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Capítulo 36. Bienvenida a Londres...De nuevo

Dos semanas después.

POV Brigette

Terminé de arreglar todo, saqué las maletas del cuarto para comenzar a bajar las escaleras, respiré profundo, cuando llegué a la sala de estar. Sherlock y John estaban terminando de arreglar las cosas de Mycroft que junto a su padre estaban sentados.

La mamá de los Holmes había decidido que ya era hora de irse, cuatro días más de los que a Mycroft le hubiese gustado. A la semana y media de la despedida, Mycroft estaba en la casa con un humor de perros, cosa que solo se calmaba cuando le daban los analgésicos.

La familia salió primero, observé a Kozlov que tenía una sonrisa tranquila en el rostro, tragué grueso, eran las 6 de la tarde cuando crucé el umbral de la casa en Grand Street, una respiración profunda mientras un nudo se comenzaba a armar en mi garganta.

—Mocosa — La voz de Kozlov me detuvo — No debes ir sino quieres...

—No es eso — Contesté — es solo que, tengo miedo — Aclaré mi garganta, ardía como si hubiese tomado chocolate caliente — ¿Qué pasa si no es lo correcto?

—No lo sabrás a menos que vayas y lo averigües — Dijo con su voz tan brusca como siempre, suspiré, dejando salir parte del miedo que tenía.

—Lo sé...

—Brigette — Sherlock apareció al lado mío, tomó dos de mis maletas, ambos autos estaban listos, caminé siguiendo a Sherlock, llevaba un bolsón con un poco de ropa extra, aunque supuse que en Londres me tocaría volver a hacerme un armario,

Entramos al auto, donde solo íbamos John, Sherlock y yo. Fijé mi vista en la ventana, sentía nostalgia de dejar América por alguna razón no quería irme, eran sentimientos encontrados que necesitaba liberar, en unas horas me enfrentaría a un monstruo de recuerdos, que habían rasgado el muro que había creado para retenerlos.

***

POV Narrador

Sus ojos miraron hacía el horizonte, sostenía una copa de vino en su mano derecha con total tranquilidad, el sol comenzaba a ocultarse siguiendo el curso de la naturaleza, podía ver toda la ciudad desde ahí, Francia era un bonito país que lo tenía satisfecho. Escuchó unos pasos que conocía demasiado bien, se dio la media vuelta recargando su espalda en el muro de la terraza. Sonrió al ver a Sebastian, sus manos llevaban pequeñas manchas que podría reconocer a leguas.

—Creo que está dispuesto a hablar ahora — Susurró, una mueca extraña apareció en el rostro del castaño, tomó un poco de vino para luego comenzar a caminar seguido de Moran.

La casa era bastante amplia, los suficientes cuartos, lo suficientemente alejada del bullicio de las personas que eran demasiado adorables creyéndose más inteligentes por sus puestos altos en los trabajos. Entró a la habitación donde en medio, con las luces encendidas, amarrado con cuerdas que podían quemar las muñecas al hacer mucha fricción.

—Colson — El hombre moreno a penas levantó la vista, estaba semiconsciente después de que Sebastian lo golpeara — Me alegra que seas mi invitado de honor... — Una risa salió de lo más profundo de Moriarty — Me resulta de muy mala educación que no quieras contestar las preguntas que amablemente te hice.

—Vete al diablo — Respondió Colson, la sonrisa desapareció del rostro de Moriarty, para luego soltar un suspiró pequeño.

—Creo que no me estás entendiendo — Tragó grueso — llevó años buscándote y puedo matarte cuando me de la regalada gana, te estoy pidiendo la información necesaria de los padres de Brigette — La copa en su mano comenzó a temblar Colson observó a Moriarty — porque sé que trabajaste para Dmitry — El moreno se sorprendió dejando ver flaqueza ante el criminal consultor — Ahora si no quieres que él te encuentre ¡VAS A ABRIR LA MALDITA BOCA! —La copa se estrelló contra la pared donde el vino que quedaba dentro del recipiente salió desparramado — No voy a jugar contigo más.

—No sé mucho, solo debía matar a Mason y Evolet Collins — Moriarty se acercó para tomarle el rostro — frente a Dmitry — El criminal consultor sonrió — no sé si ella sabe que fui yo...

