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Capitulo 11

Al día siguiente, Rosalina no se topó con Lana en donde siempre, y aunque la buscó en los alrededores no fue capaz de encontrarla.

Rosalina (en su mente) : 'Mmm ... bueno, a lo mejor se le hizo tarde.'

???? (voz tímida) : Em ... di ... disculpa ¿buscas algo?

Rosalina (voltea avergonzada) : Pues a mi amiga jejejeje.

???? (en su mente) : 'No puede ser, es más hermosa de cerca ... vamos, di algo ... ya llegaste hasta aquí, no hay marcha atras.'

Aquel joven de pelo negro corto, ojos cafés y lentes cuadrados de orilla negra lucía muy nervioso y bastante sonrojado. Rosalina no tenia ni idea de porque aquel chico se comportaba así, llegando a creer que estaba enfermo. Ella estaba a punto de preguntarle si se sentía bien cuando Lana por fin llegó.

Lana (saludando desde lejos) : ¡Eh Rosa!

Rosalina (voltea) : ¡Lana, llegaste!

Lo siguiente que pasó fue muy rápido. Rosalina no vio nada, y para cuando volteo para ver a aquel chico, este ya no estaba. Lana, más experta en el uso de la magia, fue capaz de ver como aquel chico usaba un hechizo de teletransportación, el cual es muy avanzado y se ve hasta en tercer año. Más raro aún, aquel chico usaba la misma sudadera negra que el que le habia tomado la foto a Rosalina el día anterior, y era el mismo joven que no habia dejado de verla desde el primer día de clases.

Lana (en su mente) : '¿Un hechizo avanzado? ... ¿Que demonios quiere él con Rosa? ... ¿como debo aproximarme?'

Rosalina : ¡Hola amiga! Veo que se te hizo tarde.

Lana : Sí, me encontre con un conocido en la entrada de la U, y pues nos quedamos hablando un rato. Perdon por preocuparte.

Rosalina (sonriendo) : No pasa nada.

Las dos chicas comenzaron a caminar hacia su salón de clases.

Rosalina (en su mente) : '¿A donde habra ido ese joven? ... ¿fue acaso producto de mi imaginación?'

Lana (en su mente) : 'Rosa es muy lista y curiosa, si le comento que vi a ese tipo desaparecer seguro investigará sobre ese hechizo y terminara preguntandome como pude detectar un hechizo tan avanzado. No puedo delatarme, así que si ella no menciona nada porque cree que fue su imaginación pues sera mejor que se quede así.'

Mientras, aquel joven apareció del otro lado del edificio, en una zona no muy transitada.

???? (en su mente) : '¡¡Maldición!! Era mi oportunidad, pero tenia que aparecer esa entrometida.'

Él sacó su celular y se metió a su galería, pasando una a una las fotos que le habia tomado a Rosalina en esta primera semana de clases.

???? : 'Rosalina ... eres tan perfecta y hermosa ... no tiene sentido fijarse en otras mujeres cuando tu estas cerca. Algún día seras mía ... algun día ...'

Lo que este joven no sabía, es que era vigilado por un ser misterioso cubierto por una capucha, el cual sonrió al haber encontrado a su manera de llegar a su objetivo...

Peach:

La princesa del reino se encontraba viendo al asiento vacío de Erick, quien no llegó al primer período. De repente, este entró por la puerta del aula unos minutos antes de que la otra clase iniciara. Una vez que se sentó y saludó a Peach, comenzó el interrogatorio.

Peach : Que bueno que viniste, comenzaba a aburrirme.

Erick : Pense que te gustaba estudiar esto.

Peach : Me gusta, pero ... es mejor en compañía.

Erick : Bueno, creo que tienes razón en eso.

Peach : Por suerte solo practicamos en el primer periodo y no hicimos nada de zona, pero aún así ... ¿que te pasó?

Erick : Pues ... (suspira) dudo que me creas.

Peach (apoya su cabeza en sus manos) : Vamos, dime.

Erick vio hacia los lados y se subió la manga de la camisa que llevaba, revelando las marcas de una garra sobre su brazo. Rápidamente volvió a cubrirlas.

Peach (asustada) : Así que por eso llevas manga larga.

Erick : ¡Shhhhh! No quiero llamar la atención.

Peach : ¿Co ... como te hiciste eso?

Erick (voltea a ambos lados nuevamente y se acerca a susurrar) : Estoy metido en algo muy peligroso, peleando contra gente muy mala. Mientras menos sepas, mejor. No quiero ponerte en peligro.

En ese momento entró el catedrático de la siguiente práctica, por lo que ambos se sentaron por completo en sus asientos. Peach no le quitó la mirada de ensima a Erick durante los primeros minutos de la clase.

Peach (en su mente) : '¿En que estas metido Erick? ... ahhhh, con lo que me gustan los chicos valientes y fuertes.'

Daisy:

De vuelta en la casa, la chica de pelo café subió a las habitaciones para dirigirse a su cuarto cuando pasó cerca del baño y Mario salió del mismo. Ambos volvieron a quedar parados de frente, viendose. Esta era la oportunidad que Daisy habia estado esperando para verle la espalda a Mario. De esa no podía escapar, o se movia, dejando que Daisy viera su espalda; o se negaba a moverse, dando a entender que ocultaba algo.

Ambos se quedaron parados donde estaban, viendose fijamente por lo que pareció ser una eternidad, aunque solo fueron unos pocos segundos. De repente, Mario comenzó a caminar hacia ella, haciendo que se pegara a la pared, la tomó de los hombros, y ... la besó en los labios.

Esto la tomó por sorpresa, y su primer impulso fue darle una bofetada o patearle la entrepierna. Pero poco a poco se fue relajando ... y cerró los ojos, entregandose al beso, el cual era más placentero de lo que habia pensado. No era así como habia imaginado su primer beso, pero tampoco le molestaba que Mario lo hubiera tomado. Sus labios se sentían firmes, y por algún motivo la excitaba que la tuviera sostenida y la estuviera besando contra la pared.

Una vez que se separaron, Mario se fue caminando rápidamente hacia su cuarto, y Daisy no tuvo tiempo de voltear a verle la espalda. Es más, ni siquiera se acordaba que era lo que quería hacer. Un leve rubor se habia formado en sus mejillas, y se quedó pegada a la pared unos segundos más.

Mario, por su parte, cerró la puerta de su cuarto al llegar a este y se quitó la toalla, para comenzar a cambiarse. Ese beso no habia sido tan desagradable como habia pensado. Fue una movida desesperada, un último recurso para hacer que Daisy desistiera de sus intentos por verle la espalda. Nuevamente, Mario nunca imaginó que su primer beso sería así, pero en definitiva no le molestaba.

Los labios de Daisy se sintieron bastante bien, además de que ella era atractiva. Pero conociendola, Mario tenia la esperanza de que no se lo tomara muy personal, es más, él esperaba que en respuesta a esa acción ella lo golpeara. Se sentía mal por haberle quitado su primer beso, pero nuevamente ella se lo habia buscado. Además, tal vez con ese beso, él sea capaz de quitarse a Rosalina de la cabeza y poder vivir más tranquilo.

Unos segundos después de haberse cambiado, alguien tocó a la puerta de su habitación. Evidentemente se trataba de Daisy, por lo que fue hacia la puerta y la abrió. Ella se quedó parada donde estaba unos segundos, esperando a que él dijera algo.

Mario : Em ... ¿vas a hablarme de algo?

Daisy (fingiendo enojo) : No te hagas el inocente Mario, sabes porque estoy aquí.

Mario : Oye, lo siento ¿de acuerdo? Yo ... no se que me pasó. Me pasé de la raya.

Daisy : ¿Tu crees? Haber, dime entonces porque lo hiciste.

Mario : Pues ... por impulso. No voy a mentir, eres sexy, especialmente cuando vas en ropa de ejercicio la cual usas bastante pegada a tu cuerpo. Nunca me he relacionado tanto con mujeres como lo he hecho contigo, así que simplemente lo hice.

Daisy : Mmmm ... bueno, aprecio que te excite tanto mi cuerpo, y la verdad ... me gustó ese beso. No estuvo nada mal, no es que tenga experiencia, pero creo que pudo salir peor.

Mario : Entonces ... ¿lo dejamos en un pequeño experimento?

Mario extendió su mano hacia Daisy, quien en respuesta le metió un rodillazo en el estómago, causando que callera de rodillas al suelo, sin aire.

Daisy (sonriendo) : Por supuesto, pero si vuelves a "experimentar" conmigo, un golpe en el estómago será lo de menos.

Mario (hablando con dificultad) : Claro ... me lo merezco.

Daisy se fue caminando hacia su habitación.

Daisy (en su mente) : 'No creas que puedes besarme en los labios y dejarlo así Mario ... tu empezaste, espero que estes listo para lo que sigue jijijiji...'

