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Capítulo 39: Actualidad

POV John

No habíamos podido ir con Rosie a Baker desde hacía dos semanas, en parte era porque Sherlock necesitaba estar con Bri por completo y con los evidentes celos de mi hija por su tío no quería poner en una situación incómoda a Sherlock.

Terminé de arreglar el bolsón de mi princesa poniendo un almuerzo saludable, justo en ese momento ella había puesto su plato en el centro de la mesa dando por culminado el desayuno. Le sonreí.

—¿Lista para que vayamos a la escuela? — Ella asintió, la Sra. Hudson me había prestado su auto durante la semana, diciendo que no podía tenerlo en el lugar en el que solía guardarlo.

—Sí, hoy veremos un poco de historia, estoy emocionada por ello — Se bajó de la silla para darme la mano y comenzamos a caminar fuera de la casa — ¿Cuándo podremos ir a dónde el tío Sherlock?

—Le hablaré ahora para ver cuándo podremos ir — Ella me observó.

—¿Es por Brigette? — Preguntó, encendí el auto dando un pequeño suspiro — Es que desde que ella está el tío Sherlock se ve un poco más estresado.

—No es por Bri en sí, ella está pasando algo muy difícil y Sherlock debe apoyarla todo lo que pueda — Suspiré levemente, necesitaba que Rosie entendiera que su tío debía prestar atención a su novia, no le quitaba el lugar en el corazón de Sherlock.

—¿Y debemos visitarlos siempre? — Rosie frunció el ceño un momento, sabía que al final diría que sí.

—Sí mi amor, debemos visitarlos siempre — Vi como ella se quedaba quieta, estaba pensando y estaría así durante un buen rato.

***

—Hola John — Sherlock me abrió la puerta fijándose en el carro de la Sra. Hudson — Te lo presto porque pensó que así llevarías a Rosie con más comodidades no porque no pueda dejarlo donde es la cede de nuestra casera — Vi a Sherlock con ojeras, parecía bastante cansado — Además ella piensa que no tienes ningún tipo de cuidado cuando vas en el autobús.

—Gracias por la bienvenida — Dije mientras subía las escaleras — ¿quieres recriminarme algo más?

—No, simplemente que subiste 4 libras este mes, seguramente porque comes de esas donas de la esquina donde estoy seguro que también venden droga en la parte de atrás — Lo miré deteniéndome en las gradas un momento

—Sé que me extrañaste — Sherlock solo sonrió levemente — Cómo esta Bri

—Él suspiró — No muy bien, las quimios le dan vómitos, ha perdido bastante energía y no suele levantarse mucho de la cama, ha adelgazado y también no tiene ningún ánimo para salir — Asentí y sonreí con un poco.

—Mira, sé que no es sencillo, pero solo con recibir el tratamiento, es un gran avance, Bri no quería nada de ello, y ahora debes apoyarla en lo que ella necesite — Sherlock miró al suelo — ¿Dónde está por cierto?

—Arriba, acostada — Observé a Sherlock un momento, podía ser un imbécil para expresarse, pero tanto tiempo estando en Baker, se lograban aprender algunas cosas.

—¿Qué te asusta? — Sherlock levantó la mirada puesta en mí

—No quiero hablar de ello John — Susurró para comenzar a caminar dejándome atrás aún en las escaleras.

—Terminé de subir las escaleras para encontrarme a Bri parada frente a la ventana y a Sherlock en el sofá — John Watson — Dijo haciéndome levantar las cejas — 4 libras y media hacen sonar a tus pasos diferente.

—No he subido esas libras — Ella se dio la vuelta, mostrándome su rostro cansado, con ojeras, sus labios resecos, pero aun así se miraba en sus ojos la misma Brigette que había vuelto de Nueva York con nosotros.

—Lo dudo mucho mi querido Watson — Sonrió, haciéndome reír levemente.

—Cómo te encuentras, Bri — Ella me miró para luego mover su mirada de un lado al otro sin fijar su vista en algo en particular — No tienes que decirme si no lo deseas.

—Pues es difícil por días, otras ocasiones solo quiero... — Su voz se quebró y se calló de inmediato — Sherlock no ha dormido en días, maldita sea

—Bri... — Susurró Sherlock para mirarla directamente — Estoy bien

—Tu rostro no dice que estés bien, son las náuseas, las que no nos dejen dormir y solo tengo dos quimios — Sherlock se levantó del sofá y se fue a la cocina — Tú sabes que no estás bien

—Ya Bri, ya, solo detente, para nadie es fácil — Sherlock se sentó en una de las sillas de la cocina mientras se tomaba un té — y tus comentarios no nos ayudan tampoco...

