«Prólogo».
El amor nunca llega y si llega no dura por mucho tiempo, esas fueron las terribles palabras que mi madre me dijo cuando apenas tenía nueve años y que me marcarían para siempre.
Ella ya se encontraba cincuenta años casada con mi papá, pero aún así veía como ninguno de los dos se soportaba entre sí todavía no entiendo como es que siguieron juntos, mi relación con mi hermana menor Cassandra tampoco era la mejor, como era la consentida de nuestra mamá se sentía con el derecho de culparme por cosas que ni siquiera había hecho.
-Mira mamá Sophie rompió tú jarrón favorito, hay mamá Sophie se comió el postre de todos otra vez- u otras cosas por el estilo.
Como se imaginarán gracias a la mentirosa de mi hermana casi nunca salía a ningún lado con mis amigos, porque siempre me castigaban por su culpa y por ende nunca pude salir con un chico, ella era malvada.
No obstante, cuando tenía diecinueve años fui a una biblioteca exclusiva para monstruos con la finalidad de leer un libro que mi padre me había recomendado leer y ahí estaba arriba de las enormes repisas.
Intenté pararme de puntitas para alcanzar el libro, cuando noté que un monstruo alto, con piel gris, el pelo peinado hacia atrás y vestido de traje tomaba el libro que no podía alcanzar.
-Ten- dijo aquel extraño con una fría amabilidad que a mí me parecía encantadora.
-Gracias.
Sentí por primera vez lo que las protagonistas de libros de romance sentían, las famosas "mariposas en el estómago" y era algo gracioso ya que nuestras antiguas gobernantes eran de la familia "Butterfly".
Ese día cambió mi vida para siempre.
-¡Sophie! ¡SOPHIE!
Pero ahora, mi vida era un completo infierno.
-Sí jefe, ¿qué desea?
-Quiero que me reserves un buen lugar en el restaurante "Le Mons", para una junta que tendré mañana por la tarde con mi nuevo socio, un lagarto brillante y distinguido en la comunidad de monstruos.
-En seguida señor Anca Rana.
Sophia ¿qué estás haciendo? no puedes perder este trabajo por culpa de alguien al que ya no recuerdas ni su cara.
De repente mi celular-espejo comenzó a sonar, tenía el nombre de Spencer escrito, el único y verdadero amor de toda mi vida.
-Bueno.
-Hola mami.
-Hola tesoro, ¿llegaste con bien a casa de tú tía?
-Sí, aunque te extraño.
-Yo también tesoro, pero mamá tiene que trabajar por los dos.
-Te quiero mami.
-Y yo a ti.
Dicho esto colgué mi teléfono, no quería que mi jefe el señor Anca rana me viera hablando con mi hijo, se enfadaría mucho conmigo y le daría la excusa perfecta para despedirme, mi jefe podía ser un tirano a veces.
Terminando mis deberes como secretaria fui al ascensor que se comenzaba a llenar de mucha gente, monstruos que comían gracias a mi jefe en negocios "algo turbios", de entre toda esa gente una cara se me hacía muy familiar era un monstruo gris con traje y corbata sin un dedo de en medio, muy parecido al del sueño de hace rato, mejor dicho una pesadilla.
Por alguna extraña razón aquel sujeto lo repugnaba, con algo de suerte ya no volvería a verlo, pero recordemos que soy Sophie Lú the Septarsis y la suerte nunca había estado de mi lado.
Esa lagartija era el nuevo socio de mi jefe y por ende tendría que atenderlo como se merece.
-Aquí está su taza de café Sr. Septarsis.
-Gracias.
-Si ya no necesita nada más, me retiro.
Aquel hombre antes de que me fuera me tomó del codo y me dijo.
-Tengo la extraña sensación de que tú y yo ya nos conocíamos desde antes.
-No lo sé, quizás nos vimos en el ascensor u otra área de la empresa.
-Sí tal vez sea eso-replicó el lagarto antes de dejarme marchar.
¿Qué había sido todo eso? tengo la extraña sensación de que ya lo había visto antes, pero ¿en dónde?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro