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Capítulo 29. El caso de los padres: Nexos

De nuevo ahí les va una canción para ambientar el momento, y ustedes podrán activarla donde introduzca el video. :* Si la canción resulta muy larga para el momento, cortenla para cuando cambie de escena, así no se pierde el contexto. 

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POV Brigette.

Corrimos con Sherlock hasta la oficina, esperaba ver a Scott siendo tratado por John de alguna manera, aunque me parecía estúpido pensarlo, pero la esperanza es el peor enemigo de la realidad... Te deja crear ilusiones.

Cuando llegamos, sentado aún, se encontraba Mycroft con el rostro serio, inmutable. Nos miró con tranquilidad, dio un suspiro, para luego levantarse tomando unos fólderes.

–Scott fue llevado de emergencia a un centro asistencial – Rodeo la mesa hasta que se detuvo frente a nosotros – Tú seguirás el proceso que George puso mientras mi hermana lo controlaba, un asesinato agravado.

–Genial – Susurré – sinceramente no me importa, en serio, no mientras Scott esté mal.

–Necesitaras a alguien que te defienda – Rodé los ojos, sintiendo como la cabeza comenzaba a dolerme – Por eso me llevo los folders – Clavé mi mirada en él sin poder creer lo que acababa de escuchar – Hay que irnos – Dicho eso Mycroft salió del cuarto dejándonos a Sherlock y a mí estupefactos.

– ¿Escuchaste eso? – Sherlock alzó una ceja, para luego asentir.

–Creo que mi hermano, al final, si tiene conciencia – Riccio se acercó para apretarme mi mano con delicadeza, para luego ver mi oreja – Necesitas que te revisen la oreja – Sonreí levemente, para luego abrazarlo.

–Tienes moretes en el rostro – Lo observé, para ponerme de puntitas, pidiéndole un beso, las manos de Sherlock bajaron a mi cintura, para luego inclinarse y darme un beso tierno – También te deben revisar.

–No sabía que ya eran algo – La voz de Mycroft nos hizo separarnos, Sherlock rodó los ojos.

–¿Y qué harás? ¿Volvernos a separar? – Preguntó Riccio, en un momento creí que se iba a retractar, pero estaba ahí defendiendo lo nuestro – Ya Mycroft, soy un hombre, y amo a Brigette... No tengo por qué darte explicaciones, de lo que haga o deje de hacer.

–Eres un niño, ambos lo son – Le tome la mano a Sherlock, el mayor de sus hermanos fijó sus ojos en el gesto – Felicidades, supongo – Se dio la vuelta para comenzar a caminar de nuevo lejos de nosotros.

–Creí que lo íbamos a ocultar – Susurré con una sonrisa pequeña.

–Ya me aburrí de ocultarlo, especialmente con Mycroft, más noche cuando todo se normalice – Dijo mientras salíamos – le contaremos a John.

–Por el momento, me preocupa Scott – Sherlock comenzó a caminar conmigo siguiéndole los pasos – No quiero perderlo.

–No creo que lo pierdas – Ambos bajamos con normalidad, Sherrinford parecía regresar a la relativa normalidad en la que se movían sus guardias y directores – es un muchacho fuerte, no dudo que podrá recuperarse.

–Es de logística – Dije, avanzando, para luego salir a la arena de la isla – Es más débil de lo que parece.

–Por qué te llevas bien con Scott – Giré mi rostro para observarlo – es extraño, George me contó que cuando despertaste del coma, solo te llevabas bien con Scott – Suspiré.

–Aún me siento culpable por lo de Mike, Sherlock – Miré el helicóptero donde Mycroft ya se encontraba dentro – No quería encariñarme de nada, ni de nadie, porque sabía que era un error, cada vez que cerraba los ojos, te miraba a ti entregándome – Los ojos de Sherlock se fijaron en los míos – A Mycroft dejándome... Fue un año complicado – Mantuve mi vista fija en el frente, ya casi llegando al helicóptero – y Scott, me recordaba el ultimo trozo de bondad que había sentido en años. Así que me prometí cuidarlo con mi vida.

–Aún quisiera regresar el tiempo – Susurró Sherlock, haciéndome fruncir el ceño.

–Yo no – Riccio me miró con el rostro extrañado – ¿Sabes? Me dolió horrible lo que paso esa noche, mis cumpleaños nunca han sido normales, y realmente quisiera tener algún día uno en el que simplemente cortara un pastel, como antes que murieran mis padres – Suspiré – me decepcioné, me rompí, pero cuando los vi de nuevo, no solo a ti, sino que a todos, entendí que en ocasiones es necesario... Porque ahora me estoy reconstruyendo con lo que quiero que este en mi vida – Le tome la mano y se la apreté.

