Capitulo 38
Mario y Pauline se separaron del abrazo, y este último se levantó de la cama, ofreciendole su mano a su pareja.
Mario : No tengo ganas de quedarme aquí sentado, así que ¿quieres ir a algún lado?
Pauline (toma la mano de Mario y se levanta) : ¿A donde?
Mario : Mmmm, no se ... a donde quieras. Ahora solo me apetece salir de aquí y despejarme de todo esto.
Pauline : Entiendo, pero antes de eso ... ¿te molestaría enseñarme la marca en tu espalda?
Mario (rasca su cabeza) : Pues ahora que perdí mis poderes no se si siga allí.
Pauline : Entiendo ...
Mario : Pero si tienes curiosidad, puedo tratar de enseñartela. Así me quitare la duda yo también.
Mario se volteo y se quitó la camisa, dejando que Pauline viera su espalda.
Pauline (sonrojada) : No ... no tienes nada en la espalda.
Mario (poniendose la camisa) : Lo que significa que en efecto soy una persona normal ... bien.
Pauline se acercó a Mario y lo abrazó por la espalda.
Pauline : Eso no me importa, mientras sigas siendo tu mismo.
Mario (sonrie) : Gracias.
Pauline : Y la verdad no tengo ganas de salir.
Mario (suspira) : Sí ... siendo honestos creo que yo tampoco. En ese caso, sera mejor que vayamos a la sala a conversar.
La pareja se tomó de la mano y salió de la habitación, justo a tiempo para ver a Rosalina, Daisy y Luigi salir de la habitación del último. Las miradas incómodas no se hicieron esperar, y el ambiente se tornó tenso, lo que en parte sorprendió a Pauline. Luigi se regresó a su habitación sin decir nada, y Daisy decidió seguirlo, cerrandole la puerta a Rosalina en la cara y causando que cayera sentada al suelo, pues ella también quería entrar de nuevo. Pauline y Mario se acercaron a la rubia, levantandola del suelo.
Pauline : ¿Estas bien, Rosa?
Rosalina : ¡Sí! ... fue solo una puerta jejeje.
Una vez que ella estuvo de pie, Rosalina los vio fijamente.
Mario : Em ... ¡ah, sí! Creo que no te hemos dicho que somos pareja.
Rosalina (fingiendo sorpresa) : ¡Ah, claro! Por eso estan tomados de la mano jejeje.
La risa nerviosa de Rosalina incomodó a Pauline, y causó que Daisy (quien estaba escuchando todo atraves de la puerta) se golpeara la frente con su mano.
Pauline : Sí ... es por eso ...
Mario : ¡Bueno! Ya todos lo saben, así que ya podemos seguir nuestros caminos.
Rosalina : ¡Sí! Yo ... yo ire a ... a mi habitación.
La rubia iba a pasar al lado de Mario, pero se arrepintió, dio una media vuelta bastante brusca, y pasó al lado de Pauline. Una vez que se escuchó el sonido de una puerta cerrandose, la pareja continuó avanzando.
Pauline : Eso fue ... raro.
Mario : Así es Lina ¿no?
Pauline : Bueno, ella no es ... convencional, llamarla rara es algo rudo.
Mario : Si tu lo dices ...
Rosalina:
Una vez que llegó a su habitación y cerró la puerta, dejó caer su frente sobre la misma mientras suspiraba de desesperación.
Rosalina (murmurando) : No soy experta en relaciones sociales, pero hasta yo se que eso fue incómodo.
El pequeño destello salió de su escondite, flotando hasta su mamá y notando que estaba preocupada.
Destello : Hola mamá ... ¿que sucede?
Rosalina volteo a ver al pequeño, quien la veia con curiosidad. Él en definitiva no sabría guardar el secreto de su amorío con Mario, y ya que Pauline si lo conoce, su única opción era mentirle.
Rosalina : Pues que ... me entere de que Mario y Pauline son pareja. Y pensaba en como decírtelo, ya que gracias a eso Mario no pasara tanto tiempo contigo como antes.
Destello : Tranquila mamá, ya lo sabía. Y más que preocuparme que él ya no juegue tanto conmigo, me preocupa el como te sientas.
