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Capitulo 44

Daisy:

Las dos chicas regresaron a la base de su equipo, entrando al laboratorio de Ale de inmediato. Él estaba sentado frente a un gran escritorio, escribiendo unas notas en su computadora.

Lana (toca la puerta) : Ya vinimos, jefe.

Ale (las voltea a ver) : Vaya, veo que al fin aceptas la cadena de mando.

Lana se acercó a su compañero de equipo y lo golpeo con la carpeta, dejandola después sobre el escritorio.

Ale (haciendose el ofendido) : Tu empezaste.

Daisy (se sienta en el escritorio de Ale) : Sí, como sea, antes de que sigan con esto hay cosas que decir.

Ale (revisa los archivos de la carpeta) : Ya lo creo, esto esta demasiado organizado para ser información aislada conseguida en menos de un día. Además de que hay hojas llenas de apuntes aquí.

Lana : Y aquí es donde viene la parte en que necesitamos tu ayuda.

Ale (voltea a ver a Lana) : ¿Para que, exactamente?

Daisy : Mentirle a Mario.

Ale suspiró de aflixión, recostandose en la silla en donde estaba.

Ale : ¿Alguien de Tenebrum tenía esto?

Lana : Más o menos.

Daisy : Erick nos lo dio.

Ale (sorprendido y en tono sarcástico) : ¿Erick ... se los dio, gratis y sin pedir nada a cambio?

Lana : El líder yoshi esta al tanto de su pasado, pero lo dejan vivir en su isla.

Daisy : Vive por su cuenta, sin mezclarse con los yoshi, pues se nota bastante que no les agrada. Esta en un viaje de (hace comillas con los dedos) "redención."

Lana : Dice que lo único que quiere es vernos derrotar a Selene, y que la única razón por la que nos dio esto es porque no es tan inteligente como tu.

Ale : Lana ¿que tan egocéntrico crees que soy como para que él halagandome y viendome como superior sea suficiente para aceptar esto?

Lana : También cree que Catherine es más lista que él.

Daisy (suspira) : El punto es que no nos exige información a cambio, y si le decimos a Mario llevaremos la guerra a la isla yoshi. Ambos sabemos que no le agradara saber que ese tipo esta tan cerca de su familia.

El grupo se quedó en silencio durante unos segundos, tras lo que Ale dejó la carpeta en el escritorio, suspirando.

Ale : Erick es astuto, no debemos confiar plenamente en él, pero si Lana cree que hay que darle el beneficio de la duda, estoy de acuerdo.

Lana : ¿Espera? ... ¿te vas a basar en mi juicio para decidir?

Ale : Puedo parecer muy racional y eso, pero creeme cuando te digo que no siento más que odio por Erick. Soy incapaz de tomar una buena desición respecto a eso, así que tu eres la más capacitada para tomar una desición racional.

Daisy volteo a ver a Lana, quien dudaba sobre lo que debía responder, pues ella también tenia sentimientos encontrados. Y es que antes de todo lo que él la hizo hacer para colaborar con Tenebrum, antes de que conociera esa otra faceta de él, era la única familia que tenía. No quería dejarlo abandonado, pero sabía al mismo tiempo de lo que era capaz para conseguir sus objetivos. Pero al final, decidió arriesgar.

Lana : Creo que sería tonto no aceptar esta información. Si hay algo falso, estoy segura de que entre Catherine y tu lo descubriran.

Ale : Perfecto. Y en lo que se refiere a Mario, estoy de acuerdo con no decirle la verdad, al menos hasta que se le pase la ira contra Erick. La historia que le contaremos al resto del equipo es que ustedes encontraron solo los pergaminos y los objetos antiguos, y que después yo me encargue de hacer los apuntes.

Lana : Suena creíble.

Daisy : Sí, hacer las cosas por ti mismo sin informar a nadie más suena a lo que harías.

Ale : Tomare eso como un cumplido. Bien, ya pueden irse si ya no tienen nada más que decir, pero antes...

Ale abrió una gabeta del escritorio que tenía frente a él, sacando dos identificaciones.

Ale (enseñandolas) : Para Luigi y para Rosa.

El científico le entregó las tarjetas a Daisy, quien las guardó en uno de sus bolsillos.