Ya en la tarde cuando todos regresaron, Rosalina se dirigió a la habitación de Mario y tocó a la puerta, tras lo que él abrió. Ambos evitaron la mirada del otro, por lo que Rosalina bajó la mirada, ocultando su sonrojo.

Rosalina : Ho ... hola, Mario.

Mario : Em ... hola ... Lina.

Rosalina : Yo ... me preguntaba si ... tu qui ... quisieras ayudarme a practicar un hechizo.

Mario : Claro ... me gustaría ayudar.

Rosalina (levanta la vista y sonrie) : ¡Gracias!

Ambos se vieron a los ojos y se sonrieron.

Mario (en su mente) : '¿Ves Mario? No dejes que una subida hormonal afecte tu amistad con Lina.'

Rosalina (en su mente) : 'No perderé la amistad de Mario, no por culpa de un vergonzoso sueño.' (hablando) Bien, sigueme.

Ella comenzó a caminar hacia la sala, y Mario fue caminando detrás de ella. Cuando se dio cuenta de que no podía evitar verle el trasero, decidió acelerar el paso y quedar a la par de ella.

Mario (en su mente) : 'Ese tipo de cosas son las que te llevan a esos sueños grandísimo idiota ... grrr, esto de vivir rodeado de cuatro hermosas mujeres va a terminar pasandome factura...'

Rosalina : Y llegamos.

Mario : Y ¿con que hechizo quieres que te ayude?

Rosalina : Es algo bastante sencillo de hecho, es un hechizo que me permite flotar. Ya sabes, para movilizarme flotando.

Mario : Suena interesante, pero creo que si ya no caminaras me sentiría un poco triste, le quitarías una buena parte a la vida.

Rosalina (con curiosidad) : ¿Porque?

Mario (dandose cuenta de lo que dijo) : Eh ... por ... nada, jejeje, solo palabras sin sentido, no me hagas caso. (en su mente) 'Menos mal que es algo inocente y no captó el mensaje.'

Rosalina : Bieeeen ... pues, lo que quiero es que estes cerca de mí para atraparme si me caigo.

Mario (sonriendo) : Claro. Tu solo dime donde me coloco y estaré atento a tus movimientos.

Rosalina : Correcto (viendo a su alrededor) eeemmm ... ¿puedes quedarte cerca del sillón?

Mario : Por supuesto.

Rosalina : ¡Ah! Y cuida también de destello.

Rosalina se quitó la gorra, dejando salir al destello de debajo de su cabeza, el cual voló hasta la cabeza de Mario.

Mario (sonriendo) : Veo que alguien se siente cómodo.

Destello : ¡Claro que estoy cómodo! Tu pelo es muy suave.

Mario : Jeje, gracias, se lo debo al shampú que uso.

Destello : ¿El que?

Mario : Es algo que se pone en el pelo.

Destello : Oh.

Rosalina le pasó la gorra a Mario y él se la colocó ensima del destello, cubriendolo por completo. Luego, ella se subió ensima de la mesita de la sala y respiró profundamente.

Rosalina : Bien ... alla va.

Ella cerró los ojos, confiando en que Mario la atraparía si fracasaba, y comenzó a caminar hacia la orilla de la mesa mientras se concentraba todo lo que podía en el hechizo. De repente, dio un paso fuera de la mesa y ... no sintió que Mario la atrapara, pero tampoco sintió suelo debajo de ella. Al dar el otro paso, ya no sintió nada bajo sus pies. Lentamente comenzó a abrir los ojos, dandose cuenta de que estaba flotando.

Rosalina (emocionada) : Lo ... logre ... ¡lo logreeeee!

Mario (sorprendido) : Guau Lina, en verdad estas flotando (en su mente) 'me pregunto si yo podre hacer eso.'

Rosalina comenzó a moverse lentamente en el aire, moviendo libremente sus extremidades para hallar la forma más cómoda de flotar. De repente comenzó a sentirse más pesada y sin previo aviso cayó al suelo ... o habria caído si Mario no la hubiera atrapado. Él estaba arrodillado en el suelo y la sostenía entre sus brazos. Ella se sonrojó un poco, recordando su sueño. Mario se puso de pie y la dejó suavemente en el suelo. Él estaba también algo sonrojado, pero lo disimulaba de mejor manera.

Rosalina (con la vista al suelo) : Em ... gracias por ... por atraparme.