Rosalina (se despega de la puerta) : ¿Que?
Destello (toca a Rosalina) : Mmmm ... raro ... parece que no te afecta mucho. Pero ... juraría que ... que sentías algo por él, em ...
El pequeño destello comenzó a frotar sus brazitos contra su cabeza, en un titánico esfuerzo por comprender lo que estaba pasando.
Destello (confundido) : No ... entiendo ...
Rosalina se acercó al pequeño y lo abrazó.
Rosalina : Aún eres joven, y comprender los sentimientos de los demás es más complejo que usar una habilidad que te permite conocerlos.
Destello : Supongo ... bueno, siempre que estes feliz ¡yo lo estare!
Rosalina (ríe) : Claro que sí mi pequeño...
Al día siguiente, Mario se levantó temprano junto al resto, pues debía ir a la base a recibir las nuevas instrucciones. Debido a ello, Pauline pasó a despedirse de él a su habitación. Rosalina también pasó por allí para despedirse, pero al llegar los vio besandose, por lo que volteo rápidamente y continuo su camino, chocandose con Luigi.
Luigi : ¡Auch!
Rosalina (retrocede roja de la vergüenza) : Lo ... lo siento.
Luigi (voltea y le sonríe) : Jeje, no pasa nada Rosa, solo no te distraigas.
Rosalina : Bueno, en mi caso eso es difícil.
Pauline salió de la habitación de Mario y pasó entre Rosalina y Luigi, tras lo que la rubia comenzó a caminar hacia la habitación de Mario.
Rosalina (toca la puerta) : Holaaa...
Mario : Hola Lina.
La rubia entró a la habitación, y de repente apareció Daisy, quedandose en el marco de la puerta de espaldas a ellos, y levantando un pulgar en señal de aprobación con su mano en su espalda.
Mario : Eh ¿que hace Daisy?
Rosalina : Será mejor que te lo explique ella ... como sea, yo venía a decirte adiós y desearte suerte con tu probable nuevo empleo.
Mario : Gracias.
Ambos se hicieron hacia adelante para darse un abrazo, pero se arrepintieron a medio camino, cambiando a un apretón de manos bastante incómodo. Rosalina intentó sonreír, pero le salio una sonrisa nerviosa, tras lo que simplemente dio media vuelta y salió lentamente de la habitación.
Daisy (voltea) : ¡Guau! Ni siquiera los estaba viendo y aún así pude sentir la tensión sexual ¿porque carajos no vas y la besas?
Mario (se tapa el rostro, y murmura en voz baja) : De todas las personas que me podían ayudar a mantener este secreto, Daisy debía ser una de ellas.
Mario esperó a escuchar el sondio de la puerta de la casa cerrandose, tras lo que se acercó a Daisy para hablarle.
Mario : Escucha, no se porque Lina te contó sobre esto, pero por favor se más discreta ¿quieres?
Daisy : Oye, yo solo decía ... que delicado eres.
Mario : Lidiamos con magia oscura, si te importa una mierda lo que me pase a mí, al menos preocupate de lo que le pueda a pasar a Lina.
Ambos comenzaron a caminar hacia la salida, pues Daisy iba por su identificación y para ver en que ayudaba. Iba usando un pantalón azul y una blusa amarilla con una margarita en el centro, una ropa que chocaba con su estilo deportivo y de mostrar bastante piel.
Daisy : Pues precisamente porque me preocupa Rosa es por lo que quiero ayudar. Creeme, se nota que esta enamorada de ti, así como se nota que esto le duele mucho más que a ti.
Mario : ¿¡Que!?
Daisy : Ash, hombre tenías que ser, a ver cabeza de patata ¿como te sentirías si vieras a Rosa besandose lindamente con alguien más?
Mario : Eh ... bueno ...
Daisy : ¿Ves? Hechizo de por medio o no, le duele verte con alguien más. A diferencia tuya, ella sí esta sola en estos momentos.
Mario : ¿Y tienes una especie de plan o algo?
Daisy : ¡Claro! Con mi ayuda y la de Luigi, podras salir con ambas sin que Pauline se entere.