Sherlock sonrió.

***

Los tres llegaron al hospital unos 4 horas después, Bri sentía el corazón golpearle el pecho con fuerza. Buscaba con la mirada a George, en la sala de espera de la UCI, sabía que ahí habían muchos agentes de la CIA.

No fue hasta que vio a su jefe, que corrió a donde él. Mycroft tomó de la muñeca a Sherlock, al ver como empezaba a seguir a Bri, el mayor le indico con la mirada que esperara, cosa que Sherlock entendió rápidamente.

–Necesitan hablar, como ha hablado con cada uno de nosotros – El menor de los Holmes meditó un momento, para luego asentir – Después de lo de Mike – Susurró Mycroft – ellos no tuvieron la misma relación.

–¿Crees que se arreglen? – Mycroft se encogió de hombros.

–Nosotros actuamos normal ¿No? – Sherlock lo miró, a pesar de todo, su hermano no era un bloque de hielo completamente.

Sherlock fijó su vista en Bri, que parecía preguntarle con la mirada a George cómo se encontraba su amigo.

–¿Estará bien? – Preguntó la castaña con un suspiro.

–John fue un excelente doctor, está estable, así que supongo que en unos días podrá salir con normalidad – Respondió, directo, sin dar tantas vueltas al asunto, se sentían incomodos.

–Gracias por venir con él –George la observó, estaba seguro de que ellos necesitaban hablar – estaba realmente preocupada.

– Blume – Un escalofrío pasó por la columna vertebral de la pequeña, muy en el fondo extrañaba poder hablar con él como si fuera su papá – Necesitamos hablar.

–Creo que sí – Respondió Bri mirándolo con cierto dolor.

Ambos comenzaron a caminar por el pasillo, George tenía un pequeño cuarto en el que podrían hablar con tranquilidad.

–Siéntate – Dijo justo cuando entraron a la habitación, Bri tomó asiento en la cama que en algún momento ocuparía algún otro agente – Sé que lo que paso – Inició George fijando sus ojos en la mujer en la que se había convertido Brigette, en su mente pasaron las imágenes desde que Mason le había enviado una foto de ella – No fue algo que hubiésemos pensado – Las manos de Bri comenzaron a sudar.

–Perdón – Susurró, llamando la atención de George completamente – Yo fallé por no ser obediente en esa ocasión, y todo lo que ha pasado ha sido porque yo no he podido controlarme. En serio quise poder salvar a Mike, hubiese querido llevarme su cuerpo, que lo enterráramos como se debía pero, el miedo me invadió... – George sintió una parte que había ocultado durante mucho tiempo temblar – Cuando vine a sentir para todo era tarde... Y tú ni siquiera estabas.

–Estaba atrapado en Rusia, realmente no creí que...

–Por qué no me dijiste lo de mis padres – "Esa pregunta, esa maldita pregunta – Pensó desviando su vista al suelo" – Tenía derecho a saberlo.

–No estabas lista – El ceño de la castaña se frunció.

–¿Cuándo iba a estarlo? – George tragó grueso.

–Cuando no sintieras ganas de matar a quién lo hizo – George la miró – ahora ¿Crees que no sé qué estás buscando a Dmitry?

–Es lo menos que puedo hacer – Susurró con los ojos fijos en él – Mis padres no debieron morir así.

–Pero lo hicieron, y lo que menos querían es que tu fallecieras de la misma forma – Arrugó la nariz como lo hacía Evolet – No sabes cuánto me dolió creer que te había perdido a ti y a Mike.

–Tom ¿Por qué no me dijiste lo de Tom? – Ambos querían aclarar lo que sentían en ese momento – No era muy difícil, pero necesitabas que me enamorara de él.

–No creí que fuera a pasar, es más, pensé que Tom simplemente se rehabilitaría y luego se iría – George la miró, suspiró – Te explicaré primero lo de tus padres... – Bri tragó grueso – Cómo los conocí, qué fue lo que pasó, luego Tom.

–Está bien – Respondió Bri con el rostro inexpresivo.

***

Moscú, Rusia, 3:30 p.m.

Sus manos se movían con tranquilidad en el aire, caminaba con tranquilidad por el pasillo, de la gigantesca mansión mientras miraba los cuadros pintados en óleo de hacía años. Respiró profundo con hastío, le aburría tener que esperar al siguiente de sus clientes.