Mario:

El joven de rojo comenzó a despertar debido a dos cosas: el dolor de su estómago, y el ruido que este hacía debido al hambre. Después de sujetarse el estómago, decidió levantarse de la cama y salir de su habitación. La fiebre había pasado, pero ahora se sentía como si no hubiera comido nada en una semana.

Rápidamente llegó a la cocina y abrió la refrigeradora, dandose cuenta de que no había nada preparado. Su estómago volvió a rugir, y escuchó además que alguien abrió la puerta. Al asomarse vislumbró a Diaisy entrando a la casa, quien se hizo hacia atrás al verlo.

Daisy : Wow ... ahora luces como un zombie o algo así.

Mario : Tengo ... hambre ... mucha ... hambre.

Luigi salió de su cuarto y bajó las gradas corriendo, llegando hasta donde Daisy y Mario se encontraban, aunque al inicio no vio a su hermano, por lo que se lanzó de inmediato sobre su novia, abrazandola.

Luigi : ¡Que bueno que ya regresaste!

Daisy (rie) : Yo también te extrañe, sweety.

Luigi (se separa) : Vamos, cuentame que pasó.

Daisy : Me temo que tendra que esperar, pues parece que tu hermano va a morir de hambre.

Luigi notó que Daisy estaba viendo hacia el frente, por lo que él decidió voltear también, dando un brinco al ver a su hermano.

Luigi : ¿¡Pero que ... !?

Las otras tres chicas escucharon todo el ruido, por lo que salieron de sus habitaciones y bajaron a la cocina. Peach, al darse cuenta el estado en el que estaba Mario, procedió a preparar algo de emergencia mientras los demás ordenaban algo de comer, pues aprovecharon esta ocasión para pedir algo para ellos.

Daisy aprovechó esos momentos para darles sus nuevas placas a Luigi y a Rosalina, tras lo que la rubia se fue a sentar junto a Mario mientras este esperaba a que Peach terminara.

Rosalina : Dime Mario ¿como te sientes?

Mario : Hambriento ...

Pauline, quien estaba sentada a la par de Mario, inclinó su rostro para poder hablarle a Rosalina mientras la veia a los ojos.

Pauline : Parece que ya superó la gripe, pero ahora tiene un hambre descomunal. Espero que sea el último efecto secundario.

Mario : Igual ... yo ...

Una vez que la comida estuvo lista, Mario procedió a devorarla en un instante, dejando a todos (menos a su hermano) sorprendidos por la rapidez con la que comió. Ya un poco menos hambriento, estuvo más hablador y convivió más con sus amigos hasta que llegaron las pizzas que ordenaron, y después de comerse pizza y media él solo ya se quedó tranquilo. Y al terminar de comer, Peach se llevó a Daisy a parte a su habitación, cerrando la puerta al entrar. Su amiga estaba algo confundida por el repentino secretismo de la princesa del reino, quien la veia fijamente con las manos puestas en su boca y una mirada nerviosa.

Daisy (preocupandose) : Ay no ... conozco esa mirada Peachy, es la mirada que haces cuando tratas de coquetear con el novio de alguien y no quieres que te descubran.

Peach : Esta vez es aún más intenso amiga ... porque es de Pauli de quien hablamos.

Daisy : ¿¡Que!?

Peach se lanzó sobre su amiga y le cubrió la boca con ambas manos.

Peach (preocupada) : ¡Shhhhh! No grites.

Daisy tomó las manos de su amiga y se las quitó de la boca, tomandola de los hombros.

Daisy : Peachy, no hagas esto por favor, no me hagas elegir entre tu y Pauli.

Peach : Dais, ya es demasiado tarde para eso. Mario dijo que quiere darme una oportunidad, así que necesito tu ayuda para conseguir esto. Tu siempre me has apoyado, somos como hermanas ¿recuerdas?

Daisy soltó a su amiga y dio unos pasos hacia atrás, apoyandose en la puerta de la habitación y dio un profundo suspiro. Esta misión encubierta iba más alla de sus capacidades: ahora debía trabajar a tres frentes.

Daisy (mira a Peach a los ojos) : Amiga ... yo ... no se si pueda traicionar a Pauli ...

Peach : No pienses en traicionar a Pauline, piensa en ayudarme.