—Créeme que lo sabrá — Un temblor en los ojos del moreno apareció, que fue lo que el castaño necesitaba — Te va a buscar, y eso es lo que quiero.

—Para qué quieres que me busque — Susurró con dificultad.

—La necesito con su instinto salvaje al máximo — Sebastian levantó una de sus comisuras — para que haga lo que yo quiero... Te necesito vivo, Sebastian ya sabes qué hacer.

Moriarty se dio la vuelta, salió de la habitación con tranquilidad, sacó su celular para comenzar a textear, diferentes mensajes a diferentes personas, pero que sabía que estaban cerca. Una risa salió que llenó el corredor de la casa.

***

En América, mientras comenzaban a subir las maletas al Jet, Bri sintió como vibraba su celular lo sacó para revisarlo.

Nos veremos pronto.

RB

Sherlock sacó su celular al sentir la llegada de una notificación, frunció su ceño al revisar.

Deberías verme en una corona...

JM

Ambos levantaron la mirada sin tener un lugar específico en donde fijarla, hasta que sus ojos se conectaron, Bri sonrió ocultando perfectamente su nerviosismo, Sherlock le correspondió de igual forma enterrando su preocupación debajo de su sonrisa.

—Vamos — Dijo Bri tomándole la mano mientras sonreía, ella sentía que hablar con Brook antes no era malo, pero ahora, sabiendo que Brook quería hacerle daño a cualquiera, temía por la vida de Riccio.

—¿Lista para Londres? — Susurró Sherlock apretándole la mano mientras contestaba la sonrisa.

—Lista — Respondió comenzando a subir las escaleras del jet donde ya estaban los demás esperándolos.

—Mycroft se había dormido por los analgésicos que le había dado Wanda durante el camino — Preferí darle sus medicinas, porque tiene un humor del demonio cuando está enfermo — Bri no pudo evitar reírse mientras terminaba de sentarse, al lado de Sherlock.

John se miraba completamente feliz, se acomodó en su asiento para luego ponerse unos audífonos color blanco, cerró sus ojos, sintiendo una tranquilidad inundarle todo su cuerpo. En su mente Rosie se presentó con su sonrisa pequeña, sus ricitos iguales a los de Mary y su tierna mirada, su pecho se llenó de alegría.

Bri sintió como el jet comenzaba a moverse, fijó su vista en la ventana, un suspiro profundo salió de ella, un miedo la inundo como si eso estuviese respirando... Se sentía apretada, tratando de que su mente no le hiciera rumiar pensamientos.

Sherlock la observó, sabía que estaba preocupada, frunció su ceño un momento, pensando en algo que pudiese distraerla.

—¿Alguna vez has oído acerca de la historia de Hachiko? — Bri sonrió de lado con su ceño fruncido.

—Sí... Nunca imagine que a ti te gustase algo como eso — El rizado la observó — es una historia maravillosa.

—Es algo muy emotivo — Bri lo observó con ternura — algún día tengamos un perro.

—Claro, y cómo le pondremos — Sherlock frunció sus labios con gesto pensativo.

—No sé, que sea un sabueso — Lo miró — y pongámosle Fenrir

—Qué nombre tan nórdico — Él no pudo evitar que sus comisuras se levantaran — Me encanta.

—Debes dormir, aterrizaremos en la madrugada — Dijo con suavidad mientras fijaba sus ojos en ella.

Bri sonrió para luego acercarse a él y besarlo.

—Te amo — Susurró mientras se arrecostaba en el hombro de Riccio.

—Yo más — Dijo para luego besar la cabeza de ella.

Petite sintió el sueño comenzar a tomarla en un abrazo, sus parpados pesaban del cansancio de una vida, alzó un momento sus ojos viendo a Sherlock, saber que era su apoyo, un soporte, le causaba cierta paz dentro de ella.

Sherlock no se percató el instante en el que Brigette se prometió salvarlo de lo que fuera.

***

El jet comenzó a descender, una mano comenzó a mover el hombro de Sherlock, que abrió sus ojos levemente observando a su madre con una sonrisa pequeña.

—Ya llegamos, ya salió tu hermano... Lo llevaremos a casa para cuidarlo unas dos semanas — Sherlock se desperezo tallando sus ojos con la mano que tenía libre, tocó suavemente a Bri que abrió los ojos rápidamente.

