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Capitulo 45

Mario:

Mientras Rosalina les explicaba toda la verdad sobre ella a las chicas, Mario se dirigió al cuarto de su hermano. Al llegar, lo vio sentado frente a su computadora, por lo que se apoyó en el marco de la puerta y la golpeó con su puño dos veces. Su hermano lo volteo a ver y colocó la computadora en suspensión, recostandose en su silla de oficina.

Luigi : Hola hermano.

Mario (serio) : Hola.

Luigi (preocupado) : ¿Pasa algo?

Mario : Pues, sí. Yo ... (suspira) yo pense que ahora que ya me hablas y dejamos los secretos en el pasado, creo que es buen momento para aclarar tus dudas. Si hay algo que quieras saber, solo dímelo.

Luigi : Vaya ... no esperaba esto.

El hermano de verde se quedó viendo a Mario fijamente, colocando su mano derecha en su mentón mientras pensaba en qué podía preguntarle a su hermano. Finalmente, un recuerdo llegó a su mente.

Luigi : Solo hay una cosa que quisiera saber. El día que nos mudamos fuera de la ciudad, cuando papá te llevó al bosque y yo te encontré a media noche ¿que fue lo que pasó? Lucías como si te hubieran amarrado.

Mario bajó la vista y dejó escapar un suspiro pesado, tras lo que entró a la habitación de su hermano, sentandose en su cama. Luigi movió su silla para poder quedar frente a frente con él, y una vez que Mario se sentó erguido comenzó a hablar.

Mario : Ese día, nuestro padrastro me llevó al bosque diciendo que me enseñaría algo útil para mí. Caminamos bastante, y en un momento me pidió que me acercara a un árbol, no recuerdo muy bien para que, pues cuando lo hice me noqueo. No sabría decirte con que lo hizo, pero cuando reaccioné estaba amarrado a ese mismo árbol. Mis manos estaban atadas entre ellas detrás del árbol, y apenas y podía moverme de arriba a abajo pues me raspaba los brazos. Él dejó un cuchillo frente a mí y me miró a los ojos, diciendome que jamás aprendería a controlarme si no aprendía a sobrevivir por mi cuenta primero. Me dijo que yo tendría que salir de esa solo, o moriría de hambre, y luego se fue. Durante las primeras horas me quedé esperando a que regresara diciendo que era en realidad una prueba de resistencia o algo, pero el tiempo siguió pasando y comence a tener hambre y sed. Luego comence a llamarlo, a llamarte a ti o a mamá, pero nada sucedió. Lo siguiente que hice fue llorar de la desesperación hasta que me dormí por el cansancio. Para cuando desperté ya era de noche, tenía sed y hambre, y el dolor de mis manos era insoportable. Fue entonces que me di cuenta de que debía hacer algo o moriría allí mismo, así que estire mis pies todo lo que pude hasta que saqué el cuchillo de la tierra. Luego lo acerque a mí y lo mande hasta mis manos, cortando la cuerda. Al comenzar a caminar de vuelta a casa escuche tu voz, así que la seguí, y finalmente te encontre.

Luigi estaba sorprendido por lo que había oído. Jamás imaginó que lo que pasó aquella noche fuera tan serio.

Luigi : Yo ... yo no sabía que ...

Mario le enseñó a su hermano la palma de su mano derecha, indicandole que no siguiera hablando.

Mario : Eso ya no importa, literalmente. Y, aún a pesar de lo horrible que fue en ese entonces, creo que aprendí algo valioso ese día: no siempre puedo darme el lujo de esperar a que otros me ayuden. Debo poder resolver los problemas que pueda yo solo, y debo ser fuerte para hacerlo. Pero estoy seguro de que habían otras formas de enseñarme eso.

Luigi : Definitivamente.

Los dos hermanos se quedaron en silencio un par de segundos, tras lo que Luigi habló.

Luigi (nervioso) : O ... oye Mario ... yo ... quisiera preguntarte algo ... sobre otro tema.

Mario (intrigado) : Claro, dime.

Luigi : Veras ... tu ... ¿aún eres virgen?