Daisy cerró los ojos y apretó los puños en un intento de demostrar indecición, pues sabía que una vez roto el hechizo ya no tendría que preocuparse por seguir jugando a esto.

Daisy (abre los ojos y ve a Peach) : Bien ... pero no me siento cómoda.

Peach se lanzó sobre su amiga, abrazandola.

Peach : Gracias Dais ... eres la mejor.

Daisy (en tono sarcástico) : Sí, ya se, no debes recordarmelo.

Las dos princesas se separaron, tras lo que Daisy salió de la habitación de Peach y bajó hasta el primer piso, acercandose al grupo.

Daisy : Hola, veran, me gustaría hablar con Mario (recalca cada sílaba) A-HO-RA.

Mario (preocupado) : Eh ... claro.

Mario se levantó de su asiento y siguió a la castaña, quien lo empujó a su habitación y cerró la puerta. Mario trastabilló unos pocos pasos, recuperando el equilibrio antes de estamparse en una pared y volteando rápidamente.

Mario : ¡Hey, se más discreta!

Daisy (voltea) : ¿¡Quieres hablar de discresión, idiota!? ¡Entonces hablame de tu jugueteo con Peach y Pauline!

Mario : Oh ... así que ella te dijo.

Daisy : Argh, eres un ... ¿tienes idea de en que te metiste? No me importa en que tanta estima te tengas, no podras manejar a las tres al mismo tiempo.

Mario : Y por eso necesito de toda la ayuda posible.

Daisy (caminando hacia él) : No Mario, acabas de saltar de la sarten al fuego. Tu no engañas a Peach, ella te engaña a ti. Yo la conozco, Mario, es una experta en este juego. Y ahora que debo ayudarla, me colocas en una posición muy, muy complicada ¡acabas de joderlo todo!

Mario : ¡No fue mi culpa! Ella se lanzó sobre mí y me besó para después confesarse, no tuve opción por el bien de ella y de Pauline.

Daisy (gruñe) : Pues más te vale terminar con este estúpido hechizo lo más pronto posible, porque esto va a estallarnos en la cara tarde o temprano, y no sera bonito.

Mario : Lo se, pero tengo confianza en el plan de Lina y Ale con la estrella de luz. Solo necesito todo el tiempo que puedan darme.

Daisy (suspira) : Bien.

Daisy dio media vuelta y caminó hacia la puerta, pero antes de abrirla volteo ligeramente el rostro, viendo a Mario con solo un ojo.

Daisy : Y cuando todo esto estalle, quiero que sepas que apoyare a Rosa. Ella te ama de verdad ... nunca lo olvides.

La castaña abrió la puerta y salió de la habitación, tras lo que Mario se sentó en su cama, suspirando.

Mario (pensando) : 'Por supuesto que no lo olvidare.'

Unos segundos después se asomaron Rosalina junto al destello a la entrada de la habitación de Mario, saludandolo. El destello salió volando de detras de Rosalina y abrazó a Mario, feliz de poder verlo despierto.

Destello : ¡Mario, que bueno que estes bien!

Mario (abraza al destello) : Jeje, para mí también es un gusto verte de nuevo Destellín.

Rosalina (acercandose) : Y dime Mario ¿que quería Daisy?

Mario vio a Rosalina a los ojos, sintiendose culpable por lo que iba a decir.

Mario : Ella ... habló conmigo porque ahora Peach se suma a todo esto.

Rosalina : ¿E ... en serio?

Mario : Sí ... ahora debo lidiar con ella y con Pauline al mismo tiempo. Lo siento.

Rosalina : No ... no debes disculparte, em ... es mejor así. Todo terminara al mismo tiempo.

Mario : Sí, eso espero. Pero no hablemos de eso ahora.

Rosalina (sonrie) : Claro.

Los tres se quedaron hablando en el cuarto de Mario, lo que alegró mucho al destello, pues se quedó tranquilo sabiendo que él estaba bien.

Ya al día siguiente, la mañana transcurrió con normalidad, y cerca de mediodía Rosalina decidió abordar a Daisy, encontrandola en la cocina de la casa. La rubia se acercó lentamente hasta estar a la par de su amiga, quien notó su presencia desde que se asomó a la cocina.

Daisy (la voltea a ver) : ¿Te sientes bien, Rosa?