Por su mente paso Brigette sin ningún remordimiento, estaba feliz, su plan estaba saliendo como lo había planeado... Necesitaba que Dmitry moviera sus piezas con lentitud, así que solamente sonrió de lado, justo cuando abrió las puertas de madera que lo dejaron entrar a la gran habitación, decorada con una gigantesca alfombra de color rojo que casi llenaba el cuadrado que era la habitación.

Sebastian levantó su vista, con una sonrisa de lado indicó que su cliente, ya estaba ahí. Aunque él creyera que eran socios, nadie era más que el rey. Introdujo sus manos en sus bolsillos con la mirada fija en la silla principal de la mesa larga color caoba, era un gigantesco rectángulo, que separaba a Dmitry de él.

Ladeo su cabeza justo cuando quedó frente al anciano que lo miraba sin ningún temor, el cálido color café se enfrentaba al gélido azul con ímpetu.

–Moriarty – Susurró Dmitry – He escuchado mucho sobre ti – Jim sonrió mientras pasaba sus dedos por su mesa – Un lunático criminal... Creí que eras más viejo – La sonrisa no desapareció justo cuando se dejó caer en la silla, para dejar fijos sus ojos en el viejo – Hablar de nuestra asociación ha sido un poco complicado...

– ¿Asociación? – Moriarty negó mientras sus labios comenzaban a abrirse – Tú estás bajó mi poder, desde hace meses – Susurró con cinismo – así que Dmitry, tú me necesitas – La voz chillona de Moriarty irritó visiblemente a Dmitry.

–Yo no te necesito para acabar con Collins – El semblante del castaño cambió completamente, su sonrisa se desvaneció, dándole paso a una mueca de advertencia – puedo hacerlo solo – Tentó el viejo sabiendo que él no se agacharía por un niño.

–Como quieras – Se irguió mientras tragaba grueso, levantándose para inclinarse un poco hacia adelante – Petrov estaba bien ayer – El ceño de Dmitry se frunció – Sí tu hijo Petrov – Dmitry tragó grueso – Cuántos años pensabas mantenerlo en secreto.

–No sé cómo...

Una risa enmudeció la voz profunda del ruso de forma inmediata.

–No me digas a mí cómo, porque soy el primero en conocer lo que eres, antes siquiera que tú me conocieras a mí – Sebastian caminó al lado de Moriarty, mientras Dmitry se levantaba para quedar fijo en su puesto.

–Eres un niño a la par mía – Susurró con desprecio – Hay mañas de oficio que requieren años.

–Sebastian observó como Jim introducía sus manos de nuevo en los bolsillos de su pantalón – Y se supone que debo tenerte miedo... O ¿Debo sorprenderme?

Dmitry sentía como perdía fuerza, era extraño encontrarse con alguien que no le tuviera miedo.

–Si tienes a mi hijo, déjalo libre antes que yo te haga liberarlo – Moriarty sonrío mostrando sus dientes – Porque iré por ti, niñito.

–Jim dejó de sonreír – No me llames niñito – La voz se había vuelto igual de profunda, como si el lado juguetón de Jim se hubiese aburrido – Escúchame Dmitry, no vas a recuperar a tu hijo a menos que yo quiera – Sebastian observo a Jim, sabiendo que era muy tarde para intentar cambiar el curso de la actitud de Moriarty – Y una bromita más de estas, y te quitaré todo lo que has tardado años en acumular con TUS MAÑAS – Gritó logrando que el rostro del viejo retrocediera levemente.

–Qué quieres – Terminó por decir el anciano.

–Solamente saber tu mediocre plan, para poder arreglarlo – Sonrió de nuevo y hasta ese momento se sentó – Porque yo siempre, voy a tener un mejor plan para efectuar...

***

Moriarty se quedó quieto mientras Sebastian acompañaba a Dmitry a la salida. Rusia le gustaba por su ambiente frío, se paró sobre la mesa imaginándose de nuevo en la torre de Londres.

–Brigette es novia de Sherlock Holmes – Moriarty caminó hasta bajarse de la mesa – Ayer me llegó esa información.

–Es bueno que tengan una relación, Gorrión tiene leucemia – El ojos café comenzó a caminar, hasta una cortina que había puesto en la pared, Sebastian no sabía a qué hora la había puesto, no recordaba que estuviera el día anterior – El hecho de que Sherlock esté tan débil sentimentalmente hablando, nos da una ventaja inimaginable.

–Pero eso los hace más unidos, y más lejanos a nosotros – Jim sonrió mientras pasaba sus manos sobre la cortina de un color rojo sangre.