La pregunta de Luigi golpeó a Mario con la fuerza de un tren, haciendo que sus pupilas se dilataran y perdiera el aliento por una fracción de segundo. Cerró los ojos y llevó su mano derecha a su boca cerrada, aclarando su garganta y sus ideas.

Mario (con los ojos cerrados) : Por supuesto, Luigi. (pensando) 'Para nada me acoste con tu novia antes de que fuera tu novia.'

Luigi notó el impacto de su pregunta, por lo que se sonrojó por la vergüenza.

Luigi (apenado) : Lamento haberte hecho la pregunta hermano (rasca su cabeza) perdón por pensar así de ti.

Mario abrió los ojos de golpe, cambiando su expresión a una de descontento y decepción, cruzandose de brazos.

Mario : ¿Estas diciendo que soy tan depravado que a los meses de comenzar a relacionarme con chicas perdería mi virginidad? (pensando) 'Que técnicamente sí pasó, pero no viene al caso.'

Luigi (avergonzado) : ¡Nnnnnnno, no, para nada! Es solo que ... ya sabes ... así eres tu. Siempre hacia adelante, sin miedo o ... sin pensar mucho las cosas.

Mario (relajandose) : Eh, creo que tienes razón ... mi mayor virtud, pero también mi mayor defecto supongo, jajaja. (hace una pausa) Y por cierto ¿a que viene la pregunta?

Luigi se irguió en la silla y volteo a ver nervioso a la entrada de su habitación, tras lo que se acercó un poco a su hermano, susurrandole.

Luigi : A que Daisy quiere hacerlo conmigo.

Mario (levanta una ceja) : ¿Y?

Luigi se apartó de su hermano, viendolo confundido.

Luigi : ¿¡Y!? ¿¡Como que "y"!?

Mario : No esperes que me sorprenda, es de Daisy de quien hablamos. Esa mujer esta más caliente que el sol.

Luigi (suspira) : Sí, lo se ... y es algo sexy.

Mario (sonrie de forma pícara) : Si tu lo dices.

Luigi : Peeeeero como dije, hace unos días me tumbo en la cama y comenzó a desnudarse y ...

Mario : ¿La interrumpiste preguntandole porque se te estaba poniendo dura?

Luigi gruñó molesto y le dio un ligero golpe en el hombro a su hermano, causando que se riera.

Mario (sobandose el hombro) : Hey, era una broma jejeje ...

Luigi (molesto) : No es momento de bromas, hermano.

Mario : Sí, claro ... entonces prosigue con tu relato.

Luigi : No hay nada más que contar. Es solo que, no se si ...

Mario : ¿Si quieres hacerlo?

Luigi : Exacto.

Mario : Y ¿que te causa duda?

Luigi : Lo que pueda salir mal. Solo piensalo, si alguna prevención sale mal sere padre a los 18 Mario ¡a los 18!

Mario : Sí, buen punto.

Luigi : Además, no quiero hacer que Daisy tome pastillas o algo así. No creo que valga la pena jugarnos nuestro futuro por un par de horas de calentura.

Mario : ¡Wow! ¿¡Horas!? Vaya autoestima.

Luigi intentó golpear a su hermano nuevamente, pero este reaccionó a tiempo y lo regresó a su asiento sin que pudiera tocarlo. Nuevamente, Mario se rió mientras que Luigi comenzó a calmarse.

Mario (aguantando la risa) : Esta bien jaja, esta bien ... no más bromas jejeje, esta vez sí en serio.

Una vez que Mario pudo quedarse serio, continuo hablando.

Mario : Pues ... si piensas así, deberías seguir así.

Luigi : ¿En serio?

Mario : Sí, y te admiro por lo fuerte que es tu voluntad. Seguro Daisy lo entendera, digo, si te ama en verdad no le molestara esperar un par de años para que le destapes el sello ¿no?

Luigi : No ... vuelvas a decir eso. Por favor.

Mario : Sí, ... sonó mejor en mi mente.

Los dos hermanos volvieron a quedarse en silencio, y nuevamente fue Luigi quien lo rompió.

Luigi : Gracias por el consejo.

Mario (sonrie) : De nada.