Mario : Ese es un terrible plan.
Daisy : Para tu información, y aunque no me sienta nada orgullosa de esto, ayude a Peach a salir con multiples chicos sin que se enteraran. Y dado el hecho de que Pauline no es muy experta en el terreno de tener pareja, no sera muy difícil hacer esto.
Mario (rascando su cabeza) : No lo se ...
Daisy (pone sus manos detras de su cabeza) : Solo piensalo ... porque si te soy honesta, no sabemos cuanto durara esto del hechizo, y aún te falta Peach. Y la verdad ... no se que tan paciente vaya a ser Rosa, quien por muy enamorada de ti que este, podría encontrar a alguien más que no la haga esperar para darle amor.
Mario se detuvo repentinamente, causando que Daisy también lo hiciera.
Mario (viendo al suelo) : Tienes razón ... estoy viendo la situación solo desde mi punto de vista, y no puedo pretender que Lina se quede viendome con otras chicas con la promesa de que luego será su turno. (suspira y levanta el rostro) Así que por mucho que odie esto ... acepto tu plan.
Daisy dio un salto de alegría, tras lo que le dio un pulgar arriba a Mario mientras le sonreía.
Daisy : No sere la mejor para conseguir pareja, pero si soy muuuy buena para guardar secretos y hacer cosas "malas" jejejeje.
Mario (preocupado) : Solo espero no arrepentirme de esto.
Una vez que llegaron a su base secreta, se toparon con todos empacando cosas, y algunos toads policías caminando entre los pasillos llevando cajas.
Mario (viendo a todos lados) : Eh ¿que esta pasando?
Polari : Nos mudamos a nuestra nueva base.
Daisy : Uuuu, nueva base.
Polari : Así es. Con el nuevo presupuesto podemos conseguir mejores instalaciones, y también podremos esconderlas mejor.
Mario : Vaya ... y ¿como llegaremos a ellas?
Ale (sale de un pasillo) : Esperaba que lo preguntaras.
A la par del científico venía Lana, usando un pantalón negro y una blusa del mismo color con una calavera en llamas en el centro.
Daisy (al ver a Lana) : Creo que olvidaste el pintalabios negro y el mechón de pelo sobre el ojo.
Lana (molesta) : ¿Ella siempre es así? Porque solo con Ale ya tenemos suficiente.
Mario : Me temo que sí, siempre es así. Y por cierto ¿que con el estilo?
Lana : Me van a mandar a mi antigua universidad a ser un guardia de seguridad, llevando juguetes a una guerra con la estrella oscura. Al menos quiero mantener alejados a los estudiantes.
Ale : Y ya que ambos estan aquí, hoy sera su primer día en la universidad, por lo que debo entregarles sus "juguetes" ¿eh, Lana?
Lana solo suspiró molesta.
Daisy : ¿Y yo que?
Ale : Tu vendras conmigo a investigar instalaciones abandonadas de Tenebrum, cuya ubicación obtuvimos de la información que Lana tomó y Catherine descifró. Así que ¿sabes usar un arma?
Daisy (se frota las manos entusiasmada) : No, pero estoy ansiosa por aprender.
Ale : Esta chica me agrada. Bien, síganme.
El grupo siguió a Ale hasta el antiguo laboratorio, el cual ya estaba bastante vacío. El científico siguió caminando hasta llegar a un pequeño maletín, el cual tomó entre sus manos y lo abrió frente a los demás.
Lana : ¿Relojes?
Ale : Pense que sería mejor que un cinturón, ya sabes, más discreto.
Efectivamente, en el maletín se encontraban dos relojes digitales de color negro, que marcaban la hora del día. Mario tomó uno de los dos, y lo colocó en su mano, tras lo que este se ajustó a su muñeca de inmediato.
Mario : ¡Wow!
Ale : Tranquilo, se esta ajustando.
Lana también tomó el suyo, colocandoselo.
Lana : Y ¿como funciona esto?
Ale : ¿Alguna vez has visto Ben 10?
Lana : No ...
Mario : No.
Daisy : Yo sí.
Mario y Lana voltearon a ver a Daisy.