– ¿Alguna vez te he dicho por qué me gusta este color? – Sebastian negó, no dando una respuesta audible, mientras miraba la silueta de Jim moviéndose continuamente admirando la cortina – Es fácil – Susurró – Cada persona, cada cuerpo, cada vida se va cuando la sangre no fluye por sus venas – Sebastian alzó una ceja – No puedo evitar pensar que el próximo cuerpo va a dejar de respirar, no lo hago solo por matar Moran, va más allá de eso. Armar el plan que hará que una persona deje de existir, es lo que me emociona, que pueda conectarme previendo cualquier movimiento de la presa... Y sabes Sebastian, convertir a la presa en un juguete siempre me ha fascinado – Moran lo miro, estaba parado frente a la cortina como si detrás hubiera algo.

–Así que Brigette es la presa – Afirmo, recibiendo una risa con negar de parte de Moriarty.

–Sherlock siempre ha sido la presa – Susurró tomando con su mano más fuerte la tela de seda que parecía tapar algo – Bri es un agregado, Sebastian, que no voy a evitar probar – Moran sonrió, justo cuando Jim jaló con fuerza la cortina color sangre, mostrando una foto de Bri que miraba hacia el frente.

El criminal consultor posicionó su mano sobre el cuello de la pequeña en la imagen, mientras su mano derecha acariciaba la silueta.

–Entre más se acerqué a Sherlock – Dijo con una voz ronca – más me acerco yo también. Porque no sabrá de donde vendrá el golpe.

***

Nueva York, Estados Unidos, 8:00 p.m.

Mycroft y Sherlock habían salido al patio del hospital, tenía grama muy verde, y el calor era para ellos insoportable, los abrigos los habían dejado en su casa olvidando por completo su necesidad. Riccio iba meditando en lo que su hermana les había dicho, necesitaban encontrar el mapa a como diera lugar, así podrían estar un paso más cerca de sus padres.

–Por qué son novios – Preguntó Mycroft rompiendo la aparente línea de pensamientos que llevaba su hermano – Porque hace unos días se odiaban.

–Ya pasaron tres meses desde que estamos aquí – Susurró Sherlock – ¿Por qué te molesta que este con ella? – Respondió deteniéndose, su hermano mayor sacó dos cigarros del bolsillo trasero de su pantalón, le ofreció uno a su hermano que lo aceptó rondando los ojos, siempre que fumaban había un intento de charla humana entre ellos.

–No estoy acostumbrado a verte así – Encendió los cigarros de ambos – ¿Recuerdas cuando fumaste conmigo la primera vez?

–Sherlock no pudo evitar sonreír – Me atraganté – Respondió dando una calada y soltando el humo despacio – Casi me matas esa ocasión.

–Solo quería compartir contigo algo de lo que hacías – Riccio lo miró – No me molesta que Bri este contigo.

–No lo parece – Respondió cortante.

–Eres mi hermano menor – Dijo – Sé que estuvo mal entregar a Bri con Z, pero creí que con eso podría defenderte de lo demás. Brigette ha sido una asesina durante años, y pensé que necesitabas estabilidad... Ni siquiera sabías lo de Eurus, no quería que te pasara nada malo.

–No siempre vas a poder defenderme, hay decisiones que son mías – Sherlock intentaba entender a su hermano que miraba hacia el cielo – Brigette es una de ellas.

–Collins es una persona que puede enredarte fácilmente porque es demasiado voluble a la hora de actuar – Riccio lo observó detenidamente, en ese momento pensó que su hermano siempre había estado ahí – Solo prométeme, que no harán estupideces juntos, no lo apruebo, pero te apoyaré en esto – La vista de Iceman cayó sobre la de su hermano que lo miró con media sonrisa.

–Te estás volviendo viejo – Susurró el menor, haciendo reír al mayor de los Holmes, era su forma de decirle gracias – Pero eres mi viejo hermano.

Dicho eso ninguno de los dos hermanos mencionó nada más, solamente el silencio los acompañó frente al estrellado cielo de Nueva York.

Adentro del hospital George escuchaba con atención cada una de las palabras de Bri, era como si en algún momento hubiese conectado no solo con ella sino que con Mason también, era verlos a ambos en un solo cuerpo, desahogando lo que había sentido durante tanto tiempo.

La voz de Bri se había quebrado en algún punto de la conversación, con dificultad continuaba su relato, de los años que no se habían hablado como antes.

–Y eso es la mayoría de las cosas – Susurró intentando terminar el relato.

–Yo siempre voy a ser como tu papá – Dijo tomando valor para hablar sinceramente con ella – pero nunca podré superar su amor Bri... 

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Es un poco corto a los demás, pero aquí está nueva actualización por la celebración al día del libro. Espero les guste y me den su opinión, los y las quiero mucho. Muy pronto nuevo capítulo, es momento que Bri y George se amisten ¿No creen?

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