Capítulo 53
Pasado un tiempo, Rojelia comenzó a separarse de Mario lentamente, secando las lágrimas de sus mejillas y ojos.
Rojelia : Gracias ... y lamento haber manchado tu camisa.
Mario (sonriendo) : No pasa nada, esto se quita fácil.
Ale (se cruza de brazos) : Llamaré a Lana para decirle que Rojelia ya recapacitó sobre sus ideas suicidas.
Rojelia volteó a ver a Ale con intenciones de gritarle, pero Mario la tomó del hombro, llamando su atención.
Mario : Pronto aprenderás que Ale tiene una manera ... peculiar de decir las cosas. No quería insultarte, creeme.
Rojelia (refunfuña) : Si tu lo dices.
Ale se alejó un poco del grupo para sacar su teléfono y llamar a Lana, mientras que el resto se acercaron a Rojelia para hablar con ella.
Daisy (se cruza de brazos) : Hola, Rojelia. Em ... me llamo ...
Rojelia (la interrumpe) : Daisy, princesa de Sarasaland. Las otras dos son Rosalina y Catherine, y el destello negro es Polari. Los conozco a todos ... después de todo se supone que debía llevarlos con Selene o matarlos.
Daisy : Eso es ... aterrador.
Catherine : Aunque está lejos de ser lo más aterrador que has escuchado.
Daisy : Lo se, es solo que cuando salí de mi palacio no esperé llegar a estar en la lista de homicidios pendientes de alguien.
Rosalina : Pero todo eso ya no importa.
La rubia se acercó hasta Rojelia y le dio un abrazo, haciendo que se sintiera un poco incómoda pues no estaba acostumbrada a las muestras de cariño. La mujer mitad koopa se quedó con las manos extendidas a los lados de su cuerpo, alejando su rostro todo lo que pudo de la cabeza de Rosalina.
Rojelia (incómoda) : Ok ... me alegra no tener que matarlos, no estar sola y ... todo eso, pero ... sin abrazos ¿de acuerdo?
Rosalina se separó rápidamente de Rojelia, retrocediendo hasta donde estaba el resto, luciendo apenada.
Rosalina : Claro ... lo siento. No debí emocionarme tanto. Es solo que ... en verdad estaba preocupada por ... ya sabes ... todo lo que te pasó.
Rojelia (refunfuña suavemente) : Sí, lo sé, y ... aprecio la preocupación. Solo mantengamos el espacio personal, y ni una sola palabra sobre cómo me desahoge ¿de acuerdo?
Mario (pone su mano en el hombro de Rojelia) : Si te hace sentir mejor, diremos que golpeaste una pared o algo.
Rojelia : Eso servirá.
Ale (se acerca al grupo) : Bien, Lana vendrá en breve.
Rojelia : Pues en lo que viene, vamos a hablar. Hace unos días, en el bosque yoshi, Mario mencionó que tenían un plan, o algo parecido a un plan, para detener a Selene.
Ale : Pues es más cercano a tu segunda opción. Estamos buscando una estrella de luz que nos ayude a destruir la de oscuridad antes de que este completa.
Rojelia : Y esa estrella ... ¿podrá devolverme a la normalidad?
Ale : Será de preguntarle ... cuando la encontremos, claro.
Rojelia (suspira) : Bueno, creo que es mejor que nada. Después de todo (se mira las garras de sus dedos y su cola) es mi última esperanza de ser normal de nuevo. (levanta la vista hacia Ale) ¿En que puedo ayudar?
Ale : Primero, debes descansar. Soy malo con hechizos curativos, así que experimentarás efectos secundarios.
Mario : Tendrás una gripe horrible.
Rojelia (levanta una ceja) : ¿En serio?
Ale : Bueno, ella es medio koopa, así que los efectos secundarios podrían variar.
Catherine : De momento déjanos continuar con lo nuestro, y en cuanto estés en óptimas condiciones ya veremos como puedes ayudarnos.
Rojelia : Claro ... solo no me dejen de lado ¿de acuerdo? No me quiero quedar con ustedes para no hacer nada.
Mario (la toma del hombro) : En cuanto te sientas mejor nos encargaremos de que desees volver a descansar.
Rojelia (sonríe levemente) : Eso espero.
Polari : Sí, sí, todo muy bonito, pero ¿nadie se ha puesto a pensar en donde se va a quedar Rojelia?
