recuperar el tiempo perdido. Bri comenzó a recordar cosas cuando entraron a Grand Street.

Suspiró, parte de su infancia había estado ahí, y quisiera negarlo o no Mycroft también. Le pagó al taxi 15 dólares, por el embotellamiento el contador había seguido aumentando. Cuando el carro se detuvo, ella se apeó de él rápidamente caminando directo a la puerta de madera pura con un intenso color caoba.

Pudo sentir como una corriente eléctrica recorría todo su cuerpo, los nervios comenzaron a hacerla flaquear. En un súbito arrebato de valentía tocó el timbre, espero unos 10 minutos hasta que el sonido de la puerta abriéndose le hizo tragar grueso. Una, ya mayor Sra. Kozlov la recibió con el ceño fruncido y los ojos fijos en su delgada figura, Bri enarcó una ceja mientras sus ojos se posaban en los ojos rígidos de la anciana ama de llaves.

-No puedo creer que vinieras – La pequeña rodó sus ojos – además eres impuntual, te esperaban a las 6.

-Oh por amor de Dios – Bri se metió al pasillo buscando la puerta que la llevaba a la sala de estar, recordó que si seguía recto llegaría a las escaleras para el segundo piso, a la izquierda estaba la cocina y a la derecha la sala de estar, recordó su yo más pequeño corriendo por los pasillos de la casa, hasta que Kozlov le tomo el brazo - ¡CREE QUE ME SUELTA!

En la sala de estar John había perdido la esperanza de que Brigette se apareciera por el lugar. Suspiró mientras se levantaba hacia la ventana, hasta que escuchó un jarrón romperse. Mycroft levantó la vista hacia su hermano menor que lo observaba con un rostro de interrogación.

-Qué fue eso – Preguntó el rubio justo cuando la puerta se abrió de golpe.

- ¡A nadie en pleno siglo XXI le importa si usted fue de la revolución rusa! – Dijo la pequeña mientras se jaloneaba para poder entrar, aunque le doliera admitirlo la ama de llaves tenía mucha fuerza para su actual debilidad.

-Me debes respeto – Exigió la anciana.

-Ni que fuera veterana americana – Contestó la pequeña – nosotros LLEGAMOS A LA LUNA JA-JA.

-CÁLLATE INSOLENTE – La anciana soltó a la pequeña, y salió del lugar.

- ¿Nunca dejarás de molestarla? – Preguntó Mycroft no sin opacar su sorpresa por ver a la chiquilla ahí.

-Me clavó las uñas – Los ojos de la pequeña se fijaron en los tres hombres que estaban frente a ella – Bien, tienes una hora para contarme tu caso, si no la aprovechas me iré.

-No puedes venir a poner reglas, así como así – Reclamó Mycroft, Bri se rio levemente.

-Claro que puedo – El gobierno británico frunció su ceño - ¿Sabes por qué?

-Por qué – Susurró.

-Porque me necesitas –Mycroft respiró profundo ante la sonrisa cínica de Bri - ¿Entonces?

-A habido un secuestro de personas importantes para Inglaterra, ellos se subieron a un avión privado en el aeropuerto de Londres, este siguió su curso con normalidad hasta su destino que era Los Ángeles, sin embargo, allá este no llevaba a los pasajeros. Se interrogo al piloto, pero él declaró no haber cambiado la ruta, lo que se corroboro con el análisis al GPS interno del avión. El piloto fue sometido al polígrafo al igual que todas las asistentes de vuelo, y en efecto todos dijeron la verdad – Bri se sentó en un sofá apartado de ellos tres.

-Cualquiera le miente al polígrafo – Mycroft rodó los ojos.

-No todos pueden hacer eso – Comentó Sherlock sintiendo como la mirada de Bri se posaba sobre él – Yo hablé con los implicados también y no mentían, fueron lo más sinceros que pudieron.

-En ese caso, continúen explicándome el caso – Bri fijo su vise en la mesa que estaba en medio de los cuatro, John tomó asiento al lado de Mycroft en el sillón individual.

-Hace un mes llegaron las primeras pistas de donde estaban realmente los desaparecidos, al principio solo nos dijeron que era en América – Sherlock se levantó para señalarle la nota a Bri que la miró con detenimiento desde lejos – luego mandaron fotos de los lugares aparentes donde estaban y por ultimo dijeron que era Nueva York, pero eso fue hace quizá una semana.

-Quiénes son los desaparecidos – Mycroft la miró serio.

-Es confidencial – Los ojos de Bri se entrecerraron.

-Si es confidencial, no voy a estar en el caso – Bri se levantó.

-Siento recordártelo, pero ganas más tú con el caso – Bri sonrió de lado.

-Lo dudo – Susurró amenazante.

-Bri – Dijo John – es importante, la gente que han secuestrado es importante.

-Entonces ¿Por qué no me dicen quiénes son? – John me miró.

-Bri – Sherlock la llamó, ella lo miró por encima del hombro – son mis padres – La pequeña, regreso a su asiento – ellos son los que han sido secuestrados.

-Sherlock... - Mycroft lo miró.

-No Mycroft, ella tiene razón no puede trabajar sin saber quiénes son – Los ojos grises de Sherlock se fijaron en los de su hermano.

-En realidad, sabía quiénes eran – Ambos Holmes la observaron mientras ella movía el sobre que Tristán le había dado – solo quería escuchar que lo dijeran. Desde el momento que puse un pie aquí, había aceptado el caso, sino ni hubiera venido – Sonrió dejando ver sus dientes – solo tengo tres reglas que darles.

- ¿Reglas? – Bri asintió.

-La primera es: América es mi tablero, yo hago aquí lo que me dé la regalada gana y cómo me dé la gana – Mycroft suspiró, John frunció su ceño levemente y Sherlock la observo – dos: no puedes obligarme a hacer nada, todo será en conjunto, si alguien da una orden no le haré caso. Y tres: Si intentas si quiera – Miró al mayor de los Holmes – jugar conmigo, te juró que en vez de ayudarte voy a impedir que encuentres a tus padres – Ella suspiró - ¿De acuerdo?

-De acuerdo – Contestó Riccio.

-Bueno, dejando eso claro – Bri se levantó y camino hasta la pared donde estaban las fotos – podemos empezar a trabajar.

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He aquí nuevo capítulo, que espero les guste y disfruten siento la tardanza estuve enferma en vacaciones. Gueno saben que las y los quiero mucho.

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