Rosalina:

Una vez que la madre de los destellos terminó su relato, las otras tres chicas se quedaron unos segundos en silencio. Pauline, quien ya conocía la historia, estaba atenta a las reacciones de sus dos amigas; Daisy veia a Rosalina aún incrédula, pues no podía concebir el que alguien viviera en el espacio exterior; y Peach la veia con algo de pena, sabiendo ahora todo por lo que había pasado.

Peach (rompe el silencio) : Wow Rosa ... gracias por compartir esto con nosotras. Estoy segura de que no fue fácil decidirlo.

Rosalina : No, no lo fue, pero creo que como mis amigas debían saberlo.

Daisy : Es ... difícil de procesar. El pensar que tienes una responsabilidad tan grande.

Rosalina : Con el tiempo te acostumbras.

Peach (voltea a ver a Pauline) : Pauli ¿tu sabías sobre esto?

Pauline : Sí. Una vez entre al cuarto de Rosa y vi al destello, así que me lo contó todo.

Rosalina : Y la hice prometer que guardaría el secreto, así que no se enojen con ella.

Peach : Tranquila Rosa, no ibamos a hacerlo.

Daisy : Habla por ti misma.

Peach empujó suavemente a Daisy, quien comenzó a reir. Pauline dejó salir un prolongado suspiro, tras lo que sonrió.

El resto del día siguió con normalidad, y al siguiente ya solo Pauline, Peach y Luigi fueron a la universidad. La primera en levantarse de los que se quedaron fue Rosalina, quien tomó su teléfono y llamó a quien le iba a enseñar a usar sus poderes. La primera llamada la mandó a buzón, por lo que esperó un minuto y volvió a llamar, siendo que esta vez sí le contestaron.

Ale (contesta cansado) : ¿Hola?

Rosalina : Hola Ale, soy Rosalina.

Ale : Ah ... Rosalina, sí. (bosteza) Dame una hora, más o menos, y estare en la base ¿de acuerdo?

Rosalina : Claro ... pero si estas muy cansado ...

Ale (la interrumpe) : Es necesario que aprendas a usar tu magia, Rosa. Solo estoy algo desvelado, eso es todo. He estado intentando descifrar una información relacionada con la estrella de luz.

Rosalina : ¿Estas usando mi plan?

Ale : Sí. Vale la pena intentar, y hasta ahora he descubierto cosas bastante interesantes. Los mantendre informados a todos.

Rosalina : Claro. Ire a la base en una hora entonces.

Rosalina colgó el teléfono y salió de su habitación para bañarse, mientras que Mario y Daisy comenzaron a despertarse. Para cuando los tres ya se habían bañado, decidieron comer juntos. Rosalina aprovechó para sentarse a la par de Mario, mientras que Daisy se sentó frente a ella.

Rosalina : Y dime Daisy ¿como vas con tu torneo?

Daisy : Bastante bien. Esta noche es mi segunda pelea, de hecho.

Mario : Suerte, entonces.

Daisy : Gracias, aunque no la necesito.

Mario (sonrie) : Claro, lo único que necesitas es a mi hermano viendote.

Daisy : Él es muy lindo y se toma el tiempo de ir a verme, no como otros.

Mario : No recuerdo que seamos novios.

Daisy : Los amigos también hacen cosas bonitas ¿sabes?

Mario : Te dejo estar con mi hermano, eso ya es suficiente.

Daisy pateo a Mario por debajo de la mesa, causando que Rosalina dejara escapar una pequeña risa. Mario también comenzó a reír al igual que Daisy, y en ese momento escucharon que alguien entró a la casa, seguido de una voz familiar.

Peach : ¡Hola! ¿Hay alguien en casa?

Los tres jovenes se vieron entre ellos bastante asombrados.

Daisy : ¡Sí, estamos en la cocina Peachy!

Se escucharon los pasos de la princesa del reino a medida que se acercaba, hasta que finalmente llegó a la cocina.

Peach : ¡Hola chicos!

La rubia llevaba puesto un pantalon blanco algo apretado y una blusa rosada de tirantes, además de llevar su mochila en su espalda.

Rosalina : Hola Peach, no esperabamos que regresaras.