Todos voltearon a ver a Polari, incluída Rojelia, y luego se vieron entre ellos.
Mario : Podemos mandarla a la casa de Lana, ella no está aquí para quejarse.
Rosalina empujó suavemente a Mario, quien al voltear a verla se topó con una mirada seria y molesta.
Mario (desvía la mirada) : Solo ... bromeaba.
Polari : Además, debes recordar que Lana vive conmigo, y yo sí estoy aquí para quejarme.
Rojelia (mira a su alrededor) : Puedo quedarme aquí, se ve cómodo.
Ale : Este lugar no tiene comida, ni camas. Además, no siempre vamos a ir de misiones ¿sabes? A veces nos tomamos descansos, y dudo que puedas hacerlo estando aquí.
Daisy : Ale tiene razón, este no es lugar para vivir, solo para reunirnos. Lastimosamente no puedes venirte con Mario, Rosa y yo, porque seguro matarías del susto a Peach.
Rojelia (molesta) : Bien, bien ... ¿que me dices tu, Catherine? ¿Puedo quedarme contigo?
Catherine : Bueno, mi casa no es muy grande, y solo tengo cama para mí.
Ale (suspira) : Supongo que tendrás que quedarte conmigo.
Todos (voltean a ver a Ale) : ¿¡Queeee!?
Ale : Mi casa es grande, y tengo una habitación para visitas. Puedes quedarte conmigo mientras te conseguimos un lugar, pero habrán ciertas reglas que debes respetar ¿de acuerdo?
Rojelia : Eh ... claro, suena justo. Tengo curiosidad por ver como es tu casa.
Catherine : Pues es acogedora y bonita.
Mario : Y el refri siempre tiene comida.
Daisy : Y hay muchas armas, y una robot aterradora que está en toda la casa.
Ale : Esa robot aterradora se llama Alfa, y me ayuda mucho ¿de acuerdo? ... más que tú, sin duda.
Daisy le sacó la lengua a Ale, causando que Mario y Catherine rieran suavemente.
Rojelia : Pues está decidido, me quedaré contigo para mientras.
Ale : Bien. Solo esperaremos a que regrese Lana para que hablen un rato, y luego te llevaré a mi casa.
El grupo se separó en ese momento, tras lo que Mario comenzó a seguir a Rosalina.
Mario (alcanza a Rosalina) : Hola ... no tuve mucho tiempo de hablar contigo.
Rosalina : Lo sé, estabas preocupado por Rojelia.
Mario : Sí, pero ... quisiera hablar contigo sobre lo de ayer, yo ...
Rosalina (pone su dedo índice sobre la boca de Mario) : No hay nada que decir sobre eso. Dejemos el pasado donde pertenece.
Mario (se quita el dedo de Rosalina de la boca) : No, no sin que me disculpe contigo. Yo ... debí de escucharte, y de creerte. Fui muy duro contigo, y ... seguro que puedes hacer caldos muy ricos.
Rosalina (sonríe) : Acepto tu disculpa.
Mario : Las relaciones se deben basar en la confianza, así que a partir de ahora confiare en tí, especialmente si Peach o Pauline tienen otra versión de los hechos.
Rosalina : Gracias. Yo también confío en ti.
Daisy (viéndolos de lejos, habla con Catherine) : Parece que esos dos ya se reconciliaron.
Catherine (viendo a Ale y a Rojelia) : Eso parece.
Daisy (voltea a ver a Catherine) : ¿Sucede algo, Cat? Pareces muy distraída viendo a Ale y a Rojelia.
Catherine desvió la vista de su compañero y Rojelia, volteando a ver a la princesa castaña mientras tartamudeaba avergonzada.
Catherine (sonrojada) : ¿¡Qué!? N~no se de que hablas, Daisy ... yo ... yo no los estoy viendo, pa~para nada.
Daisy (sonrie de forma pícara) : Bien, señorita "la casa de Ale es acogedora y bonita" ¿estás celosa de que Rojelia se va a quedar en la casa de Ale?
Catherine : Nnn~no ... (se cruza de brazos) de echo me siento mal por ella, no me imagino lo horrible que debe ser aguantar a Ale todo el día. Yo lo veo de vez en cuando y no lo aguanto.
Daisy : Sí ... claro.