—Buenos días — Dijo mientras tapaba su boca bostezando — ¿Ya llegamos? — Riccio asintió mientras se levantaba, Bri revisó su celular eran las 3 de la mañana. Recordó la primera vez que había llegado, suspiró se levantó viendo por la ventana aún estaba oscuro.

Todos comenzaron a bajar del avión, Wanda iba primero, John ya estaba afuera con sus maletas, tenía una sonrisa enorme en el rostro que no pasaba desapercibida para nadie.

—Mycroft volverá en unas semanas — Habló la Sra. Holmes mientras miraba a John, Sherlock y Bri intercaladamente — lo vamos a cuidar para que mejore — Bri asintió — además ustedes también deben descansar — Se acercó a abrazar a la chiquilla para luego dejarle un beso en su frente, hizo lo mismo con su hijo menor — Y tú ve y abraza a tu hija durante un gran rato — Estrujo al rubio para luego caminar hasta el automóvil color negro que la esperaba donde ya se encontraban Timothy y Mycroft.

—De nuevo los tres mosqueteros — Dijo John cuando el automóvil ya había partido — ¿No es divertido?

Un auto color gris aparco frente a ellos, inmediatamente se subieron a él. Bri iba detrás sosteniendo un bolsón color azul en su espalda, Sherlock entró quedando en la otra ventana, mientras John quedaba en medio.

—Vamos Bri, entra — Dijo John mientras ella miraba el jet del que se había bajado, trago grueso para luego entrar al auto, fijó su vista en la ventana — Al fin estamos en casa — El rubio parecía querer llorar.

—221 Baker Street — Sherlock reafirmo al conductor que asintió, al escucharlo Bri sintió que se le removió el estómago.

Las calles comenzaban a hacerse más conocidas, parecían más familiares como si no hubiese pasado el tiempo. Como si todo se hubiese detenido en un punto exacto, esperándola... Apoyó su frente en la ventana, mientras una pequeña sonrisa se colaba en su rostro, pensó en que lo que ahora era diferente, es que era relativamente libre.

***

Se detuvieron frente a la casa que muchas veces la vio entrar, comenzaba a amanecer, los rayos tenues del sol que hacían que el cielo se viese con ese maravilloso tono rosado parecían ponerles filtros a las casas haciéndolas ver como de fotografía.

—Sherlock terminó de abrir la puerta intentando no hacer mucho ruido — Ya está podemos pasar — John había sacado las maletas, que Bri comenzó a meter mientras John la seguía con otras maletas un poco más pesadas.

Bri se detuvo un momento al escuchar la puerta del apartamento de la Sra. Hudson, la casera salió cubriéndose con su bata color rosado, al ver a Brigette abrió sus ojos de par en par, la castaña sonrió sintiendo que la vista se le nublaba de inmediato.

—Oh por amor de Dios... — Susurró la anciana poniendo sus manos en su boca — Brigette — La voz de ella hizo que la rizada caminara hasta donde estaba su casera para abrazarla — Te extrañé tanto — Dijo mientras algunas lágrimas recorrían su rostro — Esto ha sido tan aburrido sin ti...

—También la extrañé muchísimo — La anciana limpió las lágrimas de la pequeña con una sonrisa.

—Me alegra que estés aquí, por Dios — El rostro iluminado de la señora H fue un analgésico a la melancolía del alma que Bri pudiese sentir — supongo que vas a querer el 221 A de nuevo, no pude limpiar el 221 C, todas tus cosas están ahí.

—No se preocupe, creo que ahora no voy a estar sola... — Sherlock levantó la vista negando divertido, quería ser él quién se lo dijera a su casera.

—A qué te refieres ¿Te quedaste con el muchacho rubio aquel? — Riccio entonces dejó su maleta en frente de las gradas y se acercó a ellas.

—Cómo puede decir eso — Bri sintió como las manos del rizado se posaron en su cintura — Por qué pensó en él primero — Preguntó con fingida indignación.

—AAAAAAA — Gritó asustando a John que dejó caer un pequeño bolsón —NO PUEDE SER — La castaña sonrió con ternura.