Mario (rascando su cabeza) : De nada, tu confiaste en mí para hacerlo y ... cumplí.

Rosalina : Y te agradezco por eso. Creo que ya no practicare más por hoy ... gracias.

Mario : Claro.

Mario se quitó la gorra y dejó que el destello volara a la cabeza de su mamá, y luego le pasó la gorra a Rosalina. Después de intercambiar una sonrisa, Mario se fue caminando a su habitación.

Destello (en su mente) : '¡Bien! Puede que la pintura halla sido un paso hacia atrás, pero esto en definitiva es un paso hacia adelante. Si alguien puede convencer a mamá de que Lana no debe ser de confianza, ese es Mario.'

Mario llegó a su habitación y sacó un pequeño cuaderno de su mochila, en donde él suele hacer bocetos. En este tenía dibujos de él, Luigi, Yoshi, la marca de dragón en su espalda, y dibujos de los rostros de las cuatro chicas. Pasó a una página en blanco y comenzó a hacer otro boceto de Rosalina, en donde la dibujaba con un rostro que denotaba nerviosismo, pero que daba algo de ternura. Estaba algo ruborizada y tenía un pequeño brillo en los ojos, además de una sonrisa tímida.

Mario (en su mente) : '¿Porque eres así Lina? ... eres la única que se pone así de nerviosa cuando estoy cerca, las demás o no les importa o se comportan ... raro, pero no con nervios. Y ... eres bastante linda y tierna cuando te sonrojas.'

El resto del día pasó con relativa normalidad, y al día siguiente se desató la locura. Era sábado, primer fin de semana completo que estas seis personas pasaban juntos.

La primera en levantarse fue Daisy, quien nuevamente bajó a hacer su rutina de siempre, usando su ropa deportiva. A la hora bajó Peach, quien llevaba una pantaloneta rosada con franjas blancas a los lados y un top negro bastante corto. Llegó junto a Daisy y comenzó a hacer yoga, un pasatiempo que tenía para relajarse. Pauline y Rosalina fueron las siguientes en bajar, dirigiendose a la cocina para desayunar. Pauline llevaba una blusa roja y una falda negra que le llegaba a las rodillas; y Rosalina llevaba una camisa blanca de botones y una falda celeste.

Mientras, y como es ya costumbre, los dos hombres de la casa seguían dormidos, desparramados sobre sus camas, estando Mario incluso sin sábanas, las cuales cayeron al lado de su cama. Era fin de semana y debía ser disfrutado como tal, incluso si eso significaba dormir hasta las doce del mediodía.

Pauline : Oye Rosa ¿vas a hacerte tu desayuno?

Rosalina : Pues ... voy a intentarlo, pero no se como vaya a salir.

Pauline : Pues, puedes hacerte un plato de cereal y ya, al menos eso no lo puedes quemar.

Ambas rieron.

Rosalina (riendo) : Jajajaja ... no me subestimes Pauline, pongo a todos en peligro al estar en una cocina.

Pauline : Bueno, peor que Daisy dudo que puedas ser. Ella incendió la cocina del palacio de Peach cuando trató de ayudarla a hacer el desayuno, y todo lo que tenía que hacer era poner el sartén al fuego.

Rosalina : Pues debió de haber aprendido, sino ¿como desayuna entre semana?

Pauline : Peach le deja comida hecha y ella ya solo debe calentarla.

Rosalina : Oh. Bueno, veamos que tal sale esto.

Las dos chicas sin mucha experiencia en cocina comenzaron a prepararse su desayuno mientras las otras dos chicas terminaban sus rutinas. Pauline simplemente se sirvió un plato de cereal, mientras que Rosalina intentó prepararse unos huevos revueltos, pero los condimentos se le quemaron y el huevo le salió muy cocido.

Rosalina (suspira) : Bueno, al menos es comestible ... creo.

Ella fue a sentarse a la mesa justo a la par de Pauline.

Pauline : No hubo suerte ¿eh?

Rosalina : No.

La rubia tomó un poco de su comida y la probó, poniendo cara de disgusto. Después de un bocado difícil, tomó un trago de agua y se quedó sentada unos segundos en silencio.

Rosalina : *Gha* ... esta feo ... pero con agua se pasa.

Pauline : Tranquila, con la práctica tal vez aprendas.

Rosalina : Eso espero, nunca aprendí a cocinar, pero no quisiera ser una carga para Peach. Ella siempre esta cocinando para todos.