Rosalina (nerviosa) : Eh ... bueno ... es que quiero ... er, necesito tu ayuda con algo.

Daisy (suspira molesta) : ¿Ya te dijo Mario la situación en la que me encuentro?

Rosalina : Ya, y en verdad lamento mucho que quedes atrapada enmedio de todo esto, pero en verdad necesito tu ayuda para esto, por favor ... yo ... no se como ... como hacerlo.

Daisy : Bien ... ¿que quieres?

Rosalina : Información sobre ... donde puedo ... ya ... ya sabes ...

A medida que Rosalina hablaba se iba poniendo más y más colorada, así hasta terminar totalmente sonrojada.

Daisy (levanta una ceja) : ¿Que insinuas, Rosa?

La rubia vio a todos lados y se acercó a Daisy, susurrandole algo al oído. La castaña abrió los ojos como platos, haciendose hacia atrás.

Daisy (tono pícaro) : Grrrr, Rosaaa ... jamás pense que serías una tigresa ...

La madre de los destellos se lanzó sobre su amiga tapandole la boca. Estaba temblando de la vergüenza y no podía sostenerle la mirada a su amiga.

Rosalina (hablando rápido) : Por favor no digas nada más, por favor.

Daisy tomó las manos de Rosalina y las quitó de su boca.

Daisy : ¿Y que te hace pensar que puedo ayudarte?

Rosalina (aún sin verla a los ojos) : Tu si ... siempre hablas de estas cosas con facilidad. A ... a mí me apenan.

Daisy : Bien. Pero antes de ayudarte ¿que hizo que de repente quieras revolcarte con Mario?

Rosalina (avergonzada) : ¡¡No digas eso!!

Daisy (calmandose) : Okey, okey, ya dejo las bromas. Es solo que ... es surreal tener esta conversación contigo.

Rosalina : Lo se ... pase pensando en esto toda la noche.

Daisy : ¿En serio?

Rosalina : Sí. Y respondiendo a tu pregunta, pues todo comenzó esa noche que nos interrumpiste ...

Daisy (interrumpe) : No fue mi culpa.

Rosalina : Lo se, solo dejame seguir. (hace una pausa) Bien, como decía, esa noche me sentí ... bien. Quería seguir a pesar de estar asustada ... quería que me siguiera acariciando y besando, yo solo ... no quería que terminara. Y ahora que casi lo matan, y con todo esto del hechizo y eso ... solo quiero terminar con lo que empezamos. (pensando) 'Además, debo admitir que ese sueño que ahora parece tan lejano me dejó algo picada.'

Daisy : Vaya, em ... pero ¿estas realmente segura? Mira que una vez lo haces, ya no hay vuelta atrás.

Rosalina (seria) : Estoy segura. Se que Mario debera seducir a las otras chicas para romper el hechizo, y si las cosas llegan muy lejos, yo ... quiero al menos ser su primera vez.

Daisy (rascando su cabeza mientras ve a otro lado) : Sí ... ... claro ... (ve a Rosalina a los ojos) pero ¿no querras esperar a que gane experiencia con las otras chicas? ... digo, si llega a pasar, que esperemos no sea así.

Rosalina (niega con la cabeza) : Yo ya tome mi desición Daisy ... quiero hacer esto, en verdad.

Daisy vio fijamente a los ojos de Rosalina, notando que estaba hablando en serio.

Daisy (suspira) : Bien, pero no es necesario ir a otro lugar. Ahora que ya no vas a la universidad, tienes toda la mañana para estar con Mario.

Rosalina : No lo creo, debo seguir aprendiendo ¿lo olvidas? Ale va a entrenarme.

Daisy : ¡Ah! ... claro. Bueno, en ese caso ... vere que puedo hacer. Pero no prometo nada ¿eh?

Rosalina (sonrie) : Gracias Daisy, en verdad.

Daisy : Sí, claro, no hay problema jeje.

Rosalina : Bien (respira hondo) menos mal que ya me quite ese peso de ensima.

Daisy : Y ... solo por curiosidad ¿sabes como se hace?

Rosalina : Bueno ... yo esperaba que Mario tenga una idea y ... solo se deje llevar.

Daisy (se cruza de brazos) : Suena como un buen plan.

Peach (desde la entrada de la cocina) : ¿Que cosa suena a un buen plan?