—PAPI — Todos giraron a las escaleras donde la pequeña Rosie bajaba casi corriendo para abrazar a John — PAPI TE EXTRAÑÉ — Saltó a los brazos de su papá que rápidamente la recibió, una risa salió del ex soldado, por fin se sentía en casa de nuevo — Me alegra que estés aquí — Bri la observó era idéntica a Mary, con su cabello rubio rizado su nariz respingada y los labios iguales a los de John.

—TÍO SHERLOCK — Gritó de nuevo corriendo hasta donde el azabache que se había acercado un poco — Qué tal estás — Sherlock la cargó en brazos sonriéndole genuinamente.

—Feliz de estar aquí de nuevo — Rosie movió sus ojos hasta Brigette, ladeo su cabeza levemente recordándola.

—Por qué trajeron a Baguette con ustedes — Dijo mientras fruncia su ceño.

—Hola Rosie — La castaña la observó con amor — vine a vivir con ustedes.

—A mí tío Sherlock no le gusta la gente nueva, en el apartamento, porque dice que son idiotas — John observó a Sherlock con el ceño fruncido.

—No soy alguien nuevo — Susurró Bri.

—Rosie, Baguette — Sherlock sacudió su cabeza — Brigette es mi novia — Rosie alzó sus cejas para luego cruzarse de brazos.

—Pero tío ¿Para qué quieres una novia? — Bri se acercó a ellos — No quiero que te acerques vas a hacer que mi tío se vuelva un idiota — Sherlock dejó a Rosie en el suelo, para luego agacharse y mirarla a los ojos.

—No seré un idiota — Rosie lo miró.

—La vas a preferir a ella antes que a mí — Susurró dándole la espalda.

—No será así, ey, ven aquí Curie — Rosie se acercó a su papá ignorando a Sherlock. John le negó levemente, intentando calmarlo.

—Vamos arriba ¿sí? — John cargó a su pequeña para llevarla al cuarto.

—Creo que no lo esperaba — Bri observó a Sherlock — tendré que ganarme su cariño.

—Ella estaba muy acostumbrada a una vida en la que Sherlock la cuidaba — La Sra. Hudson los miró — deberán entenderla y mostrarle que su relación no afectará ese lazo con Sherlock — Ella les sonrió levemente — Bueno, les dejo que puedan terminar de acomodarse.

—Ambos vieron a la amable anciana irse de nuevo a su cuarto — Creo que lo mejor es que durmamos — Susurró el rizado — más tarde podremos desempacar — Bri tomó la única maleta que llevaba junto al bolsón que no había bajado en ningún momento.

Se paró frente la puerta del 221 C, lo miró fijo, respiró profundo "Al diablo, si dejo que el pasado me controle, entonces nunca podré ver el futuro" Bajó la maleta de nuevo para tomar el pomo de la puerta ante la atenta mirada de Sherlock.

—Bri — Susurró con voz ronca Riccio dejando sus maletas frente a las escaleras para acercarse justo cuando ella abrió la puerta.

Los ojos cafés de ella se movieron frente al cuarto que estaba lleno de cosas tiradas, algunas cajas aún tenían ropa doblada, además de la colchoneta donde había dormido, de todo lo que estaba ahí era lo único que parecía limpio.

—Sintió como Sherlock ponía ambas manos sobre sus hombros — Las cosas serán diferentes, lo prometo — Susurró, mientras ella tragaba grueso.

—¿Dónde está el tulipán que me diste? — Preguntó sin apartar la vista del cuarto.

—Sherlock sonrió levemente — Está sembrado en el pequeño jardín de la Sra. Hudson — Bri lo miró — No podía dejar perderlo, también que a ella le encantó cuando vio la pequeña flor.

—Quiero ir al cementerio — Susurró, los ojos de Sherlock se fijaron en los de ella — realmente no tengo sueño, puedo ir sola, sé donde está...

—No te voy a dejar ir sola — Negó con un suspiro — alistémonos y vamos, supongo que tienes gente a la que visitar...

—Ella lo abrazó — Debo ver a Lestrade, aún a Molly — Entonces una sonrisa que mostraba sus dientes apareció contagiando a Riccio.

—Vamos, tampoco tengo sueño, además John debe de estar muy cansado — Ella asintió, y antes de que ambos salieran del cuarto miró hacia atrás, decidiendo que era momento de cerrar ese capítulo de su vida.