Daisy : ¿¡Que!? Pasaba la mayor parte de mi tiempo en casa, sola. Agradezcan que veía caricaturas y no otra cosa.
Ale : Como sea, estos relojes funcionan similar. Tienen un botón que hará aparecer un holograma del power-up que se pueda seleccionar, y dandole vueltas a la tuerca que aparecerá podran seleccionar. Luego solo lo presionan y ¡listo! Eso sí, recuerden que tiene un número limitado de estos, y si los golpean muy fuerte, o en caso de algunos si se mojan, perderan la habilidad.
Lana : Tu y tus cosas raras.
Mario : A mí me parece ingenioso.
Ale (deja el maletín en una mesa) : Y ahora, esto es para ti, Daisy.
El científico abrió un baúl y sacó la placa de Daisy, dandosela.
Daisy (viendo la placa) : Asombroso ...
Ale : Bien, creo que ustedes dos ya deberían irse.
Mario : Pero aún no me dices como llegar a la nueva base.
Ale : Tranquilo, ya te lo diré.
Lana : Bien, vamonos Mario.
Lana tomó a su compañero del brazo, por lo que ambos salieron del laboratorio.
Daisy : Y ... hablando de esa arma.
Ale : ¿Recuerdas la escopeta futurista que iba a usar en contra de Mario el día que te enteraste de eso?
Daisy (emocionada) : Sí...
Ale : Pues esa es muy poderosa para ti, así que te dare esto.
Ale metió su mano en su bolsillo y sacó una pequeña pistola, dandosela a Daisy.
Daisy (decepcionada) : Idiota ...
Ale : Creí que sería mejor si empezabas con algo ... pequeño.
Daisy guardó el arma de mala gana en uno de sus bolsillos.
Daisy : Para tu información, puedo manejar armamento pesado muy bien.
Ale : Oh, ya lo creo, pero estas cosas disparan a matar, lo que manejas no.
Daisy : Eres bueno.
Ale : Gracias. Ahora dejemos las comparaciones sexuales y vamos a buscar lugares abandonados. Sera divertido.
Mario:
Él y Lana llegaron hasta la entrada del edificio de la facultad de ciencia y magia, quedandose de pie a ambos lados de la entrada.
Lana : Esto es estúpido.
Mario : Piensa que lo hacemos para proteger a Lina.
Lana (suspira) : Lo se, es solo que desearía que hubiera otra forma.
Mario : Entonces ustedes dos son buenas amigas ¿eh?
Lana : Sí ... Rosa se da a querer muy fácilmente.
Mario : Lo se.
Lana : Y ... entre ustedes dos ... ¿no hay nada?
Mario : ¡No! ... no ... nada ...
Lana (levanta una ceja) : Si tu lo dices.
Mario (suspira) : Es que es ... complicado.
Lana (más animada) : Uuuu, entonces sí hay algooooo.
Mario (sonrojado) : Dije que es complicado, te lo explicare cuando pueda, lo prometo.
Lana : Jejejeje, ya quiero oír esa explicación.
Mario : Al menos ya estas más animada.
Lana : Sí ... creo que es por estar contigo ... desde un punto de vista amistoso, claro.
Mario (sonrie) : Lo se. Ambos estamos jodidos.
Lana (ríe) : Sí, lo estamos.
El tiempo comenzó a pasar, y el día llegó a su fin sin mayores problemas. Ambos se quedaron parados en la entrada, acercandose a Rosalina cuando ella salió.
Rosalina : ¡Hola chicos!
Primero se acercó a Lana, saludandola con un abrazo y un beso en la mejilla. Luego se volteo hacia Mario, quien la tomó de la cintura y le dio un apasionado beso en los labios, causando que Lana los viera sorprendida. Al separarse, Rosalina se quedó sonrojada y con una enorme sonrisa nerviosa.
Lana : ¡Wow!
Rosalina (feliz) : ¡Lo se!
Mario (sonrojado) : Lina (la toma de la mano) no quiero dejarte esperando.
Lana : Oigan, yo también estoy aquí.
Rosalina (ignorando a Lana) : ¿De que hablas?
Mario : Daisy tiene un plan.
Rosalina : ¿Ya te lo dijo?