Peach : Pues resulta que hoy estan fumigando el edificio de la facultad, así que no hay clases. Creo que lo dijeron el viernes, pero con todo lo que ha pasado debí olvidarlo jijiji.

Daisy : Vamos Peachy, los días que no hay clases son los más importantes y vitales para recordar.

Mario : Bueno, al menos te diste cuenta antes de entrar ... ¿verdad?

Peach : ¡Sí, claro! Las puertas estaban cerradas con cinta de "no pasar".

Rosalina : Eso suena más a una escena del crimen.

Daisy : Técnicamente lo es, si cuentas los cadaveres de las plagas.

Peach (junta sus manos, golpeandolas) : Pero bueno, aquí estoy, así que esperaba poder pasar un buen tiempo con ustedes.

La rubia se sentó en una orilla de la mesa, quedando entre Mario y Daisy.

Rosalina : Me temo que yo si tendre que irme pronto. Debo seguir mi entrenamiento.

Peach : Oh, claro.

El grupo continuo desayunando (a excepción de Peach, quien ya había comido) y al terminar, Mario se fue con Rosalina al cuarto del primero, y Peach llevó a Daisy al suyo. Una vez que las dos estuvieron dentro, Peach cerró la puerta.

Daisy (se cruza de brazos) : Y bien Peachy ¿ahora que?

Peach (la voltea a ver) : ¿Que no es obvio? Necesito que una vez que Rosa se vaya, tu también, y así podre tener un tiempo a solas con Mario.

Daisy (suspira) : Bien ... necesito más abono para mis plantas de todos modos.

Peach : ¡Gracias amiga!

Daisy : Pero por ahora, quedemonos aquí.

Peach (confundida) : ¿Porque?

Daisy (se sienta en su cama) : Para que Mario y Rosa conversen un rato ¿para que más? Ella estuvo allí cuando Mario casi muere, además de que son compañeros de equipo y eso. Y ya que tu lo tendras por el resto de la mañana ...

Peach : Mmmm ... bien, creo que tienes razón. Deben querer hablar de sus cosas sin que alguien más los oiga ...

Rosalina:

Mario tomó a la rubia de la cintura y la estrelló contra la puerta de su habitación mientras la besaba salvajemente, moviendo sus manos a su espalda para abrazarla. Rosalina, por su parte, enrolló sus manos alrededor del cuello de su novio y, en un rápido movimiento, levitó un poco y prenzó sus piernas alrededor de su cintura, haciendo que Mario moviera sus manos a sus piernas para sostenerla. En cuestión de segundos comenzaron a jugar con sus lenguas mientras se devoraban a besos, con un intenso rubor en sus mejillas y los ojos ligeramente cerrados.

Mario comenzó a tambalearse hacia atrás, hasta que se topó con su cama y cayó de espaldas en la misma, en donde sin inmutarse continuaron besandose como si nada hubiera pasado. Él desordenaba el pelo de la rubia mientras ella hacía lo mismo con el suyo, dejando que sus finas piernas se rozaran con las de él mientras estaba ensima de Mario. Y luego de unos acalorados minutos, ambos se separaron para recuperar algo de aire, jadeando con fuerza. Rosalina se apoyó con sus manos en la cama, dejando que su rubia melena cayera por los lados de su rostro, totalmente desordenada, dejando además su ojo derecho a la vista. Mario no se quedaba atrás, pues tenía mechones de pelo sobre el rostro y otros de punta en su cabeza.

Inmediatamente comenzaron a reir, y Mario tomó a su pareja de los hombros, comenzando a acariciar suavemente sus brazos.

Mario (jadeando) : No sabes ... cuanto quería ... ese beso.

Rosalina (avergonzada) : Creo que ... sí se jijiji ...

Mario (sonrie) : Perdon ... por lo brusco ...

Él colocó su mano derecha sobre el rostro de la rubia, acariciando su mejilla.

Rosalina : Da igual ... no me lastimaste. Y ... yo también quería besarte, especialmente por ... el ensayo de hoy.

Mario tomó el rostro de Rosalina con ambas manos, sonriendole.

Mario (en un tono dulce) : Te amo ... y esas palabras solo tu las puedes escuchar.