***

Ambos estaban listos, Bri se había puesto un enterizo color negro desmangado, abajo llevaba una camiseta blanca manga larga y unos tenis a juego, se puso su abrigo mientras esperaba a Sherlock cerca de la puerta.

Sherlock se había puesto la camisa negra bajo su pulcro traje color azul oscuro, para luego ponerse su abrigo. Salieron cuando ya el sol comenzaba a mostrarse por completo recordándoles que Londres estaba en el inicio del verano.

—Hace frío — Sherlock la observó — y eso que es verano.

—Estás adaptada al calor que hay en Nueva York — Bri alzó sus cejas — hasta yo siento frío y eso que solo estuve tres meses en América.

—Anderson ¿Sigue trabajando en Yard? — Preguntó la castaña mientras se subían a un taxi que Sherlock acababa de llamar.

—Sí, también Donovan, no sé si en este momento estarán activos, puede que les hayan dado las vacaciones — Bri asintió — a dónde vamos — Preguntó mirándola.

—Nunhead Cemetery — El conductor asintió.

—A qué vamos ahí — Preguntó el azabache mientras miraba a la ventana.

—A ver la tumba de Mike — Cortó Bri, sin mirarlo.

Él decidió no preguntar más, estaba seguro que era parte de lo que ella necesitaba hacer. Las calles estaban llenándose con las personas que se dirigían a sus trabajos, Petite sintió que muy en el fondo, no debía ir... La tumba estaba vacía, no había nadie.

No tardó mucho en reconocer el camino que en aquel entonces había recorrido, el portón del cementerio estaba abierto, se apearon del taxi, sus pies comenzaron a moverse por inercia. Un nudo se formó en su estómago, sentía que le debía algo a Mike, apretó los puños, manteniendo la impotencia de un lado.

Por la época del año, los árboles estaban totalmente verdes, las flores adornaban completamente el césped donde yacía la muerte, para Sherlock era irónico cómo los cementerios se miraban en verano, parecían paisajes coloridos llenos de tristeza para la mayoría, le gustaba pensar en lo hilarante de la situación. Sus pasos se escuchaban en medio del silencio que había alrededor de ellos parecía dar un toque sombrío a su recorrido.

Bri se detuvo al ver el lugar donde estaba.

—Mike Miller, buen novio, amigo, compañero e hijo — Dijo Bri sin mirar la lápida, Sherlock no dijo nada solo se quedó callado — Maldito imbécil — Ella se giró a la lápida — ¿Sabes cuánto me costo resignarme a tu partida? ¿Y DEJAS UN VIDEO? ¿UN MALDITO VIDEO? — Una risa nerviosa, profunda apareció en medio del dialogo — Ni siquiera sé por qué estoy hablando con tu... — Su voz se quebró — tu tumba... No estás ahí, y lo que hubiese querido decirte, es tarde — Suspiró reclinándose hacía adelante — No fui la mejor amiga que hubieses necesitado, pero tú fuiste lo que yo necesitaba... Y quiero llegar a ser lo que tu viste en mí — El rizado se mantuvo inmutable, caminó hasta quedar unos 4 pasos antes de ella que se irguió rápidamente — en serio voy a vengarte.

—Sherlock tocó su espalda cuando ella ya se había erguido — Él siempre quiso que estuvieras bien — Bri mantenía fija su vista en la lápida — no fue tu culpa en ningún momento lo que pudiese pasarle, él estaba consiente de lo que hacía. Además de que eran muy unidos, no dudo que hubieses hecho lo mismo por él — Ella lo miró — No fue tu culpa y él mismo te lo dijo en el video.

—Deon está vivo, Sherlock — El rizado asintió — él debe pagar por lo que me hizo... nos hizo — Corrigió — A todos nosotros...

—Bri — Él le tomo la mano — por favor...

—Si lo encuentro lo haré... Lo mataré — Riccio la miró con un poco de decepción, ambos se quedaron un rato más tomados de la mano.

***

Bri y Sherlock se habían ido a un pequeño café para poder desayunar, Bri había casi terminado de comer, cuando se fijó que al otro lado de la calle había un camarógrafo enfocándolos, Sherlock se percató en el rostro concentrado de la pequeña.

—Qué ves — Susurró mirando al otro lado de la calle igual que ella — Diablos... Son paparazzi

—Qué, por qué te siguen los paparazzi — Él se encogió de hombros.

—Desde hace unos años, soy sujeto de interés... Supongo que verme con una chica llamó la atención de él — Solo terminó de tomarse su café, sin agregar nada más.

—Lestrade ya debe estar en Yard — Eran las 8 de la mañana, Sherlock asintió levantándose para luego ver como Bri lo seguía — ¿Crees que se ponga feliz?

—Es muy sentimental, dudo que no lo haga — No estaban lejos así que decidieron ir a pie.

No tardaron más de 15 minutos en llegar a Yard, el edificio se alzaba frente a ellos, los ojos de Bri se movieron con un poco de nostalgia por toda la infraestructura, se sentía alegre de estar ahí hasta cierto punto.

Dio el primer paso, con inseguridad, hasta que el otro pie tomó la orden para comenzar la marcha. Sus pies tomaron un ritmo lento pero constante, entró al edificio divisando el ascensor donde había ido muchas veces junto a Lestrade.

Las llamas del incendio se movieron entre sus recuerdos, suspiró profundo mientras tocaba el botón de llamado. Sherlock y ella entraron cuando se abrieron las puertas, ambos giraron al mismo tiempo quedando con la mirada fija hacía la recepción.

Él toco el botón que tenía un número 11 muy estilizado, la castaña frunció el ceño con los ojos firmes en el número, comenzó a respirar profundo intentando aliviar sus nervios. Sentía nervios en los dedos de la mano, además de un terrible miedo agolpándose en el pecho, las piernas le temblaban, la última vez que había estado ahí, era para proteger a Lestrade de una posible catástrofe... Y volver la hacía sentir ese mismo temor.

La curiosa ansiedad comenzaba a levantarse del suelo, ella parecía poder verla, pequeños hilos que simulaban pensamientos de temor entre su cuerpo ataban sus manos, no podía recordar nada que la tranquilizase, entendió que no era el lugar, era el recuerdo... Ella sabía que podía ver con total normalidad cada paso que había dado durante ese tiempo, cerró los ojos negando, una mueca de frustración apareció en su rostro, tocar el pasado duele más que superarlo.

Sherlock le tomó la mano, haciendo que ella abriese sus ojos para observarlo.

—No estás sola esta vez — Bri respiró profundo cuando la puerta se abrió dejando ver las oficinas y al fondo la de Lestrade, una sonrisa leve apareció justo cuando la luz del sol golpeaba toda la habitación.

Ambos salieron soltándose las manos.

Donovan iba caminando por el pasillo, Bri la miró de reojo justo cuando abrió y cerró la boca de la sorpresa, la dejo ir de largo ella no era a quién iba a visitar. Al pararse frente la puerta de Lestrade no dudo en ningún momento en tocar.

—Pase — Se escuchó del otro lado, la característica voz de Lestrade que podía reconocer en cualquier lugar, giró el pomo de la puerta y no lo soltó hasta que abrió toda la puerta dejándose ver por completo — Oh por amor de Dios — Susurró dejando su boca abierta.

—La historia corta es que volví — Dijo Bri dejando ver sus dientes en una sonrisa.

El detective inspector se levantó sin ninguna expresión para acercarse a abrazar a la chiquilla con mucha efusividad, Bri disfrutó el abrazo con totalidad, ese tipo de abrazo como los que Lestrade le daba solo le recordaban a los de Mike y parecían los de Scott.

—No sabes cuánto te he extrañado, tú chica bastarda — La castaña se rio genuinamente — ya estaba harto de los otros intercambios.

—Aún no vuelvo a trabajar, pero puedo decir que, muy pronto me tendrás aquí — Lestrade se separó para luego abrazar a Sherlock que solo le palmeo la espalda con el rostro extrañado.

—En serio quiero saber todo lo que has hecho — Dijo mirándolos a ambos después de haberse separado del castaño.

—Y con gusto te lo voy a contar — Susurró dejando que la paz inundara su corazón... No sería fácil con Dmitry en su mente, pero creía en lo que Sherlock le había dicho, esta vez no estaba sola. 
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Nuevooo capítulo :3 espero que les guste y me den su opinión :333 créanme cuando les digo que la historia es como vivir para mí ✨💓 y espero que para ustedes también

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