Mario : Em ... ya ... y dije que sí ... ¿tu que opinas?
Rosalina : Que también quiero tomar el riesgo.
Ambos se abrazaron, dejando a Lana aún más sorprendida.
Lana : Bien, se nota que quieren estar solos, pero quiero saber ¿¡cuando pasó esto!?
Mario y Rosalina se vieron a los ojos, tras lo que la última se fue junto a Lana para explicarle todo mientras Mario fue a ver a Pauline.
Lana (confundida) : Entonces, Mario y tu saldran en secreto mientras él sale con otra chica que esta hechizada.
Rosalina : Básicamente.
Lana : Bien ... justo cuando creí que ya no habrían más secretos.
Rosalina : Lo se ...
Mientras, Mario interceptó a Pauline en la salida de la universidad y ambos comenzaron a caminar hacia la casa tomados de la mano.
Pauline : Oye Mario, pensaba que mañana podríamos hacer un ensayo.
Mario : No creo que se pueda, Pauli. Mañana debere acompañar a la excursión de los de primer año que estudian magia.
Pauline : Ahhh, claro, Rosa habló de eso. Y ¿como a que hora van a regresar?
Mario : No es ese el problema, sino que Lina debera llevar la guitarra por toda la excurción.
Pauline : Oh ... sí, buen detalle. Entonces la práctica será el lunes.
Mario : Bien, le diré a Yoshi.
La primera en llegar a la casa fue Rosalina, quien al entrar se topó con Luigi en la sala.
Luigi : Hola Rosa, nadie más ha venido por las dudas.
Rosalina : Claro ¿y Daisy?
Luigi : Esta investigando cosas con uno de los amigos de Mario. Se oía emocionada.
Rosalina : ¿Y tu porque no vas?
Luigi : Pues ... me da algo de miedo explorar lugares abandonados ... especialmente si son laboratorios que podrían estar llenos de trampas.
Rosalina : Pero no estarás solo. Daisy estará allí, al igual que Ale, y creeme que si alguien los puede proteger a ambos, ese es él.
Luigi : Mmmm ... lo pensare. No estoy acostumbrado a explorar lugares sin mi hermano.
Rosalina : Bueno, siempre hay una primera vez.
Rosalina siguió su camino hasta su habitación, donde dejó su mochila en la cama y de esta salió el destello, comenzando a dar vueltas por toda la habitación.
Destello (feliz) : ¡¡Lo sabía, lo sabía, lo sabía...!!
Rosalina flotó para alcanzarlo, tomandolo entre sus brazos y callandolo. Había olvidado que iba con ella en el momento en que Mario la besó.
Rosalina (preocupada) : ¡Shhhhhh, no grites tanto!
La rubia soltó al pequeño, quien se quedó flotando cerca de ella.
Destello (conteniendo la emoción) : Lo siento, es solo que me gusta mucho, mucho que ahora se que eres feliz. Aunque aún no entiendo porque me mentiste.
Rosalina (suspira) : Es complicado.
Mientras ella le explicaba al Destello el porque esto debía ser mantenido en secreto, Peach llegó a la casa, y unos minutos después lo hicieron Mario y Pauline. Al pasar por la sala, Luigi se levantó y se fue a su habitación sin decir nada. Mario se separó de Pauline y se sentó en el sillón, derrotado.
Mario : Ahora me evita ... genial.
Pauline (se sienta a la par de él) : Necesita tiempo.
Mario : Eso espero, odiaría que esto se quede así para siempre.
Peach (se acerca a ellos por detrás del sillón) : Ejem, Mario ¿podrías ayudarme a mover unas cosas en el gimnasio?
Mario : ¿Que?
Peach : Es que yo sola no puedo cargarlas, y creo que sería incómodo si le pregunto a Luigi.
Mario : Tal vez para ti, pero bueno, si realmente no puedes moverlas por tu cuenta...
Mario se levantó del sillón y vio a Peach a los ojos.
Peach (sonriendo) : ¡Gracias!
Mario : De nada.
La princesa y el joven de rojo se fueron hacia el gimnasio, llevando Peach una pícara sonrisa.
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