Daisy desvió su mirada hacia Mario y Rosalina, mientras que Catherine se quedó viendo fijamente al suelo, lanzando fugaces miradas hacia Ale y Rojelia de vez en cuando. Una vez que llegó Lana, esta habló unos minutos con Rojelia, tras lo que Ale decidió llevar a su nueva invitada a su casa para que pudiera descansar, mientras que el resto del grupo se dirigió de nuevo a sus casas.
Al llegar, Rojelia se asombró de lo amplia que era la casa de Ale, siendo que él vivía solo.
Rojelia (viendo hacia todos lados) : Vaya, sí que es grande.
Ale : Te dije que tenía espacio ... ¡Alfa!
Luego del grito del científico, una voz femenina se escuchó por toda la entrada de la casa, tomando por sorpresa a Rojelia.
Alfa : ¿Que sucede, señor?
Rojelia : Así que esta es la robot aterradora ¿eh?
Alfa : Mi nombre es Alfa, señorita, y soy la asistente de Ale.
Ale : Y esta señorita que está conmigo es Rojelia, quien vivirá con nosotros mientras consigue un lugar.
Alfa : De acuerdo. Mi propósito es servir a quienes vivan en esta casa, así que si la señorita Rojelia necesita algo, solo debe decir mi nombre y hacer su petición.
Rojelia : Así que ¿ves todo lo que pasa en esta casa, y escuchas todo lo que se dice?
Alfa : Tengo un reconocimiento de voz que activa mi memoria al momento de escuchar mi nombre proveniente de una voz registrada. Antes de ello, toda conversación o monólogo es solo ruido intangible para mí. Y respecto a ver todo lo que pasa, apago y enciendo las cámaras de la casa según me lo indiquen las voces registradas en mi memoria, por lo que si quiere privacidad solo debe pedirla.
Rojelia : Daisy tenía razón, esto es ... algo aterrador.
Ale : Ya te acostumbrarás. Ahora sígueme, te mostraré toda la casa.
Rojelia comenzó a seguir a su anfitrión por toda la casa hasta terminar en la habitación de huéspedes.
Ale : Y este es tu cuarto.
Rojelia (se sienta en la cama) : Ahhhh ... esto sí es una cama. (voltea a ver a Ale) Gracias por ... dejar que me quede en tu casa.
Ale : No tienes que mencionarlo. Simplemente no rompas nada, y todo estará en orden.
Rojelia : Lo tendré en cuenta.
Ale : Y, dime ... ¿no quieres más ropa?
Rojelia (se ve a si misma) : Emmm ... pues, esta ropa es bastante cómoda, y es resistente al fuego. Y bueno, dudo mucho que puedas encontrar ropa hecha para una chica con un caparazón en su espalda y una cola enorme saliendo de su espalda baja.
Ale : Tal vez no las hagan así, pero Alfa las puede modificar para ti.
Rojelia comenzó a ver hacia todos lados, esperando escuchar la voz de la asistente robot, lo que causó que Ale riera suavemente.
Ale : Si nadie le da comandos en un tiempo, deja de escuchar.
Rojelia : Mmmm ... si tu lo dices.
Ale : Si quieres estar segura solo pregúntale a Catherine, ella la diseñó.
Rojelia : Bueno ... ... y volviendo a lo de antes ¿en serio puede modificar la ropa para mí?
Ale : Claro. Solo debes pedirle que escanee tu cuerpo, le das la ropa una vez que la tengas, y se encargará de modificarlas para que puedas usarlas sin destrozarlas. Especialmente las camisas y blusas.
Rojelia (levanta una ceja) : ¿Escanearme? ¿Y me debo desnudar para eso?
Ale : Oye, hay maneras más fáciles de ver mujeres desnudas, así que no me mires así. Además, puedes escanearte con ese traje puesto, después de todo Alfa solo necesita saber la forma general de tu cuerpo para saber donde cortar la ropa y esas cosas.
Rojelia : Claro.
Ale (da una palmada con sus manos) : Bien, eso será todo por ahora. Descansa, y ya mañana si quieres puedes ir por ropa y esas cosas.
Rojelia (ríe de forma sarcástica) : ¿Ir de compras, luciendo así?
Ale : Rosalina y Daisy te pueden acompañar, para calmar a todos los que te vean. Y pues, así podras ver que te gusta.
Rojelia (se cruza de brazos) : No lo sé, podría terminar en desastre.
Ale : Piénsalo. Tal vez estar afuera, junto a otras personas, te haga sentir mejor. Además, Daisy pateará a todo el que se te acerque antes de que puedas matarlo, así que de eso no debes preocuparte.