—Lo siento... — Me fijé en Bri que se sentó en el sofá largo de la sala de estar, entonces Sherlock regresó a su sofá — Solo es complicado

—¿Cuándo tienes la cita? — Sus ojos cafés se fijaron en los míos

—Pues el otro viernes — Bri se sentó — me faltan demasiadas aún

—Sherlock fijó su vista en las escaleras — ¡Sra. Hudson!

—Sherlock, los disparos acá abajo, voy a cobrarlos de tu renta — La casera entró — John ¿Cómo está mi carro?

—Yo estoy bien, gracias Sra. Hudson — La amable señora sonrió con un poco de ironía — su carro está bien, está frente a su casa por si quiere revisarlo, mañana le pondré gasolina.

—El teléfono de Sherlock comenzó a sonar, él lo ignoró por completo — Quién es Sherlock — Preguntó Bri

—Mycroft, de nuevo — Contestó colgándole

—Te está llamando, debe ser importante — Susurró Bri

—Es un caso, y ya le dije, que no tengo casos hasta que termine tú tratamiento — Bri suspiró — Mycroft tiene otros medios — Dijo mientras se levantaba y se ponía frente a la ventana — DEMONIOS

—Buenos días Sherlock — Todos nos sorprendimos al escuchar a Mycroft en la puerta de entrada — Brigette, Dr. Watson, Sra. Hudson — Terminó por saludar.

—Vete gordito — Mycroft rodó los ojos — Ya te dije que algo que no puedo hacer ahora es estar en un caso.

—Tú sólo tendrías que asesorar a las personas que estarán en el caso — Bri miró a Mycroft y a Sherlock de forma intercalada al igual que yo — No tendrías que ir a ningún lugar

—Sí pero estoy atendiendo a Bri — Bri se levantó del sofá y miró a Sherlock

—Sino aceptas el caso lo llevaré yo — Sherlock frunció su ceño con confusión

—Bri no creo que fuese conveniente que tú — Comencé a decir cuando ella levantó una mano

—Si yo me muero, y no he resuelto casos en estos meses, me moriré como siempre tuve miedo de morir, estoy haciendo los tratamientos, y ya que no tendrías que moverte a ningún lugar que es lo que no deseas podríamos trabajarlo ambos, de todas formas, Sherlock, necesitas esto, no quiero quitarte la oportunidad de que resuelvas, utilices tú mente de esta manera tan maravillosa como siempre lo has hecho — La castaña miró a Mycroft — si Sherlock no toma el caso, yo trabajaré en él

—Brigette, detente... Escucharé el caso nada más, sino me interesa en lo más mínimo, ninguno de los dos tomará el caso y seguiremos como hasta ahora... ¿De acuerdo?

Ella solo asintió, mientras Mycroft entraba por completo a la habitación, entrecerré los ojos, qué tipo de caso podía resolver Sherlock Holmes, desde un sofá.

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Es corto, y mucho tiempo de espera, soy Lis Holmes la misma mensa que se tarda años en terminar una trilogía, y desde la última vez que vine me han pasado muchas cosas como no tienen una idea, estoy sufriendo de ansiedad, y ataques de panico a veces, así que además de la universidad tuve que buscar la manera de poder llevar esto de la mejor forma. Las y los extraño como no pueden imaginarse, me hacen una falta increíble y escribir también, prometí no dejar este libro a medias, pero hasta hace poco tuve el ánimo de volver a animarme a plasmar un poco de trama que de este libro conlleva. Mi mente ha estado muy cansada, y eso me ha impedido poder concentrarme en Bri y Sherlock, han estado como en pausa durante todo este tiempo, y cuando volví a escribir de ellos, en medio del capítulo volví a sentir emoción, una gran emoción por poder estar de regreso, aún no vuelvo del todo, pero como les dije antes prometí terminar este libro, y no dejaré de hacerlo. No sé quiénes aún esten acá, pero quiero agradecerles a todos los que han vuelto a leer mis historias, a sus comentarios, a los que van llegando, y a los que tienen años acá. Gracias de todo corazón, volveré con otro capítulo, lo prometo. 

Las quiero y los quiero, 

Lis Holmes.

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