Pauline : Bueno, no es por sonar mala onda, pero creo que a ella le gusta cocinar.

Rosalina : Lo se, pero aún así no me gusta no hacer algo para ayudar. Y dime Pauline ¿llevas mucho tiempo viviendo con Peach?

Pauline : No ¿porque?

Rosalina : Porque no sabes cocinar.

Pauline : Ah, jeje. Pues, nunca me llamó la atención. Al enterarme de que podría vivir con Peach al salir de casa, pues pense que no valdría mucho la pena aprender a cocinar, y tal vez si fuera muy necesario aprendería de ella. En mi casa mi mamá siempre hacia la comida. Y tu Rosa ¿porque no sabes cocinar?

Rosalina : Pues mi papá es el que cocina, y yo quería que mi mamá me enseñara, pero ... ... ... ... murió antes de poder empezar.

Las dos chicas se quedaron en silencio luego de esta declaración, pues Pauline no sabía que decir.

Rosalina : Sucedió cuando tenía 10 años, y ... desde ese entonces no quise aprender, porque me recordaba a ella.

Pauline (apenada) : Yo ... lo ... lo lamento. No ... no quería ...

Rosalina (sonrie) : No pasa nada Pauline (la voltea a ver) puede que mi mamá ya no este aquí físicamente, pero yo se que siempre me cuida. Y no estoy sola, de hecho, estoy lejos de estarlo.

Sin pensarselo mucho, Pauline abrazó a Rosalina. La culpa por haber dudado de ella y haberla considerado una mala persona la inundaron. A Rosalina la tomó por sorpresa, pero decidió abrazarla también.

Ambas se separaron y continaron desayunando, y unos minutos después llegaron Daisy y Peach, llevando la primera una toalla alrededor de su cuello.

Daisy : Veo que ya estan desayunando.

Rosalina : Bueno, es que nos dio hambre jeje.

Peach : No pasa nada. Pero ¿donde estan Mario y Luigi?

Pauline : Creo que siguen durmiendo.

Daisy : Par de vagos.

Peach : No seas tan dura con ellos Dais. Pues en ese caso, aprovechare para prepararles el desayuno.

Rosalina : ¿Puedo ayudarte?

Peach : ¡Claro!

Pauline : Yo también quisiera ayudar.

Peach (fingiendo entusiasmo) : Bien ... mientras más seamos mejor...

Rosalina y Pauline terminaron sus desayunos y se pusieron a ayudar a Peach en la cocina. Mientras, Daisy decidió subir para despertar a Mario y a Luigi.

Peach (cocinando) : ¡Ah! Recuerden que hoy tenemos nuestra pijamada.

Rosalina : ¡Claro! No creas que lo olvide.

Pauline : Creo que sera muy divertido (en su mente) 'especialmente porque Rosa parece más madura que Peach y Daisy ... tal vez al fin tenga a alguien que me entienda.'

Daisy:

La princesa de pelo castaño comenzó a somatar la puerta de la habitación de Luigi hasta que él la abrió, y el último golpe fue directo en su rostro, lo que tal vez contribuyó a terminar de despertarlo. El pobre cayó sentado en el marco de la puerta sosteniendo su cabeza entre sus manos, y Daisy fue a la siguiente habitación sin decir mucho.

Iba a hacer lo mismo cuando notó que la puerta se abrió fácilmente, pues estaba mal cerrada. Lentamente entró a la habitación y se sentó en la orilla de la cama. Miró hacia la puerta, y al asegurarse de que nadie la veia comenzó a pasar su mano por el cuerpo de Mario lentamente, empezando en su rostro. A medida que bajaba él comenzaba a moverse y a sonreir, llegando incluso a murmurar.

Mario (hablando dormido) : Mmmm ... Lina ...

Al escuchar un nombre que no era el suyo, Daisy procedió a apretar con fuerza el miembro de Mario, causando que el pobre despertara de golpe.

Mario (despertando) : ¡Ahhhhhhh! (se sienta en la cama y mira a Daisy) ¿¡Cual es tu puto problema!?

Daisy (sonriendo maliciosamente) : Mi problema es que te quedaste dormido. Pero mirale el lado positivo: una chica acaba de tocarte el pene.

Mario (del color de su pijama) : ¡¡Estas demente!!

Mario se levantó de su cama e intentó atrapar a Daisy, pero ella lo esquivó y bajó al primer piso riendose.

Mario (en su mente) : '¡Grrrrrr, esto es guerra maldita pervertida!'

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