Rojelia rió suavemente, tras lo que Ale se alejó del marco de la puerta, dejándola sola.
Rojelia (pensando mientras ve la cama) : 'Ahora solo espero no moverme tanto en la noche, odiaría destrozar este cojín tan blando con las espinas de mi caparazón.'
Mario:
Ya reconciliado con su pareja de verdad, ambos regresaron junto a Daisy a su casa, en donde se separaron. Rosalina se dirigió a su habitación, topándose con Pauline en el camino.
Pauline : Hola Rosa, veo que ya regresaste de tu entrenamiento ¿y Mario, vino contigo?
Rosalina continuó su camino, hablando en un tono serio y frío al pasar al lado de Pauline.
Rosalina : Sí, está en la cocina.
Pauline (la voltea a ver) : ¿Te sucede algo?
Rosalina (se detiene, pero no la voltea a ver) : No. Ahora si me disculpas, debo ver que tal está mi pequeño, así que con tu permiso me encerraré en mi cuarto y te dejaré a ti y a Mario en paz.
La rubia caminó hacia su habitación, cerrando la puerta suavemente al entrar. Esto confundió a Pauline, pues le dio a entender que Rosalina no estaba molesta.
Pauline (pensando) : '¿Tan rápido funcionó la idea de Peach para apartarla de Mario? ... vaya ... me siento algo ... culpable.'
Los ojos de Pauline se iluminaron con un tono morado, tras lo que sonrió levemente.
Pauline (pensando) : 'Aunque así está mejor. Ella ya tiene a Mario casi la mitad de los días entre semana, es justo que cuando regresen a la casa se aparte por completo de él.'
Pauline se dirigió a las gradas y bajó al primer nivel, dirigiéndose hacia Mario para pasar el resto de la tarde con él. Ya al día siguiente, Mario, Daisy y Rosalina se dirigieron a la base, en donde se encontraron con Lana y Rojelia en la entrada del laboratorio.
Lana : Hey, me alegra verlos.
Rosalina : Lo mismo digo ¿Ale está adentro?
Lana : Sí, pero él dice que hoy no vas a entrenar.
Rosalina : ¿¡Qué!? Ya van dos días seguidos sin entrenamiento.
Rojelia : Es importante el entrenamiento.
Lana : Ya habrá tiempo para ello, ahora él quiere que acompañemos a Rojelia al centro para comprarle algo de ropa.
Daisy : Jeje, suena divertido.
Rojelia : Tal vez para ti.
Rosalina : A mí me parece bien. Llevar ropa como la nuestra te hará sentir más humana.
Mario : Yo también creo que es buena idea.
Rojelia : Mmmmm ...
Lana : No esperabas que todas estuvieramos de acuerdo en acompañarte ¿verdad?
Rojelia : No ... pero ...
La mujer mitad koopa miró a los ojos a Lana, Daisy y Rosalina, notando que no estaban molestas con la idea.
Rojelia : De acuerdo ... vamos por ropa.
Lana : ¡Bien! ... ah, sí, Mario, Ale quiere verte.
Mario : ¿En serio? ... bueno, entonces las veré a todas más tarde, que se diviertan.
Las chicas comenzaron a caminar hacia la entrada de la base, mientras que el joven de rojo entró al laboratorio. Allí se encontró con su compañero de equipo revisando unos papeles en su escritorio, algo distraído. Mario se acercó hasta quedar a pocos centímetros de la orilla del escritorio, para luego apoyar sus manos sobre este.
Mario : Se te ve algo distraído ¿eh?
Ale levantó la vista rápidamente, saliendo de sus pensamientos.
Ale : Yo solo ... estaba pensando unas cosas, es todo.
El joven científico procedió a mover los papeles de lugar, metiéndolos en una de las gabetas de su escritorio.
Mario : Eso era de la estrella de luz ¿verdad?
Ale : Sí ... esto está empezando a frustrarme. Con Catherine hemos probado varias formas de descifrar esta cosa, pero no tenemos ni idea de en que idioma está escrito. Este no aparece en ningún libro de historia.
Mario : ¿Un idioma perdido?
Ale : Tal vez, pero si ese llegase a ser el caso, no tenemos el tiempo para buscarla por todo el planeta esperando a dar con ella por suerte.
Mario : Yo reduciría la búsqueda a solo la isla yoshi, ya que allí es donde se encontraron los pergaminos y el templo abandonado. Sigue siendo un lugar grande, pero las probabilidades aumentan ¿no?
