Pecado 2
Los gritos y reclamos se podían escuchar detrás de la puerta. Algunos gritos tenían sus voces al borde del llanto y otras solo era de enojo y frustración. El peli celeste solamente se limitaba a cerrar sus ojos y taparse sus oídos. No quería escuchar los gritos que le eran dirigidos a su profesora. Y sabía perfectamente que la causa de esos gritos era su propio ser. Sus manos temblaban al igual que sus labios.
-V-vamos Nagisa.... Deja de llorar-A pesar de intentar auto convérsese no ocurría nada-Deja de ser un maldito niño llorón-Era un debilucho física y emocionalmente. Se preguntaba cómo alguien así de débil tuvo las agallas de haber matado a semejante criatura como koro-sensei.
Cerro con fuerza sus ojos y apretó más con sus manos sus orejas cuando el sonido de algo golpearse retumbo dentro del salón. Su respiración se volvió rápida. ¿Qué es lo que está pasando allí dentro? Otro. Y otro. Y otro más. Los sonidos de golpes retumbaban dentro del salón.
¿Por qué esto me sucede a mí?
El sonido de unos pasos se mesclo con los demás ruidos. Para la mala suerte del pequeño peli celeste esos pasos se dirigían hacia la puerta. Se arrastró por el suelo hasta quedar al otro lado en el punto ciego de la puerta. Tapo su boca y espero lo peor.
-Tenme piedad dios-Susurro para después acomodarse y cubrir su boca con ambas manos.
La puerta se abrió dejando a la vista la figura de su profesora y ambos diablillos además de los gritos que aún se escuchaban de fondo. Irina traía consigo la bolsa con el cambio de deportes en una mano y con la otra apartaba a sus compañeros. Nakamura estaba siendo agarrada de un brazo por Maehara que para su suerte la rubia se rindió de mala gana y se fue a sentar. Sin embargo el pelirrojo no se rendía. Tenía detrás de el a Isogai y Kayano intentando calmarlo. Nagisa llego a la conclusión de que la clase se había alterado pero solo Nakamura y Karma tuvieron las agallas de actuar mientras los demás solo protestaban.
- ¡Ya basta! -Grito la profesora con su ceño fruncido.
- ¡Me detendré hasta que m- nos digas como se encuentra Nagisa-kun!-Se auto corrigió el pelirrojo.
- ¡Ya te dije que Karasuma no me ha dicho nada!-Mentira- ¡Y el mocoso aún sigue inconsciente en la enfermería!-Mentira- ¡Yo no puedo hacer nada!-Mentiras y más mentiras. Odiaba mentirles. En especial a ellos. Pero no podía traicionar al peli celeste.
Ambos somos culpables...
- ¡Pruébalo!-Grito.
- ¡Karma ya basta!-La peliverde agarro el brazo del mencionado.
- ¡Déjame! ¡Ya les he dicho todo lo que se!-La profesora con algo de fastidio logro zafarse del pelirrojo. Isogai y Kouki ayudaron a Kayano a detener a Karma el cual aún se resistía. Necesitaba sacarle hasta la última gota de información acerca de su amigo. Irina les dio la espalda.
-Ya te he dicho que no se nada. Karasuma vendrá pronto para decirles de la situación. Interróguenlo a él, ya que él tiene las respuestas que buscan-Finalizo alejándose de la puerta. El pelirrojo refunfuño y se liberó de los brazos que le sostenían.
-Bien-Dijo molesto. Acerco su mano dispuesto a cerrar la puerta del salón.
Al escuchar el sonido la puerta cerrándose suspiro y se acercó a Nagisa el cual la miro temeroso y volvió a ayudarlo a pararse pasando su brazo por su cuello para llevarlo a las duchas. Lo que no sabía era que antes de que la puerta se cerrase por completo el pelirrojo había visto como su profesora le ayudaba y se llevaba al peli celeste.
-Je~, Bitch-sensei, no es bueno mentir...-Susurro mientras en sus labios se formaba una sonrisa y terminaba de cerrar la puerta del salón.
Dime la verdad. Y nadie saldrá herido.
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-Uhg...-Separo sus parpados lentamente encontrándose con los rayos del sol y el cielo siendo tapado por las ramas de los árboles que le rodeaban. Su garganta aun ardía. Su cuerpo pesaba. Pero lo importante en ese momento era que seguía consiente.
Levanto su mano al cielo haciendo que lo que restaba de aquel pegajoso líquido empezase a rebelar por su brazo hasta caer al suelo-Heh -Sonrió. Poso su otra mano en su pecho. Donde se localizaba su corazón para ser exactos-Aun sigue bombeando...-Estaba satisfecho. Su corazón aún seguía haciendo su respectiva labor. Bajo su brazo y con su mano toco su rostro sintiendo el pegajoso líquido sobre sus mejillas. Con sus dedos suavemente aparto un poco del líquido de su mejilla izquierda. Observo a sus pies observando como el líquido descendía haciendo visibles sus existentes pies. Aún tenía la ropa que cuando todo ocurrió.
-Duele... pero todo tiene su recompensa-Volvió a sonreír.
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Sus cálculos fueron correctos. Él nunca se equivocaba.
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Le llevo la mayoría de su tiempo para poder hacer todos los cálculos necesarios. Necesitaba tiempo para terminar con los correspondientes preparativos.
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La máscara ya no existe.
Él ya ha logrado quitársela. Él ya se ha arrancado la piel.
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