Daisy y Rosalina voltearon bruscamente hacia la entrada.

Daisy : ¡Peachyyyy, hola! Em, Rosa y yo hablabamos de ...

Rosalina (la interrumpe) : ¡Mis secretos! ... ya sabes, la marca en mi espalda y eso. Hablabamos de que sería un buen plan reunir a todas en un solo cuarto y mostrarles mi marca, para quitar la curiosidad.

Peach : ¡Claro! Suena perfecto. Es más, le dire a Pauli ahora mismo ¡veanos en mi cuarto!

La rubia salió corriendo de allí a buscar a Pauline, permitiendole a sus amigas respirar tranquilamente.

Daisy : Buena salvada.

Rosalina : Tenía pensado mostrarles mi marca junto a otro pequeño secreto de todos modos, así que solo ... mentí parcialmente. Sí hablabamos de un secreto mío.

Daisy : Si eso te basta para sentirte tranquila, por mi bien. Y para zanjar de una buena vez el tema de ... em ... darle tu flor a Mario, yo arreglare algunas cosas y nos reuniremos de manera que Peach y Pauline no puedan encontrarnos. De allí ya solo sera cuestión de encontrar un lugar, y como tu dices, "dejar que las cosas pasen."

Rosalina : Claro ... aunque ¿porque hablas de flores?

Daisy (abraza a Rosa por el hombro) : Es una expresión querida, es solo una expresión.

Las dos chicas comenzaron su camino a la habitación de Peach, y Rosalina se separó para ir a su habitación y tomar su mochila, y acto seguido se dirigió con las demás. Una vez que las cuatro estuvieron en la habitación de la princesa del reino, la madre de los destellos se puso de espaldas a ellas y se quitó la blusa, mostrandoles su marca. Sus reacciones fueron parecidas a la primera vez que la vieron (la cual no recuerdan) con la excepción de que esta vez no estaban tan sorprendidas, pues ya lo esperaban.

Daisy : Vaya ... cubre toda tu espalda.

Peach : Y debo admitir que se ve sexy en su linda espalda jiji.

Pauline : Guau Peach, ¿ahora haces cumplidos?

Peach : ¿Que? Rosa tiene una bonita espalda ... no tanto como la mía, pero es algo. Como su amiga, debo decirle la verdad y darle ánimos.

Rosalina (poniendose la blusa) : Eh, gracias Peach ... creo.

Daisy : Recuerdo que hablaste de otro secreto.

Rosalina : Sí ... y este otro secreto es que no vine sola, sino que traje compañía.

Rosalina se acercó a su mochila y la recogió del suelo, cargandola.

Rosalina : Sal pequeño, ya no es necesario que te escondas.

El pequeño destello color crema asomó su cabeza por la parte de arriba de la mochila, dejando ver sus ojitos. Peach y Daisy se quedaron sorprendidas por lo que vieron mientras que Pauline sacudió su mano en el aire a manera de saludo.

Rosalina : Él es un destello, y es mi hijo...

Rosalina entonces procedió a explicarle a las chicas toda la verdad sobre ella, sobre donde vivía y sobre su responsabilidad con los destellos, la cual compartía con su familia...

Bowsette:

Confinada en su cueva, la mujer mitad koopa estaba sentada apoyada de lado en una pared, usandola para afilar sus garras, pensando en su siguiente plan.

Bowsette (hablando sola) : Ellos ya saben de lo que soy capaz, así que atacarlos directamente no es una opción viable a no ser que consiga separarlos demasiado. Eso me lleva a pensar en otro enfoque ¿pero cual?

La impostora de la realeza koopa se paró y comenzó a caminar hacia la foto desgarrada de Mario.

Bowsette : Erick dijo que este chico fue criado por los yoshis, y los ve como una familia. Ellos viven aislados en una isla, y si por algún casual se diera un ataque, las noticias tardarían en llegar a otros reinos.

Una macabra sonrisa se formó en los labios de Bowsette, satisfecha con su nuevo plan.

Bowsette : Que mejor manera de separarlo del grupo que usando a todos esos yoshis como carnada. Un solo ataque, y ya puedo verlo ... el bosque en llamas, esos animales amordazados y metidos en jaulas, y el instinto heroico de Mario llevandolo a su perdición ... perfecto.

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