Ale : Sí, aunque sigue sin ser el escenario ideal.
Mario : Lo se. (se queda en silencio por unos segundos) Y dime, ¿que querías decirme? Acabo de recordar que Lana lo mencionó.
Ale : ¡Ah, sí! Verás, pensé que tal vez quisieras saber esto, ya que acompañaste a Bowser al reino koopa. Resulta que ya despertó, y pues aparte de que está bien, decidió acabar con toda actividad violenta que pudiera tener su reino con otros reinos. Así que ya no tendremos que preocuparnos por los koopas, y eso se agradece.
Mario (se cruza de brazos) : Sí, son buenas noticias ... incluso lo de que Bowser está bien.
Ale : Por suerte no tuvimos que colaborar por tanto tiempo ¿eh?
Mario : Sí ...
Ale (levanta una ceja) : ¿Está todo en orden?
Mario : Bueno, tal vez ... me siento algo ... mal por la forma en que me comporté con él.
Ale : Dudo mucho que le importe eso en estos momentos.
Mario (sonríe) : Puede ser, pero (se pone serio) a mí si me importa.
Ale : Bueno, si algún día volvemos a colaborar podrás cambiar tu actitud.
Mario : Y esperemos que ese día jamás llegue.
Ambos rieron, tras lo que Mario metió las manos en los bolsillos de su pantalón, paseando su mirada por todo el laboratorio.
Mario : Y ... ¿tienes alguna misión para mí?
Ale : Me temo que no, así que puedes irte y descansar.
Mario : ¿No quieres mi ayuda para descifrar lo de la estrella de luz?
Ale : De momento, no. Dejanos agotar todas nuestras opciones, y entonces le pediremos ayuda al resto.
Mario : Entiendo. Bueno, creo que me iré a ver televisión entonces.
Mario dio media vuelta y se dirigió hacia la entrada del laboratorio, topándose con Catherine en la entrada.
Mario (sigue caminando) : Hola Cat.
Catherine (sin detenerse) : Hola Mario.
El joven de rojo continuó su camino hasta llegar a su casa, en donde se sentó en el sillón de la sala y encendió la televisión. Comenzó a pasar los canales desganado, esperando encontrar algo que lo mantuviera entretenido, cuando de repente sonó su teléfono. Lo sacó de su bolsillo, sorprendiéndose de que fuera Pauline quien llamaba. Apagó la televisión y se acomodó en el sillón, contestando la llamada.
Mario : ¡Hola Pauli! ¿Qué tal estas?
Pauline (con la voz temblorosa de la emoción) : ¡Hola Mario! ... perdón por llamarte, pero ... es que no ... ¡no podía esperar para decírtelo!
Mario : ¡Wow! Se te oye muy animada Pauli ¿qué sucede?
Pauline : Es que ... le mostré la letra de mi canción a uno de mis catedráticos ... y los bocetos de la melodía que tenemos ... ... ... ¡¡y le encantaron!!
Mario (feliz) : ¡Ves, te dije que valía la pena darte a conocer!
Pauline : ¡Lo sé! Él va a hablar con unos amigos suyos para ver si me consiguen un lugar donde presentar mi canción. Sería mi primer presentación, sin mentiras, dando a conocer al rostro detrás de las melodías que compuse antes. El miedo a lo que mi padre pueda pensar ya no me preocupa ... y todo gracias a ti, Mario.
Mario : Oye, yo solo te di un empujón en la dirección correcta, tu hiciste el resto.
Pauline : Lo sé. Ahora debemos practicar más tiempo que antes. Espero que esto no intervenga mucho con tu misión.
Mario : Podemos practicar en fines de semana, o en la casa. Creo que también es momento de decirle la verdad a Peach y a Daisy ¿no crees?
Pauline : Sí ... tienes razón. Ahhhh, estoy realmente emocionada. Cuando regrese a casa voy a abrazarte, y no planeo soltarte fácilmente.
Mario : Lo sé, y no puedo esperar.
Pauline (ríe suavemente) : Bien, entonces nos vemos. Te amo.
Mario : Yo también te amo. Adiós.
Pauline terminó la llamada, tras lo que Mario guardó su teléfono nuevamente, recostándose en el sillón.
Mario (pensando) : 'Espero poder terminar con el hechizo antes de tu presentación, Pauline.'
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