La madre de los destellos sonrió levemente, tras lo que Mario colocó su otra mano en su rostro, sosteniendolo con ambas manos. Rosalina se sonrojó aún más, pues ahora toda la atención de Mario estaba en sus ojos.

Mario : Tienes unos ojos preciosos y una tierna mirada. Y aunque solo pueda ver uno de ellos la mayor parte del tiempo, sigue siendo todo un deleite perderme en tu mirada.

Rosalina esbozó una pequeña sonrisa, sintiendo como su pulso se aceleraba y su rostro se calentaba.

Rosalina : Eso fue tan ... cursi jijiji.

Mario tomó los brazos de Rosalina y los extendió, haciendo lo mismo con sus piernas, causando que la rubia quedara reposando sobre él. Con sus piernas aprisionó la cadera de Rosalina, enrollandolas en sus piernas y manteniendola pegada a él. Sus rostros habían quedado frente con frente, y él la estaba abrazando por la espalda.

Mario (en un seductor susurro) : ¿Prefieres esto, entonces?

Rosalina (avergonzada) : Eh ... bueno ... es que ...

Mario sonrio y soltó a su pareja, tras lo que comenzó a levantarse, sentandse en la cama. Ella lo imitó, quedando de rodillas frente a él.

Mario : Te conozco Lina, no debes fingir ser "mala" para agradarme. Se que te gustan las palabras bonitas y los besos suaves más que esto.

Rosalina (mira hacia abajo) : Sí ... pero ... eso no significa que esto no me guste.

Mario (la abraza) : Lo se.

Después de este pequeño intercambio, ambos se quedaron hablando el resto del tiempo hasta que Rosalina tuvo que irse. A los pocos minutos de ello, Daisy también salió de la casa procurando que Rosalina no la viera, para evitar que hiciera preguntas. Ya con la casa sola para ella y Mario, Peach comenzó a caminar hacia la habitación del joven de rojo. Al llegar, se apoyó en el marco y tocó suavemente la puerta, haciendo que Mario se levantara de la cama y la viera, notando que ahora llevaba lapiz labial rosado.

Mario : Hola Peach.

Peach : Hola Mario ... oye, Daisy tuvo que ir a comprar abono para sus plantas, así que no estara aquí en un buen tiempo.

Mario : Oh, pues gracias por avisarme.

La princesa del reino comenzó a entrar a la habitación de Mario, sentandose en su cama a la par de él.

Peach (jugando con su pelo) : Eso signifia, que la casa es solo nuestra.

Mario (haciendose el inocente) : Aja ... ¿a donde quieres llegar?

Peach : A que ... Pauline no se va enterar de esto.

Peach se acercó a Mario y tomó su rostro con su mano derecha, tras lo que se acercó para un beso en los labios. La rubia comenzó a bajar sus manos por el pecho de Mario, comenzando a explorarlo, y al sentir sus manos las tomó y las colocó en su cintura, retomando sus caricias al pecho de Mario. Luego de unos segundos de acalorado beso, la princesa los separó a ambos, limpiando de manera sensual el lapiz labial pegado a los labios de Mario.

Peach : Listo ... ahora, quisiera que me ayudaras con algunas cosas que quiero hacer. Después de todo, se que te fijas en la personalidad de las mujeres, y así podremos conocernos mejor.

Mario (jadeando) : Sí ... claro.

Peach le sonrio a su amado, y se levantó de la cama, tras lo que se alejó del lugar, meneando sus caderas.

Mario (pensando) : 'Vaya que es una fiera. No lo aparenta por su estatus de princesa, pero ahora sí creo que halla tenido tantos novios, besa de maravilla. Ni siquiera se inmuto por ese beso y me dejó casi sin aliento. Eso sin mencionar lo mucho que ese pantalon marca su gran trasero ... ¡ah! ¡Calmate, Mario! Lo de Lina me dejó algo caliente, solo debo dejar que pase ... sí, eso hare. Solo espero que lo que sea que Peach quiera hacer no involucre el agacharse.'

Advertencia: Hace tiempo que no sucedía, pero el próximo capítulo se pondra intenso y sensual 😏. Mejor aviso, por si acaso jejeje.

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